Ooga Booga
- PlataformaDC9
- DesarrolladorVisual Concepts
- Lanzamiento13/09/2001
- EditorSEGA
El juego que se adelant¨® dos d¨¦cadas
Ooga Booga, an¨¢lisis retro: La locura online que llega del pasado
Revisitamos Ooga Booga, uno de los ¨²ltimos juegos publicados por Sega para Dreamcast, y considerados por muchos la mejor experiencia multijugador online en la consola de Sega. Un juego que ya inclu¨ªa muchos de los elementos que triunfan en la actualidad.
Decir a estas alturas que Dreamcast ofreci¨® una experiencia adelantada a su tiempo parece ya casi mencionar un t¨®pico, y sin embargo sigue resultando fascinante la aproximaci¨®n a conceptos y propuestas que no acabaron triunfando hasta mucho despu¨¦s. Ooga Booga es sin duda un buen ejemplo de ello, un juego que se acerc¨® a principio de milenio a lo que ser¨ªa tendencia 20 a?os despu¨¦s en los videojuegos.
Y es que la idea de este juego de Visual Concepts (conocidos hoy en d¨ªa por NBA 2k) y Sega podr¨ªa pasar por cualquier propuesta de moda hoy en d¨ªa: un juego dise?ado fundamentalmente para ser jugado en red (aunque, acorde a los tiempos en que se lanz¨®, tambi¨¦n se puede jugar con amigos de forma local y cuenta con un peque?o modo campa?a que hace las veces de tutorial) en el que hasta cuatro jugadores se ven las caras en partidas en tres modos de juego (Smakahuna, Rodeo y Bear Polo).
Lo que hoy en d¨ªa ser¨ªa una propuesta m¨¢s, era sin embargo una absoluta rareza en el mundo de las consolas en 2012, incluso en una m¨¢quina que hizo del juego online su se?a de identidad. Con pocos antecedentes en los que inspirarse, los modos de juego muestran una asombrosa lucidez respecto a c¨®mo crear un online divertido y carism¨¢tico.
Cada partida, una locura
Smakahuna, el principal modo de juego, nos ofrece un mini battle royale en el que cuatro jugadores con diferentes atributos de velocidad o resistencia, seg¨²n el personaje elegido, deben golpear lo m¨¢s posible al resto de jugadores para acumular m¨¢s puntos que ellos. No hay muertes ni respawns en este todos contra todos.
Un concepto sencillo que el juego ameniza con multitud de power ups y otros ingredientes para que cada partida, incluso entre solo dos jugadores, sea una divertida e imprevisible locura que invita a no parar de jugar. As¨ª, aparte de nuestros ataques m¨¢s b¨¢sicos (aporrear a los enemigos cercanos o lanzarles cabezas encogidas, una especie de fruta-proyectil fruto de las palmeras de los escenarios), contaremos con jabal¨ªs en los que montar y usarlos para embestir a nuestros rivales (aunque nosotros tambi¨¦n podremos acabar ser siendo v¨ªctimas de su ira), aves que nos permitir¨¢n elevarnos sobre el escenario y atacar desde el aire, Tikis de los que aprovecharnos¡
Los Tikis, concretamente merecen una menci¨®n m¨¢s en profundidad. Estos t¨®tems ubicados por el escenario podr¨¢n convertirse en nuestros aliados si les alimentamos de suficientes cabezas encogidas. Tambi¨¦n podremos arrastrarlos al lugar que m¨¢s nos convenga, si bien dedicarles tiempo significa que nos convertiremos en un blanco f¨¢cil de nuestros enemigos.
Pero merecer¨¢ la pena: una vez el Tiki est¨¦ bajo nuestro control, este se dedicar¨¢ a atormentar sin piedad a nuestros rivales cuando pasen cerca de ¨¦l. La ¨²nica forma de librarse de la amenaza es destruyendo el Tiki (acci¨®n que reporta 3 puntos, pero cuesta tiempo y sobre todo ver c¨®mo el marcador de nuestro contrincante se dispara). Cuantos m¨¢s Tikis controlemos, m¨¢s cabezas nos har¨¢n falta para hacernos con otro, aunque si elegimos a Hoodoo como personaje, su coste ser¨¢ solo la mitad de lo normal.
A todos estos elementos se a?aden los mencionados power up, que nos permiten desde disparar con precisi¨®n de francotirador, a poner minas en el suelo, electrocutar a los otros jugadores o hasta hacer que una nube lance rayos a quien ose pasar cerca de ella, entre otros efectos.
Cuidado en los detalles
El dise?o de las arenas contribuye tambi¨¦n al juego. Las islas, de tama?o ajustado para permitir estrategias sin que los jugadores lleguen nunca a estar demasiado lejos, cuentan tanto con espacios m¨¢s abiertos como espacios m¨¢s estrechos y a veces las codiciadas cabezas encogidas caen de ¨¢rboles en zonas elevadas que nos obligar¨¢n a exponernos al resto de jugadores. El impulso de algunos ataques podr¨¢ adem¨¢s lanzarnos fuera de la propia isla, al agua, lo que nos obligar¨¢ a nadar de vuelta. Tambi¨¦n podremos elegir huir nosotros mismos a nado de un contrincante pesado. Pero ojo con intentar perder el tiempo en el agua: los tiburones est¨¢n al acecho.
La suma de todos los elementos hace que cada partida nos proporcione unos ratos de pura locura y diversi¨®n que engancha a seguir jugando.
Polo Bear, el Rocket League con jabal¨ªs
Al modo Smakahuna se unen otros dos, de los que destaca Polo Bear. Con una jugabilidad que recuerda a Rocket League, cambiando coches por jabal¨ªs, el juego nos propone hacer todo lo posible por introducir una bola enorme en la porter¨ªa rival a base de golpearla a cabezazos del agresivo puerco que montamos y que nos har¨¢ dif¨ªcil apuntar.
Pero ojo, que los enemigos tambi¨¦n podr¨¢n embestirnos a nosotros para tirarnos de nuestra montura y obligarnos a volver a subirnos. El dise?o del escenario, adem¨¢s, nos complicar¨¢ la vida con desniveles y muros que a?aden carisma a este modo de juego.
Y no nos bajamos del jabal¨ª para el ¨²ltimo modo, Rodeo, en el que la bola se sustituye por nuestros adversarios, a los que solo podremos golpear subido a uno de estos animales, con espectaculares golpes que en muchos casos nos mandar¨¢n directos al agua.
Gr¨¢ficos fluidos y mucho humor
Adem¨¢s, a la cuidada jugabilidad se suman unos s¨®lidos 60 fps que hacen que incluso en los momentos de m¨¢s caos el juego corra fluido y unos gr¨¢ficos que, aunque simples, resultan simp¨¢ticos y vistosos, en consonancia con la acertada ambientaci¨®n del juego en un imaginario archipi¨¦lago donde distintas y estrafalarias tribus se enfrentan a mayor gloria de una diosa con muy mala leche.
Los personajes muestran tambi¨¦n una gran variedad y humor en sus dise?os: desde el enorme Fatty a la escultural Hotty, un leprechaun, un pirata, un remedo de Travolta en fiebre del s¨¢bado noche y hasta Abe Lincoln. Y a todos ellos les podremos hacer que se marquen unos estrafalarios pases de baile tras nuestras victorias, entre otros detalles que demuestran el nivel de celo puesto por Visual Concepts y Sega para hacer de este multiplayer online una aut¨¦ntica fiesta, la cual, gracias a la dedicaci¨®n de los fans que ha restaurado el online de este t¨ªtulo, vuelve a estar disponible para todo aficionado a la ¨²ltima consola de Sega.
(Nota 9)
Conclusi¨®n
Ooga Booga ofrece una divertida y cuidada experiencia multijugador cuya principal pega fue salir casi 20 a?os antes de tiempo y en una m¨¢quina que en aquel momento ya ten¨ªa firmada su sentencia de muerte, lo que entre otras cosas priv¨® a los usuarios europeos de poder gozar de este t¨ªtulo. Sin embargo, con el regreso de sus modos en red (o solo con amigos), su propuesta sigue plenamente vigente y merece der recordado no solo como un t¨ªtulo visionario sino como un juego a tener en cuento por aquellos que a¨²n no han jubilado la veterana consola de Sega.
Lo mejor
- La jugabilidad, con multitud de detalles que convierten cada partida en una locura.
- La ambientaci¨®n, que le da carisma y personalidad al juego con mil y un detalles.
- T¨¦cnicamente logra unos resultados vistosos simples pero vistosos manteniendo los 60 fps para una jugabilidad fluida.
Lo peor
- El apartado sonoro no est¨¢ al nivel del conjunto aunque cuenta con algunos memorables efectos de sonido.
- El control adolece de no poder controlar mejor la c¨¢mara debido al ¨²nico stick de Dreamcast.
- La campa?a, aunque de dificultad creciente, acaba siendo una excusa para desbloquear elementos para el multijugador.
Excelente
Un t¨ªtulo referente en su g¨¦nero, que destaca por encima de sus competidores y que disfrutar¨¢s de principio a fin, seguramente varias veces. Un juego destinado a convertirse en cl¨¢sico con el paso de los a?os. C¨®mpralo sin pesta?ear.