Kirby y la Tierra Olvidada, impresiones. ?La mayor aventura de nuestra bola rosa favorita?

The Last of Kirby. O algo as¨ª. Cuando vimos por primera vez el nuevo juego de la bola rosa de Nintendo y HAL Laboratory, las sensaciones fueron muy buenas. Una especie de mundo post-apocal¨ªptico, colorido eso s¨ª, y Kirby explorando en una nueva aventura y plataformas 3D. Luego llegaron otros v¨ªdeos, como el sorprendente coche absorbido por nuestro simp¨¢tico h¨¦roe y se dispararon las alegr¨ªas. Ya estamos con la versi¨®n final de Kirby y la Tierra Olvidada, un juego que mantiene la esencia de una saga muy ecl¨¦ctica, que acostumbra a dar buenos resultados pero que no coquetea demasiado a menudo con la excelencia. ?Lo conseguir¨¢ ahora?

Tras una introducci¨®n bien llevada y que nos cuenta como Kirby acaba en un mundo desconocido, empezamos nuestra andadura con la voluntad de salvar a los waddle dee que han sido capturados por una serie de enemigos. Y sin m¨¢s dilaci¨®n, nos ponemos manos a la obra. La disposici¨®n nos recuerda algo a Mario 3D World, tanto por la posici¨®n de la c¨¢mara como por la estructura de los mundos, aunque en este caso son bastante m¨¢s acotados en tama?o ¨C tiene cooperativo, pero no a cuatro como el juego de Wii U--. Los controles son sencillos, como marcan los c¨¢nones, y en el primer mundo ya sabemos que podemos saltar y planear, absorber enemigos y objetos¡­ Y transformarnos.

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Por un lado tenemos la adopci¨®n de habilidades que ya conocemos de Kirby, y que nos permite conseguir ataques especiales de distintos enemigos. El primero nos da el gorro de Link y una espada para luchar cuerpo a cuerpo, pero hay m¨¢s: un casco para lanzar una cuchilla a larga distancia, transformaciones para congelar enemigos o para quemarlos con bolas de fuego¡­ Nada que no hayamos visto antes, pero en esta ocasi¨®n usado en un entorno tridimensional para avanzar por distintas plataformas y peque?os -muy livianos- rompecabezas.

Nuestro objetivo es llegar al final de la fase, pero por el camino salvar a varios waddle dee, sobre todo porque como es habitual en juegos de este estilo, el n¨²mero de compa?eros salvados nos permite abrir nuevos caminos en el mundo (el jefe final exige tener salvados un n¨²mero concreto). La gran novedad de esta entrega son las transformosis. Ya al poco de empezar tenemos el placer de poder conducir ese coche que Kirby intenta absorber y se queda a medio camino. Con ¨¦l iremos a toda velocidad, daremos brincos y tumbaremos paredes para seguir avanzando.

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No es la ¨²nica transformosis que tendremos. En las fases del primer mundo hemos visto otras de lo m¨¢s curiosas. Una, la de un cono para saltar y golpear con fuerza enemigos o estructuras para descubrir nuevos elementos coleccionables (los hay que nos permiten coleccionar figuras que luego vemos en una galer¨ªa); otra, la de coger una especie de escalera met¨¢lica que podemos mover para colocarla en lugares a los que luego podremos acceder. Y una tercera, m¨¢quinas expendedoras de un supermercado para tumbarlas y descubrir secretos detr¨¢s de ellas. Tambi¨¦n hay otras mec¨¢nicas, como el citado coche que volvemos a usar en otra fase.

Un desarrollo fluido, pero liviano

Todo ello confluye para ofrecernos fases de unos 6-10 minutos en los que adem¨¢s de salvar a waddle dee y llegar al final de las mismas, hay otros objetivos para completarlas al 100%. Por ejemplo descubrir caminos secretos, no perdernos en el supermercado -tiene una estructura algo laber¨ªntica- o comer objetos que encontramos encima de un ¨¢rbol. Todo ello aporta rejugabilidad a las fases, que nos intentan desafiar con enemigos variados y algunos subjefes que nos encierran en zonas delimitadas mientras combatimos contra ellos.

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Aunque el juego nos permite escoger entre dos dificultades iniciales (dif¨ªcil y f¨¢cil), la realidad es que sigue teniendo un nivel de desaf¨ªo muy bajo. No morimos en ninguna ocasi¨®n ni estuvimos cerca de hacerlo, pero es cierto que esto solo es el primer mundo y que sirve como introducci¨®n. La diversi¨®n y su enjundia estaban m¨¢s en el concepto de exploraci¨®n para encontrar todos los secretos e interactuar con lo que nos rodeaba para encontrar m¨¢s amigos, coleccionables o superar subtareas, que no en el reto de acabar con X enemigo o llegar al final de la fase.

A todo esto, el mundo terminaba con un enorme enemigo final con forma de mono gigante al que ten¨ªamos que combatir con alguna de las habilidades que hubi¨¦ramos cogido anteriormente. Un combate con varios patrones, pero tampoco demasiado exigente. Una vez terminado, pudimos explorar otros elementos presentes en este mundo: por un lado, rutas de tesoros que son una especie de peque?os niveles con distintas consideraciones, como una contrarreloj para recolectar estrellas en un tiempo determinado, y que aportan variedad a la experiencia.

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M¨¢s all¨¢ de los niveles principales, Kirby puede ver como el pueblo de los Waddle Dee mejora y crece con la presencia de estos personajes y donde interactuar como base de operaciones. Ah¨ª podremos mejorar las habilidades copiadas en una tienda de armas, una m¨¢quina gotcha para conseguir m¨¢s coleccionables con las monedas que recolectamos y otros elementos. A nivel visual, el t¨ªtulo nos ha parecido atractivo en lo art¨ªstico, con un evidente salto cualitativo respecto a las anteriores entregas y unas escenas de v¨ªdeo que sin duda, tienen su gracia.

Kirby y la Tierra Olvidada nos gener¨® elevadas expectativas en su presentaci¨®n y v¨ªdeos posteriores, y las primeras impresiones nos dejan a caballo entre esas sensaciones y las de que estamos ante otro juego con la esencia de la saga, con todo lo que esto significa. Ser¨¢ lo que venga despu¨¦s del primer mundo lo que nos convencer¨¢ sobre si estamos ante el paso al frente definitivo de Kirby, o una nueva buena entrega en la l¨ªnea de la serie. Tiene argumentos para ser cualquiera de las dos cosas.

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