Hotline Miami

La ¨¦poca de los ochenta ha dejado tras de s¨ª un gran legado en cuanto a tendencias visuales se refiere. Muchos son los g¨¦neros que han cambiado desde aquel entonces, tanto en el plano de los videojuegos como en el cine, la m¨²sica o la literatura. Las tendencias se actualizan siempre en funci¨®n de las necesidades de la sociedad, aunque determinadas propuestas se prestan a ser recuperadas para el regocijo de los amantes de lo retro. Hotline Miami es un vivo ejemplo de c¨®mo los valores de otra ¨¦poca se puede extrapolar a la actual sin perder la perspectiva de las demandas que actualmente rigen el devenir de la industria. Con una firme apuesta por la est¨¦tica retro y haciendo gala de una acuciada preocupaci¨®n art¨ªstica, los chicos de Devolved (hasta ahora m¨¢s conocidos por las adaptaciones en HD de la franquicia Serious Sam) ofrecen una propuesta tan simple como adictiva que bebe de los cl¨¢sicos sin olvidar las convenciones que mueven a los aficionados en nuestros d¨ªas.

Hotline Miami es una experiencia que se sale de la norma por varios motivos, siendo el m¨¢s evidente la peculiar escenograf¨ªa visual que emplea, a medio camino entre el marcado entorno de la ¨¦poca de los 16 bits. M¨¢s all¨¢ del consagrado homenaje a los t¨ªtulos de esta generaci¨®n, la peculiar disposici¨®n gr¨¢fica permite realizar movimientos precisos, de tal manera que la atenci¨®n del jugador se centra ¨²nicamente en la acci¨®n. Asimismo, se fomenta un acceso r¨¢pido a los momentos de acci¨®n, que representan la base de esta aventura. Sin ellos no se comprender¨ªa el gusto por una marcada ambientaci¨®n ochentera repleta de gui?os hacia las pel¨ªculas m¨¢s emblem¨¢ticas de esta ¨¦poca, o las que mejor han sabido representar la esencia criminal de este momento. Semejante estilo viene acompa?ado de una extremada violencia visual que trasciende sus coloridos gr¨¢ficos para trasmitirnos algo mucho m¨¢s oscuro, una violencia sucia que invade nuestros sentidos al ritmo de la m¨²sica hasta el momento final en el que eliminamos a nuestra ¨²ltima v¨ªctima, con un sobrecogedor silencio que hipnotiza nuestros sentidos y los fija en las acciones del personaje que mueve nuestros dedos.

El dinamismo de las partidas nos lleva a conocer r¨¢pidamente a un protagonista de abstracta personalidad, cuyas acciones pasadas parecen tener consecuencias terribles en el presente. Al despertar de un largo sue?o, el h¨¦roe de turno se encuentra sumido en una habitaci¨®n con tres misteriosos seres que realizan una bater¨ªa de preguntas sin respuesta. Qui¨¦n eres, de d¨®nde vienes o qui¨¦n demonios deja los mensajes en su contestador son algunas de las pistas que se dejan entrever en una situaci¨®n kafkiana. Una mera antesala para descubrir qu¨¦ esconde la mec¨¢nica de juego en su interior, que atrapa r¨¢pidamente al jugador. Apenas se invierten cinco minutos en analizar las acciones b¨¢sicas a las que tenemos acceso, que se centran b¨¢sicamente en el teclado (WASD para movimientos) y el rat¨®n (bot¨®n izquierdo para movimientos, bot¨®n derecho para acciones alternativas).

Tras su misteriosa enso?aci¨®n, el protagonista despierta en su casa, presentada a modo de croquis. La vista isom¨¦trica no permite hacer hincapi¨¦ en detalles decorativos, en la l¨ªnea de los cl¨¢sicos del g¨¦nero, l¨¦ase el caso de Alien Breed o Loaded. La atenci¨®n del jugador se centra en las flechas que destacan las pocas acciones que se pueden realizar dentro de este recinto. Muy al estilo de otras propuestas tambi¨¦n centradas en un sentido del humor ¨¢cido (siendo la primera hornada de GTA la m¨¢s que se asemeja), el h¨¦roe debe acudir a un contestador autom¨¢tico en el que recibe una petici¨®n aleatoria que debe cumplimentar en el menor tiempo posible. Su misi¨®n ¨Cnuestra misi¨®n- suele consistir en acudir a un edificio para eliminar a todo un ej¨¦rcito de mercenarios que trabajan para el mejor postor.

Es la propia mec¨¢nica la que nos empuja hasta el coche que se sit¨²a en la entrada de la casa y, sin necesidad de transitar por concurridas ciudades o autopistas, la mec¨¢nica nos sit¨²a donde se encuentra la acci¨®n. Hotline Miami sit¨²a el peso de la mec¨¢nica en ofrecer distintas formas de encarar las misiones, divididas por cap¨ªtulos, con un total de catorce. El planteamiento nos invita a entrar en combate desarmados, analizando previamente la posici¨®n del mapeado en el que se encuentran los guardias que protegen cada escenario. Eliminar a un enemigo es una tarea que se realiza con relativa sencillez: un solo golpe es suficiente para que ¨¦ste quede inconsciente en el suelo; una vez aqu¨ª, es posible rematarle con varios golpes o emplearle como escudo humano para resistir las embestidas del resto de sus compa?eros. Es crucial tener una buena perspectiva del escenario para evitar repetir la misi¨®n a las primeras de cambio, un factor que se da con bastante frecuencia en las misiones de mayor exigencia.

El papel del jugador consiste en decidir de qu¨¦ manera decide abordar la acci¨®n teniendo en cuenta una serie de factores que influyen en el devenir de los acontecimientos. Aunque la complejidad de los escenarios va en aumento, por lo general hemos de manejar varios aspectos cruciales: las puertas, los cristales y la repercusi¨®n de nuestros actos en funci¨®n del arma con el que decidamos afrontar la partida. Abrir una puerta en el momento justo se traduce en derribar a un enemigo, quedando ¨¦ste inconsciente. De esta manera se aprovecha cierto factor estrat¨¦gico (relacionado con el sigilo), que nos permite eliminar a un guardia sin dar a conocer nuestra ubicaci¨®n. Sin embargo, el hecho de que exista una puntuaci¨®n final en cada escenario sugiere que es aconsejable terminar las misiones en el menor tiempo posible, lo que omite el factor estrat¨¦gico, cediendo el protagonismo a la acci¨®n.

Una misi¨®n, un mundo

Existe una gran variedad de armas que pueden ser empleadas en cada misi¨®n de forma aleatoria. Cada una cuenta con una serie de puntos que juegan a su favor o en su contra. La mejor opci¨®n para salir ilesos es hacer uso de una escopeta o rifle. Con ellos garantizamos una buena capacidad para atacar a distancia a costa de desvelar nuestra posici¨®n. Teniendo en cuenta que nuestro h¨¦roe muere tras recibir un solo impacto o golpe f¨ªsico, y dado el nivel de exigencia de los ¨²ltimos escenarios (donde es pr¨¢cticamente imposible actuar instintivamente), emplear armas de fuego es una opci¨®n arriesgada. Un bate o una barra de hierro permiten eliminar enemigos sin hacer ruido aunque sea imprescindible una gran precisi¨®n y frialdad a la hora de ejecutar nuestras acciones, pero nos dejan expuestos a ataques a larga distancia. Es posible arrojar el arma para que un enemigo quede inconsciente, tomar r¨¢pidamente otra del suelo para realizar varios disparos, o simplemente llamar la atenci¨®n de los guardias para eliminarlos uno a uno escondidos tras una pared.

Los enemigos no hacen acopio de una gran inteligencia, se sit¨²an siempre en el mismo punto de los escenarios y rara vez entienden nuestras estrategias. Sin embargo, son extremadamente efectivos a la hora de acertar en la diana. Aunque la propuesta nos invita a tomar distintas v¨ªas para terminar cada misi¨®n, el alto nivel de dificultad de algunas misiones pr¨¢cticamente obliga a repetir una y otra vez el mismo escenario hasta que finalmente damos con la tecla adecuada para pasar al siguiente, y as¨ª sucesivamente. La f¨®rmula ¡®prueba-y-error¡¯ se aplica aqu¨ª hasta la saciedad, ya que la repercusi¨®n de nuestros actos se comprueba mejor en la pr¨¢ctica que sobre el papel. Se pierde as¨ª parte de la sensaci¨®n de adicci¨®n que nos lleva a terminar la aventura de un tir¨®n en poco m¨¢s de tres horas, siempre en funci¨®n de la cantidad de veces que nos lleve finalizar una situaci¨®n espec¨ªfica dentro de una misi¨®n.

Como dec¨ªamos anteriormente, cada acci¨®n tiene una repercusi¨®n en el contador global, por lo que el ¨¦xito o fracaso de una misi¨®n est¨¢ ¨ªntimamente relacionado con la puntuaci¨®n que hayamos obtenido. A medida que superamos cap¨ªtulos se desbloquean nuevas armas que posteriormente se distribuyen por los escenarios para contar con m¨¢s opciones de cara a afrontar la acci¨®n. Es menester destacar los enfrentamientos ante jefes finales, sin duda los m¨¢s exigentes de todo el t¨ªtulo, as¨ª como unos pocos puzles que de cuando en cuando hacen acto de presencia, casi de forma anecd¨®tica. Dentro del abanico de posibilidades que ofrece la mec¨¢nica encontramos tambi¨¦n las m¨¢scaras, con las que obtenemos una condici¨®n espec¨ªfica dentro de cada misi¨®n, ya sea mayor velocidad de movimientos o mayor campo de visi¨®n para echar un vistazo a la colocaci¨®n de los enemigos. Las m¨¢scaras tambi¨¦n forman parte de la ambientaci¨®n global que ofrece Hotline Miami, con un asesino caracterizado como una gallina o un b¨²ho dentro de un mundo tan colorista como opresivo.

Mientras nos batimos a muerte frente a un ej¨¦rcito de soldados ataviados con la m¨¢scara de un animal por bandera, la m¨²sica de distintos compositores se encarga de reforzar la est¨¦tica ochentera. Algunas melod¨ªas recuerdan al reciente filme Drive, con un marcado gusto por el pop ba?ado por sintetizadores. Aunque se echa en falta m¨¢s variedad, hay que aplaudir el esfuerzo que Devolved ha realizado a la hora de ambientar correctamente un t¨ªtulo de estas caracter¨ªsticas en el siempre convulso Miami de finales de los 80. Ese trabajo permite dar a la historia un toque incluso m¨¢s turbador, un aut¨¦ntico viaje ¨¢cido con un potente mensaje del que no daremos detalles para evitar destripes, s¨®lo decir que es una historia inteligente con un poderoso mensaje que realmente merece la pena escuchar.