High On Life, an¨¢lisis. Derroche de humor, acci¨®n a medio gas

Te sientas frente a High On Life sabiendo de antemano que est¨¢s ante una rara avis. Es el humor y la iron¨ªa de Adult Swim sin frenos ni l¨ªmites creativos. Lo inveros¨ªmil es la norma en una aventura que siempre guarda un paso m¨¢s all¨¢ en su locura. Justin Roiland, cocreador de Rick and Morty, capitanea un proyecto en el que no se guarda ning¨²n as de su repertorio humor¨ªstico. Su problema va m¨¢s all¨¢, incluso podr¨ªamos decir que es de perspectiva: lo que domina, brilla, pero como aventura donde prima el tiroteo se queda en la orilla.

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De vueltas por el espacio exterior

La primera media hora es toda una declaraci¨®n de intenciones. Comenzamos con un homenaje interactivo a los Doom cl¨¢sicos. Los peque?os chascarrillos durante este fragmento ya nos advierten sobre lo que est¨¢ por venir. La c¨¢mara se aleja poco a poco para mostrarnos la pantalla de un ordenador: somos nosotros, pegados frente al monitor con el shooter de turno, enganchados a una vida que no nos pertenece. Damos el salto al mundo real junto a nuestra hermana, que no se corta un pelo. De repente suenan gritos en el vecindario. ?Una ri?a? No: una invasi¨®n alien¨ªgena en toda regla.

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Pronto daremos nos encontraremos en un lugar remoto del cosmos. Nuestra casa, el t¨ªpico hogar unifamiliar estadounidense, es el ¨²nico vestigio que queda de la Tierra en un planeta alien¨ªgena. Sin pesta?ear nos convertiremos en cazarrecompensas; en concreto, nuestra misi¨®n ser¨¢ dar caza al c¨¢rtel del G3. A partir de ese momento High On Life se desata y muestra todas sus cartas.

La propuesta de Squanch Games mezcla varios elementos que le acercan a lo visto en otras f¨®rmulas, como Journey to the Savage Planet. Por momentos pretende ser una suerte de metroidvania 3D, donde las mejores del traje abren nuevos caminos e influyen en el dise?o de niveles; en otros, que son la mayor¨ªa, es un shooter en primera persona desbocado. Todo ello enlazado con secciones contemplativas donde se acumulan las dosis humor¨ªsticas.

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Por ejemplo, durante la b¨²squeda de un objeto que da lugar al enfrentamiento contra un jefe final, el estudio no duda en poner al jugador en peque?os minijuegos que rompen el ritmo de la acci¨®n. Uno de ellos nos lleva a ser el becario de una administraci¨®n, donde debemos pasar los papeles de un mont¨®n a otro con comentarios de lo m¨¢s desternillantes. Situaciones as¨ª se repiten a la llegada de cada nivel, solo que cada vez son m¨¢s bizarros.

Derroche de personalidad, con matices

La fuerza que tiene en la aventura el humor caracter¨ªstico de las obras de Roiland es un arma de doble filo. Si eres fan de su trayectoria, te enganchar¨¢ hasta el final: es lo que esperas de un trabajo suyo. El problema viene si es tu primera experiencia con este tipo de comedia. Puede resultar cansino, especialmente cuando se entromete a los mandos.

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Hay muchas bromas que detienen el progreso, lo que hace que el ritmo no fluya tanto como deber¨ªa. La versi¨®n espa?ola cuenta con el doblaje original (en perfecto ingl¨¦s) con subt¨ªtulos en espa?ol de Hispanoam¨¦rica. Dada la cantidad y velocidad en la que aparecen los di¨¢logos, algunas veces se solapan los subt¨ªtulos o no se despliegan al completo. Si no puedes seguir lo que dicen en ingl¨¦s, te perder¨¢s muchos matices y co?as que no aparecen en la localizaci¨®n a nuestro idioma. Eso sin contar otros errores, que muestran idiomas diferentes.

Donde High On Life brilla con luz propia es a la hora de dotar a las armas de personalidad en el plano narrativo. Cada una de las seis que componen nuestro arsenal tiene una identidad muy caracter¨ªstica. Desde Kenny, doblado por el propio Roiland, hasta Sweezy, el arma m¨¢s divertida de usar y un homenaje al lanzador de agujas de Halo. Reaccionan ante los eventos de la trama e incluso mantienen charlas con el resto de los personajes.

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El problema del armamento es que esa identidad no se traslada de la misma manera a la hora de apretar el gatillo. Pese al disparo alternativo, son armas planas que no se sienten bien al disparar. Pecan de excesiva simplicidad, e incluso incorporando mejoras (canjeables en la tienda del punto de encuentro) tampoco se alteran lo suficiente. No encontramos que el gunplay sea gratificante. Solo podemos salvar precisamente a Sweezy, cuyos usos secundarios influyen en el escenario ralentizando el tiempo y disparando a trav¨¦s de estructuras, pero hasta ah¨ª.

M¨¢s all¨¢ del humor

La acci¨®n en l¨ªneas generales es muy, muy floja. Una vez vistas las situaciones de combate de la primera hora de aventura, vista el resto. El n¨²mero de variantes que se introducen posteriormente es demasiado escaso. Ya no solo por los arquetipos de enemigos, repetitivos en exceso, sino por la manera de abordar esos tiroteos. Aprietas el gatillo en secciones m¨¢s cercanas a una arena de combate b¨¢sica; no aprovecha los artilugios que vas desbloqueando por el camino. Tampoco los momentos contra los jefes finales salvan la papeleta, quienes repiten mec¨¢nicas hasta agotar una abultada barra de vida. Faltan sorpresas en el plano jugable que aporten frescura de inicio a fin.

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Esos artilugios a los que nos referimos orbitan alrededor del traje del protagonista, al que puedes a?adir doble salto, deslizamiento¡­ El dise?o de niveles te anima a usarlo cuanto m¨¢s avanzamos, aunque lo hace de una manera poco atractiva. Anteriormente se?al¨¢bamos las influencias del metroidvania en un entorno 3D. S¨ª, hay cierto backtracking y nuevos caminos a medida que progresamos, pero no hay suficientes alicientes para hacerlo. Al final de esos senderos nos encontramos con el en¨¦simo cofre de dinero o coleccionable.

El dinero no logra ocupar un hueco relevante como recompensa de estos contenidos secundarios. Obtienes el suficiente durante la trama principal para poder desbloquear los artilugios para avanzar y alguna mejora opcional. Dada la escasa influencia de las mejoras en las armas, pierdes completamente el inter¨¦s por desbloquearlas. Completar High On Life nos ha tomado 10 horas, aproximadamente. Incluimos visitas a otros escenarios para ver hasta qu¨¦ punto llegaba la exploraci¨®n, por lo que se puede reducir si vas m¨¢s decidido a completar todo lo principal.

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A nivel audiovisual hay un antes y un despu¨¦s desde la publicaci¨®n del parche de lanzamiento. Actualmente en Xbox Series X, la versi¨®n a la que hemos tenido acceso, corre a 60 im¨¢genes por segundo pr¨¢cticamente constantes. Visualmente es correcto, incluso algunas veces vistoso por la fusi¨®n de las estructuras alien¨ªgenas con el estilo de Squanch Games.