Gears Tactics, an¨¢lisis

No es precisamente el g¨¦nero de la estrategia por turnos uno de f¨¢cil acceso. Y ah¨ª se ha metido, a golpe seco, Gears Tactics. Requiere de conocimiento y dotes previas por parte del equipo de desarrollo, sobre todo en lo que respecta a campos muy determinados: ?c¨®mo se va a mover la IA?, ?este porcentaje de tiro se corresponde con lo que aparece en pantalla?, ?cu¨¢l es el n¨²mero de cr¨ªticos ¨®ptimos seg¨²n el nivel de dificultad? Y as¨ª un n¨²mero de inc¨®gnitas muy amplio.

Contaba Jason Schreier, el escritor de Sangre, sudor y p¨ªxeles en el cap¨ªtulo dedicado a Halo Wars, que el estudio sufri¨® mucho durante los inicios del desarrollo de este juego. La raz¨®n era que el grueso de los integrantes del extinto Ensemble Studios estaba en otro departamento, y que los nuevos ten¨ªan problemas para programar las variables tan dif¨ªciles que tiene un juego de estrategia. El juego sali¨® bien parado a pesar de las complicaciones, y lo mismo le ha ocurrido a Gears Tactics.

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Tras un desarrollo conjunto por parte de Splash Damage y The Coalition, nadie pensar¨ªa que este t¨ªtulo es el primero de Gears of War en formato estrat¨¦gico. Parece que llevaran a?os asentados en este g¨¦nero, que lo dominaran con la misma soltura que Firaxis tiene con su querida XCOM.

Gears Tactics se ha convertido en una de las sorpresas de este primer cuatrimestre de 2020. Y no innova o destaca mucho respecto a competidores directos, pero todo lo que hace se ejecuta de maravilla. Y bendito sea.

La historia Gears

Aunque las complejidades de un juego estrat¨¦gico est¨¢n ah¨ª desde primera hora, no cabe duda de que ambos estudios han contado con una ¡°ayuda¡± extra. Tanto Splash Damage como The Coalition son los encargados de la franquicia desde que la cogieran para Gears of War: Ultimate, por lo que tienen a?os de experiencia en ella (y mucho recorrido ganado tras Gears 4 y Gears 5).

El ser buenos conocedores de la saga no s¨®lo les ha valido para que todo lo que aparezca en pantalla lleve el sello Gears, sino tambi¨¦n la propia historia. Para ser exactos, nos vamos 12 a?os atr¨¢s respecto al primer Gears of War. En otras palabras, tenemos una precuela. Pero qu¨¦ precuela.

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A los mandos de la misma est¨¢ Gabe D¨ªaz, el padre de Kate D¨ªaz (la misma de Gears 5, s¨ª). El objetivo es doble: por un lado, reclutar al mayor n¨²mero de Gears posibles para salvarlos de las garras de los Locusts (y que, a su vez, repercute en el gameplay), y por otro, y aqu¨ª est¨¢ el eje de la historia, acabar con Ukkon, un cient¨ªfico involucrado en experimentos muy macabros tras las horas enemigas.

Todo esto fragua una aventura que no desmerece, en ning¨²n momento, lo que ya hemos visto en anteriores Gears. Hay acci¨®n por todas partes, sangre a borbotones, testosterona disparada y todos los elementos habituales de la franquicia. Eso s¨ª, la clave est¨¢ en que no lo hace como un juego de acci¨®n en tercera persona, sino como uno de estrategia por turnos.

Ser¨ªa injusto decir que Gears Tactics es un XCOM con la skin de la saga de Microsoft. Que bebe y utiliza el esquema de los elementos jugables de la saga de Firaxis es indudable, pero que reproduce los paradigmas de XCOM al pie de la letra no es as¨ª. Salvando las distancias, es parecido a lo que Mario + Rabbids Kingdom Battle consigui¨® en su momento, es decir, tener su propia personalidad, su bater¨ªa de caracter¨ªsticas ¨²nicas para que no se le pueda achacar un: ¡°Te has copiado al 100%¡±. No evoluciona la estrategia, pero s¨ª que la mejora y, lo m¨¢s importante, todo lo que hace lo clava.

El planteamiento de cada misi¨®n, ya sea principal o secundaria, nace de una premisa:?cuatro unidades desplegadas (o menos, seg¨²n par¨¢metros o restricciones) y una serie de objetivos a realizar, desde coger suministros hasta rescatar soldados o acabar con unas cuantas oleadas. En ocasiones, las misiones secundarias se repiten y se alargan en demas¨ªa, pero la disparidad entre el tiempo en el que aparecen las mismas es suficiente para que no se haga pesado.

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Con las tropas desplegadas -unidades que podemos reclutar desde nuestra ¡°base¡±-, todo se delega ahora a los Puntos de Acci¨®n. Cada soldado tiene un n¨²mero determinado de puntos que puede gastar por turno: moverse, disparar, parapetarse, activar guardia, usar habilidades, etc. La cantidad de comandos diferentes llega a abrumar durante las primeras horas. Como un tsunami llev¨¢ndose todo por delante. Pero una vez se controla la interfaz, la sensaci¨®n de dominio es tan placentera que se observa el mimo y las horas que ha tenido detr¨¢s por parte de los dise?adores.

Todo responde al un¨ªsono. Se pueden usar los Puntos de Acci¨®n de manera indistinta, por lo que da igual que Gabe utilice primero un punto y luego se pase a otra unidad del grupo. La idea es que entre todos ellos se combinen para que el combate se ponga de cara, los porcentajes de tiro sean ¨®ptimos y el turno del enemigo sea lo m¨¢s placentero posible.

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Nos han sorprendido, y gratamente, los jefes finales que van apareciendo. No son para nada sencillos, y algunos de ellos nos han llevado varios intentos el poder superarlos. Se combina lo mejor de la estrategia por turnos con la parsimonia, el saber estar y las matem¨¢ticas. El no apretar el gatillo tan r¨¢pido y usar la mollera antes de hacerlo, algo que no es tan corriente en la saga Gears.

Todo esto se introduce en una campa?a para un solo jugador que no necesita para nada del multijugador que no tiene. Es vibrante, divertida y con muchas horas tras de s¨ª (todo depende del tiempo que uno se quiera entretener en cada misi¨®n o haciendo secundarias). Adem¨¢s, si abrumador es el campo de batalla con habilidades, m¨¢s lo es la personalizaci¨®n de personajes.

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Aqu¨ª no vamos a encontrar peque?as modificaciones de habilidades o de armas: tenemos un completo ¨¢rbol de skills (con casi 30 por personaje) para desarrollar a nuestras tropas. Cada misi¨®n nos da experiencia, y con la experiencia y subida de niveles ganamos puntos de habilidad y mejores estad¨ªsticas. El c¨ªrculo vicioso del buen juego de rol combinado con el de estrategia por turnos.

As¨ª mismo, cada personaje tiene tal cantidad de objetos para personalizar su equipo que uno se perder¨¢ tambi¨¦n durante las primeras horas, como dec¨ªamos antes. No hablamos de cambiar el color, algo puramente superficial, sino de mejoras en las rodilleras, armaduras, cargadores, mirillas, cerrojos, culatas y un amplio etc¨¦tera (hasta se puede modificar el casco). Y para conseguir estas mejoras, las podremos encontrar en cajas de bot¨ªn por el escenario o realizando misiones. Ah, y detalle important¨ªsimo: no hay nada de pago. Cero. Todas las lootboxes que aparecen en pantalla son gratuitas. Todas. Eso s¨ª, el juego no tiene una capa de administraci¨®n de bases, operaciones, env¨ªo de soldados, etc., lo que se echa en falta cuando ya se tienen tantas tropas esperando en lista de espera eterna.

Con el gameplay desmenuzado, poco hay que a?adir al apartado t¨¦cnico y gr¨¢fico. Es de agradecer la cantidad de opciones de personalizaci¨®n que incorpora el juego, para que incluso PCs con m¨¢s problemas de rendimiento puedan ejecutar el producto. Hemos hecho esta prueba con uno ataviado con una GTX 780 y otro con una 1050. Sin bien con el primero iba justito -se pod¨ªa jugar recortando en texturas y alguna que otra opci¨®n-, con la 1050 hemos tirado casi todo en Ultra sin problemas.

Gears en estado puro. El Unreal Engine 4 desatado en lo que respecta a sacarle partido. La experiencia de muchos a?os trabajando con este motor en personajes megadetallados, escenarios que se ven de esc¨¢ndalo en esa perspectiva isom¨¦trica y uno efectos ambientales que aprovechan la potencia del engine. Y como todo, todo con su correspondiente y excelso doblaje al castellano.

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