En diciembre de 2014, un peque?o estudio llamado Dodge Roll public¨® en Steam un juego gratuito llamado Fork Parker's Holiday Profit Hike. Era un plataformas 'injusto', de esos que buscan tocar las cosquillas al respetable, hecho con aspecto pixel art, una historia ligera y centrado, as¨ª, en la existencia de los saltos y el dominar las mec¨¢nicas por encima de todo. Aquel juego sigue estando disponible (click!) y de alguna forma sent¨® las bases de lo que el estudio era capaz de hacer: tomar una idea, llevarla al l¨ªmite y plantearla como un verdadero desaf¨ªo. Enter the Gungeon hace exactamente esto con los rogue-likes enfocados a la acci¨®n, pero adem¨¢s, lleva las cosas tan lejos que casi, sin pretenderlo, puede mirarse de t¨² a t¨² con los titanes del g¨¦nero. Si hab¨¦is jugado a The Binding of Isaac o Nuclear Throne ya estar¨¦is familiarizados con lo que puede ofrecer este Enter the Gungon, al menos en su base. No obstante, el juego de Dodge Roll ofrece algunas particularidades que lo hacen diferenciarse de los dos mencionados. La primera y m¨¢s importante, es que a pesar de ser un juego con mazmorras, armas y enemigos generadas de forma aleatoria en cada "run" o partida -o quiz¨¢ precisamente por ello-, en Gungeon no importa tanto lo que tienes sino c¨®mo lo utilizas. Es decir, que es un juego m¨¢s dependiente de la habilidad del jugador que del hecho de tengas buenos drops en cada zona. En Binding of Isaac, una run pod¨ªa empezar mal pero seg¨²n ibas entrando en habitaciones, abriendo cofres, recogiendo drops de los enemigos, etc¨¦tera, hab¨ªa margen de mejora. En Enter the Gungeon esto cambia, porque apenas hay un par de cofres por nivel, lo m¨¢s normal es que ¨²nicamente tengas una llave y lo que toque... toc¨®. Puede ser un objeto defensivo, un amuleto o en el mejor de los casos un arma extra, pero esto ocurre pocas veces y cabe la posibilidad, claro est¨¢, de que no sea especialmente buena. Es decir, que el juego va poniendo trabas mediante este sistema aleatorio para que lo importante no sea tanto el qu¨¦ llevas como el c¨®mo lo usas. Y es que Gungeon es bastante exigente a este respecto, hasta el punto de que su mec¨¢nica principal, casi tan importante como disparar, es hacer la 'dodge roll', es decir, la voltereta para esquivar proyectiles. Haciendo esto seremos invencibles durante un frame y evitaremos ser golpeados por las docenas de balas que escupir¨¢n cada uno de los enemigos y m¨¢s importante, los jefes. Aunque hay otras formas de limpiar el escenario, como usar los cartuchos que disipan autom¨¢ticamente cualquiera de los que est¨¦n en pantalla, la voltereta es el ¨²nico recurso gratuito con el que contaremos para llevar a cabo nuestra misi¨®n de sobrevivir en las mazmorras. La aleatoriedad del juego lleva a veces a que las mazmorras comiencen de forma salvaje y descontrolada, poniendo multitud de enemigos en pantalla sin tener en cuenta el inicio de la fase; lo mismo puede pasar a la inversa, claro est¨¢, pero es un juego fren¨¦tico y alocado, que no da cuartel. Con todo, como los mejores rogue-likes, ofrece un control absoluto sobre lo que plantea y da las herramientas b¨¢sicas para contrarrestar cualquier cosa que se nos ponga por delante. O casi cualquiera. Por los escenarios, por ejemplo, encontramos unas mesas que podemos tirar abajo y usar de cobertura. Tambi¨¦n, situarnos tras paredes o tirar a los enemigos a fosos pueden ser buenas opciones cuando la v¨ªa m¨¢s convencional falla. Enter the Gungeon es un juego de n¨²meros. De conteos de muertes, de partidas buenas y malas, de vicios sin descanso y de variedad, porque s¨ª, es cierto que el arranque es un poco duro, en parte por el propio sistema econ¨®mico del juego -encontraremos muy, muy escasas balas que sirven como intercambio para comprar ¨ªtems en la tienda, a precio de oro-, a medida que progresamos y descubrimos que podemos toparnos con m¨¢s de un centenar de objetos, am¨¦n de armas diferentes -algunas buenas, otras nefastas; depende de la suerte- el juego pica a seguir jugando una y otra vez. Por ejemplo, una partida podemos encontrar en un cofre un arma que sea letal, que mate a los jefes de cinco tiros, mientras que en el peor de los casos nos veremos atrapados con la pistola b¨¢sica durante toda la run. Tambi¨¦n hay que tener en cuenta un detalle, y es que las mazmorras est¨¢n repletas de secretos. Desde habitaciones ocultas en las que podemos toparnos con corazones para restaurar vida, cofres o -c¨®mo no- m¨¢s enemigos, hasta personajes que se unen a nuestra causa abriendo una tienda en el castillo inicial o dando peque?os consejos. Desde este centro de mando es donde podremos elegir a uno entre cuatro personajes con los cuales partir en la aventura, cada uno de ellos con sus particularidades. Por ejemplo, el Marine cuenta con un casco que le otorga un punto extra de defensa, la Convicta se vuelve loca tras recibir un impacto y potencia mucho sus disparos, el Piloto esquiva mejor y la Cazadora cuenta con una ballesta como segunda arma y va escoltada por un perro que puede encontrar tesoros escondidos. A todo lo anterior, que no es poco, se le suma un modo multijugador ¨²nicamente disfrutable a nivel local. ?El handicap? El segundo jugador no puede elegir personaje, sino que tendr¨¢ que usar uno prefijado que a?ade alguna mec¨¢nica extra, como la posibilidad de disipar balas cada equis segundos y de esta forma servirnos de escudo humano una vez muere. Eso s¨ª, como siempre en PlayStation 4 -a diferencia de la versi¨®n de PC-, podemos aprovechar esta funcionalidad en modo cooperativo online mediante la herramienta del Share Play, sin que necesariamente la otra persona disponga del t¨ªtulo. Un detalle, obvio por otra parte: jugando con alguien, la dificultad se escala pero los dropeos de los cofres y enemigos no, as¨ª que hay que andarse con ojo.