Daymare 1998, an¨¢lisis. El terror de siempre est¨¢ de vuelta

La copia es la forma m¨¢s sincera de homenaje, o eso se dice. Pero la mejor quiz¨¢ sea coger las bases de algo y evolucionarlas desde el respeto hacia un producto que sea fiel a la esencia mientras a?ade novedades interesantes. Y eso es lo que hace este Daymare 1998 respecto a la franquicia Resident Evil, y especialmente sus primeras entregas.

Fruto del esfuerzo de un peque?o equipo que empez¨® intentando reinventar Resident Evil 2 para los tiempos modernos, pero que, m¨¢s importante a¨²n, son fans y gente que ha interiorizado muy bien qu¨¦ hace especial a la saga de Capcom, Daymare toca en lo jugable todas las teclas correctas.

Desde el dise?o de niveles a los recurrentes puzles, pasando por la limitada cantidad de munici¨®n o vida, las sensaciones de cada nivel recuerdan irremediablemente a las que transmit¨ªan en su d¨ªa los juegos de la compa?¨ªa de Osaka. Pero a su vez la jugabilidad se ha trasladado bien a la c¨¢mara en tercera persona, similar a los modernos Resident Evil.

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Pensar antes de disparar

Una jugabilidad que es el punto m¨¢s destacado de este t¨ªtulo. Como suele pasar con los juegos de equipos peque?os cocinados a fuego lento, ha habido tiempo para pulir los peque?os detalles y generar nuevas mec¨¢nicas interesantes. Una de ellas es la forma de recargar las armas. Lo que en otros juegos es algo casi autom¨¢tico, lleve m¨¢s o menos tiempo en realizarse, aqu¨ª adquiere un componente mucho m¨¢s estrat¨¦gico. La munici¨®n que recojamos en nuestro inventario podremos combinarla desde all¨ª con nuestras armas, lo cual lleva un tiempo durante el que estamos vendidos, o bien distribuirla en cargadores (contaremos con un par de ellos), que podremos cambiar al toque de un bot¨®n.

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Pero ojo, una simple pulsaci¨®n r¨¢pida har¨¢ que el cargador equipado caiga al suelo, donde deberemos recuperarlo. Si queremos recargar bien, esto llevar¨¢ su tiempo. Y si el cargador se descarga, habr¨¢ que volver a llenarlo desde el inventario. Esto hace que, aunque no haya hordas de enemigos, cualquier encuentro suponga un reto.

La ubicaci¨®n de los enemigos est¨¢ tambi¨¦n en general muy bien pensada, para que no podamos respirar tranquilos al abrir una puerta, sin saber lo que hay detr¨¢s. Tambi¨¦n hay habitaciones y taquillas que solo podremos abrir si contamos con un cable multifunci¨®n, y superamos un peque?o puzle de hackeo.

Si nos quedamos sin munici¨®n, podremos simplemente golpear a los enemigos, pero esta mec¨¢nica est¨¢ ajustada para que suponga un reto que puede acabar con nuestro personaje perdiendo un cacho importante de su barra de vida. Aparte de gastar energ¨ªa, tendremos que tener una enorme precisi¨®n en el momento de ejecutar el movimiento, con la incertidumbre de si solo un golpe (o disparo) habr¨¢ acabado con el no muerto. De hecho, no podemos desconfiarnos porque pronto pueden volver a levantarse si nos descuidamos y sorprendernos ocupados con otra cosa.

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No descansaremos ni en el inventario

Para usar el inventario, el mapa y los documentos utilizamos un dispositivo que no pausa la partida mientras lo usamos, lo que nos requiere, en un juego que carece de ¡°zonas seguras¡± al 100%, de tener en cuenta nuestro entorno antes de ponernos a trastear. S¨ª hay un sistema de cajas para dejar las cosas que no necesitemos y tomarlas de nuevo en otro momento.

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Remix de terror

Respecto a la historia, nos encontramos con un peque?o remix de historias y situaciones vistas en diversos t¨ªtulos la franquicia Resident Evil, que nos remiten inevitablemente a entregas de la primera a la quinta. Todo ello enlazado con una trama de fondo interesante pero una ejecuci¨®n en di¨¢logos y cinem¨¢ticas un tanto t¨®pica y manida. Es sobre todo una pena que no se explore m¨¢s el aspecto de la esquizofrenia y alucinaciones que hace presencia, pero al que no se le saca el jugo.

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Parte de la historia se revela a partir de documentos, al m¨¢s estilo Resident Evil. Personajes de todo tipo se molestar¨¢n en anotar todo lo que pasa casi como si supieran que vamos a encontrarlos y quisieran darnos informaci¨®n necesaria. Aqu¨ª se ha innovado convirti¨¦ndolos en contrase?as que podremos desbloquear yendo a un sitio web de internet e introduciendo el c¨®digo correspondiente.

Tambi¨¦n es una pena hasta cierto punto que el juego no tenga una mayor variedad de enemigos, pero se le perdona porque adem¨¢s hay un componente estrat¨¦gico al respecto, con formas m¨¢s eficientes de acabar con cada uno, y sus dise?os se integran bien en los escenarios. Estos a su vez se arriesgan con algunas decisiones originales. A los t¨ªpicos ambientes de laboratorio que podr¨ªamos asociar un juego as¨ª se a?aden localizaciones urbanas e incluso boscosas.

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En las partes m¨¢s abiertas, el juego nos fuerza a evitar una mayor cantidad de zombis de lo normal, adem¨¢s de haber momentos donde no buscar refugio har¨¢ que nuestra m¨¢scara de gas se sature, por lo que deberemos correr al siguiente lugar seguro. Por desgracia, en estos entornos abiertos la parte t¨¦cnica del juego muestra sus costuras, con un evidente pop-in y falta de densidad de elementos, especialmente en el bosque.

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Costuras en lo t¨¦cnico

Y es que frente al mimo de la parte jugable, la t¨¦cnica, aunque raya a un nivel aceptable y nada alejado de lo que podr¨ªamos esperar de un juego de grandes empresas de hace una d¨¦cada (recordando a t¨ªtulos como Zombie U), s¨ª est¨¢ algo desfasado y no puede competir con un AAA actual. Un aspecto que se nota sobre todo en dos aspectos, la tasa de fotogramas (que ranquea un poco aunque sin ca¨ªdas exageradas) y los personajes, que especialmente en las cinem¨¢ticas muestran animaciones un tanto rob¨®ticas y un aspecto algo irreal. Tambi¨¦n de vez en cuando hay texturas que tardan en cargar, un fallo muy t¨ªpico de la pasada generaci¨®n. Nada en cualquier caso a lo que no se acostumbre el jugador al poco rato, y en un juego que a pesar de los sustos no es precisamente un shooter, no condiciona de forma seria la jugabilidad.

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Tambi¨¦n se aprecia que en el fondo estamos ante el fruto de un equipo peque?o en la falta de testeo, con algunos bugs que pueden hacerse algo irritantes: a veces la opci¨®n de volver al ¨²ltimo checkpoint no funciona, otras los documentos que encontramos no se muestran en pantalla, desincronizaci¨®n de audio y v¨ªdeo en cinem¨¢ticas, hay prompts que nos indican que pulsemos un bot¨®n pero no hacen nada (especialmente frecuentes en puertas abiertas), cinem¨¢ticas que si volvemos al men¨² de la consola y las retomamos se quedan en negro¡­). Pero aunque afeen, ser¨ªa injusto decir que arruinen una experiencia que, en general, rezuma saber hacer y mimo.

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Un mimo que se traslada a la localizaci¨®n, que aunque tiene problemas con las limitaciones de las cajas de texto, en general es de bastante calidad, aparte del detalle que supone que el juego venga totalmente traducido al espa?ol. Menci¨®n aparte merece el apartado sonoro, con doblaje ingl¨¦s de calidad y un importante mimo en los efectos de sonido, parte imprescindible de cualquier producto de terror que se precie.

(Este an¨¢lisis se ha realizado en la versi¨®n de PS4)