An¨¢lisis de Bound

Si at¨¢semos en corto a Kazimir Mal¨¦vich, el suprematismo arquitect¨®nico, la bailarina Maria Udod y el minimalismo krautiano experimental quiz¨¢s el resultado pueda estar antes en cualquier exposici¨®n con aires pretenciosos que en el hogar de un videojugador, pero si anudamos la mezcla con una historia aparentemente costumbrista y cerramos el paquete con aquello que los videojuegos llevan haciendo desde casi sus inicios, las plataformas, puede que "Bound" empiece poco a poco a apretar sus cuerdas dejando marca en nosotros.

Podemos definir Bound como una obra vanguardista o pretenciosa y ambas afirmaciones estar¨ªan en lo cierto y equivocadas al mismo tiempo: Lo amar¨¢s o lo detestar¨¢s. Pero este contraste tan acusado ha logrado algo interesante, no dejar indiferente a nadie. Pese a estar Santa M¨®nica Studios tras la producci¨®n del videojuego, el desarrollo corre a manos de Plastic, estudio polaco que ya hizo sus pinitos a?os atr¨¢s con t¨ªtulos como Catzilla, Datura y Linger in Shadows.

Poni¨¦ndonos en situaci¨®n, manejamos a dos personajes con percepciones de la realidad de un mismo individuo distanciadas en el tiempo: Una mujer adulta embarazada y una bailarina de semblante adolescente con mentalidad infantil. La primera otorga la parte terrenal, lo que vemos es lo que hay. La segunda nos transmite una visi¨®n m¨¢s espiritual, una idea metaf¨®rica y endulzada de su infancia aderezada con un detalle sobre la experiencia y vivencias de la mujer adulta que la imagina: la posibilidad de bailar, algo que en ning¨²n momento de la historia nos dicen que haga o haya hecho en su ni?ez y podemos entender que practic¨® en el lapso de tiempo que separa ambas historias. Lo que s¨ª sabemos es que tras la captura de movimientos se encuentra Maria Udod, bailarina ucraniana que demuestra con gran talento sus habilidades sobre las tablas.

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Se ha definido como un "plataformas procedural", pero que esta afirmaci¨®n no te confunda, el mundo no se genera de manera aleatoria al comenzar una nueva partida y los niveles siempre ser¨¢n iguales, aunque s¨ª juega con una decisi¨®n de dise?o interesante: a medida que avancemos los bloques ir¨¢n formando bajo nuestros pasos el camino a seguir. Esto juega un papel m¨¢s importante de lo que a priori pueda parecer, si bien las plataformas no entra?an mucha dificultad, los saltos resultan bastante sencillos y quiz¨¢s el principal enemigo que nos encontremos aqu¨ª sea la c¨¢mara, existen rutas alternativas que incrementan la complejidad de estos en pos de reducir el trayecto existente hasta llegar al final de cada fase. Su descubrimiento no ser¨¢ nada f¨¢cil gracias a/por culpa de la idea "procedural" antes mencionada, al no poder ver siempre con antelaci¨®n el camino a seguir nos costar¨¢ saber por donde queremos ir. Estas parecen ir principalmente orientadas al modo speed run del que ya hablaremos m¨¢s adelante. Recupera antiguas ideas olvidadas en el g¨¦nero como el salto entre esferas con gravedad propia, al m¨¢s puro estilo Super Mario Galaxy o los cambios de perspectiva como ya hizo Echocrome de psp en su momento de manera bastante loable (y Maurits Cornelis Escher en sus obras pict¨®ricas, no olvidemos la potente carga art¨ªstica que tiene Bound). Los movimientos son gr¨¢ciles, imitando pasos de baile, tanto en tierra como danza a¨¦rea y alternando su interpretaci¨®n seg¨²n necesidades: no ser¨¢n los mismos cuando rebotemos entre paredes, andemos por un saliente o subamos escaleras, todos ellos guardar¨¢n siempre consonancia con esta expresi¨®n art¨ªstica. Bailar ser¨¢ la ¨²nica manera para librarte de los peligros.

El viaje por el mundo on¨ªrico es el motor principal de la historia y que arranca con la curiosidad del jugador, a lo largo del trayecto iremos creando nuestras propias teor¨ªas de lo vivido, aunque esto no tardar¨¢ en cambiar. En un videojuego que nos hace surcar la psique de una adulta recordando c¨®mo ve¨ªa el mundo de ni?a con su simbolismo, que explora mediante met¨¢foras visuales acontecimientos importantes para la protagonista, algo que no resulta extra?o y a lo que deber¨ªamos estar acostumbrados sabiendo que autores de otras artes como Alejandro Jodorowsky o David Lynch llevan haci¨¦ndolo d¨¦cadas, llega el punto m¨¢s flojo, la resoluci¨®n o la escesiva explicaci¨®n. Mediante unas escenas que iremos componiendo a medida que avancemos en primera persona, nos mostrar¨¢n la realidad detr¨¢s de la met¨¢fora del nivel completado dando como resultando algo excesivo y en ocasiones innecesario. Esto cerca las ideas y coacciona la libertad de pensamiento del jugador tirando casi por tierra teor¨ªas e interpretaciones posibles, algo que por otro lado le hubiese venido bien para mantener a la comunidad m¨¢s activa y por ende hablando del t¨ªtulo.

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Bound no nos durar¨¢ m¨¢s de 3 ¨® 4 horas en su primer viaje, aunque existen "dos finales" posibles que se basan en una decisi¨®n de un momento concreto. Tras completarlo se nos desbloquear¨¢ el modo "Speed run" aumentando as¨ª su vida para aquellos que les guste jugar contra la marca y en el que tendremos que hacer gala de nuestras dotes interpretativas en cada salto a la hora de buscar el camino lo m¨¢s corto posible, como ya comentamos antes al hablar del supuesto "dise?o procedural".

En su momento el tr¨¢iler nos dej¨® un sorprendente montaje con la bailarina a ritmo de la m¨²sica y cada paso perfectamente sincronizado. No es que el apartado sonoro sea el m¨¢s flojo del t¨ªtulo, si escuchamos su banda sonora por separado resultar¨¢ toda una delicia auditiva, pero parece no terminar de encajar de todo con la acci¨®n que supuestamente busca representar. La m¨²sica da la sensaci¨®n de ir bastante inconexa con los momentos y situaciones logrando que no le rindamos la cuenta que tal vez se merezca.

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Su apartado gr¨¢fico no brilla en demas¨ªa, pero sabe suplirlo con un dise?o art¨ªstico muy preciosista. Cada fragmento del mundo entroncar¨¢ con obras de grandes art¨ªsticas del suprem¨ªsimo ruso (Kazimir Mal¨¦vich como principal exponente) y lograr¨¢n que a lo largo de la aventura nos hagamos acopio de capturas explotando el modo foto que trae. Los colores minimalistas y planos sobre formas geom¨¦tricas b¨¢sicas funcionan de manera incre¨ªble para componer toda la ¡°pista de baile¡± de nuestra protagonista.