A Plague Tale: Requiem, an¨¢lisis. Hermanos para siempre

En 2019, Asobo Studio nos sorprendi¨® con uno de esos proyectos que durante los ¨²ltimos a?os no hemos visto tan a menudo como nos gustar¨ªa, esos doble A o producciones medianas tan caracter¨ªsticas de generaciones pasadas. Porque no todo es blanco o negro; porque debe haber espacio para todo tipo de propuestas m¨¢s all¨¢ del GOTY o del fracaso de turno.

La aventura de Amicia y Hugo de Rune cautiv¨® a muchos jugadores gracias, entre otras cosas, a la visi¨®n sobrenatural del estudio sobre un atractivo contexto hist¨®rico: Francia en el siglo XIV, en mitad de la Guerra de los Cien A?os con la Santa Inquisici¨®n sometiendo al pueblo y la Peste Negra devorando todo lo que se interpon¨ªa en su camino. Tres a?os despu¨¦s, el viaje contin¨²a.

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Sangre de mi sangre

A Plague Tale: Innocence se centr¨® en la evoluci¨®n de Hugo, el hijo menor de los Rune y su misteriosa aflicci¨®n llamada Primera M¨¢cula, algo que comenzamos tratando como una enfermedad hasta que nos dimos cuenta de que era m¨¢s adecuado calificarlo como una maldici¨®n de transmisi¨®n sangu¨ªnea. Una derivaci¨®n sobrenatural de la Peste Negra, la enfermedad que se llev¨® la vida de cientos de millones de personas en Europa entre los a?os 1347 y 1353.

Durante los hechos acontecidos en el t¨ªtulo original, Hugo fue superando etapas de la enfermedad hasta cruzar el umbral que le permiti¨® beneficiarse del lado positivo de la misma, dejando atr¨¢s los peores efectos secundarios y adquiriendo el poder de dominar a las ratas y poner fin tanto a la plaga, como a sus propias dolencias. La calma antes de la tormenta, ya que despu¨¦s de varios meses de tranquilidad, nada m¨¢s comenzar el juego nos damos cuenta de que las cosas no van tan bien como pens¨¢bamos...

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Sin entrar en spoilers de ning¨²n tipo y simplificando mucho las cosas, os diremos que el objetivo de este nuevo viaje es hallar una cura para la enfermedad. Eso, y que la ¨²nica pista que tenemos ni siquiera es demasiado alentadora: una visi¨®n on¨ªrica del propio Hugo en la que, vagamente y sin una base s¨®lida que nos permita sacar conclusiones, vemos una isla, un misterioso p¨¢jaro y lo que parece ser una especie de templo. ?Es un sue?o como otro cualquiera o una premonici¨®n?

Lo que m¨¢s no ha gustado de la historia, a pesar de alg¨²n que otro cap¨ªtulo donde el ritmo sufre altibajos y algunos peque?os arcos argumentales se alargan en exceso, es la evoluci¨®n de sus protagonistas, especialmente en el caso de Hugo. El juego tiene la capacidad de sorprendernos gracias a una sucesi¨®n de giros argumentales que, en compa?¨ªa del desarrollo jugable, se bastan para mantenernos pegados a la pantalla hasta el final.

Amicia tambi¨¦n es digna de menci¨®n, ya que no tiene m¨¢s remedio que superarse a s¨ª misma mientras trata de lidiar con el desorden mental de su hermano peque?o, algo l¨®gico propiciado por la espiral de emociones que se ve obligado a experimentar. En esta entrega se suman varios personajes in¨¦ditos que, por motivos obvios, no vamos a desvelar, y la verdad es que no est¨¢n nada mal, si tenemos en cuenta que su papel es completamente secundario.

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M¨¢s ?y mejor?

¡°Tendencia a prolongar una situaci¨®n, una pr¨¢ctica o un comportamiento¡±, dicen los diccionarios si buscamos el significado de continuismo. Y esa es la palabra que mejor define a A Plague Tale: Requiem. Porque todo es pr¨¢cticamente igual: una sucesi¨®n de cap¨ªtulos en los que se alternan las secciones narrativas con control limitado, las encerronas en las que nos toca huir o derrotar a todos los enemigos y un buen pu?ado de acertijos tan simples como repetitivos. En la suma de los elementos, esto no deber¨ªa ser un defecto, pues no deja de ser la misma propuesta que nos conquist¨® en 2019. Sin embargo, las escasas novedades que pone sobre la mesa no son suficientes para paliar la p¨¦rdida de frescura del conjunto.

Romper el enganche de una cadena con la honda, accionar manivelas con la ayuda de nuestro compa?ero y empujar carros para ascender a lugares elevados. No necesariamente en ese orden, pero repetido hasta la saciedad. Y no, no es divertido y nos lleva a una sensaci¨®n de d¨¦j¨¤ vu constante. El juego abusa de este tipo de situaciones y, sinceramente, creemos que no aportan pr¨¢cticamente nada a estas alturas. Lo mismo sucede cuando entran en escena las hordas de ratas: encender y apagar fuegos, aprovechar ciertos elementos del escenario para distraerlas, ayudarnos de ellas para que no dejen ni los huesos de los soldados enemigos¡­ Nada que no hayamos visto una y mil veces en la primera entrega, y que aqu¨ª nos toca ver muchas veces m¨¢s.

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El punto positivo lo tenemos, precisamente, en las ratas. Pero no por la manera en la que interactuamos con ellas, sino por su puesta en escena y protagonismo en determinadas secciones prefijadas. Gracias a las posibilidades que brinda el hardware de las consolas de nueva generaci¨®n, ahora hay decenas de miles de ellas; antes destrozaban mesas y carruajes, y ahora consumen ciudades enteras a su paso. De cara a impulsar la narrativa, algunas situaciones en las que debemos huir de la horda son realmente espectaculares y nos dejan momentos memorables.

La apuesta por escenarios m¨¢s abiertos que en la anterior entrega hace que el conjunto quede condenado a vivir entre luces y sombras. Por un lado, la extensi¨®n de algunas ubicaciones hacen que el t¨ªtulo evolucione en lo que respecta a esas situaciones en las que podemos superar a los enemigos peleando con ellos o tratando de ocultarnos entre las sombras. Ahora hay m¨¢s posibilidades a la hora deplantarles cara: atraerlos a una zona y escapar por otra, jugar con las coberturas para acabar con todos uno por uno sin que el resto se percate de nuestra presencia¡­ Todo funciona exactamente igual que en su predecesor, pero algunos tramos se sienten menos encorsetados.

Sin embargo, por otro tenemos los entornos abiertos en los que la ¨²nica compa?¨ªa es el componente narrativo. No nos han terminado de convencer estas secciones, puesto que avanzar se torna un tanto confuso y, sobre todo, tedioso debido a las limitaciones en el control, las barreras invisibles y los problemas de ritmo. Por poneros un ejemplo, hay un cap¨ªtulo que nos ha recordado ¡ªsalvando las distancias¡ª a la zona de Madagascar en Uncharted 4: El Desenlace del Ladr¨®n, pero en lugar de enemigos, tenemos di¨¢logos que se alargan en exceso y viajes de ida y vuelta que rozan lo sopor¨ªfero. Este es uno de los motivos por los que no vemos demasiados alicientes de cara a rejugarlo.

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Tampoco nos han gustado demasiado los combates, uno de los apartados m¨¢s cuestionados de la primera entrega. Y es que, a pesar de que ahora tenemos m¨¢s posibilidades, en el fondo todo est¨¢ pensado para que hagamos lo que el juego quiere. Imaginad que el objetivo es escapar por una puerta situada al fondo de una plaza, y ahora pensad que un enemigo colocado a siete metros de nuestra posici¨®n nos ha visto. Pues bien, si interactuamos con dicha salida, el rival se teletransportar¨¢ a nuestra espalda para impedirlo por arte de magia. Se podr¨ªa haber trabajado en algo m¨¢s din¨¢mico y con menos imposiciones.

Como en Hollywood, con matices

Es muy probable que los problemas y limitaciones jugables que le achacamos sean fruto de la obsesi¨®n de Asobo Studio por ofrecernos un aut¨¦ntico espect¨¢culo audiovisual. Al fin y al cabo, cuando uno se pone a los mandos de A Plague Tale: Requiem y se deja llevar por todo lo que est¨¢ viendo, no puede dejar de pensar que es una superproducci¨®n en toda regla. El apartado gr¨¢fico es un esc¨¢ndalo y las im¨¢genes hablan por s¨ª solas. Adem¨¢s, la direcci¨®n de arte est¨¢ a un gran nivel y nos cautiva desde el primer momento. Estamos ante un t¨ªtulo que no est¨¢ lejos de los m¨¢s punteros del mercado.

Tampoco se queda atr¨¢s el apartado sonoro; la banda sonora ralla a un buen nivel y los instrumentos como el viol¨ªn brillan con luz propia, mientras que el doblaje al espa?ol, principal novedad en esta nueva entrega, es correcto ¡ªsin alardes¡ª y siempre es un reclamo para los usuarios de nuestra comunidad. En definitiva, nos encontramos con un t¨ªtulo de bella factura, que no envidia nada a esos AAA que destacan por la cantidad de millones que requieren sus desarrollos. Un 10 para el equipo en este sentido.

En lo que respecta al rendimiento t¨¦cnico, hay que decir que el juego no ofrece la posibilidad de alternar entre los habituales modos que priorizan la fidelidad visual o el rendimiento; pr¨¢cticamente no tiene opciones gr¨¢ficas y funciona con 40 FPS, siempre que se ejecute en una pantalla de 120 Hz, as¨ª que en el resto se establece en 30 FPS. En pleno 2022 y con las consolas de nueva generaci¨®n d¨¢ndolo todo (Xbox Series X en nuestro caso), no nos queda m¨¢s remedio que aferrarnos a que el estudio lo solvente en futuras actualizaciones, porque jugar a 60 im¨¢genes por segundo ya es algo a lo que nos hemos acostumbrado.