C¨®mic
¡®Kick-Ass¡¯, rese?a. Mark Millar pone del rev¨¦s el g¨¦nero de superh¨¦roes
Al igual que hiciera Alan Moore a finales de los 80, el guionista escoc¨¦s cuestiona la moral, las motivaciones y los actos de los personajes tras las m¨¢scaras.
Hasta la aparici¨®n en 1986 del ¡®Watchmen¡¯ de Alan Moore la mayor¨ªa de los superh¨¦roes, tanto de Marvel como de DC, eran bastante planos y una moralidad excesivamente puritana. El guionista de Northamptom demoli¨® los cimientos del g¨¦nero presentando unos personajes humanizados, algunos de ellos con el alma tan oscura como la de los villanos a los que persegu¨ªan y con un grado de violencia superior al que estaba acostumbrado el lector. El ¨¦xito y la calidad de la serie fueron tales que cambiaron para siempre el paradigma superheroico.
Dos d¨¦cadas despu¨¦s otro guionista de las islas brit¨¢nicas repet¨ªa operaci¨®n con Los Vengadores; Millar constru¨ªa con ¡®Ultimates¡¯ un nuevo universo Marvel donde sus protagonistas ya no eran el canon de la perfecci¨®n: beb¨ªan, eran violentos incluso con sus parejas, estaban por encima de la sociedad¡ Un enfoque que ya hab¨ªa probado antes con ¡®Authority¡¯ a?os antes en Wildstorm, un sello adulto de DC.
Pero todas ellas ten¨ªan un punto en com¨²n: la presencia de seres con superpoderes, de hecho, alguno de ellos de un nivel desconocido hasta ese momento (Dr. Manhattan). As¨ª que Millar le da una nueva vuelta de tuerca a esa deconstrucci¨®n del g¨¦nero superheroico poniendo en el centro de la funci¨®n a un joven adolescente que, influenciado por las lecturas de c¨®mics y sin tener ning¨²n tipo de poder ni habilidad personal, se embarca en una cruzada contra los criminales de su ciudad.
Realista y violenta
A trav¨¦s de los ojos de este moderno Don Quijote repasa las motivaciones que impulsan a una persona a embutirse en un traje de neopreno y liarse a golpes con cualquier delincuente que se cruce en su camino. Pero a diferencia de los grandes ideales de los personajes de DC o Marvel, aqu¨ª el motor es m¨¢s mundano: aventuras y reconocimiento. Y el resultado de los enfrentamientos, tambi¨¦n: la primera misi¨®n acaba con David apu?alado y apalizado en el hospital y una recuperaci¨®n de seis meses.
Millar tira de clich¨¦s y va introduciendo en el relato nuevos compa?eros para el superh¨¦roe, algunos son un desastre y otros unas m¨¢quinas de matar, as¨ª que poco a poco la historia se va haciendo m¨¢s oscura y lo que parec¨ªa un cuento infantil se transforma en una violenta trama en la que se cruzan mafiosos y asesinos de primer nivel. Las p¨¢ginas est¨¢n salpicadas de gui?os a colecciones y momentos famosos de la historia del c¨®mic. Hay un segundo nivel de lectura para los amantes del noveno arte.
Un dibujante de garant¨ªas
Si Millar es uno de los cinco mejores guionistas del g¨¦nero en los ¨²ltimos 25 a?os, en la misma categor¨ªa de superestrella puede encasillarse a John Romita Jr., uno de los dibujantes estelares de Marvel. Por sus l¨¢pices han pasado casi todos los iconos de Marvel: Spider-Man, Iron Man, X-Men, Daredevil, Thor, Punisher, Hulk, Vengadores, Black Pnather, Vision, Wolverine¡ Empez¨® en la casa de las ideas all¨¢ por 1977 y lleva en el negocio desde entonces. Ya hab¨ªa coincido con Millar en ¡®Lobezno: Enemigo de estado¡¯.
Su estilo de dibujo destaca por su dinamismo por lo que resulta ideal para un relato como este donde las peleas cuerpo a cuerpo son una constante. Utiliza estructuras sencillas, aunque tiende a no repetirlas, y var¨ªa su tama?o y disposici¨®n en funci¨®n del relato. Otra de sus virtudes son sus encuadres agresivos, aunque sufre en las recreaciones de las caras.
Conclusi¨®n
Kick-Ass es un gran c¨®mic que vuelve a cuestionarse los engranajes que mueven el g¨¦nero superheroico. Hasta ahora hab¨ªamos visto personajes irreales en mundos perfectos, vigilantes humanizados en paisajes inventados y superh¨¦roes en mundos reales. Pero Millar es el primero que une personas y escenarios reales y el resultado es divertido, sorprendente y por momentos inquietante.