Cine
Cr¨ªtica de ¡®Civil War¡¯, una guerra de mentira y una pel¨ªcula de verdad
La nueva pel¨ªcula de Alex Garland (¡®Ex Machina¡¯, ¡®Aniquilaci¨®n¡¯) es una road movie que invita a recorrer una Estados Unidos en plena guerra civil.
Es una pena lo poco que se habla de Alex Garland. Ahora que Steven Spielberg ha nombrado mes¨ªas de la ciencia ficci¨®n a Denis Villeneuve, no seremos nosotros quienes tosan al director canadiense, pero s¨ª quienes mencionen el nombre de Garland como su inmediato perseguidor. Para todo rey ha de haber un pr¨ªncipe y quien mejor que este londinense de 53 a?os que hizo los guiones de ¡®28 a?os despu¨¦s¡¯, ¡®Sunshine¡¯ y ¡®Dredd¡¯. O lo que es lo mismo, que sabe de zombis, viajes espaciales y distop¨ªas.
Novelista de formaci¨®n (y con libros adaptados a la gran pantalla por los mism¨ªsimo Danny Boyle y Leonardo DiCaprio, como es el caso de ¡®La playa¡¯), Garland tambi¨¦n controla de videojuegos y firm¨® los guiones de Enslaved: Odyssey to the West y DmC: Devil May Cry. El primero de ellos sigue siendo un nombre recurrente al hablar de las grandes historias que ha dado este medio. El caso es que un d¨ªa se hart¨® de limitarse a escribir y se puso a los mandos de sus propias producciones. Gracias a ello disfrutamos de ¡®Ex Machina¡¯, ¡®Aniquilaci¨®n¡¯ y la serie ¡®Devs¡¯, tres obras imprescindibles para los fans del g¨¦nero.
Su ¨²ltimo trabajo fue una internada en el cine de terror conocida como ¡®Men¡¯. Un traspi¨¦s que le oblig¨® a ¨¦l a retroceder a la casilla de salida y a nosotros a tener que recordar hoy d¨ªa que quien est¨¢ detr¨¢s de ¡®Civil War¡¯ no es un desconocido, sino un talento especial y a menudo infravalorado cuya filmograf¨ªa y carrera est¨¢ plagada de joyas. Por eso no deber¨ªa sorprender que ¡®Civil War¡¯ sea tan buena. S¨®lo deber¨ªa desconcertar que, a pesar de todo lo expuesto en estos p¨¢rrafos, la pel¨ªcula no parece de ciencia ficci¨®n, sino real como la vida misma.
¡®Civil War¡¯ no es una pel¨ªcula b¨¦lica o de acci¨®n, tampoco un thriller pol¨ªtico. Estamos ante una road movie cuyas escenas est¨¢n cortadas por una tensi¨®n que recuerda al pulso del mejor Rodrigo Sorogoyen (¡¯Antidisturbios¡¯, ¡®El reino¡¯). La cinta nos presenta una Estados Unidos en plena Guerra Civil y a cuatro periodistas que se atraviesan el pa¨ªs de una punta a otra. Su objetivo es conseguir una entrevista con el presidente antes de que los secesionistas (curiosamente los buenos) tomen la Casa Blanca y acaben con su vida, algo que parece inminente. El espectador sigue por tanto un apasionante viaje en coche en el que cada repostaje supone jugarse el cuello y cada nuevo estado que se atraviesa levanta preguntas sobre su ideolog¨ªa y su posici¨®n en el conflicto.
La producci¨®n es sencillamente impecable. Garland nunca hab¨ªa tenido semejante presupuesto y sabe aprovecharlo con una puesta en escena espectacular y grandilocuente a cargo de Rob Hardy. Ninguna de sus pel¨ªculas hab¨ªa sido tan ambiciosa ni lucido tan bien. Lucido y sonado, claro. Porque a nivel auditivo es una experiencia a¨²n m¨¢s intensa y demoledora si cabe. Al ser reporteras gr¨¢ficas dos de las protagonistas, el director juega a menudo a reflejar escenas dur¨ªsimas con las im¨¢genes est¨¢ticas que ellas fotograf¨ªan y mezclando los gritos de fondo y las explosiones con canciones pop y con g¨¦lidos silencios s¨®lo interrumpidos por el disparador de sus c¨¢maras. Es elegante, personal y como suma de ambas, cautivadora.
Al frente de la historia tenemos a una Kirsten Dunst en estado de gracia que se ve escoltada por el gemelo perdido de Pedro Pascal, Wagner Moura; el actor desaparecido de ¡®Dune¡¯, Stephen Henderson; y una Cailee Spaeny que presenta el mayor desaf¨ªo a la verosimilitud de la obra. Por un lado est¨¢ excelsa y por otro luce demasiado joven para tener sentido en ese mundo y en los flirteos en los que a veces se ve envuelta.
Con todo, el rendimiento del reparto es magistral. Desde sus interpretaciones hasta el dise?o de su personalidad, pasando por sus relaciones y por c¨®mo se comportan ante todo cuanto van viviendo en el viaje. Gran culpa de que la pel¨ªcula funcione como lo hace son esos cuatro actores que se ganan nuestra simpat¨ªa e inter¨¦s desde los primeros minutos. Hacen que nos preocupemos con ellos y que queramos conocerles y que todo les vaya bien.
?Qu¨¦ problema hay entonces? Si el planteamiento es bueno, la cinematograf¨ªa acompa?a y los actores est¨¢n perfectos, ?estamos ante otra obra maestra del s¨¦ptimo arte? Casi, pero por desgracia no. Falla lo ¨²ltimo que esper¨¢bamos que fallara en una cinta de Garland: el guion.
Sin ser malo, ni much¨ªsimo menos, s¨ª lo encontramos demasiado fr¨ªo y distante para nuestro gusto personal. El autor no se atreve a pisar un solo charco con ¨¦l. Nunca termina de explicarnos qu¨¦ ha pasado exactamente en Estados Unidos, jam¨¢s saca conclusiones por s¨ª mismo sobre ning¨²n tema y su cr¨ªtica a los paletos y racistas de la Am¨¦rica profunda parece demasiado blanda y superficial.
En un momento dado de la cinta, el personaje de Kirsten Dunst explica que los periodistas se limitan a documentar y que las preguntas y reflexiones sobre lo documentado han de hacerlas otros. Su director se toma esa frase como un mantra y expone una realidad pr¨®xima y aterradora, pero no ofrece causas ni soluciones. La guerra parece entonces un escenario de cart¨®n, falsa y sin importancia. Garland tampoco deja muy claro sobre qu¨¦ hemos de cuestionarnos exactamente. ?Acerca de la banalizaci¨®n de la violencia y las diversas reacciones que ¨¦sta genera en el ser humano? ?Sobre el papel de la prensa? ?Quiz¨¢s acerca de la vida de los reporteros de guerra que ya vi¨¦ramos en pel¨ªculas como ¡®Mil veces buenas noches¡¯ y ¡®La corresponsal¡¯? Siembra un poco de todo y se mantiene a una distancia c¨®moda y seguro, extra?o contraste con unos personajes en primera l¨ªnea.
Esta ambig¨¹edad, que habr¨¢ quien encuentre hipn¨®tica y sugerente, no molesta apenas a lo largo de las cerca de dos horas que dura la pel¨ªcula. Las escenas de acci¨®n entran por los ojos y o¨ªdos, los encontronazos con for¨¢neos le hacen a uno mantener la respiraci¨®n y las conversaciones entre los protagonistas rezuman ternura e intimidad. El problema aparece cuando uno rasca en busca de ¡°algo m¨¢s¡±, cuando llega ese final que no termina de golpear como debiera y el espectador se da cuenta de que carece de su esperado alegato y desconoce el pasado de los personajes como le hubiera gustado. Parece faltar una pieza.
Conclusiones
¡®Civil War¡¯ es la pel¨ªcula m¨¢s ambiciosa de Alex Garland y tambi¨¦n uno de los mejores trabajos de su filmograf¨ªa. Una road movie apasionante que nos invita a recorrer una Estados Unidos devastada junto a cuatro periodistas capaces de encontrar la belleza en medio de cualquier tiroteo. Sus actuaciones y cinematograf¨ªa, ambas portentosas, se suman a una sucesi¨®n de escenas que rebosan tensi¨®n y adrenalina. La cinta resulta tan buena que es una l¨¢stima que le falte un poco m¨¢s de trasfondo, pues al director y a muchos de sus personajes parecen darles igual el conflicto tratado y los personajes envueltos.