Crash Team Rumble, an¨¢lisis. Zapatero a tus zapatos

En el manga Death Note existe un poder llamado ¡°Ojo de shinigami¡±. Se trata de una habilidad que te permite ver cu¨¢nto tiempo le queda de vida a la gente. Tiene un alto precio (la mitad de tu propia vida), pero gracias a ella eres capaz de conocer con exactitud cu¨¢ndo morir¨¢ cada persona. Desde que los juegos servicio (GaaS) se volvieron el pan de cada d¨ªa en la industria, nos sentimos como si tuvi¨¦ramos ese poder. Hemos visto fracasar tantos proyectos con el mismo af¨¢n recaudador que ya hasta somos capaces de ver la fecha de caducidad en la tapa del yogur. Y creednos, ojal¨¢ no lo hici¨¦ramos. Resulta aterrador, sobre todo cuando el implicado es un viejo amigo cuya sentencia mortal est¨¢ a la vuelta de la esquina. Lo sentimos, Crash, pero ah¨ª no es.

El nuevo juego del marsupial, Crash Team Rumble, es un party game de partidas r¨¢pidas y cortitas en las que importan m¨¢s los golpes que los saltos. Pero que nadie espere una recopilaci¨®n de minijuegos como la de aquel m¨ªtico Crash Bash que se midi¨® a principios de los a?os dos mil con el Mario Party original y el siempre olvidado Sonic Shuffle. En esta ocasi¨®n nos encontramos ante un MOBA encubierto en el que un par de equipos de cuatro jugadores se baten por ver cu¨¢l logra recoger y depositar antes dos mil frutas wumpa en su base. No existen m¨¢s modos de juego y apenas contamos con cinco mapas de salida y ocho personajes disponibles.

Un MOBA encubierto

Como en cualquier MOBA, los personajes de Crash Team Rumble cuentan con diferentes roles. Los hay, por ejemplo, que se dedican a romper cajas y amasar fruta wumpa yendo de un lado a otro del escenario como pollos sin cabeza. Son los atacante: Crash, Tawna y Catbat. Su ant¨ªtesis ser¨ªan los defensores, una serie de forzudos que se apalancan en las inmediaciones de la base enemiga y tratan de impedir que los rivales sumen puntos a base de golpes. Ah¨ª estar¨ªan Dingodile y los doctores N. Brio y N. Tropy. Quedar¨ªan entonces los personajes de apoyo, a medio camino entre ambos mundos. Su misi¨®n es conquistar determinadas zonas del escenario que otorgan bonificaciones y coger reliquias con las que desbloquear armas y poderes para los compa?eros. Estos son Coco y Neo Cortex y ambos se alzan como los principales encargados de poner torretas defensivas, o de desbloquear habilidades tan locas como la que nos convierte en un bal¨®n de playa que arrolla todo a su paso. Entender nuestro papel es fundamental, pues sin juego en equipo no tenemos ninguna opci¨®n.

Aunque el control no es la delicatessen que Toys for Bob se marc¨® en Crash Bandicoot 4, moverse a base de giros, deslizamientos y saltos sigue siendo divertido y las partidas son din¨¢micas y entretenidas. Y a¨²n con sus diferencias, todos los personajes son ¨¢giles y agradables a los mandos. Los problemas de Crash Team Rumble son otros. Dos, en concreto: un sistema de progresi¨®n terrible y una propuesta plana, en gran medida debido a la acuciante falta de contenido.

Repetir hasta el infinito y m¨¢s all¨¢

En lo que al sistema de progresi¨®n se refiere, parece sacado de un juego para m¨®viles y es un desastre. Subiremos de nivel exageradamente despacio y se nos incitar¨¢ a grindear hasta lo absurdo para ganar cuatro recompensas cosm¨¦ticas contadas que oscilan entre lo anecd¨®tico y lo feo. Su pase de batalla actual no puede cargar una temporada de dos meses y medio sobre los hombros. Es absurdo, como tambi¨¦n lo es que no se pueda consultar en el propio lobby entre partidas. Por no hablar de los pocos desaf¨ªos que hay o la inexplicable decisi¨®n de premiarnos s¨®lo por hacer tres cosas: sumar frutas wumpa al marcador, golpear a otros para que no lo hagan o conquistar las zonas con gemas para ganar el bonus de puntuaci¨®n. ?Para qu¨¦ centrarnos, por ejemplo, en labores de m¨¦dico, si no se valora y no ofrece recompensa alguna? Existe mucho por desarrollar y pulir en este sentido. Demasiado. Faltan incentivos y motivos por los que pasarse diciendo ¡°una partidita m¨¢s¡± durante toda una tarde. No engancha.

Pero el pase todav¨ªa tendr¨ªa un pase (badum tsss) si las partidas fueran de lo m¨¢s emocionante y variado. No es as¨ª. Como dec¨ªamos, la propuesta es bastante plana. Al principio, Crash Team Rumble resulta divertido de puro accesible y din¨¢mico, pero tras un par de horas nos invadir¨¢ la monoton¨ªa y nos encontraremos haciendo lo mismo una y otra vez. Ya ni os contamos cuando os saqu¨¦is el 90% de los logros y trofeos (cosa de dos d¨ªas). Falta diversidad a todos los niveles. Echamos en falta m¨¢s objetos, habilidades y acontecimientos y eventos en general con los que cambiar el curso de un enfrentamiento. Desde los primeros compases suele quedar claro qui¨¦n va a ganar, las remontadas son un rara avis y las palizas est¨¢n a la orden del d¨ªa. Los escenarios son pocos e id¨¦nticos, mientras que los personajes est¨¢n desbalanceados (resultando evidente cu¨¢les son los mejores: N Tropy, Crash y N Brio, en ese orden). Pide a gritos nuevos objetivos, modos y posibilidades.

?Tiene futuro?

A d¨ªa de hoy, Crash Team Rumble es tan parco en contenido y tan repetitivo que tiene muy dif¨ªcil asentar cualquier clase de comunidad a su alrededor, lo que supone fracasar en su principal objetivo. Los n¨²meros de las primeras semanas parecen darnos la raz¨®n. La ¨²nica esperanza del juego es asumir la situaci¨®n y trabajar en silencio para solventar lo endeble de su oferta. Si lo hace, quiz¨¢s tenga suerte y pueda aferrarse a una segunda vida cuando baje de precio o sea carne de PlayStation Plus o Xbox Game Pass. Las declaraciones pueden antojarse duras, pero es inexplicable que no hayan apostado por el formato free to play.

Hemos esperado algunas semanas para ver c¨®mo era la evoluci¨®n, pero los eventos de fin de semana siguen siendo a todas luces insuficientes y los desaf¨ªos que rotan son demasiado escasos. De hecho, la primera adici¨®n de peso, Ripper Roo, llega tras unos d¨ªas en los que han saltado todas las alarmas, pues el n¨²mero de espectadores en Twitch ha sido de menos de 10 personas. Lo peor que le podr¨ªa pasar es que conserve tan poca comunidad que todos sean expertos y den la bienvenida ¡°a lo grande¡± a los reci¨¦n llegados, pues eliminar¨ªan as¨ª una de las pocas gracias del juego, la accesibilidad y diversi¨®n inicial. La base jugable no nos parece del todo mala, pero Crash Team Rumble va a necesitar un tratamiento de choque si de verdad quiere sobrevivir.