Chained Echoes, an¨¢lisis. El ¨²ltimo gran pelotazo que nos dej¨® 2022

El pixel art y los homenajes a los juegos de la era dorada de los 16 bits son a estas alturas, m¨¢s que una moda, una tendencia. Tambi¨¦n es cierto que no es oro todo lo que reluce, y que no basta el tir¨®n de la nostalgia para legitimar un enfoque que lo justifique todo. Podemos encontrar pues, juegos flojos, buenos y, como es el caso que nos ocupa, excepcionales. Porque s¨ª, Chained Echoes es un cl¨¢sico moderno. Deck13 nos trae un juego que desde ya, es referencia entre los JRPG, aumentando a¨²n m¨¢s la apuesta que ya supuso el genial Crosscode. Os invitamos a que le¨¢is nuestro an¨¢lisis para entender mejor el doble sentido que tiene, en este justificad¨ªsimo caso, esta definici¨®n.

Chained Echoes y el recuerdo de otra ¨¦poca

Y es que todo aqu¨ª es m¨¢s complejo y rico de lo que parece a simple vista. Mientras hay estudios de desarrollo independientes que se afanan por recrear los juegos de anta?o, Matthias Linda, casi ¨²nico responsable de Chained Echoes (Ya llegaremos a eso) se empe?¨® en traer de vuelta su recuerdo de estos juegos. Y es este un enfoque muy diferente, porque desde nuestra mente infantil, todo es mucho m¨¢s incre¨ªble de lo que, seguramente, era en realidad. As¨ª pues, Matthias se ha empe?ado en dar forma a la magia casi irreal que duerme poderosa e indeleble entre los algodones de la infancia.

Por poner un ejemplo claro, los fondos en Chained Echoes son m¨¢s detallados de lo que pudieron ser entonces en un juego de hace 30 a?os. Los encontramos m¨¢s coloridos, intentando igualar la hermosura y la grandeza de lo que guardamos en nuestra memoria, que lo que fueron realmente. Os habr¨¢ pasado alguna vez, reencontraros con una de vuestras pel¨ªculas favoritas de ni?o y pensar, no puede ser, pero si era maravillosa, c¨®mo es esto tan cutre. Ese es el punto.

Por otro lado, y aunque esto sea cierto, hay que decir que los principales referentes de Mattias Linda no han envejecido un ¨¢pice. No es volver a ver Mi amigo Mac y llevarse las manos a la cabeza, es enfrentarse a ET despu¨¦s de toda una vida y llorar de nuevo. En las entra?as de Chained Echoes laten fuertes Chrono Trigger, Suikoden II. Terranigma, Xenogears o Final Fantasy VI, por poner tres ejemplos evidentes.

Adora lo que amas, destr¨²yelo despu¨¦s y levanta una catedral sobre sus escombros

Chained Echoes comienza con una de las escenas m¨¢s recurrentes en los JRPGs. Pensad por ejemplo en Zelda: A Link To The Past o, mejor, en el mencionado Chrono Trigger. Te despiertas por la ma?ana, tu madre te mete prisa para que te levantes de la cama, que ya es tarde y el sol brilla en lo alto. Te levantas cascarrabias mientras ella descorre las cortinas y la luz llena de vibrante color la habitaci¨®n. Se acerca a ti, te dice algo incre¨ªblemente grosero, te quedas sin habla¡­ y te suelta una bofetada anticlim¨¢tica que se queda resonando entre tus at¨®nitos o¨ªdos. Fundido a negro.

?Qu¨¦ acaba de pasar?

No somos un ¨²nico personaje alrededor del cual se arremolinar¨¢ un grupo de aguerridos h¨¦roes. Saltamos de escena, de lugar, de personajes. Ahora una princesa de incognito, despu¨¦s un famoso literato, una carism¨¢tica ladrona que derrocha personalidad, un par de ladrones que son mucho m¨¢s de lo que aparentan¡­ Empiezas a esbozar una sonrisa. Deseabas volver a vivir la historia de siempre y todo ha saltado por los aires, pero te gusta, mucho adem¨¢s. Es lo nuevo construido sobre lo viejo, sustent¨¢ndose en lo familiar pero insuflando nueva vida, fresca, in¨¦dita. Es el recuerdo de ni?o pasado por el filtro de alguien que ya no lo es, que se ha vuelto m¨¢s exigente, y que quiere m¨¢s.

La variada trupe no gana un rinc¨®n en nuestro corazoncito cuando nos cuenta sus circunstancias, empatizamos a los dos segundos con cada personaje porque los ponen en nuestras manos. Una y otra vez. Y ah¨ª sale otra de las fortalezas del juego, su escritura. Simple pero perfecta, directa al meollo definiendo personalidades en un par de frases de lo que ser¨¢ un grupo variopinto. Alrededor, la historia de una paz fr¨¢gil que se viene abajo por los que se alimentan de la guerra. Traiciones palaciegas, magnicidios, una tensi¨®n que lo sobrevuela todo. Algo terrible se avecina, y sus latidos hacen temblar la tierra presagiando, desde un insondable misterio, lo peor.

Desafortunadamente, Chained Echoes nos llega en ingl¨¦s. Cosas de no tener detr¨¢s apoyo de una gran distribuidora. Esperamos que esto se solucione con el tiempo v¨ªa parche, como ya ocurri¨®, por ejemplo, con el magn¨ªfico y carism¨¢tico Eastward. No porque las ventas del juego se disparen aupadas por los v¨ªtores de la prensa y el p¨²blico que ya lo haya jugado, sino porque estamos convencidos de que, de no ser as¨ª, en Espa?a y Latinoam¨¦rica el idioma va a echar a mucha gente para atr¨¢s, y este juego se merece lo mejor, y los hispanohablantes tambi¨¦n. En este punto en particular, s¨ª que parece que seguimos en 1992.

Las mec¨¢nicas de anta?o acomod¨¢ndose entre las facilidades del ahora

El combate, uno de los buques insignia de los JRPGs, luce tambi¨¦n en Chained Echoes. Es por turnos, pero no aleatorio. Las limitaciones t¨¦cnicas de anta?o est¨¢n superadas, por lo que podemos ver a los enemigos en pantalla y decidir, en la mayor¨ªa de los casos, si nos apetece o no batirnos. Al habitual toma y daca de ataques f¨ªsicos y armas, se a?aden elementos interesantes, en especial, el Sistema Overdrive.

Al principio puede resultar hasta molesto por inesperado. Vamos atacando y sufriendo da?o con la t¨ªpica sucesi¨®n casi autom¨¢tica de ataques. Y es pasado unos pocos minutos que se nos da el toque de atenci¨®n. Deja el piloto autom¨¢tico, que aqu¨ª tienes que pensar. El duelo ha ido aumentando el baremo de una barra que se divide en tres colores, naranja, verde y rojo, siendo el segundo el de extensi¨®n m¨¢s larga y el ¨²ltimo el m¨¢s corto. Cuando estamos en la zona verde nuestros guerreros luchar¨¢n plet¨®ricos, haciendo m¨¢s da?o y recibiendo menos. Pero si actuamos a lo loco el marcador se colar¨¢ en la zona roja, donde somos menos efectivos y sufrimos m¨¢s los ataques del enemigo.

As¨ª, pronto nos damos cuenta de que ciertas acciones m¨¢gicas, o defenderse, por ejemplo, reducen el nivel, por lo que empezamos a planificar una estrategia movimiento a movimiento. Y no solo depende de nosotros, los enemigos tambi¨¦n var¨ªan nuestra barra conforme batallan, por lo que hay que estar siempre jugando con mantenernos en la zona verde de mayor efectividad. A los pocos combates y ya siendo conscientes de la mec¨¢nica, el sistema resulta de lo m¨¢s gratificante a los mandos.

M¨¢s all¨¢ de eso y de las t¨ªpicas opciones de utilizar armas, magia u objetos, hay otra barra que iremos llenando hasta poder realizar un ataque especial. Para entonces ya sabremos qu¨¦ personaje hace m¨¢s pupa al enemigo, por lo que ser¨¢ el encargado de gastarla. Otro detalle estupendo es que tenemos generalmente cuatro personajes en acci¨®n directa, pero hasta otros cuatro en la reserva asociados de forma particular. As¨ª, al estilo Tag de ciertos juegos de lucha, podremos traer al frente a cierto guerrero cuando su partenaire est¨¦ herido de gravedad. Y algo muy importante, lo haremos sabiendo que el que se enfrenta fresco como una rosa en el campo de batalla es tan carism¨¢tico y potente como el que pasa a la reserva. De hecho, tal vez es incluso mejor, pero hemos preferido mantenerlo escondido, cual as en la manga, esperando el momento decisivo. Pura estrategia, puro gozo jugable.

Valandis, el mundo, es enorme, y ya apabulla desde su misma ciudad de partida. Colorido, luminoso y excelentemente dise?ado, el territorio te anima a explorar. Si bien hay cofres escondidos que dan plantas medicinales y otros objetos sin demasiada importancia, en cuanto te encuentras como regalo una nueva armadura sabes que merece la pena rebuscar en cada rinc¨®n. Todo suma, y aunque vamos desactivando cristales de desplazamiento r¨¢pido, muchas veces apetece ir a pie por si nos encontramos con una cueva o minerales con los que mejorar nuestro equipo en herrer¨ªas. Ojo, el juego facilita adem¨¢s su disfrute permiti¨¦ndonos guardar en cualquier momento, otra gran diferencia con los juegos cl¨¢sicos, que nos obligaban a hacerlo en lugares espec¨ªficos.

El desplazamiento se vuelve m¨¢s ¨¢gil con Sky Armor, mechas que activar sobre el terreno y que podemos vestir en batallas decisivas. Es aqu¨ª Xenogears (y su descendiente Xenoblade) quien hace acto de presencia. Por supuesto, cuando desbloqueamos el barco volador (de tono steampunk por su motor a vapor), todo se multiplica, y con ello, nuestras ganas de seguir viajando por el mundo. Un detallazo el que tanto las armaduras de combate como nuestro barco sean personalizables, porque se refuerza as¨ª nuestro v¨ªnculo con el juego.

Hay mucho m¨¢s que contar, como supondr¨¦is, en un juego que no para de crecer en opciones y posibilidades, con personajes interesantes y con una historia potente que se adereza con importantes giros, pero dejamos en vuestras manos lo maravilloso del descubrimiento. Eso s¨ª, no podemos cerrar este texto sin poner en un altar a Eddie Marianukroh, el autor de la banda sonora y de los pocos que han ayudado a Matthias Linda en su tit¨¢nico trabajo de siete a?os.

La m¨²sica eleva a¨²n m¨¢s la incre¨ªble experiencia que ya es de por s¨ª jugar a Chained Echoes. Y aqu¨ª se rompe de nuevo la baraja, porque, aunque hay reminiscencias a lo mejor que han dado sagas como Final Fantasy en sus or¨ªgenes, la instrumentaci¨®n deja atr¨¢s los 16 bits para vestir de gala nuestros o¨ªdos con la tecnolog¨ªa y posibilidades actuales. Cada tema es una barbaridad que estar escuchando en bucle de por vida.