Crosscode, an¨¢lisis

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Crosscode llega a consolas tras dos a?os haciendo felices a los usuarios de PC. El juego de los alemanes Radical Fish fue posible en su momento tras much¨ªsimo esfuerzo y la ayuda del crowdfunding. Ideado en 2012, en 2015 consigui¨® el empuje definitivo por parte de los usuarios que apoyaron con su dinero el proyecto. De ah¨ª a un estreno en 2018, tras varios accesos anticipados, que se recibi¨® con los brazos abiertos por parte del p¨²blico y la prensa especializada, que coincidieron en alabar la calidad del t¨ªtulo. ?Cumple las expectativas tan duro viaje en su ¨²ltima parada en consolas? Acomp¨¢?anos en el siguiente an¨¢lisis de Crosscode para salir de dudas.

Crosscode, un action RPG que se mueve entre dos siglos

Visualmente no hace falta mucho para venderle Crosscode a los m¨¢s veteranos del lugar. Su aspecto de Action RPG de la ¨¦poca dorada de los 16 bits entra por los ojos desde el primer momento. Sus fant¨¢sticos y coloridos gr¨¢ficos pixelados nos retrotraen a tiempos de Super Nintendo y Megadrive. Pero hay una segunda parte de sensaciones que surge m¨¢s all¨¢ de la primera toma de contacto. Las caracter¨ªsticas de anta?o est¨¢n ah¨ª, como sus carism¨¢ticos personajes, los poblados, los mercaderes, la subida de nivel y el aumento paulatino de las habilidades, las conversaciones con multitud de NPC, los jefes finales¡­ pero el juego se siente moderno en su ritmo, su narrativa y, sobre todo, en su enfoque.

Y es que, aunque Crosscode es un juego offline para un solo jugador, se expone ante nosotros como si de un MMORPG se tratase. Este detalle le da la vuelta a todo. La ciudad principal pasa a ser el centro de reuni¨®n t¨ªpico de los juegos en l¨ªnea, muchos NPC hacen las veces de avatares de otros jugadores y como tales se comunican con nosotros, el mapa es tremendamente expansivo y da la impresi¨®n de un todo coexionado en la l¨ªnea de un Azerot, por ejemplo. Esto se traduce en que un jugador joven acostumbrado al funcionamiento de los mundos persistentes se sentir¨¢ enseguida como en casa, por el contrario, el jugador de toda la vida, ese que ha llegado a Crosscode con la intenci¨®n de rememorar felices tiempos pasados, pronto se ver¨¢ superado y confundido por la idea de base.

Es importante tener en cuenta esto. A la larga, el jugador cl¨¢sico puede encontrar acomodo, pero tendr¨¢ que esforzarse para ello entendiendo a lo que se enfrenta y cambiando el chip. Cuanto antes lo haga m¨¢s pronto empezar¨¢ a disfrutar de la propuesta de Radical Fish. As¨ª, al principio, tras un arranque que nos da un mont¨®n de informaci¨®n sobre el mundo y sus personajes, todo se ralentiza de repente. En los Action RPG de anta?o una cosa llevaba a la otra en una ¨¦pica historia m¨¢s o menos lineal. Aqu¨ª puede dar la sensaci¨®n de que, de repente, no ocurre nada, que estamos aceptando mil misiones secundarias que no hacen avanzar la trama, que no vamos a ning¨²n sitio y que no tenemos un objetivo claro. Aceptar que nos encontramos ante un MMORPG nos dar¨¢ las claves del disfrute. Aqu¨ª hay que combatir mucho para ir subiendo de nivel, farmear por mil y un sitios para completar pedidos de otros personajes. No es perder el tiempo, sirve para imbuirnos del mundo y de sus reglas. No tengas miedo por avanzar y avanzar por el mapa en cualquier direcci¨®n. Posiblemente llegues hasta donde quieren los desarrolladores, una cueva, por ejemplo. Recuerdas entonces la leyenda que se te ha contado, los ancianos, el objetivo a cumplir, y todo encaja. Entras en las entra?as de la monta?a preparado para lo que te espera, con el nivel de tu personaje bien dopado para cualquier enemigo que te salga al paso pero¡­ ?Est¨¢ igualmente preparada tu mente?

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Las mazmorras y los puzles de Crosscode. M¨¢s te vale que se te de bien jugar al billar

El n¨²cleo duro del juego se encuentra en sus puzles. Las mazmorras son largas y endemoniadamente complejas. Cuando llegamos a ellas es un gozo darse cuenta de que las t¨¦cnicas que hemos pulido en combate sirven para mucho m¨¢s que para abatir enemigos. Hay salas que son un verdadero quebradero de cabeza. Por ejemplo, nuestra capacidad para hacer rebotar una bola de energ¨ªa en una sala se ver¨¢ exprimida al m¨¢ximo cuando tengamos que tocar todos los pilares, que previamente hemos movido de todas las formas posiblesde. Tiros muy afinados, soluciones invisibles que se resisten a aparecer en nuestra mente ya al l¨ªmite, pruebas y m¨¢s pruebas que nos dicen que no, que no es as¨ª como va la cosa, que sigamos probando. Crosscode s¨ª que es como los juegos de anta?o en ese sentido, cuando, sin internet en el que buscar soluciones, d¨¢bamos por imposible un puzle y apag¨¢bamos ofuscados la consola. D¨ªas despu¨¦s, m¨¢s frescos, nos sorprend¨ªamos dando con la clave que hab¨ªa estado todo el rato delante de nuestras narices.

El comabte en s¨ª es directo, como buen Action RPG. Iremos aumentando poco a poco la fuerza de los ataques directos y a distancia, as¨ª como habilidades adicionales que nos ayudar¨¢n a abrirnos camino en mazmorras y escenarios exteriores, as¨ª a resolver los endiablados puzles. A medio plazo ser¨¢ un paseo acabar con los enemigos de zonas superadas, pero se ha implementado un acertado elemento que nos incita una y otra vez a limpiar el m¨¢ximo de zonas. Conforme acabamos con bichejos se va llenado una peque?a barra, de la D pasamos a la C, de ah¨ª a la B... Cada subida ininterrumpida de nivel multiplica las recompensas, as¨ª que no es extra?o tumbar a unos enemigos simplemente porque se han interpuesto en nuestro camino (no reaccionar¨¢n hasta que nos metamos con ellos), y vernos en una carrera contrareloj por distintas zonas buscando incautos que caigan bajo nuestros golpes. Cuanto m¨¢s alto el nivel, m¨¢s urge seguir batallando. Felicidades a Radical Fish, porque ha dado con una f¨®rmula infalible que nunca llega a cansar.

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La protagonista que no quer¨ªa ser muda

No vamos a desvelar nada de la trama, corresponde a los jugadores ese placer. Baste decir como ligero apunte que debemos recorrer un enorme mundo llamado CrossWorlds en busca de desentramar nuestra identidad. Lea, la protagonista, ha olvidado su pasado y la capacidad de hablar. Este detalle la une a la ilustre y vieja escuela del protagonista mudo. Es algo que populariz¨® Link, el protagonista de Zelda, como una forma de identificarnos con un personaje principal que no emit¨ªa pensamientos ajenos a los nuestros como jugadores. Es una tendencia que llega hasta nuestros d¨ªas, aunque a estas alturas resulte cuestionable por sentirse desfasada y forzada. Como hemos visto, el juego se mueve entre el pasado y el presente de los juegos de rol, y este importante detalle pasa igualmente el filtro de la modernidad. Lea quiere expresarse por s¨ª misma, y le frustra no poder hacerlo. Nos lo hace saber continuamente de forma expresiva. Hay un personaje que trabaja desde las sombras para que esto cambie, as¨ª, de vez en cuando va a?adiendo vocabulario a las posibilidades vocales nuestra protagonista. Primero un saludo, luego su nombre¡­ En un t¨ªtulo en el que hay incontables l¨ªneas de texto entre personajes, se trata de algo que da mucho juego en la escritura del guion. Da vidilla a las conversaciones, incluso un punto c¨®mico. Nos hace pensar adem¨¢s en el avance narrativo de los propios videojuegos y de c¨®mo ha cambiado nuestro punto de vista respecto a ellos con la evoluci¨®n del medio.

Lea se beneficia igualmente de los actuales ¨¢rboles de desarrollo de habilidades. Un diagrama con decenas de caminos posibles que iremos desbloqueando seg¨²n nuestros intereses y nuestra forma de jugar. El concepto de MMORPG se adereza con una posibilidad adicional. Podemos recorrer este enorme mundo en solitario o pedir ayuda a los compa?eros que vayamos conociendo por el camino. Se les requiere mediante una llamada online fuera del mundo persistente, y ellos estar¨¢n dispuestos a dejar lo que est¨¦n haciendo ¡®en el mundo real¡¯ para conectarse y jugar con nosotros en esa quest que se nos resiste.

El concepto MMORPG ese abraza con todas sus consecuencias. Esto quiere decir que continuamente veremos a otros ¡®avatares¡¯ corretear en solitario o en grupo por el inmenso mapa. S¨ª, es as¨ª como ocurre en un juego online, pero al ser esta realmente una experiencia offline, lo que hace tanto personaje entrando y saliendo de campo es quitarle emoci¨®n al descubrimiento y la aventura. Habr¨¢ quien conecte con esa filosof¨ªa de mostrarnos como un elemento m¨¢s en un universo conectado repleto de jugadores, pero particularmente nos emociona menos que pensar que somos los primeros en pisar esas tierras remotas.