An¨¢lisis Remnant 2, la secuela que confirma el potencial de From the Ashes

Hace casi 4 a?os, Remnant: From the Ashes se convirti¨® en una de las sorpresas de 2019 gracias a la atractiva idea que surgi¨® en las oficinas de Gunfire Games: meter en una coctelera un TPS (third person shooter) junto a varias mec¨¢nicas soulslike, elementos procedurales y un ligero toque RPG en lo que al desarrollo de personajes se refiere. El resultado fue un t¨ªtulo realmente interesante, ya que ofrec¨ªa diversi¨®n sin mayores pretensiones y era terriblemente adictivo.

En cierto modo, el juego logr¨® demostrar que no todo es blanco o negro, o mejor dicho, indies o superproducciones, sino que tambi¨¦n hay espacio para esos AA a los que a menudo llamamos infravalorados. Y ahora, en mitad de un a?o marcado por lanzamientos realmente potentes (Zelda: Tears of the Kingdom, Final Fantasy XVI, Starfield...) llega Remnant II, una secuela llamada a seguir los pasos de su antecesor: aterrizar sin hacer demasiado ruido y conquistar una vez m¨¢s a los amantes de la acci¨®n m¨¢s desenfrenada.

Lo mismo, pero m¨¢s y mejor

Dicen que no es buena idea tocar algo que ya funciona, y no podemos estar m¨¢s de acuerdo con tal afirmaci¨®n. Gunfire Games sab¨ªa perfectamente que su triunfo en 2019 lleg¨® gracias a esa extra?a ¡ªy atractiva¡ª mezcla de g¨¦neros que giraban en torno a la acci¨®n con una experiencia desafiante de naturaleza soulslike muy adictiva, en la que una vez cog¨ªamos el mando era pr¨¢cticamente imposible parar de jugar. Matar, avanzar, morir, renacer y volver a matar. No hab¨ªa mucho m¨¢s que explicar.

Eso es justo lo pone sobre la mesa Remnant II: un TPS intenso como pocos en el que no hay segundo de respiro, en el que la muerte acecha en cada esquina y en el que una vez nos adentramos en sus mundos es imposible saber qu¨¦ nos espera a la vuelta de la esquina. Porque no conviene olvidar una de las grandes virtudes de la primera entrega como era esa idea de combinar universos y llevarnos a trav¨¦s de un pu?ado de escenarios a cada cual m¨¢s variopinto.

Bosques habitados por criaturas m¨¢gicas al m¨¢s puro estilo Final Fantasy, ciudades de arquitectura victoriana que perfectamente podr¨ªan servir para ambientar un hipot¨¦tico Bloodborne 2, templos construidos por especies de otra galaxia como los que explora el Jefe Maestro durante sus misiones... Son solo algunos ejemplos, pero son m¨¢s que suficientes para que os hag¨¢is una idea del despliegue realizado por el estudio a la hora de sumergirnos en una serie de mundos en los que el ¨²nico objetivo es abrirnos paso a tiro limpio hasta encontrar un modo de viajar al siguiente nivel.

Ya que hablamos de los niveles, no podemos pasar por alto su dise?o, tanto a la hora de explorarlos como de avanzar en la historia. En Remnant: From the Ashes no eran pocos los jugadores que terminaban confundidos por su extra?a estructura, mientras que aqu¨ª encontramos un sistema de rutas muy similar al de Returnal, con un mapa mucho m¨¢s pr¨¢ctico que nos ayuda en todo momento a elegir el camino correcto y cambiar de ¨¢rea una vez derrotamos al jefe final que suele aguardar al final de la misma.

Si se mueve, dispara

Si lo valor¨¢semos ¨²nicamente como juego de disparos, probablemente no tendr¨ªamos ning¨²n defecto que achacarle. La jugabilidad ha sido refinada, el apartado t¨¦cnico est¨¢ a la altura de lo que un t¨ªtulo de acci¨®n fren¨¦tica requiere y el bestiario enemigo es lo suficientemente variado como para que no acabemos cansados tras abatir a decenas de ellos antes de pasar al siguiente nivel. Hemos visto de todo durante nuestras expediciones. Humanos pose¨ªdos por el demonio, robots procedentes de un futuro lejano, bestias salvajes... Aunque todos tienen algo en com¨²n: si les disparas, mueren.

Las aberraciones no quer¨ªan perderse la fiesta. ?Record¨¢is ese sonido inconfundible cuando un enemigo de categor¨ªa superior nos detectaba? Esa especie de chirrido que autom¨¢ticamente nos pon¨ªa en modo alerta. Pues aqu¨ª volvemos a lidiar con un buen pu?ado de estas criaturas que hacen las veces de minijefes, pues son mucho m¨¢s poderosas que el resto de enemigos y basta con ver su aspecto f¨ªsico para saber que estamos ante algo realmente peligroso.

Algo en lo que Remnant II supera ¡ªpor no decir algo que suena peor¡ª a su antecesor es, sin lugar a dudas, los jefes finales. Este tipo de enemigos tiene la obligaci¨®n de dar lugar al cl¨ªmax de todo juego de acci¨®n que se precie, y aqu¨ª tenemos que ponernos en pie y aplaudir a Gunfire Games, porque no solo tenemos una amplia lista de jefes finales, sino que est¨¢n muy bien dise?ados y nos llevan al l¨ªmite en todo momento. Hay algunos que nos exigen esquivar y atacar cuerpo a cuerpo al m¨¢s puro estilo Dark Souls, otros nos obligan a participar en un rompecabezas en el que debemos hallar la manera de acabar con ellos... No queremos desvelaros ninguna sorpresa, pero os aseguramos que todos son realmente buenos.

La faceta RPG se limita a ofrecernos un men¨² en el que podemos equiparnos con todo tipo de objetos: anillos que nos otorgan beneficios de un modo muy similar a lo visto en los juegos de From Software, sets de armadura compuestos por piezas para las piernas, brazos, cuerpo y cabeza... Todo lo que usamos para personalizar a nuestro personaje tiene unos valores de defensa, resistencia a determinados elementos y ¡ªen algunos casos¡ª beneficios exclusivos.

Y ya que hablamos de los personajes, decir que tenemos varias clases para elegir y que nos han resultado muy interesantes, ya que se desmarcan un poco de lo que habitualmente encontramos en una gran cantidad de propuestas. Por ejemplo, en nuestro caso hemos optado por el Domador, que cuenta con la ayuda de un perro guardi¨¢n. El perro no solo es capaz de distraer y atacar a los enemigos, sino que tambi¨¦n puede reanimarnos cuando caemos en combate, algo que sin su ayuda solo ser¨ªa posible en el caso de jugar online junto a otro jugador. Hay varias clases para elegir y todas est¨¢n muy bien diferenciadas.

Por ¨²ltimo, las opciones de personalizaci¨®n tambi¨¦n se centran en las armas, ya que si bien es cierto que no hay tantas como nos gustar¨ªa, es posible aplicar modificadores para conseguir que no haya dos iguales. Por ejemplo, podemos hacer que un rifle dispare una especie de mandr¨¢gora con forma de tent¨¢culos que adem¨¢s de perseguir e infligir da?o a los enemigos, nos devuelve a nosotros la salud que ellos pierden. Tambi¨¦n probamos a imbuir las balas de un rev¨®lver con fuego, haciendo que cada disparo dejase a nuestro rival en llamas. Como todo, lo mejor es probar todo tipo de combinaciones hasta dar con la tecla y sentirnos c¨®modos en combate.

Viejos fantasmas

Aunque es cierto que Remnant II refina la f¨®rmula y ofrece un conjunto mucho m¨¢s s¨®lido que su antecesor en elementos tan importantes como el apartado t¨¦cnico, el dise?o de niveles y la jugabilidad, tambi¨¦n lo es que arrastra algunos problemas de su antecesor. No es que sean demasiado graves, pero pensar que sin ellos podr¨ªamos estar hablando de un t¨ªtulo redondo nos deja cierto sabor amargo.

Para empezar tenemos el sistema de loot, descompensado y poco gratificante debido a que se echa en falta una mayor variedad de armas y armaduras. Hay muchos anillos para equiparnos y modificadores de disparo, pero en cuanto al arsenal, la oferta no es muy generosa, sobre todo si tenemos en cuenta que estamos ante un juego en el que si algo hacemos constantemente, no es otra cosa sino apretar el gatillo. Tampoco habr¨ªa estado mal potenciar las mec¨¢nicas de exploraci¨®n con una mayor cantidad de armas y armaduras repartidas por el escenario, ocultas en cofres y como recompensa por matar enemigos.

El sistema de progreso y desarrollo de los personajes, por su parte, tampoco es que sea demasiado satisfactorio. ?El motivo? La lentitud con la que notamos un crecimiento real, ya que es necesario dedicar unas horas para subir un nivel y ni siquiera es algo que tenga una gran incidencia en las partidas posteriores. En cada ascenso obtenemos un punto de rasgo que podemos invertir en aumentar la salud m¨¢xima, la resistencia elemental o el tiempo de reutilizaci¨®n de habilidades pero, como decimos, todo est¨¢ pensado para el largo plazo.