Princess Peach: Showtime!
Review
An¨¢lisis de Princess Peach Showtime, un buen primer paso en el videojuego para los m¨¢s peque?os
La Princesa Peach protagoniza una nueva aventura en Nintendo Switch en la que podemos ver su cara m¨¢s polifac¨¦tics.
Cada vez m¨¢s personajes del Reino Champi?¨®n van tomando protagonismo en solitario. Si algo aprendimos de Super Mario Bros. La Pel¨ªcula es que la Princesa Peach estaba lista para llegar a una nueva audiencia. La fortaleza de la joven ha sido una de las figuras con las que millones de ni?os se identifican, y ahora pueden llevar su entusiasmo a un nuevo nivel.
El lanzamiento de Princess Peach: Showtime supone una diversificaci¨®n necesaria de los personajes alrededor del gran Super Mario. Salvo un peque?o videojuego en Nintendo DS, la princesa no hab¨ªa logrado tener tanto los focos sobre ella en solitario. Su nueva entrega, esta vez para Nintendo Switch, aparece como una fant¨¢stica puerta de entrada a los m¨¢s peque?os alrededor del g¨¦nero en tres dimensiones. Hay que tener claro lo que es: cumple su papel como primera aventura, pero le falta una mayor ambici¨®n para lograr subir un par de pelda?os que le coloquen a la altura de perfiles como Kirby y la Tierra Olvidada, por mencionar una entrega de corte similar.
La gran obra de teatro del Reino Champi?¨®n
Por motivos que no desvelaremos, la Princesa Peach queda atrapada en el Teatro Esplendor, un lugar de ensue?o que debe liberar de unas malvadas garras a golpe de obras teatrales. Cada obra de teatro la lleva a interpretar un rol marcado entre los diez de los que se compone la aventura. Vemos a Peach coger un sable como Espadachina, agarrar el rodillo como Repostera e incluso el gorro de detective al m¨¢s puro estilo Sherlock Holmes.
Los roles est¨¢n asociados a una forma determinada de progresar, es decir, cada obra de teatro gira alrededor de unos minijuegos que est¨¢n ¨ªntimamente ligados al papel que interpreta. Si hablamos de la Peach Ninja, por poner un ejemplo, tendr¨¢ que ocultarse entre la vegetaci¨®n y acabar con sus enemigos sin ser detectada. En el caso de la Pastelera puedes imaginar lo que ocurre: haremos magdalenas aporreando un bot¨®n o colocaremos la nata sobre las tartas con nuestra particular manga pastelera.
La diversidad de situaciones es el principal combustible del juego. No sigue un progreso lineal. Las plantas del teatro se componen de cuatro obras que van saltando de rol en rol. Cuando completamos las cuatro de una, peleamos contra el jefe de turno para poder desbloquear la siguiente planta. Son encuentros que no intentan inventar la rueda: giran alrededor de los conceptos tradicionales. El ritmo se mantiene alto, lo cual es clave para que el ¨¢nimo no caiga de planta en planta.
Durante los niveles debemos tener en cuenta tres elementos. Las monedas aqu¨ª tienen el poder de desbloquear nuevos atuendos para Peach y Lucy, su compa?era, en una tienda de la planta baja del teatro. Acostumbrados a su look en perfecto rosa, nunca est¨¢ de m¨¢s verla estrenar nuevos modelos que dan frescura a su imagen. En segundo lugar aparecen las Esplendoritas, divisa necesaria para desbloquear los jefes finales de cada planta y poder continuar con la aventura. Aportan tambi¨¦n al completismo, ya que encontrarlas en una de las claves de la exploraci¨®n. Poca, para qu¨¦ enga?arnos, pero la hay. Por ¨²ltimo, siempre hay un lazo secreto en cada nivel. Dar con ellas es el mayor reto.
El humilde mundo de la actuaci¨®n
La calidad de los papeles que interpreta Peach no siempre est¨¢ al mismo nivel de calidad. Las que m¨¢s nos han gustado son las que aportan algo diferente a nivel jugable. Moverse como Peach Patinadora es un aut¨¦ntico gustazo. La forma en la que se traslada la inercia del hilo sobre los patines hace que saltar y hacer maniobras sea un gustazo. Tampoco est¨¢ muy lejos Peach Furtiva, que cambia los patines por los ganchos y la verticalidad. Nos hace sentirnos como un miembro de los Phantom Thieves de Persona 5, pero con la gracia natural de la licencia de Nintendo.
Peach Sirena tambi¨¦n est¨¢ graciosa. Su canto permite mover a nuestro antojo bancos de peces capaces de interactuar con el escenario. Probablemente a nivel audiovisual sea el mejor trabajo de la princesa, aunque tampoco queda muy lejos su interpretaci¨®n como maestra del Kung-Fu. Peach se imbuye del esp¨ªritu de Jackie Chan para repartir le?a a diestro y siniestro. A nivel de efectos mantiene muy bien el tipo. Por otro lado, tambi¨¦n nos gust¨® bastante su lado como Repostera. Los minijuegos de la ¨²ltima tanda de su obra son divertidos.
Pero hay otros roles que, como dec¨ªamos, est¨¢n varios pasos por detr¨¢s. La Peach Detective tiene demasiados tr¨¢mites que alargan artificialmente sus niveles. Peach Superhero¨ªna es un visto y no visto: es todo lo contrario a cuando coge la lupa, apresurado. Peach Espadachina es demasiado parecida a su interpretaci¨®n de las artes marciales, solo que sin su ¨¦pica. Peach Ninja se siente desaprovechada: podr¨ªa haber dado m¨¢s de s¨ª.
Cada interpretaci¨®n cuenta con 3 niveles, un n¨²mero insuficiente dada las dimensiones de los escenarios. El primer nivel est¨¢ centrado en la introducci¨®n: pasas la mitad de tiempo sin el traje con el poder especial de turno. En el segundo se desarrolla la mec¨¢nica, que te deja con la miel en los labios para al menos un par m¨¢s. Sin embargo, el tercero es el culmen, un nivel peque?ito que se soluciona en un tiempo inferior a los otros dos. Cuando arranca se termina. Te deja con ganas de m¨¢s, y es una aut¨¦ntica l¨¢stima. Hay potencial para poder desarrollar m¨¢s los niveles en cuanto a plataformeo y posibilidades, pero cuando quieres seguir te das cuenta que ya est¨¢s en el final. Y as¨ª hasta cumplir todos los roles.
Completar la aventura apenas nos tom¨® unas 7 horas, aunque una vez corren los cr¨¦ditos se ampl¨ªa la oferta de maneras que no podemos decir en este an¨¢lisis, pero que invitan a seguir jug¨¢ndolo en una segunda vuelta. A nivel gr¨¢fico esper¨¢bamos un poco m¨¢s. En modo dock no se ve especialmente n¨ªtido, y el framerate est¨¢ limitado a 30 im¨¢genes por segundo. Al dar el salto a port¨¢til las sensaciones tampoco mejoran mucho. En lo visual esper¨¢bamos m¨¢s.
Conclusi¨®n
Princess Peach: Showtime cumple su funci¨®n como puerta de entrada al videojuego entre los m¨¢s peque?os. Es una aventura simp¨¢tica que demuestra el potencial de la Princesa Peach en solitario, sin la necesidad de apoyarse en ning¨²n otro personaje del Reino Champi?¨®n. Con la locura que se vive en las nuevas generaciones cada producto de la licencia de Super Mario, no nos cabe duda de que el Teatro Esplendor ser¨¢ bien acogido por los fans. Fallan cosas, sobre todo la falta de ambici¨®n para poder llevarlo m¨¢s all¨¢. Una vez que cada interpretaci¨®n arranca, se termina. Pero s¨ª nos encontramos sobre una buena base con la que construir la gran aventura que merece Peach.
Lo mejor
- Es una buena introducci¨®n a las aventuras 3D entre los m¨¢s peque?os.
- Peach patinadora y Peach sirena demuestran potencial, entre otras.
- La variedad de situaciones a trav¨¦s de cada minijuego ligado a las interpretaciones.
Lo peor
- Cuando el juego arranca, se termina
- Algunas interpretaciones est¨¢n desaprovechadas.
Este an¨¢lisis se ha realizado gracias a un c¨®digo cedido por Nintendo Ib¨¦rica.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podr¨ªan haberlo llevado a cotas m¨¢s altas. C¨®mpralo sin miedo.