An¨¢lisis de Avatar: Frontiers of Pandora, el mundo que imagin¨® James Cameron en el videojuego

En el c¨®digo Na¡¯vi hay un lema claro: mejor morir de pie que vivir de rodillas. El constante ataque de las fuerzas de la RDA a la naturaleza virgen de Pandora convierte el planeta en un campo de batalla de dif¨ªcil soluci¨®n. La sangre derramada contrasta con los verdes p¨¢ramos de un lugar que rechaza al invasor con todo a su alcance. La obra magna de James Cameron ahora llega el videojuego de la mano de Massive Entertainment, responsables de The Division, tras largos a?os de desarrollo. Lo hace con un mundo abierto dedicado a aprovechar la tecnolog¨ªa que brindan las plataformas de nueva generaci¨®n. Visualmente es un juego de hoy, aunque en el plano jugable es un juego de ayer.

Hay elementos reconocibles de la f¨®rmula Ubisoft presentes en su estructura. No es algo malo per se; es simplemente que no ofrece nada que no hayamos visto en otras licencias a su alrededor durante estos ¨²ltimos 10 a?os de industria. Donde el equipo s¨ª intenta ir m¨¢s all¨¢ es a trav¨¦s del escenario. Pandora rebosa imaginaci¨®n. Es un entorno que gracias al m¨²sculo del Snowdrop Engine combina gr¨¢ficos alucinantes con un dise?o coherente. Realmente te hace sentir un Na¡¯vi saltando de rama en rama; escalando de ¨¢rbol en ¨¢rbol dispuesto a hacer posible lo imposible: que las flechas venzan a la vanguardia tecnol¨®gica del ser humano.

Entre dos mundos

El arco argumental de Avatar: Frontiers of Pandora ocurre apenas un a?o antes de Avatar: La Forma del Agua, la ¨²ltima entrega de la saga en la gran pantalla. Nuestro Na¡¯vi vive desde el principio la opresi¨®n de la RDA. Formamos parte de un programa que forma a los m¨¢s peque?os dentro de la cultura humana. Durante nuestro desarrollo iremos conociendo que nuestra llegada no ha sido del todo amistosa. Fuimos separados de nuestro clan a la fuerza, despojados de cualquier elemento que nos permitiera sacar pecho por nuestro orgullo nativo.

A partir de ese momento, por eventos que no desvelaremos, comenzaremos un viaje de autoaprendizaje de un universo que nos es familiar, pero que al mismo tiempo nos parece ajeno. Y ah¨ª es donde brilla su guion. El descubrimiento de los clanes Na¡¯vi y sus costumbres, vivir de cerca la forma de acoger a un extra?o que al mismo tiempo fue uno de los suyos en un momento concreto de su vida... Hay mucho m¨¢s que destacar en este plano que a la propia reconquista de Pandora. Porque al final el desarrollo no sale del t¨®pico, de liberar campamentos donde hay un claro villano acechando, nuestro objetivo con el que cobrarnos nuestra venganza.

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Explorando Pandora

La manera de afrontar Pandora es algo diferente a lo visto en el est¨¢ndar del mundo abierto. Incluso activando las gu¨ªas visuales se nos requiere llegar al objetivo teniendo en cuenta lo que nos rodea. En la parte superior izquierda de la pantalla encontramos pistas de su localizaci¨®n en base a lugares clave del mundo. Al activar los sentidos Na¡¯vi vemos a lo lejos un punto que se?ala el lugar, pero algunas veces es dif¨ªcil de percibir. Miramos el mapa mientras nos abrimos camino por la salvaje Pandora. Esta forma de navegar por el escenario nos recuerda lo que propuso Assassin¡¯s Creed Odyssey con su modo exploraci¨®n. Dejan que lo que te rodea hable para poder progresar. Y el tama?o del mapa enga?a: aunque parezca mediano desde el men¨², luego tienes que dar bastantes rodeos dada la complejidad de sus p¨¢ramos naturales.

Pandora es, de largo, lo mejor del juego. Es un entorno repleto de oportunidades y diferente a lo que podemos encontrar en el g¨¦nero. Las posibilidades se ampl¨ªan al desbloquear tu Ikran, un animal volador que podemos llamar en todo momento para acariciar el cielo. Es fant¨¢stico. Llega un momento en el que comienzas a conocer las se?ales del entorno. Saber que esa planta te da puntos de habilidad con los que desarrollar tu personaje, o ese recurso que te permite fabricar una nueva pieza de equipo. La caza juega un papel fundamental; con un flechazo en el coraz¨®n obtenemos mejores materiales frente a matarlo de cualquier otra manera. Adem¨¢s, el cooperativo a dos jugadores funciona correctamente. Es un gusto poder compartir la aventura.

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Na¡¯vi, soldado preparado

Uno de los pilares del proyecto pasa por el desarrollo de tu Na¡¯vi. Avatar: Frontiers of Pandora cuenta con un sistema RPG b¨¢sico, ya visto en multitud de juegos de este calado. Encontramos varios ¨¢rboles de habilidad que est¨¢n enfocados a vertientes concretas de tu estilo de juego. Por ejemplo, si queremos ser m¨¢s fuertes en combate, podemos subir la salud y la energ¨ªa mejorando los atributos correspondientes. A medida que exploras reconocer¨¢s que visitar algunos lugares desbloquean atributos concretos, pero la mayor¨ªa los ir¨¢s descubriendo al comp¨¢s del avance narrativo.

El fin del juego parte de lo que hemos dicho: liberar Pandora de la RDA. Las bases que ya se han visto en las campa?as promocionales forman parte de los eventos clave del juego. Liberarlas requiere completar objetivos concretos, como destruir una refiner¨ªa en su interior. Lo bueno de ellas es que se te permite utilizar el sigilo con la misma efectividad que ir disparando al tunt¨²n. Es un bucle que cansa a la larga. Acompa?an a las misiones dirigidas por el guion. Cuando las liberas todo el alrededor comienza a florecer de nuevo. Brotan nuevos recursos y oportunidades. As¨ª una a una hasta que Pandora vuelve a lucir sus mejores galas.

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Acci¨®n poco efectiva

Donde nos hemos quedado bastante fr¨ªos ha sido en la forma en la que se desenvuelven los tiroteos. Ya no hablamos de la inteligencia artificial, bastante pobre, sino la forma de comportarse las armas. Nuestros conocimientos sobre la tecnolog¨ªa humana nos permiten utilizar sus armas con total eficacia. Al final pasamos m¨¢s tiempo rifle en mano que intentando seguir las mec¨¢nicas asociadas a las armas rudimentarias de los Na¡¯vi. Incluso es un poco inveros¨ªmil. Cazamos helic¨®pteros como si fuesen de papel descargando un cargador de rifle de asalto.

La dificultad est¨¢ poco medida. Adem¨¢s del da?o que hacen los enemigos, el juego calibra tu poder en base a la estad¨ªstica principal de cada pieza de equipo que lleves puesta. No es un looter shooter ni tampoco un Far Cry al uso, pero al mismo tiempo tiene un poco de los dos mundos. Esta uni¨®n de sistemas es extra?a, para qu¨¦ negarlo. Algunas veces caes al instante tras meterte en una zona de nivel alto, y otras puedes arrasar sin inmutarte. Tampoco el feeling al disparar es demasiado bueno. Esper¨¢bamos m¨¢s en este sentido de un estudio probado en el g¨¦nero.

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