A Space for the Unbound, an¨¢lisis. El mundo m¨¢s perfecto es uno con imperfecciones

De la mano de Mojiken Studio y su creador, Dimas Novan Delfiano, junto al apoyo como Publisher de Toge Productions, desarrolladores del destacado Coffee Talk, nos llega una muestra m¨¢s a trav¨¦s del videojuego del enorme talento que existe en Indonesia. Una aventura que nos sumerge en el pa¨ªs en primera persona, situ¨¢ndonos a finales de los 90 en un escenario tan poco habitual en la cultura del entretenimiento como la Indonesia rural, pero que se siente cercano desde el primer instante. Atma, Nirmala, Raya, Erik, Lulu, Marin¡­ Son algunos de los nombres que iremos conociendo en A Space for the Unbound, un juego claramente inspirado en obras como las del cineasta japon¨¦s Makoto Shinkai, Your Name entre otras? que combina perfectamente la fantas¨ªa y el costumbrismo.

A Space for the Unbound nos cuenta la historia de Atma y Raya, dos adolescentes a punto de terminar el instituto, con todo el futuro del mundo por delante y muchas cosas por cumplir. Un relato que a simple vista nos invita a pensar en algo rutinario, normal, pero que poco a poco nos mostrar¨¢ todo un mundo m¨¢gico sobre el que reposa una parte muy importante del mensaje que pretende transmitir el juego. Mediante todo tipo de mensajes y figuras iremos avanzando, con actores secundarios de enorme importancia como los gatos, y es que estos gatos son uno de los puntos destacados del juego. Tanto por lo que presentan y la importancia que tienen en la historia, como una mec¨¢nica tan simple de ir acariciando y conociendo a todos aquellos que pasan por nuestro camino, as¨ª como otros animales. A Space for the Unbound tambi¨¦n se gusta en ese aspecto, el amor por la naturaleza y los animales.

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Por su mensaje y la forma de contarlo, A Space for the Unbound deber¨ªa estar en las escuelas, ?no es el momento de que los alumnos reciban como tarea superar un t¨ªtulo y comentarlo? Durante d¨¦cadas se ha hecho lo propio, y se contin¨²a haciendo, con literatura y cine, pero el videojuego sigue vi¨¦ndose como algo alejado de lo acad¨¦mico. Todo llegar¨¢, y al igual que leer un libro, se mandar¨¢ determinado juego, es cuesti¨®n de tiempo, de que un maestro que sea jugador sepa darse cuenta del potencial que el videojuego puede tener en los alumnos, sacarles de su zona de confort, y A Space for the Unbound tiene un enorme valor social para los m¨¢s j¨®venes.

En un mundo en el que el acoso escolar es un enorme problema, es un regalo disponer de un videojuego que te muestra de forma sutil y abstracta, pero contundente y directa al mismo tiempo, lo aterrador que es el acoso escolar antes de que sea demasiado tarde.

La naturalidad entre lo ordinario y lo extraordinario

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El mundo m¨¢s perfecto es uno con imperfecciones. Una frase que aparece en el juego y que en pocas palabras nos puede servir para definir lo que es A Space for the Unbound, una aventura que invita a ser jugada y descubierta por uno mismo y que es dif¨ªcil de explicar sin desvelar gran parte del misterio al lector. El ara?ar esa superficie ordinaria de la Indonesia de finales de los 90, un escenario que el autor del juego, Dimas Novan Delfiano, ten¨ªa claro que quer¨ªa dejar patente en un videojuego y que as¨ª jugadores de todo el mundo pudiesen experimentar una ¨¦poca que ¨¦l vivi¨® en primera persona. Literalmente y como el propio creador destaca, el t¨¦rmino japon¨¦s Mono no aware o el pathos de las cosas, tiene una gran importancia en el juego. La sensibilidad a lo ef¨ªmero, a la brevedad de las cosas.

Esa rutina maravillosa, que en un momento llegamos a despreciar, pero con el paso del tiempo podemos llegar a echar de menos, es el marco principal bajo el que se nos presenta una aventura que tiene mucho m¨¢s. A Space for the Unbound mezcla a la perfecci¨®n lo ordinario con lo extraordinario mediante todo tipo de situaciones, la mayor¨ªa de ellas solventadas a trav¨¦s del llamado libro rojo m¨¢gico, un libro que contiene el hechizo para sumergirse en el coraz¨®n de las personas y librarlas de su malestar. Con el libro podemos activar una mec¨¢nica llamada Inmersi¨®n Especial, indispensable para avanzar en la aventura y que nos sumergir¨¢ en lo m¨¢s profundo de cada persona.

Acci¨®n y dinamismo en una aventura gr¨¢fica

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Un g¨¦nero que para un gran n¨²mero de jugadores es cosa del pasado, pero el momento actual de la industria nos hace creer que cualquier g¨¦nero vive una ¨¦poca dorada o cercano a ella. Ese podr¨ªa ser el caso de la aventura gr¨¢fica, con grandes exponentes en los ¨²ltimos tiempos, y una llegada a nivel global de un hermano como son las visual novels.

No es habitual pensar en acci¨®n y dinamismo cuando hablamos de aventuras gr¨¢ficas, pero el g¨¦nero vive una evoluci¨®n constante, y A Space for the Unbound vuelve a mostrar las enormes posibilidades que este tiene. De forma directa, nos sumerge en una narrativa en un principio ligera, pero que poco a poco va cogiendo enorme profundidad. La acci¨®n es constante, teniendo que superar todo tipo de situaciones e introduciendo mec¨¢nicas que por momentos nos ofrecen una jugabilidad no tan habitual en el g¨¦nero y que el jugador puede llegar a agradecer al romper con la rutina por unos momentos.

Por poner una pega, el juego no presenta gran dificultad, y ese dinamismo se siente en gran parte por las facilidades a la hora de avanzar, y es que el t¨ªtulo prioriza sumergirnos en la historia y que esta no se vea frenada de forma constante. Puzles que suponen un verdadero reto los contamos con los dedos de una mano, y estos posiblemente sean los mejores que nos ofrece el juego, por lo que se echa de menos un mayor grado de dificultad, algo habitual en las aventuras gr¨¢ficas. Dicho esto, el juego puede suponer una gran puerta de entrada al g¨¦nero, y es que ese dinamismo al avanzar lo hace ideal para que la idea de Dimas Novan y Mojiken Studio llegue al mayor p¨²blico posible.

Variedad de situaciones en un contexto familiar que te rompe y llena el alma

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Loka, el pueblo bajo el que transcurre toda la aventura, un escenario que a primera vista puede antojarse limitado, pero sorprende la cantidad de posibilidades que ofrece en las aproximadamente diez horas que dura A Space for the Unbound. Junto a la misi¨®n principal y todas las que van desbloque¨¢ndose alrededor, disponemos de una lista de deseos que incluye algunas tareas coleccionables que no ser¨¢n obligatorias para superar el juego, pero suponen un aliciente que ampl¨ªa la experiencia de juego y al superarlas nos recompensan con una p¨¢gina del cuento bajo el que gira toda la historia, y que solo podr¨¢ completarse en su totalidad si conseguimos todos los deseos de la lista.

Desde recoger chapas para nuestra colecci¨®n personal, un pasatiempo muy de su tiempo; pasando por conseguir un coleccionable para obtener un premio; acariciar todos los animales posibles para descubrir al m¨¢s suave del mundo, y mucho m¨¢s. Todo eso se encuentra en una lista de deseos que est¨¢ integrada al juego a la perfecci¨®n e invita a ser realizada.

La variedad de situaciones que nos propone el t¨ªtulo pasan en gran parte por la antes se?alada Inmersi¨®n Espacial, la mec¨¢nica m¨¢s especial del juego e indispensable para superar gran parte de la aventura. A trav¨¦s de ella tendremos situaciones en las que el sigilo ser¨¢ vital; juicios que nos obligar¨¢n a recoger pruebas; puzles en los que tendremos que equilibrar una balanza; combates¡­ Esa variedad de situaciones tambi¨¦n ocurre en Loka, con ciertas grietas que nos har¨¢n movernos por distintos momentos; recoger cerezas al estilo Ball, el primer juego de la m¨ªtica Game & Watch, aguantar el equilibrio en un ¨¢rbol, lanzar un juguete para alejar a un perro, sigilo para atrapar a un gallo o superar la m¨¢xima puntuaci¨®n de un juego arcade en un sal¨®n recreativo. La sensaci¨®n de recadero puede existir en alg¨²n momento del juego, pero la variedad y dinamismo de A Space for the Unbound es tal, que no supondr¨¢ ninguna molestia.

Una banda sonora y pixel art que se complementan a la perfecci¨®n

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Desde un primer momento, pixel art y banda sonora van de la mano. El preciosismo de A Space for the Unbound encaja de lleno con el contexto de finales de los 90 en una Indonesia rural llena de color y multiculturalidad. El juego aprovecha a la perfecci¨®n su estilo art¨ªstico, ya sea en la perspectiva habitual o cambiando a una mucho m¨¢s cercana con la que se nos muestran distintas secuencias (o cinem¨¢ticas) del t¨ªtulo. Un sinf¨ªn de detalles pasan por delante de nuestros ojos, y hasta lo que a simple vista parece irrelevante, puede acabar teniendo importancia en el desarrollo del juego. Un ejemplo claro son los distintos carteles o posters que iremos encontrando, como el del festival Lintang o los de distintas pel¨ªculas. La m¨²sica de Masdito ¡°Ittou¡± Bachtiar transmite calma, cotidianeidad, y sube el ritmo cuando tiene que hacerlo, sin notarse en ning¨²n momento como algo intrusivo.

Todo en A Space for the Unbound est¨¢ medido a la perfecci¨®n, y por un momento esa familiaridad se hace tan cercana que ese peque?o pueblo de la Indonesia rural parece haber estado siempre ah¨ª para el jugador.