Longvinter, el clon de Animal Crossing... con armas

Animal Crossing saca lo peor de nosotros. Lo de cazar bichos, pescar y buscar f¨®siles est¨¢ muy bien, es m¨¢s relajante que una limpieza de chakras, pero el resto¡­ ?qu¨¦ hacemos con el resto? Nos referimos al tema de la hipoteca, los vecinos insoportables y las malas hierbas y la mierda que se acumula en nuestra isla cada vez que nos damos la vuelta. Por no hablar de la mafia de los nabos y el dichoso mercado negro que hay montado online, con pueblos a modo de aduana que est¨¢n m¨¢s fortificados que la frontera entre Estados Unidos y M¨¦xico. Todo el que haya jugado coincidir¨¢ en que a veces dan ganas de dise?arse un pasamonta?as, comprar una nueve mil¨ªmetros en el s¨®tanos del museo y llevar a cabo un ajuste de cuentas con Tom Nook. Pues bien, eso es precisamente lo que propone Longvinter, nuestra recomendaci¨®n de hoy.

Longvinter es como Animal Crossing, pero ambientado en USA, es decir, tiene armas y todo sale mal. Con un compomente survival un poco m¨¢s pronunciado, acostumbra a describirse como la fusi¨®n de Animal Crossing y Rust. Se ve y juega exactamente igual que la archiconocida saga de Nintendo, pero tambi¨¦n nos permite llevar un fusil de asalto a la espalda, plantar torretas autom¨¢ticas en la puerta de nuestra casa y decirle al primero que nos pida dinero que por listo lo mismo se lleva un bocadillo de pu?etazos o una ensalada de balas. Aqu¨ª no hay NPCs a los que soportar. O jugamos solos o lo hacemos en mundos y servidores hosteados por terceros. Por tanto, el PvP y el looteo a nuestras v¨ªctimas est¨¢n a la orden del d¨ªa. En realidad el t¨ªtulo va de lo mismo que el de Nintendo, es decir, de desconectar y pasar un buen rato haciendo actividades inofensivas. Pero los caminos de la relajaci¨®n son inescrutables y las armas las carga el diablo.

Tampoco os animamo a lanzaros a por ¨¦l as¨ª como as¨ª que luego pasa lo que pasa. Antes queremos avisaros de que el juego a¨²n est¨¢ en formato early access, o lo que es lo mismo, dejando los eufemismos a un lado, Longvinter est¨¢ m¨¢s verde que un campo de f¨²tbol. Tiene un mont¨®n de bugs, padece de lag y para disfrutarlo es casi obligatorio hacerlo con amigos y en servidores chinos o coreanos (son los ¨²nicos relativamente poblados). Y no esper¨¦is ni una d¨¦cima parte de la profundidad y las opciones de personalizaci¨®n de Animal Crossing. Si en aquel con 50 horas apenas has rascado la superficie y salido de tu tienda de campa?a, en ¨¦ste con ese mismo tiempo ya ser¨¢s el amo de la calabozo. El juego va algo m¨¢s escaso de contenido y tiene un enfoque m¨¢s casual. Diversi¨®n puntual y aislada, no recurrente.

Si os est¨¢is echando las manos a la cabeza y preguntando c¨®mo recomendamos un juego en semejante estado, la respuesta es de lo m¨¢s variada y sencilla. Porque no es demasiado caro (en torno a los diez o quince euros); porque para ordenador no existe ning¨²n otro clon de Animal Crossing que sea tan parecido gr¨¢ficamente (y mucho menos que nos de la llave de un arsenal); porque sus desarrolladores actualizan cada viernes y lo van mejorando y haciendo crecer poco a poco; y porque, qu¨¦ demonios, puede ser francamente divertido, que al final es lo que importa. A pesar del largo camino que tiene por delante, ser¨ªa una pena que terminara abandonado y muerto antes de su lanzamiento. Tiene un gran potencial y los esfuerzos de la desarrolladora, aunque a menudo errados, est¨¢n ah¨ª. Para tenerlo en nuestra biblioteca, echar un vistazo a sus mejoras de vez en cuando y jugar alguna partida puntual, Longvinter es m¨¢s que recomendable. ?En qu¨¦ nos has convertido, Tom Nook?

Por qu¨¦ jugarlo

D¨®nde encontrarlo

Longvinter est¨¢ disponible Steam y estos d¨ªas tiene un 20% de descuento. Cuesta 11,99 euros.