The Dark Pictures: The Devil in Me, Impresiones

Bienvenidos a la biblioteca personal del Conservador. Este lugar ya nos es bastante familiar, as¨ª como dicho mordaz caballero que nos hab¨ªa guiado a trav¨¦s de los terror¨ªficos relatos de Man of Medan, Little Hope y House of Ashes. Muy pronto, nos llevar¨¢ hacia otra escalofriante aventura: The Devil in Me, inspirada en los asesinatos de HH Holmes. En MeriStation acudimos a la presentaci¨®n de este nuevo t¨ªtulo que llegar¨¢ el pr¨®ximo 18 de noviembre en PC, Xbox One y Series, PS4 y PS5.

La sombra de HH Holmes

Tom Heaton, director de The Devil In Me, nos habla de qu¨¦ podemos esperar de este nuevo relato interactivo y qu¨¦ novedades han incorporado a la jugabilidad. ¡°Quiz¨¢s os hab¨¦is dado cuenta de que las historias anteriores est¨¢n inspirados en algo que ya existe en nuestro mundo; un mito o dato hist¨®rico. Nos encanta hacer eso cuando presentamos un nuevo juego en Dark Pictures. Nos da mucho material de lectura y visionado y permite que los fans especulen sobre qu¨¦ aspectos de la idea vamos a recrear¡±. De este modo, Supermassive logra crear una ambientaci¨®n veros¨ªmil y aterradora, si bien sus historias a veces han pecado de cierta predictibilidad. No obstante, Heaton promete que el Conservador pueda guardarse ciertos ases en la manga, y que los nuevos elementos del juego har¨¢n volver¨¢n la narrativa m¨¢s maleable y sorprendente.

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La figura hist¨®rica que inspira los acontecimientos es Herman Mudgett, mejor conocido como Henry Howard Holmes, el asesino en serie que construy¨® el infame World¡¯s Fair Hotel, el lujoso cebo que utilizar¨ªa para cometer sus numerosos asesinatos. El mismo edificio estaba plagado de pasadizos secretos, puertas tapiadas, trampillas, pozos de ¨¢cido y cal viva, am¨¦n de artilugios macabros que se utilizar¨ªan para cosechar las vidas de los pobres hu¨¦spedes. Durante su juicio, Holmes confes¨® 27 asesinatos, pero se especula que fueron much¨ªsimos m¨¢s. ¡°Nac¨ª con el diablo dentro de m¨ª¡±, confes¨® el criminal. ¡°No pod¨ªa ignorar que era un asesino del mismo modo que un poeta no puede ignorar su vocaci¨®n para cantar¡±. Asimismo, The Devil in Me toma tambi¨¦n referencias de la ficci¨®n de terror: los cl¨¢sicos como Halloween, The Shining y Psicosis, de los cuales veremos homenajes muy obvios en ciertos planos; y la saga gore Saw, que recordaremos al contemplar ciertos instrumentos de tortura y en las decisiones macabras que deberemos resolver.

En The Devil in Me, el escenario protagonista ser¨¢ un funesto hotel basado en el aterrador Castillo de los Asesinatos de Holmes. ¡°Algunas de las habitaciones son fieles recreaciones¡±, asegura Heaton. En este enigm¨¢tico edificio, la productora Lonnit Entertainment est¨¢ rodando el ¨²ltimo episodio del documental Arquitectos de la Muerte, que analiza las vidas de los asesinos en serie m¨¢s c¨¦lebres. Su mecenas es un tal Granthem Du¡¯Met, un misterioso coleccionista que les ha prestado el local para este nuevo episodio, con la condici¨®n de seguir ciertas instrucciones para mantener la discreci¨®n.

Un rodaje con final ?feliz?

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Heaton elogia el nivel de preciosismo que ofrece The Devil in Me y que nos sumerger¨¢ en una escalofriante historia: ¡°Con el papel de pared desgastado, sus paneles de madera y la decoraci¨®n aut¨¦ntica, parece que os hay¨¢is sumergido directamente en el esplendor del 1890¡±. El director tambi¨¦n asegura que nos sentiremos muy asfixiados gracias a la propia arquitectura del hotel: pasillos sin salida, apagones repentinos y puertas secretas que se abren de golpe para invitarnos a una investigaci¨®n aun m¨¢s peligrosa.

Por supuesto, el rodaje no tardar¨¢ en torcerse. Sucesos extra?os tendr¨¢n lugar en el rodaje y poco a poco, el equipo se ir¨¢ separando debido a las mismas trampas de su nuevo set. Reinar¨¢ la sensaci¨®n de peligro y soledad y nos sentiremos observados constantemente.

Tom Heaton tambi¨¦n nos ha presentado a los miembros de la productora Lonnit que controlaremos en The Devil in Me. Al igual que en las anteriores entregas de The Dark Pictures Anthology, se trata de personajes con una personalidad bien definida, con sus luces y sombras, que ir¨¢n evolucionando a lo largo de la historia seg¨²n nuestras decisiones. As¨ª, tenemos a Charlie Lonnit, director del documental y un l¨ªder apasionado; Kate Wilder, insegura y con un fuerte sentido de la justicia; Mark Nestor, c¨¢mara y ex pareja de la anterior; Jamie Tiergan, t¨¦cnica de luz y sonido y con un sentido del humor muy sarc¨¢stico; y Erin Keenan, la becaria infravalorada por el mismo director. As¨ª, y al igual que en anteriores t¨ªtulos de Supermassive, habr¨¢ tensiones entre los diferentes personajes y la relaci¨®n entre ellos ir¨¢ en direcci¨®n a las elecciones que hagamos.

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The Devil in Me mantiene la misma f¨®rmula que ha forjado el encanto de los juegos de Supermassive: las elecciones inc¨®modas. ¡°Todas las elecciones que tom¨¦is tendr¨¢n consecuencias¡±, sentencia Heaton. ¡°Se romper¨¢n amistades, har¨¢ que la gente se enamore, revelar¨¢n secretos, desbloquear¨¢n escenas y matar¨¢n a gente¡±. Durante la presentaci¨®n, se mostr¨® un fragmento de la partida en la que nos encontramos ante una s¨¢dica disyuntiva que ya vimos en Until Dawn: dos compa?eros en peligro y s¨®lo podremos salvar a uno para ver c¨®mo muere el otro ante nuestros ojos. ?Es posible salvar a ambos, impedir esa situaci¨®n? ?Qu¨¦ sucede si nos negamos a elegir? Heaton promete: ¡°Todos los personajes pueden ser salvados y todos ellos pueden morir. Y, por cierto, creemos que las muertes en The Devil in Me son las m¨¢s grotescas, extravagantes y excesivas que hemos hecho jam¨¢s¡±.

?He decidido lo correcto?

The Devil in Me va a mantener la incertidumbre constante que experimentamos en anteriores entregas sobre si estamos tomando el camino correcto. En ese sentido, Heaton asegura que ha a?adido nuevos aspectos a la jugabilidad. En primer lugar, la exploraci¨®n ser¨¢ mucho m¨¢s din¨¢mica y variada: no s¨®lo nos limitaremos a caminar y examinar; podremos correr, escalar, mover muebles para desbloquear caminos, recorrer una precaria viga mientras mantenemos el equilibrio, etc. A esto se a?ade un inventario sencillo, con objetos que podremos guardar, utilizar y compartir con otros personajes. Adem¨¢s, cada uno de los miembros del equipo tendr¨¢ una herramienta especial relacionada con su profesi¨®n que le otorgar¨¢ habilidades ¨²nicas. Por ejemplo, Charlie usar¨¢ su tarjeta de visita para abrir cajones, Mark podr¨¢ recabar pruebas con su c¨¢mara, Jamie podr¨¢ cablear circuitos el¨¦ctricos con su multimetro, Kate podr¨¢ sombrear con su l¨¢piz para descubrir mensajes secretos y Erin podr¨¢ escuchar ruidos a trav¨¦s de las paredes gracias a su micr¨®fono direccional. Por supuesto, el uso que demos a los objetos, su uso y p¨¦rdida afectar¨¢ al desarrollo de la historia. Esto tambi¨¦n abre la puerta a puzles sencillos que nos permitir¨¢n avanzar por la historia de The Devil in Me, lo cual nos hace pensar en un paso m¨¢s hacia la aventura gr¨¢fica.

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Por ¨²ltimo, David Heaton anuncia que The Devil in Me tendr¨¢ unas 7 horas de duraci¨®n, un tiempo m¨¢s extenso que las 4-5 horas que dura Man of Medan. De esto, observamos una partida guiada de unos 15 minutos del juego, en el que el equipo est¨¢ pugnando por reunirse de nuevo. La investigaci¨®n empieza en las ruinas de un spa en el que descubrimos que el relax estaba muy lejos de sus objetivos. Durante esta secuencia, no sentimos mayor terror que el que podemos experimentar en otros t¨ªtulos de Supermassive, si bien habr¨¢ sustos repentinos que nos demostrar¨¢n que estamos siendo acechados. Y, por supuesto, la partida culmin¨® con un momento de decisi¨®n que no tiene un final feliz, pero s¨ª muy sangriento.

The Devil in Me se presenta como un t¨ªtulo que har¨¢ las delicias de las noches de terror entre amigos, con m¨¢s posibilidades de rejugabilidad que los t¨ªtulos anteriores. ?Cu¨¢ntas ramificaciones tendr¨¢ nuestra historia? ?Hasta qu¨¦ punto puede afectar a la supervivencia de nuestros personajes las elecciones m¨¢s triviales? ?C¨®mo de retorcida es la mente de nuestro captor? El pr¨®ximo 18 de noviembre, el Conservador nos aguardar¨¢ de nuevo.