Red Matter 2, an¨¢lisis Meta Quest 2. SciFi cl¨¢sica con tecnolog¨ªa de vanguardia

Se ha estandarizado que, a nivel visual, un gran n¨²mero de juegos de la consola Meta Quest 2 luzcan pobres de texturas, colores y n¨²mero de pol¨ªgonos en pantalla. Es el peaje a pagar por un sistema VR standalone, dicen. As¨ª, resulta abismal la diferencia gr¨¢fica cuando el aparato hace correr los juegos de PC v¨ªa inal¨¢mbrica o Air Link.

Las limitaciones de Quest 2 son evidentes, no deja de ser tecnolog¨ªa m¨®vil potenciada al m¨¢ximo para ejecutar mundos en realidad virtual. Si bien hay juegos cuya inteligente direcci¨®n art¨ªstica suple cualquier carencia t¨¦cnica (v¨¦ase Beat Saber o Superhot VR), en otros la percepci¨®n es de pobreza visual y de encontrarse a a?os luz de lo que puede reproducir un casco conectado a la potencia de un ordenador.

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Vertical Robot, llevando Quest 2 hasta el infinito y m¨¢s all¨¢

Pues bien, el estudio Vertical Robot (formado por experimentados desarrolladores que pasaron por cl¨¢sicos modernos de la altura de Castlevania: Lord of Shadows o Spec Ops: The Line) pone en evidencia a esos juegos comentados que parecen conformarse con el m¨ªnimo lustre gr¨¢fico. Ya en la primera entrega de Red Matter, tomando como base una versi¨®n modificada de Unreal Engine realizaron una optimizaci¨®n para Quest 2 que result¨® del todo asombrosa. Las ventas acompa?aron, siendo mucho m¨¢s generosas aqu¨ª que en otros dispositivos, por lo que los esfuerzos se centraron a partir de ah¨ª en el standalone de Meta.

Con tal precedente estaba claro que, en su segunda parte, los espa?oles echar¨ªan toda la carne en el asador. Red Matter 2 cumple totalmente en ese sentido. Reflejos, luces, part¨ªculas, definici¨®n, trasparencias, posibilidades de interacci¨®n¡­ y se convierte por derecho propio (y varias cabezas de ventaja) en el techo t¨¦cnico de la consola. Es un t¨ªtulo que podr¨ªa pasar por lustroso juego de PCVR sin ning¨²n problema, as¨ª de rotundo lo decimos. Para que os hag¨¢is una idea, hemos disfrutado incluso de los momentos que camuflan la carga entre niveles, porque hasta ellos resultan impresionantes de observar (escaneo de nuestro cuerpo con iluminaci¨®n, sombras y brillos variables).

Los escenarios lucen s¨®lidos en su homenaje al brutalismo sovi¨¦tico. Enormes construcciones que se sienten hierro, piedra y hormig¨®n. Nada se ve de cart¨®n piedra o nos hace pensar que estamos ante meros decorados. Su direcci¨®n art¨ªstica y la ejecuci¨®n de esta da como resultado credibilidad y, gracias a la realidad virtual, escala y presencia.

Red Matter 2 y lo que esconde bajo la escafandra

Por supuesto, todo lo comentado se quedar¨ªa en demostraci¨®n t¨¦cnica si no hubiera debajo un trabajo narrativo y mec¨¢nico a la altura. Y aqu¨ª tambi¨¦n se aprecia lo aprendido. Red Matter 2 contin¨²a justo despu¨¦s de la primera parte, pero no os preocup¨¦is, no es necesario haber disfrutado del anterior juego para hacerlo con este (aunque desde aqu¨ª os recomendamos que os hag¨¢is igualmente con ¨¦l). Eso s¨ª, casi al empezar nos encontramos con un peque?o museo que rinde tributo al primer t¨ªtulo y que sirve, a la postre, como gui?o a los jugadores que vienen de vuelta a este universo. Seguimos pues dentro de un homenaje a las viejas novelas de ciencia ficci¨®n en una guerra fr¨ªa llevada al espacio, con una arrebatadora ambientaci¨®n retrofuturista en la que las pantallas son curvadas, redondeadas y de f¨®sforo, y las acciones f¨ªsicas est¨¢n a la orden del d¨ªa.

La historia, aunque menos confusa que en el primer juego, no es el fuerte de este Red Matter 2. Lo que s¨ª se mantiene intacto es el tono, el ambiente, las sensaciones que quiere transmitir de la SciFi sesentera y setentera del siglo pasado. Potencias enfrentadas y alianzas de naciones ficticias pero del todo identificables, esp¨ªas, agentes dobles, cient¨ªficos perdidos, alucinaciones, la omnipresente materia roja, misiles, laboratorios, experimentos que abren portales a otras dimensiones... No hilaremos nada para que se¨¢is vosotros quienes deshag¨¢is la madeja.

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Dejamos atr¨¢s Rhea, aquella luna de Saturno del primer juego, para visitar lugares a¨²n m¨¢s espectaculares. Y lo son porque disponemos de m¨¢s tiempo para disfrutar de vistas que quitan el aliento. En Red Matter solo est¨¢bamos uno pocos minutos en el exterior, antes de introducirnos en la base de investigaci¨®n hasta el final del juego, que es cuando sal¨ªamos de nuevo, pero en un momento de urgencia. Y era una pena, porque deleitarse con los colores, el paisaje, las nubes, la puesta de sol, aquel enorme planeta ocupando casi todo el horizonte, era el sue?o de muchos hecho realidad. La RV nos permit¨ªa sentirnos presentes en un lugar mil veces imaginado, visto en pel¨ªculas, le¨ªdo en c¨®mics y libros.

Vertical Robot parecen haberse dado cuenta de esto, y han aumentado en Red Matter 2 el tiempo que podemos disfrutar de estos incre¨ªbles lugares y paisajes. Y lo han hecho de la mejor forma, integrando en estos espacios la historia y las mec¨¢nicas. Ahora debemos dar con la tecla, resolver alg¨²n puzle, para seguir avanzando hacia interiores, siendo tremendo el placer de poder realizar dichas tareas en entornos tan arrebatadores.

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Todo suma en Red Matter 2, y las antiguas y nuevas mec¨¢nicas ampl¨ªan el propio g¨¦nero del juego, que lo llevan al m¨¢s amplio de la Aventura. A la resoluci¨®n de puzles que hemos comentado (ahora con una curva de dificultad m¨¢s liviana que nos permite avanzar sin que se interrumpa el flujo del juego, por lo menos hasta llegar a ciertos puntos de la historia), se unen ahora m¨¢s elementos. Pongamos algunos ejemplos: Su implementaci¨®n natural del jetpack hace que ya no corresponda al desplazamiento hacia un punto fijo, como en Red Matter. Variar el lugar de llegada en pleno desplazamiento fuerza la distancia que podemos alcanzar, asimilando y enriqueciendo as¨ª la parte plataformera al dotarla de incertidumbre. Un original pirateo de sistemas inform¨¢ticos juega con la sensaci¨®n 3D que nos brinda la Realidad Virtual, y un arma de rayos servir¨¢ tanto para las escenas de acci¨®n como para romper las que unas horas antes eran de sigilo. Siendo, como v¨¦is, algo m¨¢s animado que su antecersor, esta segunda parte se desvive en ajustes para que la experiencia sea c¨®moda y plena para el mayor n¨²mero de jugadores posibles.

Cada zona a la que llegamos, exterior o interior, es estanca. Sea su sentido el puzle (la mayor parte del tiempo), la acci¨®n, las plataformas o una combinaci¨®n de las tres, esto quiere decir que tenemos en ella lo necesario para resolver la situaci¨®n que nos permitir¨¢ avanzar hasta la siguiente estancia. No es hasta las ¨²ltimas horas de juego que debemos tirar de elementos que, pens¨¢bamos, hab¨ªamos dejado atr¨¢s en habitaciones ya no visitables. De la misma manera, Vertical Robot nos deja con la miel en los labios a la hora de dar pinceladas que eviten la reiteraci¨®n. Una peque?a parte en la que controlamos de forma remota un peque?o zepel¨ªn nos har¨¢ echarlo de menos el resto del juego.

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Lo extra?o de llevar ganchos en las manos para realizar todas las acciones ya se demostr¨® acertado en el primer juego. Esos ganchos son los mandos que portamos en nuestra realidad, por lo que la falta de tacto en RV est¨¢ justificada, siendo suplida por un inteligente control de la vibraci¨®n. Tal vez esta deber¨ªa haberse usado de forma intensa en Red Matter 2 a la hora de levantar grandes cajas. La sensaci¨®n de que no pesan absolutamente nada casi logra sacarte de la experiencia. En el lado contrario, hay detalles que resultan alucinantes como un folio que se dobla mientras lo tenemos cogido, o c¨®mo podemos ver la luz incidiendo en el l¨ªquido que contiene una botella para seguidamente romperla en pedazos contra la pared.

Este alto nivel de interacci¨®n recuerda por momentos a Alyx. Suponemos que la obra maestra de Valve ha sido fuente de inspiraci¨®n para Vertical Robot. Nos sorprenderemos, como en el spin off de Half Life, tonteando y jugando con objetos para ver su reacci¨®n con el entorno: golpeando un saco de boxeo, sacudiendo una bota boca abajo para ver si esconde algo o simplemente colocando un rollo de papel higi¨¦nico en su soporte de un retrete por el simple hecho de que podemos hacerlo.

Es sabido que la consola de Meta ha sido la base para crear Red Matter 2, hasta el punto de que se lleg¨® a pensar que habr¨ªa una exclusividad temporal. Finalmente, su lanzamiento se ha realizado tambi¨¦n en PCVR, donde elementos como la resoluci¨®n y las sombras marcan la diferencia. Por su parte, el juego estar¨¢ ausente en el ya casi extinto PSVR, aunque suponemos (y deseamos) la llegada a PSVR2 cuando toque. Pensamos que la versi¨®n de Quest 2, sin diferencias abismales con la de PCVR, es una excelente opci¨®n de compra. La posibilidad que ofrece un sistema standalone sin necesidad de cables, PC o c¨¢maras externas para disfrutar con libertad del juego en casi cualquier parte, es una interesante y atractiva ventaja.