Cr¨ªtica de Predator: La Presa, una mirada al pasado para ver un mejor futuro
La nueva entrega de Predator se estrena directamente en Disney + sorprendiendo con una factura impecable, una gran protagonista y un ritmo ideal.
En ocasiones se menciona como punto positivo en una cr¨ªtica de cine cuando la pel¨ªcula no se toma demasiado en serio a s¨ª misma. Eso es prec¨ªsamente lo que ocurri¨® con The Predator (2018), aunque aquella cinta se pas¨® demasiado de rosca hasta convertirse en pr¨¢cticamente una parodia de la saga que comenz¨® con Arnold Schwarzenegger hace ya m¨¢s de 30 a?os. Ahora, el estreno de Predator: La Presa directamente en plataformas de streaming (Disney +, concretamente) no invitaba al optimismo, y es que quien tomara esto mas los ¨²ltimos precedentes de uno de los alien¨ªgenas m¨¢s letales de la historia del cine -concedamos el beneficio de la duda a los xenomorfos- ten¨ªa todo el derecho del mundo a arquear las cejas.
Por fortuna, no ha terminado siendo as¨ª. Predator: La Presa nos lleva nada menos que a los Estados Unidos del siglo XVIII -siendo as¨ª la primera por orden cronol¨®gico de la historia-, a territorio comanche, haciendo que por primera vez desde la original, la saga muestre de nuevo unos entornos naturales, siempre que obviemos el planeta de la entrega de 2010. La pel¨ªcula se recrea en ocasiones en estos parajes, y el espectador lo agradece, ya que son de una belleza may¨²scula, sobre todo cuando la naturaleza al completo entra en juego y disfrutamos de una manada de b¨²falos o la cacer¨ªa de un oso.
Pero como el Yautja, nos estamos andando por las ramas... Predator: La Presa gira alrededor de Naru (Amber Midthunder, con una actuaci¨®n muy convincente), una chica comanche cuya ambici¨®n es ser una cazadora m¨¢s de su tribu, tal y como lo es su hermano, que dicho sea de paso, es el ¨²nico personaje secundario m¨ªnimamente construido, lo que tampoco es inherentemente malo. Como es de esperar, el resto de habitantes de su asentamiento no lo ve con buenos ojos, sobre todo los chicos m¨¢s j¨®venes, que la desprecian constantemente, invit¨¢ndola a ocuparse de otros menesteres tales como la comida o la medicina. Naru se siente permanentemente en necesidad de demostrar que est¨¢ capacitada para la caza como el que m¨¢s, lo que le crea una ansiedad que, al principio de la pel¨ªcula, le lleva a fallar, pero que consigue calmar hasta que sea d¨ªficil discernir qui¨¦n es realmente "La Presa" en la historia.
El otro gran protagonista es, c¨®mo no, el propio alien¨ªgena, con una caracterizaci¨®n muy diferente. Hablamos de una ¨¦poca m¨¢s de 200 a?os antes de la primera vez que vimos en acci¨®n a esta especie, y si el hombre se defend¨ªa con escopetas y ametralladoras gatling en la pel¨ªcula de 1987 y ahora lo hace con arcos y hachas, no esperemos ver tampoco al Yautja con los mismos medios que entonces. Con una m¨¢scara de hecho diferente a la que estamos acostumbrados, su arsenal es por supuesto m¨¢s avanzado que el de los humanos, pero nos va a sorprender mucho la primera vez que apunte con sus archiconocidos tres l¨¢seres rojos. Los aficionados a la imaginer¨ªa de los gadgets no deben temer, pero en esta ocasi¨®n nos encontramos con un Predator m¨¢s corpulento, m¨¢s capaz a¨²n de usar la fuerza bruta, y de hecho, la primera escena en la que hace gala de ello es de las m¨¢s bellas que nos ha dejado esta franquicia en toda su historia.
El ritmo y su protagonista, lo mejor de la pel¨ªcula
La pel¨ªcula cuenta con un ritmo muy positivo y ajustado realmente bien a la duraci¨®n de la cinta. Como es de costumbre, durante los primeros compases -y hablamos de muchos minutos-, tan solo se nos deja vislumbrar al antagonista: con planos cortos de sus v¨ªctimas, con la invisibilidad activada, ¨¢rboles que se mueven... Se llega a temer que Disney haya querido hacer de esta prec¨ªsamente eso: una pel¨ªcula de Disney. Por suerte, y tras darnos cuenta de lo equivocados que est¨¢bamos, la sangre y las v¨ªsceras hacen acto de presencia, aunque de una forma sutil y sin caer en lo grotesco o excesivo. Su director, Dan Trachtenberg, no quiere recrearse en la violencia innecesaria, todo forma parte del ritual de caza y los recursos para matar de que hace gala el Yautja, que despu¨¦s de todo, y como sabemos, no deja de ser un rival "honorable" en combate: caza simplemente por su propia satisfacci¨®n, s¨ª, pero no se regocija ante los m¨¢s d¨¦biles.?
Sin embargo, rara es la pel¨ªcula de ciencia ficci¨®n que no tiene alg¨²n momento en que el espectador frunce el ce?o. Aqu¨ª nos encontramos con la aparici¨®n de unos bandidos de origen franc¨¦s, una suerte de rednecks del siglo XVIII que, m¨¢s all¨¢ de presentar un gui?o a la segunda entrega, cumplen una funci¨®n de punching bags. Sirven al espect¨¢culo en s¨ª de la pel¨ªcula, se entiende, porque lo que es a la trama, no aportan absolutamente nada. A decir verdad, Naru tiene el carisma suficiente para aguantar el peso de la misma sin necesidad de introducir a estos "tontos ¨²tiles", y situarse justo por detr¨¢s del Mayor Dutch en la lista de mejores protagonistas de la saga. S¨ª, sabemos que no es un logro tremendo con la competencia que ha habido, pero eso no significa que esta hero¨ªna comanche no haga m¨¦ritos durante los m¨¢s de 90 minutos de la pel¨ªcula.
En definitiva, Predator: La Presa se sit¨²a sin ning¨²n g¨¦nero de dudas justo por detr¨¢s de la pel¨ªcula original como la mejor de las protagonizadas esta especie alien¨ªgena. Con m¨¢s discrecci¨®n pero tambi¨¦n m¨¢s seriedad y cari?o que las dos anteriores -y por supuesto, las dos infames Alien vs Predator-, esta cinta supone tanto un homenaje a los aficionados veteranos como una puerta de entrada ideal para los reci¨¦n llegados. Qu¨¦ gran error del que la subestime por no haber aparecido en cines...