Blast Corps, la primera gran joya (oculta) de Rare en Nintendo 64
Destruir ciudades enteras es muy divertido, aunque solo debemos hacerlo si es por necesidad. Recordamos uno de los juegos m芍s divertidos de N64.
Cuando echamos la vista atr芍s y recordamos todo lo que nos ofreci車 Nintendo 64, resulta inevitable no apreciar el impulso que Rare brind車 al cat芍logo de una consola que, en t谷rminos comerciales y de popularidad, lo tuvo muy complicado para competir con la primera PlayStation. El estudio brit芍nico, conocido como Rareware en aquella 谷poca, nos dej車 en torno a una docena de lanzamientos, entre los que figuran algunos de los t赤tulos m芍s aclamados de los a?os 90.
Los m芍s conocidos fueron GoldenEye 007, Diddy Kong Racing, Perfect Dark, Banjo-Kazooie y su secuela, Jet Force Gemini y Conker*s Bad Fur Day. Pero antes de todos esos y justo despu谷s de su primer proyecto para la consola (Killer Instinct Gold), lleg車 una rareza que seguramente re迆na todos los requisitos para entrar en el famoso club de videojuegos infravalorados: Blast Corps, una exc谷ntrica propuesta de conducci車n, demolici車n y pruebas de habilidad.
La seguridad es lo primero
En Blast Corps, nosotros nos ponemos al frente de una compa?赤a de demoliciones, y la idea principal de la f車rmula es muy sencilla de entender: hay un cami車n cargado de misiles nucleares y es necesario alcanzar una ubicaci車n propicia para proceder a su detonaci車n sin poner en riesgo a la poblaci車n. El problema es que el navegador est芍 programado para dirigirse a dicho emplazamiento trazando una l赤nea recta, como cuando marcamos un lugar en Google Maps y pulsamos el icono del peat車n y nos sugiere avanzar por zonas por las que un veh赤culo lo tendr赤a imposible.
Y eso es un problema, porque el cami車n no tendr芍 en cuenta ni el tipo de superficie que debe atravesar, ni los posibles obst芍culos que encontrar芍 en su camino. Por supuesto, el m赤nimo contacto de los misiles con cualquier estructura supone una tragedia inmediata y, por consiguiente, el fracaso de la misi車n. Como no pod赤a ser de otra forma, nuestro objetivo es evitarlo a toda costa. ?C車mo? Bueno, si el cami車n no va a detenerse bajo ning迆n concepto y los edificios no se van a ir a ning迆n lado, tendremos que demolerlos ?por fin un trabajo divertido!
Las misiones iniciales son muy f芍ciles, ya que apenas debemos limitarnos a acelerar hacia adelante con una peque?a gr迆a y derribar bloques de pisos y otras edificaciones. Sin embargo, conforme avanzamos, Blast Corps gana en profundidad y nos plantea diversas situaciones en las que tenemos que ser muy r芍pidos a la hora de tomar decisiones. ?Insistimos con la gr迆a o nos alejamos de la zona en busca de otro tipo de veh赤culo? Cada estructura presenta unas condiciones; para las m芍s d谷biles es interesante utilizar un coche r芍pido, mientras que las m芍s grandes exigen el uso de maquinaria pesada.
Tenemos libertad total para explorar cada escenario, bajarnos del veh赤culo y subirnos a otros que encontremos. Y a veces incluso es necesario olvidarnos por un momento de los misiles y buscar desesperadamente el modo de despejar los obst芍culos que surgen en el terreno. Como decimos, conforme superamos misiones aparecen otras m芍s complejas, con un dise?o de niveles m芍s inspirado y con varias mec芍nicas que debemos compaginar, sin perder de vista el objetivo principal.
Camiones, coches de carreras, m芍quinas agr赤colas e incluso locuras como un mecha (robot) que parece sacado del cine de ciencia ficci車n, capaces de elevarse al cielo y destruir una enorme torre con un poderoso pisot車n. A trav谷s de sus m芍s de 50 niveles, el t赤tulo de Rare demuestra ser una inagotable fuente de ideas y esconde mucho m芍s de lo que puede transmitir durante las primeras partidas
El secreto de la rejugabilidad
Blast Corps es un juego ideal para partidas cortas, especialmente adictivo para aquellos jugadores que disfrutan tratando de superar constantemente sus puntuaciones. Pr芍cticamente todas las misiones principales pueden ser completadas en menos de 5 minutos y muchas de ellas ofrecen varias soluciones posibles, aunque inicialmente damos por hecho que todo consiste en avanzar de frente y destruir edificios.
Con la experiencia y la repetici車n de niveles, comenzamos a darnos cuenta de que hay situaciones ante las que igual es mejor bajarnos de la gr迆a, subirnos a un coche veloz y rascar varios segundos al cron車metro. Adem芍s, la inmediatez a la hora de elegir misi車n en una simulaci車n del planeta Tierra, as赤 como la informaci車n que vamos desbloqueando a su lado, dan lugar a una experiencia que se adapta a cualquier perfil de jugador; tanto al que solo pretende relajarse derribando rascacielos, como a los m芍s competitivos que desean ser los m芍s r芍pidos del lugar.
Un elemento que no conviene olvidar es que el juego complementa las misiones de la historia con decenas de pruebas tan particulares como carreras de rally con veh赤culos radio control, desaf赤os de derrape y objetivos de demolici車n muy cortos, pero especialmente intensos. Este tipo de misiones secundarias aportan frescura al desarrollo principal y da lugar a una experiencia a迆n m芍s rejugable. En otras palabras, Blast Corps no solo es una de esas cosas que hay que probar una vez en la vida; tambi谷n es un juego que tiene cuerda para rato.
NOTA: M芍s all芍 del cartucho original de Nintendo 64, Blast Corps se encuentra disponible actualmente en Xbox Series X|S y Xbox One, como parte del recopilatorio Rare Replay. Las capturas que os hemos ofrecido provienen de dicha versi車n.
- Acci車n