Lost Ark, an¨¢lisis. La fusi¨®n irresistible entre ARPG y MMO

Corr¨ªa el ya lejano 2014 cuando en foros de todo el mundo asomaba por primera el nuevo proyecto de Smilegate, bien regado del dinero a lomos del ¨¦xito internacional de Crossfire, uno de los juegos m¨¢s populares del mundo. La compa?¨ªa surcoreana hab¨ªa crecido alrededor del FPS competitivo hasta convertirse en una productora/desarrolladora con numerosos t¨ªtulos a sus espaldas y una de sus estrellas era el proyecto de Smilegate RPG, un estudio interno centrado en producir un ambicioso MMORPG con el que competir con NCsoft o Pearl Abyss. Pero eso lo supimos a posteriori, porque en ese primer tr¨¢iler lo que parec¨ªa era un reto directo a Blizzard y su Diablo 3, dejando en mantillas los avances en presentaci¨®n y dise?o visual de esa entrega para presentar un impactante Hack¡¯n Slash repleto de secuencias espectaculares, cientos de enemigos en pantalla y una escala nunca vista en el g¨¦nero.

La atenci¨®n internacional fue inmediata y la compa?¨ªa surcoreana, con poca presencia en los mercados occidentales en aquel entonces, tuvo que atender la oleada de atenci¨®n que recibi¨® para confirmar que el juego no era un Hack¡¯n Slash puramente dicho, sino un MMO con mec¨¢nicas propias de ese g¨¦nero; y que hab¨ªa inter¨¦s en realizar un lanzamiento internacional. Pero desde finales de 2014 hasta finales de 2019 el juego estuvo en desarrollo activo y fase beta jugable en su pa¨ªs natal, con una versi¨®n posterior para el mercado ruso; la prometida versi¨®n occidental se resist¨ªa hasta que la propia Amazon Games decidi¨® apostar por el t¨ªtulo como complemento en su cat¨¢logo para acompa?ar a New World, su proyecto interno.

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Ha tardado casi siete a?os en llegar desde la primera vez que nos puso los dientes largos, pero Lost Ark ya est¨¢ finalmente aqu¨ª y la mejor noticia es que no ha perdido un ¨¢pice de esa espectacularidad visual que vimos en el 2014 ni ha quedado desfasado por el paso del tiempo. Simplemente, no hay ning¨²n hack¡¯n slash en la historia del g¨¦nero que ni se le acerque en cuanto a presentaci¨®n visual, construcci¨®n de mundo y uso de la vista ¨¢rea para dar forma a unos paisajes de ensue?o que marcan un techo que a los que vengan despu¨¦s les va a costar alcanzar, incluyendo a cierta compa?¨ªa californiana que no est¨¢ en sus mejores momentos.

Es quiz¨¢s el rasgo m¨¢s destacable del t¨ªtulo coreano: una presentaci¨®n estelar que se extiende a todos sus apartados: gr¨¢ficos, control, interfaz, cantidad de contenido¡­ todo est¨¢ a un nivel claramente en el rango de AAA siendo un F2P, uno de calidad adem¨¢s y poco ofensivo en sus caminos de financiaci¨®n. Estamos acostumbrados en los juegos F2P a tener sistemas abusivos, aut¨¦nticos casinos virtuales o a tener valores de producci¨®n algo justos. En m¨¢s de 100 horas jugadas de Lost Ark nunca sentimos la idea de que nos pidiera dinero por una experiencia que pagar¨ªamos gustosamente a precio de juego completo. La relaci¨®n calidad/precio/cantidad es realmente insuperable a poco que te guste el g¨¦nero.

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Eso hablando del juego en s¨ª, su contenido, mec¨¢nicas, mundo, clases, control y presentaci¨®n general. Si Lost Ark no fuera un MMO, la experiencia ser¨ªa insuperable. Pero ahora bien, como s¨ª es online y un juego como servicio adem¨¢s, la experiencia jugable no lo es todo. Como servicio que es, tiene la necesidad de ofrecer ciertas cosas al jugador que en su lanzamiento no est¨¢ sabiendo ofrecer a un amplio abanico de ellos. Los que hayan estado con ¨¦l estos primeros d¨ªas de lanzamiento occidental se habr¨¢n dado cuenta de las circunstancias: horas de cola para poder entrar en cualquier franja razonable del d¨ªa, bonificaciones de pago que desaparecen por arte de magia, imposibilidad de entrar a cierto contenido en horas punta por la saturaci¨®n de usuarios, mantenimientos continuados de varias horas en horarios y d¨ªas propicios para estar jugando¡­

Y s¨ª, se han intentado poner parches en forma de servidores adicionales o concediendo bonificaciones adicionales a los jugadores por el contenido que no han podido disfrutar. Pero nada de eso ha aliviado un problema que parece tener dif¨ªcil soluci¨®n una vez que ya se ha especificado que no es posible aumentar la capacidad de los servidores ya establecidos. Poner m¨¢s servidores, o crear una nueva regi¨®n europea como se ha hecho, no sirve cuando no se puede transferir personajes a ellos, una omisi¨®n incomprensible en pleno 2022; poner a los jugadores ante la disyuntiva de volver a empezar en un servidor menos saturado o lidiar con colas que hacen imposible jugar en horarios normales, no es un buen servicio. De una de las compa?¨ªas de videojuegos m¨¢s importantes en su pa¨ªs y de una distribuidora que es parte de una de las compa?¨ªas m¨¢s poderosas del mundo como es Amazon, es comprensible esperar otra cosa.

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El hack¡¯n slash elevado a la en¨¦sima potencia

Dejando al margen, pero en el retrovisor, el tema del servicio y del desastroso lanzamiento para una porci¨®n de los usuarios. Los que han podido dedicarle horas a base de madrugar, de mantener al personaje activo con un autoclicker o de dedicarle horas sin fin, como es nuestro caso, hemos disfrutado de un t¨ªtulo que expande los fundamentos del hack¡¯n slash cl¨¢sico. Si a Blizzard le hubieran dejado ser esa compa?¨ªa ambiciosa y rompedora que nos trajo World of Warcraft y se hubiera planteado hacer ese ¡°World of Diablo¡± que tantas veces estuvo en los corrillos de la rumorolog¨ªa, hubiera sido algo parecido a lo que el equipo coreano ha propuesto: un juego que combina los mejores elementos, la intensidad y la diversi¨®n del ARPG con una estructura expansiva, colaborativa con otros jugadores en donde siempre hay alguna actividad que hacer para mantenerse entretenido.

Todo comienza con unas clases variadas y divertidas, espectaculares en sus planteamientos y con un amplio abanico de posibles desarrollos que se van abriendo y refin¨¢ndose cada vez m¨¢s a medida que entramos en el profundo contenido de endgame. Cada arquetipo tiene una serie de especializaciones con profundas diferencias entre ellas (y con un g¨¦nero fijo asociado, detalle algo anacr¨®nico en nuestros d¨ªas pero que se mantiene aqu¨ª). T¨¦cnicamente hay cinco clases: Guerrero, Artista Marcial, Artillero, Maga y Asesina; cada una de estas se puede dividir en dos, tres o cuatro especializaciones que hay que seleccionar al comienzo y que constituyen clases en s¨ª mismas, con sus propias particularidades y mec¨¢nicas. En total hay 15 tipos de personajes a elegir, todas completamente viables para el contenido en solitario o en grupo.

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Lost Ark, pese a su naturaleza de MMO, descarta por completo la idea de la segmentaci¨®n utilitaria de clases. No hay tanques, sanadores o clases de apoyo como tales, aunque s¨ª que hay clases m¨¢s apropiadas para ciertas situaciones que otras y configuraciones m¨¢s eficientes de grupos, aunque en principio todas las combinaciones son aptas. Cada jugador es fundamentalmente responsable de s¨ª mismo, lo que al principio se traduce en alegres algarab¨ªas multicolores con cada personaje golpeando por su lado, que poco a poco va dejando paso a elaboradas danzas coordinadas a medida que se sube el nivel de exigencia. Es un t¨ªtulo muy din¨¢mico en su planteamiento, en el que constantemente tenemos que estar atentos a las marcas de zona que indican el ¨¢rea en que se producir¨¢ un ataque especialmente fuerte, adem¨¢s de poner los medios necesarios para no quedar rodeado, o para gestionar la multitud de efectos negativos que nos pueden producir los enemigos (oscuridad, atracci¨®n, miedo, aturdimiento¡­). Siempre hay nuevas amenazas, nuevos encajes y un ampl¨ªsimo abanico de enemigos de toda clase y condici¨®n.

Al factor de diversi¨®n generalizado en el combate hay que sumar numerosos aspectos. Por un lado, la profundidad de su sistema de habilidades y la necesidad de usar un buen n¨²mero de ellas, contradiciendo ciertas tendencias del g¨¦nero en las que acabamos usando una o dos habilidades de forma activa, siendo todo lo dem¨¢s sinergias, pasivos y un entramado de minmaxing para conseguir crear la m¨¢quina de matar m¨¢s eficiente. Lost Ark en cambio ofrece docenas de habilidades diferentes por cada subclase, todas activas y algunas con acciones diferentes a las de meramente pulsar: combos en el que hay que pulsar varias veces o dejar el bot¨®n pulsado, cargas que hacen m¨¢s da?o cuanto m¨¢s tiempo tengas el bot¨®n pulsado, barras que nos indican el momento exacto en el que hay que dejar de usar una habilidad para conseguir un efecto adicional¡­

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Cada una de esas habilidades tiene su propio mini¨¢rbol de desarrollo en el que poner puntos para potenciarlas o transformarlas y se nos pide elegir ocho de ellas, que ser¨¢n nuestro arsenal constante que hay que trabajar para que sea eficiente, atendiendo a los requisitos y a los tiempos de recarga de cada una. Y eso es s¨®lo el principio: hay que sumar unas habilidades adicionales de despertar (una forma de super movimientos propios de cada subclase), hay que encontrar runas que nos permiten modificar condiciones de cada habilidad, hay que atender a los efectos del sistema de grabados (varias decenas de efectos adicionales positivos y negativos que se pueden activar en funci¨®n del equipamiento que llevemos), hay que montar un set de cartas que nos dar¨¢ bonificaciones adicionales en funci¨®n de la baraja que vayamos acumulando y, por supuesto, hay que conseguir el mejor equipamiento y mejorarlo mediante un sistema de forja... Son varios estratos que sobre el papel pueden parecer intimidantes, pero que se van introduciendo poco a poco en el desarrollo y enriquecen nuestro camino para convertir a nuestro personaje en lo que queremos que sea.

Lo descrito para el sistema es la t¨®nica general de Lost Ark en todos sus aspectos. Es un t¨ªtulo con decenas y decenas de capas en cada uno de sus apartados que consigue que haya siempre cosas que hacer mientras llevas a tu personaje a nuevas cotas de poder y abres nuevo contenido. En este caso ciertamente nos hemos beneficiado del tiempo que ha tardado en llegar desde Corea, con un juego que llega rebosante de contenido. Cuando no estemos haciendo la misi¨®n principal, estaremos atendiendo nuestra isla-fortaleza con sus innumerables opciones de personalizaci¨®n y utilidades varias; o estaremos navegando con nuestro barco por el amplio mundo, asistiendo a eventos que s¨®lo se abren a ciertas horas, recorriendo islas que guardan peque?as grandes historias en cada una de ellas o participando con otros jugadores en ¨¦picos combates contra criaturas de proporciones ¨¦picas.

O puede que estemos cazando grandes criaturas llamadas guardianes, en un modo de juego que parece una versi¨®n mini de Monster Hunter; o quiz¨¢s nos adentremos en las mazmorras procedurales del caos, lugares de puro combate contra nubes de enemigos. ?Algo m¨¢s? mucho m¨¢s: la torre y su tensa ascensi¨®n; el cubo y sus intricados retos a caballo entre el combate y el puzle; las mazmorras abisales, el contenido m¨¢s exigente del juego; Boss Rush, un enfrentamiento constante con los diversos jefes que hay en el juego¡­ hay contenido para aburrir, o mejor dicho, para que nunca te aburras.

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Pay to Fast

Todo esto, insistimos, con unos valores de producci¨®n extraordinarios, en un juego que llega completamente traducido al espa?ol -incluyendo voces-. Incluso si decidi¨¦ramos que no vamos a adentrarnos en el contenido accesorio y s¨®lo vamos a recorrer la historia, nos encontramos ante una gran aventura que nada tiene que envidiar a ning¨²n Hack¡¯n slash de pago de los que podemos encontrar ahora mismo en PC. La tienda no es invasiva y no dependemos de ella para progresar, su funci¨®n es m¨¢s bien doble: permitirte hacer m¨¢s r¨¢pido ciertas cosas -especialmente para los que tengan m¨¢s de un personaje, algo ¨²til en un juego muy ¡°alt friendly¡±, y pagar por contenido est¨¦tico exclusivo para tu personaje o tu isla-fortaleza. Pagamos por conveniencia, velocidad, reducci¨®n de farmeo o por pura y simple est¨¦tica, pero no se puede decir que sea un sistema injusto para el usuario de a pie. Tampoco encontraremos ninguna ventaja para el PVP, que no es el foco principal pero que est¨¢ presente y lo hace con un planteamiento igualitario entre personajes, al margen de sus logros en la aventura.

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En cuanto a su valor como juego, ya hemos repasado la excelencia y profundidad de su sistema de juego. Como aficionado a los ARPG de este corte, no notaremos ninguna contrapartida por el hecho de ser tambi¨¦n un MMO. Si lo fu¨¦ramos a juzgar s¨®lo como lo primero, estar¨ªamos hablando de un juego a la altura de los mejores por presentaci¨®n y mec¨¢nicas. La curva de dificultad est¨¢ bien ajustada para empezar sin pensar mucho y acabar ajustando al mil¨ªmetro tu personaje para encarar los retos m¨¢s complejos; el sistema de combate es activo y en sus momentos m¨¢s intensos exige atenci¨®n a nuestro posicionamiento, a nuestros movimientos y a la rotaci¨®n de habilidades que estamos desarrollando; la variedad de enemigos y su abanico de habilidades y circunstancias tambi¨¦n ayudan a mantener el inter¨¦s y a sentir que estamos enfrent¨¢ndonos a retos no s¨®lo m¨¢s dif¨ªciles, sino tambi¨¦n m¨¢s interesantes.

Hay algunos aspectos cuestionables, eso s¨ª. La historia principal est¨¢ desprovista de cualquier atisbo de sofisticaci¨®n, con personajes unidimensionales y desarrollos argumentales forzados. Diablo no es Shakespeare precisamente y en general no es este un aspecto prioritario a la hora de hablar del g¨¦nero si nos atenemos a otros referentes, pero Lost Ark se queda corto incluso en ese list¨®n abajo -aunque consigue redimirse un poco con algunas historias cortas que encontramos en nuestras aventuras en las islas repartidas por Arkesia-. En cuanto al dise?o de misiones, mientras que otros MMO han tratado de evolucionar en este aspecto para ofrecer misiones m¨¢s interesantes y variadas, Smilegate ha ido por el camino contrario: multitud de misiones insustanciales, todas convenientemente situadas, directas, f¨¢ciles y (afortunadamente) r¨¢pidas de hacer.

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No es un juego virtuoso en lo narrativo, aunque lo compensa en parte con la exuberancia de su puesta en escena. Diablo 3 trat¨® de elevar el nivel de presentaci¨®n de la f¨®rmula que hab¨ªa creado, con animaciones m¨¢s ricas, un combate con m¨¢s impacto y mundos m¨¢s elaborados. Otros juegos como el m¨¢s reciente Wolcen han tirado tambi¨¦n de presentaci¨®n para mostrar un mundo m¨¢s espectacular. Todos quedan en mantillas al lado de lo que ha hecho el estudio coreano, tanto por la recreaci¨®n de excelsos y variados escenarios con vistas espectaculares que consiguen transmitir escala y envergadura pese a la c¨¢mara ¨¢rea, como por las elaboradas secuencias de acci¨®n que nunca se han visto en un juego de esta naturaleza, con combates que se desarrollan en medio de situaciones dram¨¢ticas y ¨¦picas capaces de ponernos el coraz¨®n en un pu?o mientras avanzamos.

Destacan peque?os pero importantes detalles, como los momentos en los que interactuamos con elementos del escenario para saltar, escalar o andar por una superficie estrecha, momentos que en realidad no aportan nada a lo jugable porque son cinem¨¢ticos, pero que dan a los escenarios y a las mazmorras una dimensi¨®n diferente. Cosas como ver desde alto un paisaje y luego descender por una plataforma para andar por donde estabas viendo es algo habitual para cualquier juego de mundo abierto, pero no es lo habitual en un t¨ªtulo de este corte con c¨¢mara fija. Son peque?as cosas pero que en su conjunto dan una impresi¨®n de amplitud y aventura que lo pone por encima de otros t¨ªtulos de similar corte.