Sifu, impresiones: alguien se tom¨® muy en serio lo de God Hand

El g¨¦nero del beat¡¯em up rein¨® en las recreativas de todo el mundo durante los ochenta y los noventa, convirti¨¦ndose en un referente de los salones y traslad¨¢ndose con ¨¦xito en las primeras consolas dom¨¦sticas. Poco a poco fue quedando en desuso, y otros subg¨¦neros (hack and slash con Devil May Cry al frente) recogieron el testigo. Solo algunos valientes se atrevieron a darle forma tridimensional al beat¡¯em up de siempre. En Clover Studios (Viewtiful Joe, Okami) fueron uno de ellos. No especialmente bien recibido por la cr¨ªtica, pero encumbrado por el p¨²blico, God Hand prob¨® suerte con esta f¨®rmula. Golpes y m¨¢s golpes, un humor que indicaba que el juego se re¨ªa de s¨ª mismo y un aura especial no exenta de errores. Sifu quiere ser el hermano serio. Y un acercamiento 3D al beat¡¯em up muy interesante.

Lo que hemos podido probar durante una versi¨®n jugable facilitada por Cosmocover es que, como en God Hand, en Sifu no hay alardes, detalles ni exploraci¨®n que valga en nuestro avance. Todo va de luchar, de acabar con los enemigos que se nos presentan y de ser mejor a la hora de usar sus mec¨¢nicas. Un verso suelto en la era de la sobreexposici¨®n narrativa para cualquier tipo de juego o g¨¦nero. Aqu¨ª clamamos venganza, que no deja de ser una motivaci¨®n t¨ªpica del beat¡¯em up est¨¢ndar, y a por ello. Arrancamos la misi¨®n The Club, nos plantamos delante del portero de una discoteca y le pegamos para poder entrar. Lo importante es pegar, volver a pegar, ganar experiencia y desbloquear nuevas acciones o mejoras del ¨¢rbol de habilidades.

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Dec¨ªamos que se trata del hermano formal de God Hand porque en el fondo, el tono aqu¨ª es m¨¢s moderado, y lo de la venganza, nuestro protagonista se lo toma muy a pecho: desde su base de operaciones veremos recortes con im¨¢genes o informaci¨®n sobre sus objetivos, la relaci¨®n con nuestras motivaciones y mucho m¨¢s. pero una vez entra en escena la acci¨®n, todo esto se reduce a preguntarle a un mat¨®n donde est¨¢ Sean -es a quien buscamos en la preview- y acto seguido pegarle, o directamente lanzarle una botella en la cara sin preguntar nada.

En Sifu tenemos dos tipos de ataque, algunos combos con dichas acciones y el uso de la direcci¨®n del stick, la posibilidad de bloquear, hacer un contragolpe con el timing en el momento justo y movimientos evasivos. Todo esto es familiar en juegos de acci¨®n con o sin armas, a lo que se a?ade la posibilidad de usar objetos del escenario, ya sea cogiendo un bate de b¨¦isbol para usarlo de arma o lanzando sillones, botellas y lo que nos encontremos en la cara de los enemigos para aturdirlos.

Ellos, como nosotros, tienen una barra de equilibrio que se puede romper a base de golpes -no vale bloquear todo el rato- para luego dejarlos desguarnecidos. Adem¨¢s, cuando est¨¢n a punto de caer, podemos usar un QTE para liquidarlos y ganar algo de vida, la ¨²nica manera de recuperar vitalidad que hemos visto en la demo. Y as¨ª avanza el juego, interactuando con objetos del escenario mientras atacamos enemigos con distintos patrones: los hay de pu?os en alto, otros con escudo, con armas, subjefes con movimientos y ataques inbloqueables¡­

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Saber usar el parry es clave para triunfar: su timing es exigente y si fallamos, nos da?ar¨¢n bastante. Tener un ojo a los enemigos que vienen por distintos costados, tambi¨¦n es importante, ya que esto no es tan sencillo como ir esquivando a bot¨®n como en los Batman Arkham. Todo es m¨¢s preciso y desafiante. Y es parte de la gracia.

Adem¨¢s de estas herramientas y nuestra habilidad, tenemos una acci¨®n llamada focus, que gasta una barra de energ¨ªa y que permite centrarnos en dar un golpe en alguna zona vital del enemigo, como en los ojos, algo que da?a much¨ªsimo y que es bueno dejarlo para los jefes. A medida que avanzamos, ganaremos experiencia para mejorar elementos como nuestra estabilidad, ganar m¨¢s vida con cada KO, aumentar la durabilidad de las armas, mejorar las recompensas por realizar buenos parries o esquivar a tiempo, etc. Adem¨¢s, claro est¨¢, de nuevos combos y nuevos finalizadores.

Una de las mec¨¢nicas m¨¢s curiosas de Sifu es el sistema de edad. Empezamos como un chaval de 20 a?os, pero si caemos muertos, podremos levantarnos siendo un a?o m¨¢s viejos, algo que nos da ventaja y nos permite continuar. Como buen beat¡¯em up que se precie, la gracia no est¨¢ en terminar The Club -un nivel que solo por el music¨®n ya vale la pena repetir ahora que no tenemos edad para eso-, sino en hacer rutas con la mayor juventud posible. Exactamente lo mismo como cuando repet¨ªas esa recreativa porque quer¨ªas conseguir una mejor puntuaci¨®n.

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No nos queda claro c¨®mo afectar¨¢ a la larga este sistema de muertes y a?os, si adem¨¢s de puntuaci¨®n tendr¨¢ consecuencias en la historia, ni qu¨¦ ganamos o no al repetir de inicio cuando morimos o seguir envejeciendo, pero es evidente que es algo que tendr¨¢ importancia en el desarrollo del juego. Por lo dem¨¢s, el t¨ªtulo se mov¨ªa fluido y sin problemas en PC, con una est¨¦tica cartoon acertada y con muy buenas animaciones y un buen uso de la c¨¢mara. El 8 de febrero sabremos hasta donde llega una propuesta que los amantes de la acci¨®n deber¨ªan prestar atenci¨®n. Sale en PC, PS4 y PS5.