Medal of Honor: Above and Beyond, an¨¢lisis en Oculus Quest 2: buen port, mismo juego

Que Medal of Honor: Above and Beyond haya recibido una versi¨®n destinada a Oculus Quest 2 es un peque?o milagro, pues el juego original para PC VR cuenta con unos requisitos m¨ªnimos muy exigentes. Su adaptaci¨®n al visor de Facebook ¡ªahora Meta¡ª no ha salido barata, al menos en lo que se refiere a su puesta en escena visual. Y sin embargo, la experiencia al completo se ha encapsulado en este dispositivo de manera exitosa, lo que no deja de ser un gran m¨¦rito.

Respawn Entertainment, el estudio responsable de Titanfall 2, Apex Legends y Star Wars Jedi: Fallen Order, regresa al g¨¦nero del shooter en primer persona, y lo hace a trav¨¦s de una saga con mucha historia. Y para historia, la Segunda Guerra Mundial, cuyos sucesos han dado pie a miles de ficciones ambientadas en este conflicto b¨¦lico. En el terreno de los videojuegos, Medal of Honor fue una de las sagas pioneras en su tiempo, por lo que ha sido un acierto que EA la haya rescatado para una obra tan ambiciosa.

Cuando hablamos de realidad virtual a menudo nos referimos a estos productos como experiencias. Lo son en la misma medida que cualquier otro videojuego, pero ese t¨¦rmino se utiliza para diferenciar los minijuegos o experimentos de los t¨ªtulos m¨¢s tradicionales, por as¨ª decirlo.

Medal of Honor: Above and Beyond se puede clasificar como uno de los segundos. En MeriStation ya lo analizamos para Oculus Rift, por lo que es ah¨ª donde ahondamos en las mec¨¢nicas y en todos sus aspectos concretos. La pregunta que respondemos en este an¨¢lisis es la siguiente: ?C¨®mo ha salido el port en Quest 2?

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Una brillante adaptaci¨®n a Oculus Quest 2

Oculus Quest 2 tiene la potencia que tiene y ya es mucho que se hayan conseguido tan buenos resultados en un visor que funciona de forma aut¨®noma y donde los juegos corren en su propio hardware. Si no dispones de la posibilidad de conectar el sistema a un PC potente, jugar a Medal of Honor: Above and Beyond en Quest 2 es una opci¨®n recomendable, porque todos los modos de juego, tanto la campa?a como el multijugador, funcionan a la perfecci¨®n.

La adaptaci¨®n es m¨¢s que meritoria, a pesar de los obvios e inevitables recortes gr¨¢ficos. Ante un hardware mucho menos potente, Respawn Entertainment ha sido capaz de ofrecer la misma experiencia con un rendimiento muy bueno. Es cierto que se le ve el cart¨®n, especialmente en lo referente a los modelados de los personajes y los escenarios. Los interiores aguantan el tipo, pero en los exteriores se percibe m¨¢s la falta de detalle: se ha eliminado buena parte de la vegetaci¨®n, las texturas cantan m¨¢s y algunos de los efectos han desaparecido. Con todo, las secuencias m¨¢s espectaculares contin¨²an presentes.

Dec¨ªamos que el rendimiento es satisfactorio, siempre y cuando no se modifiquen las opciones que est¨¢n activadas por defecto. El jugador puede configurar la calidad de las texturas o implementar el antialiasing, si bien al hacerlo la tasa de frames se desmorona. Sigue siendo jugable, pero la experiencia es mucho menos redonda.

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Cuesti¨®n de dise?o

Los problemas de Medal of Honor: Above and Beyond poco tienen que ver con su adaptaci¨®n a Oculus Quest 2. El primer ¡°pero¡± lo encontramos en la historia, que se nutre de un humor poco gracioso. Narrativamente, parte de tramas argumentales descafeinadas y de personajes protot¨ªpicos llenos de clich¨¦s. El jugador no conecta emocionalmente con sus vivencias porque los protagonistas son demasiado planos y olvidables, lo que contrasta con el inter¨¦s de Respawn en dar voz a veteranos del conflicto a trav¨¦s de su premiado documental, disponible gratis en el juego. Manejamos a un teniente de la OSS, una organizaci¨®n ligada al bando aliado que acude a la Francia ocupada para unirse a la resistencia contra los nazis.

A la campa?a para un jugador hay que otorgarle al menos una medalla: es lo suficientemente variada y propone todo tipo de situaciones, que van desde lanzar un misil o asaltar un tren hasta escapar de un a embarcaci¨®n a punto de hundirse en el oc¨¦ano para la eternidad.

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Esta tecnolog¨ªa exige cierto aprendizaje previo, que en el juego se plasma durante las primeras misiones. Las armas se manejan distinto y se recargan de manera diferente: contamos con una pistola en la cadera, otras dos armas principales en los hombros, granadas en el pecho e inyecciones para restaurar la salud en uno de nuestros brazos. Dominar estas mec¨¢nicas b¨¢sicas es crucial y algo complicado al principio. En el fragor de la batalla, todo ha de hacerse con rapidez. De lo contrario, el enemigo te pillar¨¢ desprevenido y tratar¨¢ de acabar contigo.

Uno de los fallos que arrastra esta versi¨®n es que la interacci¨®n con los escenarios sigue siendo muy limitada. La escalada, por ejemplo, es poco precisa y algo engorrosa. Puntos que parecen de agarre no lo son realmente cuando intentas engancharte, por lo que en algunas ocasiones nos hemos despe?ado por culpa de un sistema que no termina de encajar. El nado y el buceo merecem una menci¨®n aparte, porque nos ha parecido poco natural, nada divertido e incluso agotador. Por otro lado, se intercalan momento altamente inmersivos con secuencias narrativas excesivamente largas, que lastran el ritmo.

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La adaptaci¨®n a Oculus Quest 2 incorpora la mayor parte de novedades que se implementaron a posteriori en la edici¨®n de PC VR. Eso significa que las pantalla de Victoria ya no aparecen en varios momentos de la misi¨®n, ya que se reservan para el final de cada una de las seis misiones principales que componen la campa?a. Eso s¨ª, las mirillas no se han tocado y contin¨²an siendo inc¨®modas.

Adem¨¢s del modo supervivencia, que nos invita a resistir contra hordas de enemigos controlados por una IA muy mejorable, podemos disfrutar de todos los modos multijugador. El Bombardero Loco sigue siendo tan divertido como en PC, aunque se echa en falta un sistema de progresi¨®n, porque m¨¢s all¨¢ de los skins en el PvP no hay mayor profundidad ni recorrido.