The King's Man: La Primera Misi¨®n, cr¨ªtica. Una aventura que no encuentra su tono

En los albores del siglo XX, Europa se encontraba en el filo de la navaja. Las hostilidades hicieron estallar la Primera Guerra Mundial, en la que el Viejo Continente comenz¨® a resquebrajarse con la sangre de sus ciudadanos. The King's Man, la nueva pel¨ªcula de la saga escrita y dirigida por Matthew Vaughn, est¨¢ ambientada en esta ¨¦poca de zozobra. Tras m¨²ltiples retrasos a causa del coronavirus, por fin hemos tenido la oportunidad de disfrutar del filme, que se estrenar¨¢ exclusivamente en salas de cine el pr¨®ximo 29 de diciembre. A diferencia de los anteriores largometrajes de la serie, a esta precuela le cuesta hallar su propia identidad, sobre todo porque fracasa a la hora de mezclar sus elementos principales.

The King's Man arranca con una gran tragedia. El duque Orlando de Oxford (Ralph Fiennes) se encuentra con su familia en Sud¨¢frica, pa¨ªs en el que se est¨¢ librando una cruenta guerra. Cuando todo parece haber acabado, la duquesa muere asesinada ante los ojos de su marido y su hijo, el peque?o Conrad.

Con el ¨²ltimo h¨¢lito de vida, la mujer pide al arist¨®crata que mantenga a su ni?o alejado de la guerra, una promesa que pretende cumplir a toda costa. El problema es que el joven (Harris Dickinson) no tarda en desvelar sus deseos de servir a su pa¨ªs... en el frente. Esto plantea una confrontaci¨®n paternofilial que se desarrolla a lo largo de buena parte del metraje y que construye la parte m¨¢s dram¨¢tica de la producci¨®n.

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The King's Man: as¨ª se fragua una guerra

En el contexto de la pel¨ªcula, detr¨¢s de las decisiones de los soberanos europeos, los reyes Jorge V de Inglaterra, el Zar Nicol¨¢s II de Rusia y el monarca germano Guillermo II, se encuentran ciertos personajes que pertenecen a una oscura secta que mueve los hilos en las sombras. Mientras tanto, el duque de Oxford se mantiene fiel a su objetivo de alejar a su hijo de la guerra, al tiempo que comienza a construir los cimientos de la organizaci¨®n, una instituci¨®n pacifista que lucha por la paz.

La cinta funciona bastante bien cuando se centra en ser una pel¨ªcula de aventuras, esp¨ªas y acci¨®n. Las secuencias de lucha contra personajes como Rasput¨ªn est¨¢n bien ejecutadas y resultan entretenidas, adem¨¢s de vibrantes. Por otro lado, las motivaciones de los personajes van en distintas direcciones y chocan frontalmente con las del villano, todo un malo mal¨ªsimo lleno de clich¨¦s: tramposo, manipulador, poco paciente incluso con sus aliados y con intenciones absolutamente destructivas. Hitler, Lenin y otros personajes de gran envergadura hist¨®rica son solo peones dentro de un esquema de dominaci¨®n que ha trazado y ha ejecutado en los pasillos palaciegos y las calles.

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Ese tono dram¨¢tico, especialmente el que gira en torno a la relaci¨®n entre el duque Orlando y su hijo Conrad, es lo que verdaderamente quiebra el tono de la pel¨ªcula. El tira y afloja entre ambos no convence y crea situaciones que no casan con el humor ni con las secuencias de acci¨®n. Se puede hacer una aventura con toques dram¨¢ticos, pero la mezcla de todos estos elementos tiene que estar muy cuidada, porque de lo contrario ocurre lo que le pasa a The King's Man: no nos importa el destino de sus personajes, se vuelven meras caricaturas. Todo est¨¢ concebido para generar una reacci¨®n en el duque que reactive sus ideales.

No, The King's Man no es la pel¨ªcula del a?o. A ratos entretenida, a ratos tediosa, en ciertos momentos algo rid¨ªcula y en general mejorable. Se disfruta especialmente cuando deja de lado el dramo.