Bright Memory: Infinite, an¨¢lisis de un FPS a la vieja usanza

Bright Memory: Infinite es un producto que habr¨ªa sido imposible hace apenas una d¨¦cada, dados sus humildes or¨ªgenes. Lo que inicialmente comienza como una peque?a demo t¨¦cnica creada por un solo desarrollador tenia el suficiente poder¨ªo visual como para convertirse en una de las experiencias mas vistosas del comienzo de catalogo de Xbox Series X. Ahora, tras un tiempo de desarrollo y un aumento considerable del tama?o del equipo, llega Bright Memory: Infinite. ?Se trata de una mejora suficiente sobre el original?

De Serie B

Decir que el juego presenta un argumento podr¨ªa considerarse una exageraci¨®n. Ha aparecido un agujero negro y se nos encarga lidiar con ello. Poca m¨¢s profundidad hay aqu¨ª y la poca historia que hay se presenta sin especial entusiasmo, con un doblaje de lo mas mediocre y sin el carisma necesario para ser ¡°tan mala que es buena¡±. Sinceramente se perder¨ªa poco o nada de haberse presentado el t¨ªtulo como una serie de misiones en lugares espectaculares sin relaci¨®n entre s¨ª. Afortunadamente, de las dos horas y media que dura el t¨ªtulo m¨¢s o menos, aproximadamente siete minutos se dedican a la historia fuera de espectaculares cortaescenas de acci¨®n.

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Lo que se presenta a nuestra vista, sin embargo, es mucho m¨¢s agradable. Este es uno de los t¨ªtulos con gr¨¢ficos m¨¢s espectaculares que hemos probado en los ¨²ltimos meses, con una iluminaci¨®n y un trabajo de materiales (metales en concreto) especialmente notables.A lo largo del juego se nos presentar¨¢n suntuosos entornos basados en provincias reales chinas, as¨ª como numerosos enemigos de corte tanto realista y militar como inspirado en la mitolog¨ªa china. El resultado es un t¨ªtulo que pr¨¢cticamente nunca decepciona en el aspecto audiovisual, fuera de alguna que otra textura fuera de lugar. No solo eso, funciona de maravilla en nuestro ordenador.

Otro aspecto en el que destaca el t¨ªtulo, especialmente sobre el original, es su excepcional ritmo. Desde los primeros momentos el juego nos lanza hacia diferentes situaciones, con algunas sorpresas que preferir¨ªamos no arruinar, todo adornado de una potente banda sonora. Una secci¨®n de sigilo en concreto rompe un poco este ¡°tempo¡± al hacerse demasiado larga para lo sencilla que es, pero quitando eso el juego es un constante frenes¨ª de combate incesante donde no paran de present¨¢rsenos nuevas mec¨¢nicas, enemigos o entornos. Fuera quedan, eso s¨ª, los puzzles del original.

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Glorioso acero

Donde el t¨ªtulo garantiza su compra es con lo bien que se siente su combate, minuto a minuto. Lo que se nos presenta aqu¨ª es similar a juegos como Shadow Warrior o Ultrakill, pretendi¨¦ndose amarrar los g¨¦neros del combate en primera persona con los juegos de acci¨®n a lo Devil May Cry. Tenemos una espada con la cual podemos devolver las balas enemigas, bloquear ataques cuerpo a cuerpo o realizar nuestras propias y devastadoras embestidas. Asimismo contamos con un buen arsenal de armas de fuego, todas ellas dotadas de poderosas animaciones y sonidos as¨ª como fuertes retrocesos que las hacen agradables al uso.

Mientras avancemos por la historia habr¨¢ breves oportunidades para explorar y encontrar objetos con los que mejorar nuestras habilidades. Se abren as¨ª las posibilidades hasta el punto de que hacia el final del juego solo los m¨¢s gigantescos enemigos eran capaces de hacernos frente. Hablando de enemigos, la variedad es excepcional dada la duraci¨®n del t¨ªtulo, habiendo siempre dos o tres tipos distintos en pantalla, cada cual con sus estrategias ¨®ptimas para ser derrotados. Menci¨®n especial a aquellos enemigos que ocupan toda la pantalla,?como aut¨¦nticos titanes, algo sobrecogedor en un juego de primera persona.

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S¨ª conviene decir que ocasionalmente nos encontramos con saltos dif¨ªciles de medir, errores del terreno que hacen dif¨ªcil la navegaci¨®n, bugs varios en general. Pero sin duda lo m¨¢s frustrante del juego es un garfio tremendamente molesto de acertar y crucial en varios momentos. Poco elegante en su ejecuci¨®n, rara vez conseguimos que registrase el bot¨®n necesario cuando quer¨ªamos.