?Qui¨¦nes somos para valorar la perfecci¨®n?

A menudo hablamos de Wii Sports o de los Brain Training como esos juegos que abrieron las consolas a un p¨²blico que no estaba acostumbrado a jugar a videojuegos. Como casualizaron ¨Cyo no lo digo en el mal sentido de la palabra, all¨¢ cada cual- la experiencia para que quien tal vez despreciaba los juegos de marcianitos se adentrase en ellos. Pero mucho antes de todos estos lleg¨® Tetris como pack de Game Boy y eso fue una revoluci¨®n. Fue en realidad la revoluci¨®n de lo perfecto. De lo que no se puede mejorar. La Guerra Fr¨ªa tuvo un cap¨ªtulo inesperado para los americanos: el d¨ªa que Rusia hizo algo invencible. Tetris.

Recuerdo perfectamente el impacto de Tetris en nuestras vidas porque mi madre estaba totalmente enganchada a la port¨¢til, al juego y a esa melod¨ªa pegadiza que te transportaba a la plaza roja de Mosc¨² y qui¨¦n sabe si ten¨ªa efectos secundarios, imperceptibles a simple vista pero que nos han marcado de alguna manera. La ve¨ªa controlar como bajaban las piezas a toda velocidad pasado el nivel 9 y no entend¨ªa nada. Solo me fascinaba ver como se iban haciendo l¨ªneas y como, cuando se hac¨ªa un Tetris (cuatro l¨ªneas a la vez), lo celebr¨¢bamos como celebramos ¨Cera esa ¨¦poca- el gol de Koeman en Wembley, cuando se hizo leyenda y no pesadilla.

Cuando Tetris Effect sali¨® a la venta, el espect¨¢culo audiovisual en VR eran palabras mayores. Tetris lo volv¨ªa a hacer. Era un juego perfecto en Game Boy. Lo sigui¨® siendo en otras consolas. En otras versiones. Y ahora adem¨¢s era bonito, buc¨®lico, pl¨¢stico, relajante. Un d¨ªa eran las seis de la ma?ana, no pod¨ªa dormir y me puse a jugar a Connected en Xbox Series X. Baj¨® mi mujer y se qued¨® embobada mirando lo que estaba haciendo y lo que pasaba en pantalla. No acostumbra a mirarse juegos que dejar¨ªan sin palabras a todo el mundo, pero eso le hizo prestar atenci¨®n.

Tetris te hace sentir inteligente porque es sencillo, pero requiere habilidad ¨Cte cagas en todo cuando una pieza la pones mal sin querer- y c¨¢lculos r¨¢pidos de lo que har¨¢s a continuaci¨®n. En Effect simplemente tienes la capacidad de guardar una pieza y en algunos modos de activar un modo ralentizado para hacer combos, pero lo importante sigue siendo que recuerdes perfectamente c¨®mo queda puesta la L izquierda o la L derecha, porque no son lo mismo y a primera vista siempre te confundes.

Cuando jugamos a Tetris nos concentramos en hacerlo bien porque hay algo en esa f¨®rmula que te atrapa de manera irremediable. Guardas la pieza alargada ¨Cque por cierto se llama Hero- para los grandes momentos, aunque muchas veces la acabas malgastando porque te has equivocado antes. Si no, guardas una que no te va bien. Son las dos tipolog¨ªas de piezas que guardamos y en eso no hay discusi¨®n, pero s¨ª estrategia.

Tetris es tan perfecto que se invent¨® en 1984 y ahora sale en 2021 en Nintendo Switch y es autom¨¢ticamente uno de los mejores juegos del a?o y de los mejor valorados. Da igual darle un 10, un 9 o el 95 que tiene en Metacritic. No somos aptos para valorar la perfecci¨®n. En Meristation y en muchos sitios el 10 significa Obra Maestra pero no juego perfecto, porque las obras maestras son imperfectas y el juego perfecto decimos que no existe, y por eso en revistas como Hobby Consolas durante mucho tiempo el 99 era la nota tope y, a veces, no se puntuaba.

Pero Tetris, si no es perfecto, lo parece. Y Tetris Effect Connected es, adem¨¢s, bonito, trascendente, relajante. Le ense?¨¦ como se ve¨ªa el juego en Switch ¨Cport¨¢til- a mi madre, y lo mir¨® con cara de asombro. Han pasado tres d¨¦cadas entre esa Game Boy de dos colores hasta esta Oled que brilla m¨¢s que el ¨¢rbol de Navidad de Vigo. Pero su mueca no era solo de asombro, sino tambi¨¦n de resaca. Hizo una cara similar a la vez que me acercaron un cubata tras mi primera gran resaca. No creo que la pobre quisiera reengancharse a un Tetris, porque ni ella (ni Koeman) son como hace 30 a?os. Pero s¨ª que mentalmente pens¨® que esa barra larga que no sabe que se llama hero la deber¨ªa haber puesto en otro lugar.