The Longest Road on Earth, an¨¢lisis de una buena rutina

La industria indie abarca el territorio m¨¢s intimista y personal de los propios desarrolladores. Tratan temas tab¨²es e invitan al jugador a reflexionar, mostrando que el videojuego puede llegar a ser algo m¨¢s. The Longest Road on Earth es uno de esos t¨ªtulos patrios de bajo presupuesto financiado en Kickstarter. El equipo de Raw Fury nos invita a la reflexi¨®n a trav¨¦s de historias tan cuotidianas como ir en bicicleta, recoger conchas en la playa o pasar la fregona.

Cinco vidas, cinco rutinas

The Longest Road on Earth es un t¨ªtulo muy especial y se nota a todos los niveles. El juego nos explica cinco historias sin relaci¨®n aparente entre ellas que est¨¢n ausentes de momentos ¨¦picos, reflexivos o emocionales. Su narrativa es normal, cotidiana, como si un d¨ªa de una persona normal se tratase. No hay poderes especiales ni muertes tr¨¢gicas, es una persona yendo a trabajar.

Es ah¨ª cuando el jugador debe aportar su granito de arena para que The Longest Road on Earth tenga efecto. Tiene que haber una predisposici¨®n previa mientras vamos de un punto a otro haciendo peque?as acciones. El ¨²nico aliciente caracter¨ªstico que nos proporcionan es una banda sonora original creada por la madrile?a Be¨ªcoli, una cantante y compositora que da vida y sentimiento al propio videojuego.

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Sus canciones ganan protagonismo a medida que avanzamos en The Longest Road on Earth. Hay pocos momentos en los que no escuchemos alguna de sus canciones resonar por las calles de los 60-70. Su banda sonora acompa?a la narrativa con soltura, aunque no siempre con la misma precisi¨®n ni tampoco dejando un momento de reflexi¨®n para el jugador. Echamos en falta momentos de pausa o con sonido ambiental con el que puedas observar al detalle los paisajes y darte cuenta del bullicio de las calles, mientras reflexionas sobre lo que est¨¢ pasando en ese instante.

El sentimiento de una voz

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Es una banda sonora que parece inconexa al mundo presentado y, en ocasiones, parece que no forme parte del propio videojuego. No nos malinterpret¨¦is, el repertorio es correcto y sigue un ritmo muy marcado que acompa?a y crea un ambiente reflexivo para los jugadores, pero creemos que hubiera estado bien integrarla en el mundo para que imagen y sonido fueran al mismo tempo utilizando, por ejemplo, otros instrumentos m¨¢s caracter¨ªsticos de la ¨¦poca.

No obstante, la voz de Be¨ªcoli es hermosa y se nota el sentimiento que ofrece en cada una de sus palabras. Las tonalidades m¨¢s expresivas van en aumento en The Longest Road on Earth a medida que avanzamos en un videojuego que ofrece en cada cap¨ªtulo un ambiente y momentos distintos. Empezamos en un hogar alejado de la ciudad, tranquilo y sereno, mientras que el capitulo final muestra la sencillez y la felicidad de un ni?o, por lo que este cambio expresivo le queda como anillo al dedo.

El ¨²nico problema que le podemos encontrar es que no hay un aumento de tonalidad que favorezca el ritmo del juego, sino que se reservan todo el repertorio de escalas mayores para el final. El resto sigue un estilo muy marcado que podr¨ªa resultar mon¨®tono, ya que las situaciones por las que pasan nuestros protagonistas son muy rutinarias, as¨ª que no es un problema de historias, sino de la organizaci¨®n de las mismas. Especialmente destacable el tema principal de The Longest Road on Earth, el cu¨¢l casa a la perfecci¨®n con el propio videojuego y el mensaje que pretende transmitir. Es emocionante, inspirador y de los que cuestan olvidar.

Una persona, una historia

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El elemento visual de The Longest Road on Earth queda relegado irremediablemente en un segundo plano si lo comparamos con su banda sonora, pero consigue encandilarnos. Los paisajes son hermosos y se caracterizan por tener un gran nivel de detalle. En las distancias largas, as¨ª como las m¨¢s cercanas, han sido muy meticulosos y han cuidado cada lugar como si fuese realmente especial. Y lo sientes as¨ª, no hay lugares menores, sino que a todos se les da una importancia real y crean una ambientaci¨®n m¨¢s que notable.

En un principio pens¨¢bamos que la escala de grises era una paleta de colores equivocada, ya que no pod¨ªamos diferenciar a nuestro personaje del resto. Pero m¨¢s tarde comprendes que esta decisi¨®n es la m¨¢s acertada para lo que ellos quer¨ªan mostrar. La idea en The Longest Road on Earth es que tu personaje sea uno m¨¢s dentro de otros miles. No eres m¨¢s importante que el resto.

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Con todo, este par de horas que llega a durar el juego nos ha hecho reflexionar en algunos aspectos de la vida rutinaria y la manera de sentir y entender los conceptos b¨¢sicos de nuestra historia. No obstante, esta reflexi¨®n no tiene por qu¨¦ ser la correcta. Ellos ya dejan claro desde el primer momento que no quieren ser grandilocuentes ni creerse algo que no son, sino que pretenden mostrar historias sencillas y que cada uno las interprete como quiera.

Esta es una decisi¨®n algo controvertida, ya que es comprensible desear algo m¨¢s para entender el aspecto concreto sobre el que reflexionar. Creemos que The Longest Road on Earth pide demasiado al propio jugador. S¨ª, es un juego de una tarde con nada pendiente y con caf¨¦ en mano, pero necesitamos un plus para entender qu¨¦ debe transmitirme cada momento porque podr¨ªa haber a quien le dejase un sabor agridulce a un juego que no se lo merece.

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