Before I Forget, an¨¢lisis. El aliento de toda una vida

El ser humano tiende a proyectar sus recuerdos a trav¨¦s de cosas materiales. Es, en cierto modo, normal en una sociedad como la nuestra, donde estamos rodeados de objetos y bienes que pertenecen a un individuo. Atribuimos recuerdos a entes reconocibles. Desde un l¨¢piz de labios, que inmediatamente nos dibuja la imagen de su propietario, pasando por un frasco de colonia, cuyo olor desprende igualmente un recuerdo. Figuras estrechamente relacionadas con el uso de nuestra memoria. Y es eso, nuestra memoria, algo ef¨ªmero, como un m¨²sculo que debemos entrenar para que no se debilite. Por desgracia, su degradaci¨®n es tan org¨¢nica como la propia vida. Before I Forget es, ni m¨¢s ni menos, que el reflejo de toda una vida.

Una historia de amor narrada a base de recuerdos

Claire Morwood y Chella Ramanan, miembros del peque?o estudio 3-Fold Games, publicaron el pasado 2020 esta obra narrativa en primera persona en la que nos ponemos en la piel de Sunita, una mujer que sufre de demencia precoz y, por alg¨²n motivo vive sola esperando respuestas. ?Por qu¨¦ est¨¢s aqu¨ª? ?Qu¨¦ es todo aquello que te rodea? Conmovedor y sofisticado en su mensaje, Before I Forget solo nos pide una hora de nuestro tiempo para explicarnos el presente y el pasado de Sunita; pero no lo har¨¢ sola, sino que la acompa?amos en un breve viaje por una casa empapada de experiencias, momentos pasados inmortalizados a trav¨¦s de la fotograf¨ªa, de recortes de prensa, del sonido del piano, de postales arrugadas, de notas en la nevera... El juego llega ahora traducido al castellano a Xbox One, Xbox Series y Nintendo Switch, donde lo hemos analizado.

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La carga emocional de la obra es muy elevada y, debido a su cierto car¨¢cter abstracto, cada persona identificar¨¢ algunas de esas emociones de diferente modo. Porque es f¨¢cil verse identificado con el mensaje de Before I Forget, sencillamente porque no busca enrevesar el concepto del olvido, sino naturalizar la existencia de una enfermedad que poco a poco te desgasta, hasta el punto de no saber d¨®nde est¨¢ cocina de tu casa ni qu¨¦ hay m¨¢s all¨¢ de esa puerta.

Tras unos minutos iniciales, empiezas a coger objetos para que ese mundo gris, esa interacci¨®n con lo que puedes tocar con tus manos, pase de ser gris a brillar en color. Y el color, en tus manos, recupera algunos de esos recuerdos. Se escribe as¨ª el relato de la obra, cuyo proceso narrativo es lento a la vez que sencillo, incluso predecible, no por ello menos entra?able y tierno. Todas las piezas encajan. Todo va cobrando sentido al abrir ese caj¨®n, al leer ese antiguo correo esperando en tu bandeja de entrada¡­ No hay victoria, tampoco hay derrota. Hay realidad y, como es habitual, esa realidad deja de ser agradable cuando te das cuenta de lo que un d¨ªa tuviste y que poco a poco dejaste de tener.

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La plenitud de una noche bajo las estrellas

Por suerte, y ese es uno de los mensajes con los que nos quedamos de este relato tan evocador y delicado, la fotograf¨ªa se posiciona como un valioso recurso para combatir el olvido. Es conmovedor encontrarse con titulares de peri¨®dicos narrando, con pocas palabras, qui¨¦n esa persona que cita constantemente Sunita. El descubrimiento del presente a base a menciones del pasado. Menci¨®n especial para su banda sonora, compuesta por Dave Tucker.

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Before I Forget no te habla ¨²nicamente de la persona que Sunita am¨® un d¨ªa y que sigue amando, sino tambi¨¦n qui¨¦n fue ella anteriormente, cu¨¢les fueron sus inquietudes y por qu¨¦ la vida provoc¨® cambios a veces inevitables; ¨²nicamente conducidos por los sentimientos. Lo inevitable, sin embargo, es lo que nos espera cuando terminamos de recordar eso que le hace feliz.

No ha hecho falta recurrir a un apartado t¨¦cnico brillante ni mec¨¢nicas con gran profundidad, a pesar de que haya momentos donde juegas de formas m¨¢s tradicionales. 3-Fold Games ha logrado sorprendernos, emocionarnos y tragar saliva con tan solo una hora de im¨¢genes. Sonidos que transmiten sin recurrir a palabras. Una realidad severa que demuestra por qu¨¦ los videojuegos son capaces de hacerte sentir aquello que ves en la pantalla.

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