Star Wars: Squadrons
- PlataformaPS47.5PC7.5XBO7.5
- G¨¦neroAcci¨®n
- DesarrolladorMotive Studios
- Lanzamiento02/10/2020
- EditorElectronic Arts
Star Wars: Squadrons, an¨¢lisis. Un regreso a las esencias
Squadrons no es quiz¨¢s el so?ado regreso triunfal de los X-Wing y Tie Fighters de Lucasarts que revolucionaron el panorama en su d¨ªa, pero es una esperanzadora muestra de intenciones
No somos pocos los que pasamos nuestra adolescencia (y no tan adolescencia) pegados a las pantallas a los mandos de ese ¡°simulador de vuelo espacial¡± llamado X-Wing, su secuela Tie-Fighter, la versi¨®n multijugador X-Wing vs Tie-Fighter con su expansi¨®n Balance of Power y la culminaci¨®n de la tetralog¨ªa: Alliance. Fue durante bastante tiempo el sue?o hecho realidad de los fans de la trilog¨ªa original de Star Wars y un soplo de aire fresco en un mundo donde los simuladores de vuelo eran algo mucho m¨¢s serio. Pues de eso hace m¨¢s de 20 largos a?os. Electronic Arts y Motive Studios recogen el testigo de LucasArts y presentan Star Wars: Squadrons, sucesor espiritual y argumental de la m¨ªtica colecci¨®n de los 90 actualizada por primera vez en el siglo XXI. Y aunque las sensaciones generales son bastante positivas, el c¨®mputo global ha quedado un poco lejos de la excelencia que la mayor¨ªa esper¨¢bamos. Es un buen comienzo, esperamos, de lo que puede ser la experiencia de cabina espacial completa pero, por lo menos de momento, todav¨ªa no.
Una nueva esperanza
Es importante separar varios factores a la hora de calibrar qu¨¦ supone Squadrons para el jugador medio; hay que aislar el factor nost¨¢lgico de la ecuaci¨®n y el factor fan de Star Wars. Porque a poco que a uno le gusten los simuladores o los arcades de vuelo y no pueda alienarse de alguno de estos factores, el juego le va a entusiasmar. Pero eso es probablemente debido a lo mucho que pone el jugador de s¨ª mismo antes que lo que el juego ofrece de por s¨ª, con lo que hemos tenido que esforzarnos en ese sentido porque en esta casa somos fans de los arcades, somos fans de la Guerra de las Galaxias y tenemos la nostalgia tan por bandera que hasta tenemos un podcast retro. Y a¨²n alej¨¢ndonos de todo, intentando dar la opini¨®n menos visceral, podemos decir que estamos ante un buen t¨ªtulo y, mejor a¨²n, ante las bases de una plataforma que puede convertirse en algo grande.
De los tres modos principales de juego, dos multijugador online y la campa?a, vamos a empezar por ¨¦ste ¨²ltimo. Squadrons nos pone en la piel de un nuevo recluta rebelde y un piloto imperial y durante la trama iremos encarnando a ambos durante casi una quincena de misiones. No jugaremos las mismas desde ambos bandos sino que las consecuencias de lo que hagamos con uno las viviremos con el siguiente, pero siempre ser¨¢ la misma historia. Entre misiones podremos ir conociendo al resto de nuestros escuadrones mientras tienen conversaciones, o m¨¢s bien mon¨®logos, dando m¨¢s volumen al espectro argumental. El hecho de que nuestros protagonistas tengan nombre pero sean silenciosos es algo que nos parece muy poco acertado y quita bastante inmersi¨®n; ojal¨¢ se hubiese optado por hacerlo m¨¢s interactivo y m¨¢s personal. Y tambi¨¦n, por qu¨¦ no, un poco m¨¢s largo. Es de esas veces en las que pasamos de absolutos desconocidos a imprescindibles en apenas hora y media; aunque Bioware est¨¢ en horas bajas, EA podr¨ªa haber observado la forma en la que consigue que sus personajes interact¨²en en sus juegos y as¨ª aumentar el valor final del producto dando mayor profundidad a lo que se cuenta y a quien lo cuenta, pero no ha sido el caso. Ace Combat 7, por citar otro ejemplo, tambi¨¦n tiene a un h¨¦roe silencioso pero consigue a trav¨¦s de muchas m¨¢s l¨ªneas de di¨¢logo (durante las misiones) colorear un poco m¨¢s a los protagonistas, incluso a los que no dicen nada.
Durante las misiones tendremos la posibilidad de estar al mando de la mayor parte de naves ic¨®nicas de la franquicia (Xwing, YWing, AWing y el apoyo UWing por el lado rebelde; Tie-Fighter, Tie-Bomber, Tie-Interceptor y el hom¨®logo imperial de apoyo). Hay algunas concesiones en la campa?a al ¡°lore¡± de las naves en favor de la jugabilidad pero en general nos hemos sentido muy a gusto a los mandos de todas ellas. Cada una posee unas caracter¨ªsticas particulares y ejercen un rol distinto en el escuadr¨®n, pudiendo adem¨¢s personalizar su equipamiento como nos parezca oportuno. Hay que decir que las misiones est¨¢n bien pero no son nada que nos haya volado la cabeza y a pesar de que hay ciertos momentos que poseen su ¨¦pica, en general algunas son de perfil bastante bajo.
El manejo de la nave es algo que nos ha dejado un sabor agridulce, especialmente por la configuraci¨®n por defecto que tienen los botones. Tras jugar dos o tres misiones no termin¨¢bamos de acostumbrarnos al mapeado, pero afortunadamente el juego permite reprogramar los botones al gusto; la sensaci¨®n de vuelo es estupenda y aunque como es obvio no cuenta con casi ning¨²n sistema de f¨ªsicas (estamos en el espacio, despu¨¦s de todo) todo responde como debe responder. Se han respetado algunos gui?os cl¨¢sicos de los juegos originales, como alternar potencia entre motor, disparos o escudos (en el lado de la Alianza) y algo parecido en el lado imperial, ya que muchas de sus naves no disponen de escudos. Perseguir y derribar enemigos, sortear obst¨¢culos y esquivar misiles con contramedidas es, en la mayor parte de los casos, una aut¨¦ntica locura y nos hemos encontrado varias veces moviendo la cabeza para intentar evitar una roca o para meternos en los restos de una nave destruida para sacarnos de encima a un enemigo. Y es que cuando Squadrons funciona, funciona muy bien.
Pensado para el multijugador
El multijugador se divide en lo que podr¨ªa decirse un Deathmatch por equipos de 5 o un aniquilar la flota enemiga de 5 vs IA o 5 vs 5. El modo eliminaci¨®n por equipos es lo cl¨¢sico que se puede esperar: dos equipos luchan para llegar a un n¨²mero de muertes y cuando eres eliminado puedes cambiar de nave en el tiempo de espera antes de volver a reaparecer. El modo es fren¨¦tico y las partidas suelen ser bastante breves, pero por lo menos hasta el momento no hemos experimentado ning¨²n tipo de problema a nivel de comunicaci¨®n, ni lag ni nada. Parece que el netcode funciona bastante bien, incluso jugando con gente del otro lado del charco.
La batalla de flotas es el coraz¨®n del multiplayer de Squadrons, y ah¨ª s¨ª que se une tanto la habilidad personal del jugador junto a la estrategia del equipo. Este modo de juego gira alrededor de aniquilar la nave nodriza enemiga (pongamos un destructor estelar) que est¨¢ protegido por dos naves m¨¢s peque?as (pongamos dos fragatas Nebulon B); el escenario se llenar¨¢ de enemigos manejados por la IA y enemigos reales, y al derrotarlos ganaremos ¡°moral¡± que, al llegar a cierto l¨ªmite, nos permitir¨¢ atacar dichas naves. Es un tira y afloja interesante entre los dos equipos y hay que pensar qu¨¦ naves van bien para las peleas contra otros jugadores y despu¨¦s equilibrarlo con otras que vayan mejor contra las naves m¨¢s grandes. Las partidas pueden hacerse bastante largas y el equipo que se comunica mejor tiene una gran ventaja para alzarse con la victoria; este modo de juego tiene su versi¨®n ¡°competitiva¡± para aquellos que quieran tom¨¢rselo todav¨ªa m¨¢s en serio.
Est¨¢ claro que Electronic Arts ha pensado en Squadrons como un juego por lo menos a medio plazo, m¨¢s que en un t¨ªtulo de grandes ventas y corto recorrido. La primera ¡°temporada¡± durar¨¢ dos meses y a medida que subidos de nivel y completamos las misiones diarias y dem¨¢s se nos asigna moneda del juego para comprar cosm¨¦ticos y tambi¨¦n mejoras de la nave. Las mejoras de la nave no son upgrades puros, todos tienen su contrapartida negativa, pero son exclusivas de cada nave y facci¨®n y hay 8 naves en total, con lo que son necesarias muchas partidas para poder desbloquearlo absolutamente todo, tanto lo jugable como especialmente lo cosm¨¦tico. Por un lado es reconfortante ver que la editora piensa en el juego m¨¢s all¨¢ del lanzamiento pero por otro lado no nos extra?ar¨ªa si se hubiera reservado parte del contenido para irlo metiendo poco a poco a modo de actualizaciones.
T¨¦cnicamente el juego, en la versi¨®n de Xbox One X, se comporta de forma estupenda. No hemos notado ning¨²n baj¨®n en ning¨²n momento, ning¨²n artefacto fuera de lo normal y en general el juego se muestra y se maneja muy bien. Claro est¨¢ que no estamos hablando de un t¨ªtulo puntero gr¨¢ficamente ni mucho menos, premiando la estabilidad a cualquier otro factor. Y como era de esperar, a nivel de banda sonora y efectos estamos hablando de otro nivel, esta vez s¨ª el que se espera de una producci¨®n con la marca Star Wars detr¨¢s. La combinaci¨®n de todo es un producto muy result¨®n que con la cantidad de cosas que est¨¢n pasando en pantalla cumple notablemente su funci¨®n y en el que no hay tiempo a mirar atr¨¢s y observar si nuestro droide astromec¨¢nico sigue ah¨ª o le fundido junto al chasis de la nave; pero es que esto es un arcade puro y duro en todos los sentidos y a menudo, especialmente en el multijugador, nos encontraremos manteniendo la respiraci¨®n mientras nos preguntamos por qu¨¦ ese maldito Tie-Bomber aguanta tantos disparos y no nos podemos sacar a ese interceptor de la cola.
Tambi¨¦n en VR (impresiones por Albert Gil)
Uno de los mayores reclamos que presenta este Squadrons es la posibilidad de disfrutar de toda la experiencia Star Wars aprovechando la revolucionaria realidad virtual. No es la primera vez que el universo de Lucas da el salto a los dispositivos VR (ah¨ª est¨¢n los m¨¢s que notables episodios de Vader Immortal), pero s¨ª con estos valores de producci¨®n. Y la realidad es que pese a que las expectativas eran altas (estando una compa?¨ªa como EA detr¨¢s de la producci¨®n), el resultado final de la experiencia no est¨¢ a la altura de lo que t¨ªtulos como Half Life Alyx, Lone Echo o Walking Dead han demostrado que se puede lograr con esta tecnolog¨ªa.
Hemos analizado la propuesta VR desde unas Oculus Rift S (el dispositivo que expl¨ªcitamente recomienda EA en su p¨¢gina web) y, de entrada, nos ha sorprendido el engorroso proceso que hay que llevar a cabo para que el juego se ejecute en nuestras gafas desde la plataforma Origin. Si bien es cierto que no estamos hablando de un t¨ªtulo exclusivo de VR, tambi¨¦n lo es que resulta inc¨®modo tener que arrancar el juego de forma normal para, despu¨¦s, habilitar la VR a trav¨¦s del men¨² de configuraci¨®n y, por ¨²ltimo tener que realizar un ajuste con el teclado para calibrar el punto de vista del jugador. No es un proceso que requiera mucho esfuerzo o tiempo, pero hubiera sido mucho m¨¢s c¨®modo, por ejemplo, disponer de un segundo ejecutable que lanzara autom¨¢ticamente el juego en modo VR para evitar tener que estar cambiando entre un modo y otro cada vez. Este es un inconveniente que, a d¨ªa de hoy, no sufre la versi¨®n de Steam, que permite lanzar el juego directamente en modo VR.
Por otro lado, tampoco ayuda para el jugador habitual de VR que ning¨²n controlador sea compatible con el juego y que, por lo tanto, se nos obligue a estar cerca de un teclado, mando o joystick para pilotar la nave. Creemos que con un poquito de esfuerzo podr¨ªa haberse aprovechado la detecci¨®n de movimiento que brindan los controladores VR para simular el uso del acelerador o, incluso, para gestionar de forma "manual" los diferentes botones de la cabina con el fin de ofrecer una experiencia, si bien no del todo pr¨¢ctica en un entorno competitivo, s¨ª para un resultado mucho m¨¢s inmersivo y realista. Que el uso de la tecnolog¨ªa VR se explote ¨²nicamente en el apartado visual nos parece una oportunidad desaprovechada.
Pero m¨¢s all¨¢ de eso, lo que realmente nos deja con un sabor agridulce es precisamente el fr¨ªo impacto visual e inmersivo que nos produce estar dentro de un X-Wing, por culpa de la escasa sensaci¨®n de profundidad fruto del pixelad¨ªsimo "skybox" en 2D que cubre cada escenario y el obligatorio (a d¨ªa de hoy) uso de motion blur que empa?a la nitidez de la imagen en movimiento. Que nadie se lleve a enga?o: la experiencia es positiva, imprescindible incluso para los fans de la saga Skywalker. El detalle del interior de la cabina es una pasada, y algunas misiones con escenograf¨ªa interplanetaria llegan a quitar el hipo, pero siempre nos acabamos topando con la dichosa imagen est¨¢tica de fondo que nos devuelve a la realidad y nos recuerda que estamos en un simple videojuego. Resulta decepcionante que una compa?¨ªa con los recursos de EA deje escapar la oportunidad de ofrecer una experiencia revolucionaria y se conforme meramente con ofrecer un modo cumplidor. En otras palabras: a d¨ªa de hoy (qui¨¦n sabe si en un futuro la cosa mejorar¨¢ a base de parches) Squadrons no ofrece la experiencia VR por la que desembolsar el precio que pide un dispositivo de realidad virtual, aunque si se posee tal dispositivo y a poco que se sea fan de este g¨¦nero o de la saga, s¨ª vale la pena echarle un vistazo.
Conclusi¨®n
Electronic Arts y Motive Studios han puesto la primera piedra de lo que esperamos que sea el advenimiento del pseudo simulador de naves definitivo. Es posible que para muchos Elite Dangerous sea todav¨ªa el rival a batir, aunque el producto dista un poco de lo que se pretende con Squadrons. En cualquier caso, es imposible no dejarse llevar por la nostalgia de los XWing originales o sentirse transportado a lomos de la banda sonora de John Williams mientras entramos al hiperespacio a bordo de un Ala-Y; incluso es raro no esbozar una sonrisa malvada cuando completamos objetivos moralmente ambiguos desde el lado imperial. Y por supuesto, el placer de hacer chochar esos Tie-Fighter de nuestra cola contra los muros de una fragata enemiga. Squadrons no es el juego excelente que todos dese¨¢bamos y est¨¢ un poco corto de opciones pero es una entrega decente y digna que con toda probabilidad traer¨¢ m¨¢s alegr¨ªas que decepciones.
Lo mejor
- Una s¨®lida experiencia de simulador espacial
- La ambientaci¨®n tan Star Wars
- Sale a precio reducido
Lo peor
- Muy justito de opciones
- La campa?a podr¨ªa trabajarse m¨¢s
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podr¨ªan haberlo llevado a cotas m¨¢s altas. C¨®mpralo sin miedo.