An¨¢lisis Bounty Battle; el t¨ªtulo de lucha de los h¨¦roes indie

Despu¨¦s del anuncio de su retraso indefinido en junio de 2020, Bounty Battle llega a nuestras pantallas en septiembre de este mismo a?o. La ¨®pera prima de Dark Screen Games es un ambicioso crossover entre los personajes indie m¨¢s caracter¨ªsticos del g¨¦nero, en el cual tendr¨¢n que luchar en escenarios laterales de dos dimensiones hasta que solo quede uno en pie. Sin duda, es una apuesta interesante que llama la atenci¨®n de cualquiera que haya jugado previamente a t¨ªtulos como Dead Cells, Nuclear Throne o Steamworld Dig pero, ?est¨¢ a la altura de las expectativas? Os lo desgranamos en el presente an¨¢lisis.

El mayor crossover indie

Para empezar, Bounty Battle es una propuesta tanto arriesgada como llamativa. Los juegos de lucha siempre han tenido unos grandes y claros referentes. Es complicado superar o igualar la sensaci¨®n que tiene el jugador al controlar a un Kirby que est¨¢ ganando de goleada a Bayonetta en Super Smash Bros Utimate. El t¨ªtulo que nos ocupa en esta ocasi¨®n mezcla la concepci¨®n del juego de lucha por excelencia de Nintendo con Soulcalibur, tal y como indican en su p¨¢gina web. Es una gran idea llevar el formato a los juegos indies que tanto auge est¨¢n teniendo en los ¨²ltimos a?os, pero a su vez es complicado evitar comparaciones injustas y no deseadas. La idea de ver enfrentarse a Owlboy con Rusty nos parece magn¨ªfica, pero si los saltos son trastabillados y los golpes imprecisos, la intenci¨®n del juego de diluye notablemente.

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Al iniciar el t¨ªtulo nos encontramos con un men¨² principal sencillo pero funcional. Si bien en lo que ajustes se refiere podemos modificar el volumen, algunos de los indicadores que se muestran en pantalla y poco m¨¢s, disponemos de un abanico variado de modos en los que podemos embarcarnos siendo un ¨²nico jugador. El primero de ellos es un tutorial, sencillo pero efectivo en el que se nos introducir¨¢n las mec¨¢nicas b¨¢sicas de cualquier juego de lucha intercaladas con alg¨²n que otro chascarrillo por parte de los personajes. Se trata de una introducci¨®n superficial, pero que cualquier jugador que no tenga mucha experiencia en t¨ªtulos similares agradecer¨¢.

Por otro lado, podremos desafiarnos a nosotros mismos en el modo torneo, en el cual tendremos que superar una serie de combates con cada uno de los personajes disponibles. Como recompensa, desbloquearemos permanentemente variaciones est¨¦ticas para dichos luchadores. En cuanto al modo desaf¨ªo nos encontraremos con varias pantallas consecutivas en las que, como no pod¨ªa ser de otra manera, tendremos que luchar hasta que solo quede uno en pie: la IA o nosotros. Por supuesto, hay un modo entrenamiento que nos puede servir para practicar combos y movimientos contra un enemigo totalmente est¨¢tico. Sin embargo, cabe destacar que todav¨ªa no cuenta con un modo multijugador online, un a?adido que sin duda aportar¨ªa valor y variedad al t¨ªtulo.

Pero, como es habitual, lo verdaderamente interesante del t¨ªtulo no se encuentra en las batallas en solitario sino en el combate local contra otro jugador. Podremos ser un m¨¢ximo de cuatro contrincantes, eligiendo entre un total de treinta luchadores, cinco de ellos originales de Bounty Battle y veinticinco h¨¦roes de juegos indie como Guacamelee!, Blasphemous y Nuclear Throne entre otros. Un punto positivo es que las animaciones y los ataques de los h¨¦roes que conocemos de otros t¨ªtulos son fieles a su origen, sus detalles est¨¢n cuidados y deja en evidencia que se han hecho con cari?o. Algunos de los escenarios en los que tendr¨¢ lugar nuestro encuentro tambi¨¦n provienen de t¨ªtulos anteriormente mencionados, y se dividen entre abiertos y cerrados en funci¨®n de si podemos o no caernos por el borde de la arena.

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Cuando nos ponemos a los mandos...

El principal problema del t¨ªtulo lo encontramos, por desgracia, durante los combates. Los controles no transmiten la sensaci¨®n de fluidez y agilidad que son necesarios para un t¨ªtulo de lucha. En la versi¨®n de Nintendo Switch, los frames por segundo descienden estrepitosamente, generando tirones e instantes en los que la imagen queda congelada. Esto entorpece la experiencia de juego, especialmente cuando varios jugadores y por ello mucha carga de informaci¨®n en pantalla. En otros modos de juego como en el de desaf¨ªo, podemos notar una clara diferencia cuando solo encontramos dos luchadores en el campo de batalla.

Tambi¨¦n se a?aden conceptos como los puntos Bounty y la energ¨ªa para tratar de darle m¨¢s profundidad al combate. Gastaremos energ¨ªa utilizando ataques fuertes, mientras que acumularemos puntos Bounty por cada enemigo vencido. Estos puntos, seg¨²n incrementen a lo largo de la partida, nos ir¨¢n desbloqueando esbirros y ataques especiales, los cuales equilibrar¨¢n la balanza a nuestro favor. Lamentablemente, ¨¦stos no parecen tener mayor repercusi¨®n a la hora de jugar, ya que podemos limitarnos al encadenamiento cl¨¢sico de ataques para generar un combo que nos permita alzarnos con la victoria. De hecho, nos hemos topado con alg¨²n enfrentamiento contra una CPU muy pasiva en el que nos hemos limitado a arrinconar al enemigo y golpearle sin dejarle posibilidad de defenderse.

En cuanto a la banda sonora, destacamos que se trata de m¨²sica de ocho bits que acompa?an perfectamente al esp¨ªritu del juego y a la emoci¨®n de los enfrentamientos. El apartado est¨¦tico tambi¨¦n combina a la perfecci¨®n con el esp¨ªritu del t¨ªtulo, especialmente si se tiene en cuenta que est¨¢ mezclando a personajes muy variados con dise?os y paletas de colores distintas. De hecho, este aspecto destaca en las arenas de combate, un total de diecis¨¦is escenarios, todos ellos equilibrados en lo que a est¨¦tica se refiere.

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