Ary and the Secret of Seasons
- PlataformaNSW5PCPS4XBO
- G¨¦neroAcci¨®n, Aventura
- DesarrolladorFishing Cactus
- Lanzamiento01/09/2020
- TextoEspa?ol
- VocesIngl¨¦s
- EditorModus Games
Ary and the Secret of Seasons, an¨¢lisis Switch
Exiin nos trae una aventura con puzles, plataformeo y un concepto original. Lamentablemente, tambi¨¦n con grandes fisuras en su acabado.
Mucho antes de llegar al ecuador de Ary and the Secret of Seasons, hay un tramo en el que Aryelle, su protagonista, es encerrada en un calabozo en la parte m¨¢s profunda de una mina. El objetivo del jugador, como es de esperar, consiste en escapar de all¨ª, pero no sin antes destruir una m¨¢quina utilizada para fines cuestionables. Aunque eso no es lo importante. Lo importante es que el proceso se resuelve lanzando hacia su interior el gran garrote que minutos antes hab¨ªamos usado para abrirnos paso por la mina. Dicha secuencia nos deja sin garrote y a cambio nos da otro arma, creada a partir de una de las hojas que la m¨¢quina usaba para cortar minerales. A partir de ah¨ª, y tras superar una breve persecuci¨®n, conseguimos salir al exterior y respirar aire puro... Solo que en nuestro inventario todav¨ªa figura el garrote y la pantalla sigue mostrando como uno de los objetivos actuales la destrucci¨®n de la m¨¢quina.
Pero la historia sigue, porque aunque el juego no parece haber registrado ese evento concreto, s¨ª sabe que hemos salido y nos insta a seguir hacia delante. As¨ª que le hacemos caso y seguimos, durante horas, viajando hacia nuevos lugares y superando nuevas mazmorras con nuestro fiel garrote, que evidencia que el juego no ha sido dise?ado con ¨¦l en mente porque algunas secuencias lo desequipan y usarlo trivializa todav¨ªa m¨¢s el ya de por s¨ª sencillo combate ¡ªaunque sea divertido ver c¨®mo enemigos tres veces m¨¢s grandes que Ary caen de un solo golpe¡ª. Menos gracioso es descubrir despu¨¦s, de camino a otro tramo ya bastante avanzado, que el fallo en el registro del objetivo resulta tambi¨¦n en el bloqueo del paso a trav¨¦s de la ciudad cercana a la mina. Sus guardias, unos entra?ables carneros antropom¨®rficos, no han recibido las noticias y est¨¢n en otro punto de la historia. As¨ª que asumimos que hasta ah¨ª hemos llegado, que toca empezar de nuevo.
Por suerte nos equivoc¨¢bamos, ya que hab¨ªa una ruta alternativa bordeando el mapa y yendo a trav¨¦s de otra ciudad. M¨¢s alejada, pero sin carneros. Fue un alivio digno de ser recogido en la introducci¨®n porque, por un lado, ejemplifica lo ¨²til que puede llegar a ser no encorsetar todo y ofrecer m¨¢s de una opci¨®n; y por otro, porque tambi¨¦n ilustra el preocupante estado en el que se encuentra Secret of Seasons. Un juego cuyos problemas van bastante m¨¢s all¨¢ de esta an¨¦cdota y le impiden construir una experiencia aventurera s¨®lida a pesar de su interesante premisa.
Cuatro estaciones con pi?a
Hija de uno de los guardianes de las estaciones del reino de Valdi, Ary decide cortar el pelo y hacerse pasar por su hermano desaparecido para investigar la ca¨ªda de unos meteoritos que dejan la climatolog¨ªa de cada regi¨®n patas arriba. Es una historia sencilla, pero con encanto porque, a pesar de la clara influencia zeldera, aqu¨ª no hay que rescatar damiselas, sino encarnar a una que coge el toro por los cuernos ¡ªy no es un decir, porque de hecho pelea contra uno¡ª. Por el camino tambi¨¦n conocemos varios personajes extravagantes y hay incluso lugar para giros de gui¨®n, as¨ª que en ese terreno funciona. Pero es precisamente esa alteraci¨®n en las estaciones lo que da pie a las ideas m¨¢s interesantes que brinda un juego que quiz¨¢ empiece como imitador de Zelda (incluso el tema de las estaciones fue explorado a fondo por el excelente Oracle of Seasons de Game Boy Color), pero encuentra su identidad con aplicaciones propias de creciente complejidad y creatividad.
Estructurado en cuatro grandes regiones que rodean a la estrat¨¦gicamente ubicada C¨²pula de las Estaciones, edificio que sirve como objetivo inicial y posterior base de regreso para facilitar la orientaci¨®n, el mundo de Secret of Seasons justifica la tan convencional como inveros¨ªmil concentraci¨®n de ecosistemas en videojuegos (?cu¨¢ntas veces hab¨¦is visto bosques frondosos, cumbres nevadas y llanuras des¨¦rticas a pocos kil¨®metros de distancia?) para invertirlos y trastocar a sus habitantes. As¨ª, por ejemplo, la invernal aldea natal de Ary se ve forzada a un verano que incluso derrite la mansi¨®n de hielo de uno de sus vecinos, mientras que el tropical puerto de Lammastide es cubierto por mantos de nieve para sorpresa de residentes que solo disponen de ropa apropiada para un clima m¨¢s caluroso.
Esta inversi¨®n da pie a algunas tareas mundanas como la necesidad de conseguir un abrigo o encender una hoguera, pero se aprovecha de verdad en t¨¢ndem con los cristales que permiten a Ary cambiar de estaci¨®n dentro de un radio limitado. Su adquisici¨®n es gradual y, dada la tem¨¢tica de su aldea, el primero es el del invierno, ¨²til para materializar hielo en zonas con humedad concentrada o crear superficies s¨®lidas sobre agua corriente. Esto permite introducir un componente plataformero bastante significativo, m¨¢s que en otras aventuras, aunque discurrir d¨®nde y c¨®mo usar esta habilidad tiende a ser m¨¢s importante que la destreza saltando. Porque aun de alcance reducido en su forma b¨¢sica, esta habilidad de cambio estacional multiplica su rango de acci¨®n al activarse junto a piedras amplificadoras que al principio son est¨¢ticas y desempe?an funciones sin lugar a equ¨ªvocos, pero pronto empiezan a presentar variantes m¨®viles o incluso manejables por el jugador.
Los puzles: Buenos ingredientes
Y es que la tem¨¢tica estacional puede recordar a Oracles of Seasons, pero su filosof¨ªa de juego en realidad es m¨¢s cercana a Breath of the Wild tanto por la importancia de las propiedades f¨ªsicas como el planteamiento de algunas situaciones org¨¢nicas donde el jugador puede improvisar diferentes soluciones con los elementos disponibles. Aunque solo hay cuatro estaciones, el dise?o sigue planteando ideas nuevas mucho despu¨¦s de conseguir sus correspondientes cristales estacionales. De hecho, si bien no se pueden combinar (creando una dentro de otra o solapando dos), a menudo hace falta encadenar varias para resolver determinados puzles, como por ejemplo usar la primaveral para crear un vac¨ªo en medio de una sala inundada con un interruptor en el fondo, salir de la burbuja de aire para ascender buceando, usar la veraniega para abrir un boquete en el hielo que cubre la superficie y coger el orbe de energ¨ªa que activa el citado interruptor para luego saltar de vuelta al primer vac¨ªo.
Para que esta clase de situaciones funcionen, eso s¨ª, a veces se toma la libertad de equiparar los efectos de las estaciones. Una buena muestra la encontramos en el templo oto?al, mazmorra donde proliferan mecanismos activados por el agua que hace aparecer cualquiera de los tres cristales disponibles (nunca se pueden activar cuatro a la vez porque una estaci¨®n ya est¨¢ activa por defecto). Es una licencia que en ocasiones puede forzar algo la l¨®gica interna, pero sirve para crear puzles m¨¢s elaborados, secciones plataformeras m¨¢s exigentes y tambi¨¦n sacar partido al tirachinas estacional ¡ªestrenado en esa misma mazmorra¡ª que permite crear esferas desde la distancia. En una interesante vuelta de tuerca, algunos templos culminan en la obtenci¨®n y transporte de la llave del jefe, que cuelga de la espalda de Ary y anula los efectos de estas esferas para a?adir una complicaci¨®n extra al backtracking ¡ªaunque nos habr¨ªa gustado que se le sacase un poco m¨¢s de partido¡ª.
Todo lo dem¨¢s: A medio a cocinar
Por desgracia, este despliegue de buenas ideas y ocasionalmente tambi¨¦n buenas ejecuciones se ve irremediablemente atrapado en un producto de acabado demasiado pobre, que apila problema sobre problema hasta marcar todas las casillas posibles, movi¨¦ndose por un espectro que abarca desde inconveniencias f¨¢cilmente solucionables (como la intrusiva interfaz de objetivos, los men¨²s de acabado poco profesional y los fallos de traducci¨®n) hasta problemas severos de rendimiento (el framerate se resiente con frecuencia) o extra?os en las colisiones, sin olvidar los errores que fuerzan a cargar partida (como interruptores que de repente ya no reaccionan a la mec¨¢nica de agarre de Ary) o el glitch con el que abrimos el an¨¢lisis. Decir que el juego parece una beta en vez de una versi¨®n final no solo ser¨ªa apropiado, sino por momentos incluso generoso, ya que algunos de sus problemas son m¨¢s propios de una alfa con muchos meses de desarrollo todav¨ªa por delante.
En el plano visual, ni siquiera la estilizada y vibrante direcci¨®n art¨ªstica consigue maquillar un juego con enormes carencias gr¨¢ficas en cualquiera de sus versiones, pero que alcanza extremos tragic¨®micos en Switch, donde independientemente de si jugamos en modo dock o port¨¢til, la distancia de dibujado y la niebla de algunas zonas recuerda a los peores exponentes de Nintendo 64 sin necesidad de caer en hip¨¦rboles. El tama?o del mundo, sin ser gigantesco, pronto se revela de una escala que el estudio bien no tuvo o tiempo o medios ¡ªquiz¨¢ ambas cosas¡ª para gestionar, dejando montones de NPC sin di¨¢logos ni animaciones, calles vac¨ªas y explanadas que dif¨ªcilmente dar¨ªan el pego en tiempos de Wii. El texturizado y el sistema de iluminaci¨®n tambi¨¦n son particularmente deficientes y Ary, en una asombrosa falta de atenci¨®n al detalle, ni siquiera en consolas como PS4 o Xbox One goza de una simple sombra redonda a sus pies que nos ayude a saber con precisi¨®n d¨®nde aterrizar¨¢n los saltos (algo ya resuelto por Super Mario 64 hace casi un cuarto de siglo).
Por su parte, el combate pasa sin pena ni gloria por el medio de esa lucha constante entre los destellos de algunos puzles y la alarmante falta de pulido general que sobrevuela al resto del t¨ªtulo. Su mayor virtud quiz¨¢ sea no a?adir demasiado peso a ning¨²n lado de la balanza, siendo ligeros y f¨¢ciles ¡ªincluso sin garrote¡ª para que el baile de estaciones acapare casi toda nuestra atenci¨®n. De forma puntal, tambi¨¦n se puede usar para derretir escudos de hielo, eliminar zarzas protectoras o incluso o hacer desaparecer a enemigos incompatibles con esa estaci¨®n, pero su impacto es anecd¨®tico fuera de los jefes, donde el list¨®n sube lo justo y deja algunas honrosas excepciones. M¨¢s a destacar es la presencia de un contraataque (el cl¨¢sico parry) que invita a estar atentos para rechazar ataques y devolverlos con m¨¢s potencia, pero el timing es bastante generoso y termina restando importancia a las mejoras.
Porque repartidos por los mapas, tanto en mundo abierto como mazmorras, hay cofres que nos recompensan con dinero ¡ªalgo que tampoco parece demasiado afinado viendo el baile de cifras¡ª para luego invertir en mercaderes que ofrecen armas, indumentarias o incluso runas con efectos en el combate. Sin embargo, a menos que subamos la dificultad, la mayor parte es prescindible o tiene un valor meramente est¨¦tico. No es el problema m¨¢s grave, pero s¨ª otro m¨¢s que se suma a la pila. Incluso el sonido se cuenta entre los damnificados: la banda sonora raya a muy buen nivel cuando suena, pero a veces no lo hace o las melod¨ªas se reinician de forma abrupta; y el doblaje ingl¨¦s de las secuencias tambi¨¦n tiende a ser competente, pero los NPC profieren algunos chillidos que quedan fuera de lugar. Resulta hasta fascinante ver c¨®mo absolutamente todo se beneficiar¨ªa de retoques o m¨¢s tiempo en el horno.
Conclusi¨®n
Ary and the Secret of Seasons es una aventura de 10-15 horas con una buena premisa y algunos destellos de genialidad en sus puzles. Los cambios de estaci¨®n mantienen su desarrollo interesante en el plano del dise?o y las pinceladas de humor dejan entrever potencial en su mundo, aunque todo lo dem¨¢s hace aguas y termina por enlodar la experiencia. El producto llega al mercado con un acabado que no hace justicia a sus intenciones, exhibiendo defectos importantes en aspectos como iluminaci¨®n, distancia de dibujado, animaciones, rendimiento y tambi¨¦n su raci¨®n de glitches. Hoy por hoy deja la sensaci¨®n de ser un Early Access prematuro, pero a precio casi completo y sin garant¨ªa de mejora, por lo que no podemos aconsejar su compra a menos que se tenga mucha curiosidad por su planteamiento. E incluso en ese caso, adem¨¢s de descartar la versi¨®n Switch ¡ªde ser posible¡ª, ser¨ªa recomendable esperar una rebaja para ver si mientras tanto el estudio lo pule algo. Tiene buena materia prima con la que trabajar, pero necesita seguir haci¨¦ndolo de forma urgente.
Lo mejor
- Los cambios estacionales y su implementaci¨®n en muchos puzles.
- El apartado sonoro cumple tanto en el terreno de las voces como, sobre todo, el de la m¨²sica
Lo peor
- Desastre t¨¦cnico, impropio de una versi¨®n comercial.
- Aporta poco sustancial en el combate y la exploraci¨®n fuera de mazmorras.
Mejorable
Puede tener elementos aceptables y entretener, pero en general es una experiencia que no dejar¨¢ huella. S¨®lo recomendable en caso de sequ¨ªa de este g¨¦nero de juegos.