SnowRunner, an¨¢lisis: sobrevive a la naturaleza

Los transportistas son el alma de la sociedad ante los desastres naturales. Ya sea en una inundaci¨®n o en las condiciones de crisis sanitaria en la que nos vemos envueltos, el transporte es vital para mantenernos conectados. Ya Hideo Kojima manej¨® el concepto durante Death Stranding, del que Saber Interactive se ha apropiado un poquito durante su campa?a promocional.

¡°United We Drive¡±. Conducir, transportar, entregar. El ciclo de la vida del camionero. Ciclo que llevamos al extremo con SnowRunner, la nueva entrega de la saga que nos llevar¨¢ a abrazar los g¨¦lidos p¨¢ramos de Alaska, la hostilidad del norte de Rusia y el clasicismo estadounidense de Michigan. Tras MudRunner, nuevas intrigas a remolque nos esperan en la siguiente zanja.

Entre el barro y la nieve

Al contrario de lo que podr¨ªa parecer, nuestra aventura como camionero comienza asolados por la inundaci¨®n de un peque?o pueblo en el Estado de Michigan. El reto: reconstruir el puente que da acceso a las granjas que viven del intercambio. A modo de tutorial, nos vemos inmersos en un par de horas guiados casi por la narrativa. Un simple reparto de troncos y planchas de acero sirven como llave para desbloquear el resto del mapa.

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Para quienes desconozcan de qu¨¦ va el entramado jugable de SnowRunner (y MudRunner el pasado 2017), estamos ante un juego que nos introduce en una constante lucha contra la naturaleza. Comprender c¨®mo funciona la superficie por la que conducimos lo es todo para no quedarnos atascados. Si vamos demasiado r¨¢pidos podemos crear una zanja en el barro. Por ello, desde el primer momento se nos insta a comprender el cuadro de marcha del veh¨ªculo, que cambia seg¨²n el modelo que dirijamos.

No hablamos de meter segunda, tercera, cuarta¡­ No. Simplemente comprender que si metemos una marcha lenta ser¨¢ menos propenso al atasco en un terreno h¨²medo, cu¨¢ndo poder utilizar la marcha r¨¢pida, etc¨¦tera. Todo ello se encuentra enlazado a nuestro dep¨®sito de combustible, cuyo consumo var¨ªa dependiendo de qu¨¦ fuerza le demos al motor. Eso s¨ª, quienes quieran disfrutarlo al m¨¢ximo podr¨¢n utilizar el cuadro completo, especialmente para el sector veterano.

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Al final, conducir es la mitad de la experiencia. La otra gran parte de SnowRunner consiste en gestionar de manera apropiada nuestro chasis. No todos sirven para la misma empresa. Los todoterrenos suelen ser perfectos para explorar el entorno y desbloquear la pr¨®xima estaci¨®n de vig¨ªa, que permite visualizar en el minimapa todo su terreno en las proximidades. En cambio, los tr¨¢ileres m¨¢s pesados lo pasar¨¢n realmente mal para cruzar zonas inundadas, aunque si lo hacemos bien podremos transportar m¨¢s mercanc¨ªa en un mismo viaje.

Desde el momento en el que completamos el puente y llegamos al primer taller, el juego nos suelta de la mano para que tomemos las riendas por nosotros mismos. Riendas que se encuentran demasiado dispersas. Al abrir el mapa encontramos un submen¨² repleto de contratos, cuyas misiones van desde repartir 8 troncos a la granja hasta ir al punto m¨¢s alto de Michigan y ver las vistas. A cambio de vivir la experiencia obtendremos dinero, necesario para acceder a nuevos veh¨ªculos y mejoras. Mejoras en las que son habituales desbloquearlas previamente a su encuentro por el mapa, por lo que la exploraci¨®n cobra una mayor importancia.

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La sensaci¨®n al completar contratos no tiene el mismo empaque que cuando hicimos lo propio en el puente del tutorial. Algunos de ellos nos hacen dar vueltas excesivas para tan poca recompensa. Falta algo que nos induzca a poder seguir manteniendo las mismas ganas por ayudar la ciudad, en especial para los ne¨®fitos. La realidad es que es muy f¨¢cil acabar inmerso en la espiral repetitiva de un complejo de mec¨¢nicas que necesitan algo m¨¢s de ambici¨®n.

Un rompecabezas interactivo

Dejando a un lado los contratos, quiz¨¢ la parte m¨¢s positiva de la f¨®rmula de SnowRunner sea la forma en la que coloca peque?os rompecabezas de manera org¨¢nica. Entramos en un puente de madera con m¨¢s velocidad de la que deb¨ªamos, lo que nos hizo volcar hacia un lado. Estuvimos casi 20 minutos intentando volver a colocar el coche mediante el uso de los cabestrantes disponibles en el veh¨ªculo. Podemos atarlos a troncos o elementos del escenario para hacer fuerza y as¨ª poder salir del embrollo. Pese a poder volver al taller con solo apretar un bot¨®n, perder la traves¨ªa que estabas haciendo es un aut¨¦ntico dolor de muelas. Y pudimos.

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En cualquier momento la naturaleza se vuelve en nuestra contra, y ah¨ª es donde entra en juego el impresionante motor de f¨ªsicas. Saber Interactive ha creado el sistema m¨¢s depurado de lo que llevamos de saga (contando sus or¨ªgenes con Spintires), el cual tiene muy en cuenta la suspensi¨®n, el peso, la posici¨®n de los ejes al mover el volante¡­ Es un simulador, con todas las letras.

Pero m¨¢s all¨¢ de lo org¨¢nico que resulta navegar, ese rompecabezas global se complementa con los veh¨ªculos accidentados, que sirven como puzles en los que aprovechar al m¨¢ximo todo lo que hemos aprendido en ¨¦l. Suelen ser veh¨ªculos que por circunstancias han quedado atrapados en un lugar repleto de particularidades; al ayudarles, obtendremos la posibilidad de adquirir ese modelo en el taller.

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Tendremos a nuestra disposici¨®n tres territorios: Michigan, Alaska y Taymir. Tan diferentes en posibilidades como similares en tama?o. Jugar en el segundo es la principal novedad de esta entrega. La nieve se comporta diferente al barro, algo m¨¢s espesa y dif¨ªcil de navegar. Utiliza la tracci¨®n completa es habitual, lo que hace que las rutas requieran de mayor gesti¨®n. Las cadenas en los neum¨¢ticos son el inicio para poder sortear los obst¨¢culos. El hielo es otro enemigo que nos forzar¨¢ a tener cuidado de no volcar.

El cat¨¢logo de veh¨ªculos disponibles supera la treintena, donde se incluyen modelos licenciados de las m¨¢s altas marcas del sector: Chevrolet, CAT, Pacific Trucks¡­ entre otros. Las funcionalidades en l¨ªnea se mantienen en los mismos niveles. Hasta cuatro jugadores simult¨¢neos pueden jugar en el mismo mapa. El rendimiento en PS4 Pro suele mantenerse en la tasa objetivo. El nivel gr¨¢fico rinde correctamente, especialmente con las transiciones del ciclo d¨ªa y noche en tiempo real. La iluminaci¨®n lo es todo cuando la noche se cierne. Logra trasladar la sensaci¨®n de soledad.

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Echamos en falta algo m¨¢s de protagonismo en los entornos nevados. Pasamos m?as tiempo en Michigan que en la propia Alaska, simplemente porque la introducci¨®n y la progresi¨®n a medio plazo se realizan all¨ª. Entrar en el segundo territorio sin haber completado gran parte de los primeros contratos es una locura. Se requiere de mejores veh¨ªculos que los que consigues en las primeras diez o quince horas. Estamos en SnowRunner, queremos estar en la nieve y perdernos. Da la sensaci¨®n de estar ante una especie de expansi¨®n, m¨¢s que de una secuela por s¨ª misma.