Mount & Blade 2: Bannerlord, h¨¦roes y villanos de la nueva frontera
Jugamos las primeras horas de la esperada secuela del juego de Taleworlds, despu¨¦s de ocho largos a?os esper¨¢ndolo
Ha costado. Ocho largos a?os desde que se realiz¨® el anuncio por parte de TaleWorlds de desarrollar una ambiciosa secuela de su gran ¨¦xito Mount & Blade, uno de esos juegos ic¨®nicos de la revoluci¨®n indie que permiti¨® a un desconocido estudio turco conquistar el mundo con una propuesta repleta de ambici¨®n e ingenuidad, imperfecta pero irresistiblemente sugerente: una aut¨¦ntica experiencia rolera y abierta en un mundo medieval, en el que el jugador es amo y se?or de su destino. Nada de trama predefinida, nada de magia o dragones, s¨®lo un hombre en busca de la supervivencia, la riqueza o la gloria, escribiendo su propia leyenda en un mundo indiferente, rudo y salvaje, siempre en movimiento con sus guerras de poder entre reinos y familias en las que el jugador puede tomar parte, o no.
Mount & Blade es uno de esos juegos a los que el t¨¦rmino sandbox no le va grande. Es ciertamente una aventura propia, diferente en cada partida y en la que no estamos limitados a ning¨²n camino predefinido. Un vasto mundo formado por distintos reinos se mueve al ritmo de sus l¨ªderes y sus ej¨¦rcitos, mientras que el jugador debe decidir c¨®mo navegar por las aguas de la historia y establecer su lugar en el mundo, desde la insignificancia a dejar una huella duradera durante generaciones. Ese es el encanto primigenio de la saga y sobre la que se ha levantado todas las secuelas y spin off, cada uno con sus caracter¨ªsticas propias y adiciones, pero respetando una base que tambi¨¦n es un pilar del ¨¦xito de la franquicia: la flexibilidad para modificar el juego y por tanto la capacidad de trasladar esas virtudes mencionadas a escenarios conocidos como El Se?or de los Anillos o Juego de Tronos, creando convincentes interpretaciones que colmaban los deseos de muchos de vivir esos mundos libremente como individuos, formando parte activa de las gestas de los libros, pel¨ªculas y series pero forjando su propio destino al lado o contra los personajes ic¨®nicos de las mismas.
Una nueva Calradia
Hechas las presentaciones para los que no est¨¦n familiarizados, Mount & Blade 2: Bannerlord es la ambiciosa secuela con la que el estudio ha buscado sentar unos nuevos cimientos jugables y tecnol¨®gicos. El motor original no daba para m¨¢s y hab¨ªa que buscar una forma de dar rienda suelta a las ambiciones del equipo, algo complejo dado todos los palos que se tocan aqu¨ª: un mapa enorme con cientos de entidades independientes movi¨¦ndose de forma org¨¢nica seg¨²n las necesidades de la econom¨ªa o la l¨®gica de poder entre las casas; un elaborado sistema de relaciones con varias capas de profundidad, grandes batallas en tiempo real con cientos de soldados en pantalla, un sistema econ¨®mico robusto en el que podemos participar activamente para enriquecernos y controlar las rutas comerciales¡ por poner algunos ejemplos. Las limitaciones para expandir y mejorar todas esas facetas quedaron m¨¢s que delimitadas con Warband, por lo que era el momento de dejar el hogar del viejo motor y crear otro que pudiera alojar el futuro de la saga.
Bannerlord es una secuela tecnol¨®gica, pero una precuela temporal, ya que acontece 200 a?os antes del periodo hist¨®rico de Warband, en el mismo emplazamiento de Calradia en donde se ha desarrollado la saga. Esta ¨¦poca coincide con la decadencia del viejo imperio, una mezcla entre la melancol¨ªa de la p¨¦rdida de lo viejo y el dinamismo del poder creciente de los nuevos actores llamados a ocupar su lugar, aunque nadie piensa que ser¨¢ con la misma gloria y poder de anta?o. Esto es s¨®lo el contexto, dibujado de la forma m¨¢s vaga posible para crear contexto pero al mismo tiempo suficiente espacio para que pueda surgir cualquier desarrollo. Podremos alinearnos con los distintos poderes y estar en su lado a la hora de sus conquistas (o en sus derrotas), o simplemente ser unos mercenarios al mejor postor, como tambi¨¦n podremos limitarnos a ser unos comerciantes, usando nuestro dinero como atajo al poder. Incluso podremos fundar nuestro propio reino, uno de los objetivos m¨¢s ambiciosos que te puedes marcar en el juego. La escala de pasar a ser una sola persona insignificante a convertirte en el l¨ªder de cientos de hombres y una fuerza determinante en el mapa es una de las fortalezas naturales y atractivos de Mount & Blade 2.
T¨¦cnicamente, los ochos a?os invertidos se dejan notar r¨¢pidamente en algunos aspectos. El salto gr¨¢fico y la cantidad de detalles en las localizaciones es notable, tambi¨¦n la variedad de edificios y la construcci¨®n de las grandes ciudades, por las que da gusto caminar (aunque lo cierto es que no es necesario, ya que te puedes ir ¡°teletransportando¡± y gestionar todo con di¨¢logos y men¨²s, pero es un placer tener la opci¨®n de visitar realmente las ciudades y castillos que visitas. Tambi¨¦n se nota en los paisajes donde tienen lugar las batallas y en varios otros aspectos que generan, en conjunto, una impresi¨®n de claro avance. Con todo, no se nos olvida (y tampoco el juego deja que lo hagamos), de que Taleworld sigue siendo un estudio relativamente modesto con una gran ambici¨®n, y de que estamos hablando de un juego en Early Access con varios meses de avances por delante. Se deja jugar bien, pero hay problemas de rendimiento y algunos detalles -como las caras y expresiones de los personajes- son bastante propensos a mejoras en alg¨²n punto del futuro, aunque no sea tan importantes para un juego no narrativo como este.
Una base bien establecida
Lo cierto es que en nuestras primeras horas con Bannerlord, m¨¢s all¨¢ del salto tecnol¨®gico, nos hemos sentido como volver a jugar a Warbands, lo que no es necesariamente malo aunque quiz¨¢s tampoco es lo que se esperaba despu¨¦s de ocho a?os. La base de Mount & Blade se ha mantenido intacta en todas sus iteraciones, incorpor¨¢ndose nuevas capas pero respetando el n¨²cleo, y lo cierto es que los 8 a?os de desarrollo no han servido (para bien o para mal) para crear una experiencia fundamentalmente nueva. Es todo m¨¢s bonito y detallado, pero el principio sigue siendo parecido, con nuevos matices pero una sensaci¨®n recurrente de familiaridad para cualquier veterano. El combate, basado en f¨ªsicas y en el que el posicionamiento es clave, mantiene su ra¨ªz intacta, aunque parece que el impacto de nuestros golpes y movimientos ha ganado peso y resulta m¨¢s vistoso. Las misiones siguen siendo igualmente autogeneradas y los principios por los que podemos ascender en la escala social o convertirnos en un enemigo p¨²blico siguen siendo parecidos.
Las grandes novedades o no est¨¢n del todo implementadas o su efecto no se deja notar hasta m¨¢s tarde. El nuevo sistema de di¨¢logos y persuasi¨®n resulta prometedor, con m¨¢s opciones pero todav¨ªa tiene que pulirse mucho para que resulte cre¨ªble y empiece a poner sobre la mesa las ventajas y la profundidad que se le presume respecto al sistema de di¨¢logo de anteriores juegos. Mount & Blade es un juego sist¨¦mico, en el que la IA tiene que tener presente numerosos factores siempre cambiantes para que el jugador se sienta que participa realmente en el mundo y que sus acciones tienen efecto, por lo que establecer mucho detalle en cada uno de sus m¨²ltiples apartados es complejo y confiamos en que se logren buenos resultados en el futuro. Tambi¨¦n en el apartado de pendientes de progresi¨®n queda el sistema de establecimiento de dinast¨ªas y pr¨¢cticamente todo el sistema de diplomacia, que deber¨ªa presentar un aspecto mucho m¨¢s robusto cuando el juego llegue a 1.0.
Mejor aspecto presenta el sistema econ¨®mico, que se encuentra m¨¢s establecido y en el que apreciamos algunas de las mejoras presentes. Los que tengan inter¨¦s en esta faceta podr¨¢n comprobar como la oferta y la demanda de la gran variedad de bienes presentes en el mundo sigue criterios l¨®gicos, responde a las necesidades concretas de las ciudades y es coherente con el contexto de las mismas. Desde los primeros pasos, haciendo trueques sencillos buscando beneficios, a aventuras m¨¢s provechosas (y peligrosas) como crear tus propias caravanas con grandes cantidades de mercanc¨ªas que podremos fabricar en nuestros talleres para maximizar beneficios. Se nota un grado mayor de sofisticaci¨®n y deber¨ªa notarse m¨¢s especialmente una vez que el sistema de relaciones y diplomacia den tambi¨¦n unos pasos en la direcci¨®n deseable.
Una beta con camino que recorrer todav¨ªa
Hay un amplio abanico de aspectos que analizar, pero tampoco merece la pena poner demasiado esfuerzo en ello cuando es obvio que el juego est¨¢ destinado a cambiar mucho en los pr¨®ximos meses. En los primeros d¨ªas ya han aparecido los primeros parches y est¨¢ claro que los esfuerzos al comienzo ir¨¢n en estabilizar el c¨®digo para una mayor variedad de equipos y configuraciones, persiguiendo los errores m¨¢s graves. En el cap¨ªtulo de ¡°debes¡± m¨¢s inmediato, aparte de lo ya comentado anteriormente, es de vital importancia que el sistema de misiones sea provisto de contenido de forma inmediata, ya que la variedad de las mismas es irrisoria para un juego de tantas horas. Si, la gracia de los sandbox es crear tu propia diversi¨®n, pero a ello ayuda tener la mayor cantidad y variedad posible de juguetes para ello y las misiones se repiten demasiado en forma y fondo. Tambi¨¦n se antoja que deben de haber cambios en el sistema global de IA, ahora mismo demasiado dado a crear efectos de ¡°bola de nieve¡± por los que un reino que empiece a destacar comienza r¨¢pidamente a acumular favor y recursos, cre¨¢ndose escenarios en los que para cuando estamos en una situaci¨®n de ser influyentes en Calradia, ya no hay nada que hacer.
Por otro lado, cabe destacar que la base es muy prometedora. Quiz¨¢s no refleje de forma inmediata esos a?os de desarrollo, pero la impresi¨®n es que veremos el efecto del mismo de los mismos m¨¢s a largo plazo. Una de las prioridades de Bannerlord por ejemplo era crear un juego mucho m¨¢s f¨¢cil y vers¨¢til de modificar, algo que no era tan sencillo con los anteriores, pese a los fant¨¢sticos trabajos que hizo la comunidad. Con el nuevo motor, una vez que el juego arranque seguramente veamos trabajos mucho m¨¢s impresionantes dadas las nuevas posibilidades y herramientas. La base del sistema de combate es muy buena tambi¨¦n, tanto la m¨¢s inmediata y personal como la faceta t¨¢ctica de controlar a nuestros soldados. Sigue siendo muy impresionante participar a pie de campo en batallas con centenares de soldados a pie o a caballo, especialmente cuando sentimos el impacto del choque inicial -recibir una carga a caballo resulta un tanto espeluznante gracias a los efectos de f¨ªsica mejorados, lo que es todo un plus-.
?Me interesa la beta de pago?
Bannerlord estar¨¢ en Early Access una buena temporada todav¨ªa y no es precisamente un juego econ¨®mico ahora mismo (44,95€). Aunque le queda mucho camino todav¨ªa, lo actual es muy jugable y muy disfrutable -una versi¨®n m¨¢s bonita y con algunas mejoras sobre Warband, pero menos estable y sin todo el impresionante trabajo de mods a sus espaldas, todav¨ªa. El juego est¨¢ siendo un sonoro ¨¦xito en Steam, hasta el punto de que se ha convertido en el mayor lanzamiento de la plataforma en lo que va de a?o, dejando atr¨¢s colosos como Doom Eternal, y eso puede ser un buen reclamo para que m¨¢s gente se apunte. Ciertamente es una experiencia ¨²nica y la campa?a nos ocupar¨¢ muchas horas de aventuras mientras damos rienda suelta a nuestras ambiciones, pero no estar¨ªa de m¨¢s esperar un poco a que se estabilice y se consoliden los cambios.
Muchos de los que han comprado el juego son veteranos con cientos de horas en los anteriores t¨ªtulos y deseosos de probar las novedades, pero para un jugador nuevo tiene poco sentido desembarcar ahora. Si decide hacerlo, eso s¨ª, encontrar¨¢ en esta beta de pago las cualidades (y defectos) que ha convertido a Mount & Blade en una saga con tanto nombre: su libertad, su capacidad para sorprender, los placeres de su sistema de combate basado en la habilidad con los controles, la cantidad de objetivos que se pueden desarrollar y el aire ¡°salvaje¡± de un mundo en constante cambio en el que todo es posible. Todas esas son las facetas por las que Taleworld tiene ganado su propio lugar en la historia contempor¨¢nea del videojuego.
- RPG
- Acci¨®n
Mount & Blade II: Bannerlord, desarrollado y editado por TaleWorlds Entertainment para PC, PlayStation 4, Xbox One, PlayStation 5 y Xbox Series, es una nueva entrega de la saga de acci¨®n y rol de combate medieval en la que volvemos al oscuro mundo de los caballeros de TaleWorlds. Resuenan las trompetas y los cuervos huyen en bandadas; una guerra civil asola al imperio. M¨¢s all¨¢ de sus fronteras nacen nuevos reinos. Empu?a tu espada, v¨ªstete con tu armadura y alcanza la gloria junto a tus seguidores en los campos de batalla de Calradia.