Kunai, an¨¢lisis: Una Tablet en un mundo de peligros

Resulta ya m¨¢s bien cansino, por obvio, recordar el talento descomunal que ahora mismo hay desperdigado por el mundo, realizando videojuegos de todo pelaje. Tampoco es menos evidente que los proyectos de tipo m¨¢s o menos retro suponen una perfecta carta de presentaci¨®n para cualquier equipo, pero lo cierto es que este arquetipo empieza a oler mal por lo manoseado. Lo que hace unos a?os pod¨ªa sorprender, lo tiene cada vez m¨¢s complicado para distanciarse de sus iguales, sobre todo en los g¨¦neros que reciben nuevas propuestas con m¨¢s frecuencia. Precisamente por todo eso es muy buena noticia que vayan existiendo ideas como la de The Arcade Crew (surgida desde DotEmu) o Yacht Club Games, que parecen haber entendido a la perfecci¨®n el momento en que se encuentran ciertos g¨¦neros en particular, pero tambi¨¦n la escena independiente en general. Al tratarse de empresas con un recorrido detr¨¢s, con bombazos del calibre de Shovel Knight, esta conversi¨®n a publishers que est¨¢n llevando a cabo nos parece muy interesante, ya que su influencia bien puede subir el nivel de algunos proyectos que de otra forma podr¨ªan quedarse algo cojos. Mientras esperamos la primera incursi¨®n de Yacht Club como editora, la buena gente de The Arcade Crew ya ha dado muestras de su acierto con el sensacional Blazing Chrome. Con su nueva apuesta, Kunai, llega otro proyecto tremendamente personal: la obra de un t¨ªpico equipo peque?o formado por tres personas, a las que sin duda ha venido muy bien la experiencia del sello franc¨¦s.

Tablet+Ninja= Tablet Ninja

Kunai est¨¢ ambientado en un futuro post-apocal¨ªptico de pega. En un sorprendente giro de los acontecimientos, una inteligencia artificial se ha rebelado contra la humanidad, con lo que ning¨²n ser vivo parece haber sobrevivido sobre la tierra, convertida en el cl¨¢sico p¨¢ramo yermo e inhabitable. Curiosamente, el efecto de esta guerra total ha sido el de transformar nuestro mundo en un lugar que se asemeja bastante a un videojuego para Game Boy Color, pero es posible que esta circunstancia no sea una que moleste mucho al que vaya a darle una oportunidad a este juego. El aspecto visual de Kunai est¨¢ muy bien cuidado, con una amalgama de zonas que llegan a recordar bastante a lo que podr¨ªamos ver en una port¨¢til antigua de Nintendo, pero que jam¨¢s terminan de tomarse en serio las limitaciones visuales de aquel sistema. El resultado final, con una paleta de colores bastante limitada pero tambi¨¦n con un aspecto art¨ªstico enormemente peculiar, resulta muy agradable a la vista pese a algunos aspectos que nos han parecido muy discutibles (como el dise?o del propio personaje protagonista).

Kunai muestra de forma aleg¨®rica los peligros de la evoluci¨®n tecnol¨®gica a la par que se mofa de la evoluci¨®n de las pantallas. En todo ese mundo arrasado s¨®lo han quedado unos robots rojos y azules que tienen monitores de tubo por cabeza, por lo que ¡°el elegido¡± que esta vez salvar¨¢ al mundo ser¨¢¡­ una tablet de reluciente pantalla plana. Tabby, que as¨ª se llama el inclasificable protagonista, es adem¨¢s ninja de vocaci¨®n, por lo que los primeros minutos del juego se dedican a transitar por un camino del que es imposible salirse, hasta encontrar la katana que nos acompa?ar¨¢ a lo largo de todo el juego. Este primer paseo no es sino un preludio de lo que vamos a tener que hacer a lo largo de la campa?a, ya que en ¨¦l vemos a las claras que estamos ante un juego que tiene mucho m¨¢s de plataformas de acci¨®n que de verdadero MetroidVania.

Libertades...las justas

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Ese talento del que habl¨¢bamos al comienzo de este an¨¢lisis ha tenido en el g¨¦nero MetroidVania uno de sus campos de acci¨®n m¨¢s recurrentes ¨²ltimamente. Es f¨¢cil recordar propuestas que han ido ampliado el espectro de este tipo de juegos, cada uno con su enfoque particular. Siguiendo los c¨¢nones de Alucard y Samus, Kunai ofrece un mapeado a explorar y termina convirti¨¦ndose -casi al final- en un cl¨¢sico MetroidVania en el que buscar puertas por las que antes no pod¨ªamos entrar, pero lo cierto es que durante la mayor parte del juego hay otros dos elementos que predominan mucho m¨¢s que la exploraci¨®n: la velocidad de movimientos y el plataformeo. Hay varios homenajes indisimulados al genial Hollow Knight, pero en ning¨²n momento encontraremos aquella impresionante amplitud de un mapeado en el que extraviarse era casi una seguridad. En esta ocasi¨®n vamos a tener vez claro en todo momento hacia d¨®nde tenemos que ir, teniendo en cuenta adem¨¢s que la aventura est¨¢ guiada para que nada de lo que pasa en ella llegue a ser excesivamente farragoso. Las zonas son amplias, pero la velocidad de movimientos de nuestro protagonista -una vez que adquiere la capacidad de engancharse a las paredes- convierte al juego en un plataformas de acci¨®n a alta velocidad, con fases de desplazamiento forzado lateral que homenajean a los castillos volantes de Super Mario Bros 3, pero que tambi¨¦n llegan a coquetear con los plataformas de precisi¨®n y alta dificultad.

Demasiada rapidez

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Es evidente el ¨¦nfasis que se ha puesto en la rapidez de movimientos de Tabby. Saltar, agarrarse a una pared, impulsarse con el gancho para agarrarnos a otra y luego caer sobre un enemigo con un golpe hacia abajo est¨¢ muy bien llevado a cabo, y facilita que el juego tenga un ritmo alt¨ªsimo sin llegar jam¨¢s a ser agobiante en dificultad, al menos hasta unos niveles finales incomprensiblemente dif¨ªciles. Con esta salvedad, todo est¨¢ muy bien llevado a cabo como una propuesta ideal para unas cuantas horas de diversi¨®n sin complicaciones, pero lo cierto es que estas armas que exhibe con elegancia ser¨¢n tambi¨¦n sus grandes debilidades para los expertos en el g¨¦nero. La velocidad a la que se despejan las diferentes zonas, as¨ª como la ausencia de un pico de dificultad realmente destacable hasta el final, hacen de este Kunai un juego de mucho menos alcance del que podr¨ªa haber alcanzado por mec¨¢nicas y aspecto visual. Divierte, se completa con fluidez, puede ser un buen punto de partida en el g¨¦nero y hay que admitirle que es un juego bien pulido y dise?ado con esmero, pero termina dejando un poco a medias una vez que se completa su campa?a, ya que hay algo que termina por filtrarse a todo. Es algo decepcionante, pero incluso el fan m¨¢s predispuesto de los videojuegos con esta est¨¦tica tendr¨¢ que admitir que nada de lo que pasa en Kunai llega a ser excepcional. Es entretenido y competente con momentos verdaderamente notables, pero hay demasiados sectores de excesiva simplicidad que terminan por fastidiar, se hayan o no completado obras de m¨¢s enjundia, como The Messenger o el mism¨ªsimo Hollow Knight.

Kunai es, en definitiva, un buen juego¡­que hay que tomarse con ciertas reservas. Aunque no dir¨ªamos que desaprovecha sus mec¨¢nicas, s¨ª que causa cierta desilusi¨®n comprobar la escasa variedad de enemigos, que adem¨¢s est¨¢n colocados por el mapeado de tal forma que terminan ofreciendo la sensaci¨®n de que ¨²nicamente nos salen al paso peque?os robots con cabeza de pantalla CRT. Los patrones de ataque de los dem¨¢s enemigos son muy interesantes, pero ¨²nicamente se han combinado con algo m¨¢s de atrevimiento en esa ¨²ltima andanada donde las cosas se van de madre. Daban para mucho m¨¢s los samur¨¢is flotantes que disparan cohetes o los robots que se hacen invisibles, pero resumen perfectamente esa sensaci¨®n de haber tomado pocos riesgos que transmite todo el juego, incluso aunque sus virtudes sean innegables.