Dragon Ball Z Kakarot
- PlataformaPS48XBO8NSW8PC8
- G¨¦neroRPG, Acci¨®n
- DesarrolladorCyberConnect2
- Lanzamiento17/01/2020 (PS4, XBO, PC)24/09/2021 (NSW)
- TextoEspa?ol
- VocesIngl¨¦s, Japon¨¦s
- EditorBandai Namco Entertainment
Dragon Ball Z Kakarot, an¨¢lisis
Goku y compa?¨ªa aterrizan a PC, PS4 y Xbox One con su aventura m¨¢s fiel hasta la fecha.
Durante muchos a?os, los fans de Dragon Ball se hab¨ªan preguntado por qu¨¦ una compa?¨¢ como CyberConnect 2 no se pon¨ªa al frente de la franquicia. Parec¨ªa que la f¨®rmula no avanzaba lo suficiente y en cambio, dicha empresa daba en el clavo cada vez que sacaba un nuevo Naruto. En el E3 de 2019, Bandai Namco escuch¨® las peticiones y anunci¨® la llegada de Kakarot para PC, PS4 y Xbox One. Un Action RPG de mundo abierto que iba a repasar toda la historia de Goku y sus amigos dentro de la serie Z. Una entrega que quer¨ªa convertirse en la mayor recreaci¨®n del manga y el anime que ha tenido nunca la obra de Akira Toriyama. Un homenaje a la serie, pero tambi¨¦n a sus lectores, espectadores y jugadores.
Porque Dragon Ball Z Kakarot es sobre todo eso, un homenaje al universo creado durante a?os por Akira Toriyama y que ahora tiene continuidad de la mano de Super y Toyotaro. Es complicado, por no decir imposible, separar juego y licencia en este caso. Porque muchas de las decisiones tomadas y muchos de los elementos presentes en el mundo que exploramos, en la narrativa usada y en los momentos ¨¢lgidos, est¨¢ supeditado a la obra original. A los ojos conocedores y cr¨ªticos con aquello que se desv¨ªa de lo que consideramos fidelidad. Y a la nostalgia. No le puedes pedir a alguien que ten¨ªa 10, 12 o 15 a?os cuando Goku acab¨® con Kid Buu que separe esos recuerdos del juego que tiene entre manos. Porque esas vivencias son a las que se quiere evocar en Kakarot. Naturalmente, esto no anula el esp¨ªritu cr¨ªtico que debe prevalecer en cualquier an¨¢lisis ni significa que por ser Goku, el juego valga autom¨¢ticamente la pena. En nuestro listado de notas a juegos de la saga queda claro que no va de esto. Pero es cierto que Kakarot evoca y apuesta por unas sensaciones que van m¨¢s all¨¢ de poder lanzar un Kame Hame Ha en un videojuego. Y eso es un gran valor que no muchos Dragon Ball han tenido y que apunta directamente al fan.
El nuevo t¨ªtulo de Dragon Ball no tiene ni el mejor sistema de combate que hemos visto en la licencia ni tampoco es un mundo abierto especialmente memorable en la era de los Breath of the Wild, Red Dead Redemption 2 o God of War. De hecho, el molde usado parece de otra ¨¦poca. Pero su gran virtud es que sabe encajar, seguramente como nunca antes ning¨²n otro juego de la saga, el concepto de aventura que siempre ha acompa?ado a Goku y compa?¨ªa.
Si uno piensa en los ¨²ltimos Xenoverse, quedaba claro que quer¨ªan ser algo m¨¢s que un Tenkaichi, apostando por un combate solvente, un sistema de progreso y personalizaci¨®n con toques RPG interesantes para moldear nuestro personaje e incluso condiciones para conseguir mayores recompensas. Pero todo se reduc¨ªa a un gran hub que nos trasladaba a combates tras combates, con algunas misiones y extras como las bolas de drag¨®n y poco m¨¢s. Kakarot difiere en muchas cosas respecto a Xenoverse. Uno lo centra todo en los combates como eje jugable principal (junto a la personalizaci¨®n) y el otro, el que hoy nos ocupa, tiene infinidad de combates, s¨ª, pero es una mitad del pastel. Y la otra mitad no es menos importante.
Kakarot: el juego m¨¢s fiel a la obra original
Los primeros compases de juego son toda una declaraci¨®n de intenciones. El opening de Z con la canci¨®n original ya dejan entrever que estamos ante algo especial para el fan de Dragon Ball. M¨¢s cuando arrancamos con Goku y un peque?o Gohan en medio del bosque, buscando comida para Chichi. Cuando vemos como Gohan empieza a llorar desconsoladamente y gritando si nos separamos mucho, clavando esos llantos del anime, entendemos que el amor por el detalle podr¨¢ estar en cada esquina. Y lo est¨¢. Vaya si lo est¨¢.
A lo largo de nuestra aventura y de la exploraci¨®n del enorme mundo que vamos abriendo a medida que avanzamos en la historia nos damos cuenta de dos cosas: que CyberConnect2 ha tenido como gran objetivo recrear con la mayor fidelidad posible los grandes eventos de la saga Z, y eso incluye combates que pocas veces se han visto recreadas en los videojuegos, como el de Goku contra Yakon en la saga Buu, el entrenamiento de Gohan cuando est¨¢ solo en el desierto bajo la atenta mirada de Piccolo (algo que solo vimos en el anime) o lo que sucede en la c¨¢mara del tiempo hiperb¨®lico entre Gohan y Goku.
La fidelidad a la que se quiere acercar Cyberconnect2 le lleva a recrear de manera sorprendente todas las localizaciones que hemos conocido en la serie. El bosque sagrado que regenta la gran torre de Korin, el desierto de Yamcha, el interior de la Corporaci¨®n C¨¢psula, los alrededores del Torneo Mundial, Namek, el planeta Kayoshin o el de Kaito¡ Es dif¨ªcil encontrar un rinc¨®n que no sea reconocible. Como tambi¨¦n es dif¨ªcil no empaparse de detalles constantes. Misiones secundarias protagonizadas por decenas de personajes de la historia de la saga: Suno, la joven que nos salv¨® en la nieve durante el arco de la Red Ribbon, Upa y su padre, Baba la vidente, el doctor Brief, Puar, Oolong¡ Y muchos otros que aunque puede no ser spoiler, son de una enorme sorpresa que preferimos no desvelar.
Todo tiene sentido dentro del universo Dragon Ball, incluso los eventos que se suceden. Como el desarrollo es de mundo abierto y vamos a los puntos marcados para seguir por la historia, podemos echar un ojo para ver si el mundo es coherente con lo que pasa en la trama. Y lo es. Cuando Piccolo detecta esos m¨²ltiples Ki que resultan ser los de C¨¦lula, y vamos con ¨¦l a dicha ciudad. Si antes de acercarnos al punto objetivo paseamos por las calles veremos que no hay humanos: solo ropa en el suelo. Cuando Super Buu arrasa con el planeta y mata a todos sus habitantes con esa lluvia p¨²rpura de r¨¢fagas de ki, el mundo queda desierto. Y eso significa que no hay nadie en las tiendas para comprar, ni misiones secundarias que hacer¡ ni Korin en su torre para darnos semillas senzu. Son solo dos ejemplos que muestran como se ha tratado Kakarot de manera diferente a otros t¨ªtulos, entendiendo la aventura y exploraci¨®n como algo que no puede ser ajeno al momento que vamos viviendo en la historia.
De hecho, el juego tambi¨¦n va un poco m¨¢s all¨¢ y se gusta de dar respuesta a cosas que nunca sabemos c¨®mo se solventaron, como los d¨ªas posteriores a C¨¦lula y un Gohan preocupado por qu¨¦ hacer, o algunas deudas pendientes con el Viejo Kayoshin entre otras.
Kakarot es seguramente el juego m¨¢s completo que tenemos en lo que recorrido de eventos de Z y buen uso narrativo se refiere, porque se detiene en tantos detalles y curiosidades (ese carn¨¦ de conducir de Goku y Piccolo, ese primer d¨ªa de Gohan en el instituto) nunca antes vistos que aporta un valor a?adido, pero no es perfecto. Hay omisiones importantes en ciertos momentos, como el camino de la serpiente, el entrenamiento de Goku yendo a Namek, el retorno de Trunks al futuro o el combate de Goten y Trunks en el torneo de artes marciales. Tambi¨¦n se echan en falta escenas de v¨ªdeo espectaculares en ciertos momentos que se solventan con di¨¢logos o (esto no tan habitual) im¨¢genes est¨¢ticas. Y es una l¨¢stima, porque hay secuencias tan espectaculares, capaces de ponerte la piel de gallina en varias ocasiones, que so?ar¨ªas con tenerlas en todos esos momentos que constantemente se te pasan por la cabeza al jugar. Y eso tampoco es usual en un juego de Dragon Ball.
Manos a la obra: Kakarot entra en combate
Kakarot divide la acci¨®n en dos partes muy bien diferenciadas. Por un lado tenemos el mundo abierto que podemos explorar y en el que encontraremos un sinf¨ªn de tareas a realizar. Las m¨¢s importantes son las misiones principales, marcadas en naranja, y las secundarias, en azul. En el caso de las primeras, siguen los eventos principales de Z a trav¨¦s de di¨¢logos, escenas de v¨ªdeo y combates, mientras que en las segundas nos abren un mayor abanico de opciones en forma tambi¨¦n de combates, de b¨²squeda de personajes o todo tipo de objetos y dem¨¢s. Todo ello queda ali?ado por un sinf¨ªn de extras y minijuegos que podemos realizar en nuestra estada en el mundo.
El combate es una parte principal y clave del juego, porque los hay constantemente, porque las secundarias tambi¨¦n tiran de ello y porque el mundo est¨¢ repleto de enemigos que nos perseguir¨¢n. Y es aqu¨ª donde Kakarot se queda un pelda?o por debajo del c¨®mputo global. Vaya por delante que a lo largo de las 20 horas que dura la campa?a principal y las m¨¢s de quince extras que hemos jugado a posteriori (qued¨¢ndo seguramente unas 10 o m¨¢s para el 100%), el combate no se nos ha hecho pesado ni una losa. Pero s¨ª es verdad que se siente mejorable tanto en nuestras opciones, aunque esto se va paliando a medida que mejoramos nuestro ¨¢rbol de habilidades, como sobre todo en los enemigos y sus patrones.
El t¨ªtulo se aleja de querer ofrecer combos al estilo Tenkaichi 2/3 o los Xenoverse, y tenemos un bot¨®n de ataque cuerpo a cuerpo, otro de r¨¢fagas ki, uno para cargar energ¨ªa, vanish con X en PS4 y los botones superiores para abrir men¨² y lanzar ataques especiales o ataques de apoyo. El ki se gasta con cada ataque o transformaci¨®n y tenemos que recargarlo. Golpeamos con ataques cuerpo a cuerpo intercal¨¢ndolo con vanish para alargar los combos, buscando lanzar especiales que permitan hacer persecuciones y acabando con ataques especiales. El problema es que el enlace entre ataques y especiales no es tan fluido como en un Xenoverse 2 -ni tiene sus opciones- y los patrones de los grandes jefes hacen que tengamos que estar m¨¢s pendientes de cuando esquivar o bloquear que de poder hacer grandes combos.
Los enemigos acostumbran a contar con ataques de carga que pueden lanzar aunque les golpeemos, ataques especiales de gran rango de acci¨®n y luego particularidades propias. Los androides absorben energ¨ªa, C¨¦lula tiene un agarre para pincharnos con su cola, Freezer su embestida que nos deja aturdidos y viene a gran velocidad, etc. Hay matices en los combates pero la estructura general de los enemigos se repite, y eso le quita inter¨¦s.
Kakarot no es un juego dif¨ªcil en su historia principal, aunque escala lo suyo en la saga Buu. Y eso nos obliga a saber gestionar bien la concentraci¨®n de energ¨ªa que nos da extra de da?o y capacidad para aturdir al enemigo, el uso de objetos como semillas senzu o el uso de platos cocinados y comidos antes para conseguir potenciadores extras, elementos que agradecemos en el tramo final de la historia y en el endgame. Otra mec¨¢nica presenta es la de los personajes de apoyo, que luchan de manera aut¨®noma, podemos indicarles que lancen ciertos ataques y cuando estamos desguarnecidos nos defienden. No tienen un gran peso en la trama principal, pero son imprescindibles en todo lo posterior.
Eso s¨ª: el tramo final a nivel de combates es puro espect¨¢culo por tres motivos: la puesta en escena y selecci¨®n de combates, incluido una peque?a sorpresa que da sentido al nombre de Kakarot en el t¨ªtulo muy al final, las escenas de v¨ªdeo espectaculares y que mejoran al anime incluso y la exigencia de algunos de ellos.
En definitiva, el combate ofrece vistosidad por la destrucci¨®n de nuestro entorno y la fidelidad de los especiales, adem¨¢s de cierta personalizaci¨®n, porque a medida que ganamos experiencia y recolectamos orbes podemos mejorar ataques en nuestro ¨¢rbol de habilidades (otros se consiguen en zonas de entrenamiento), y no es lo mismo el ataque ¡°piedra¡± de Goku que tenemos de inicio que el ¡°piedra papel tijeras definitivo¡± que enlaza tres golpes con persecuci¨®n y permite combinarlo con otros ataques, pero es cierto que los patrones enemigos y el dinanismo y enlace de nuestras opciones podr¨ªan dar m¨¢s de s¨ª. Si a esto sumamos que los enemigos del mundo libre son bastante repetitivos tanto en forma como en mec¨¢nicas, el resultado es que se podr¨ªa esperar m¨¢s de este apartado sobre todo viendo como se ha trabajado en algunos predecesores.
Kakarot, mucho m¨¢s que Goku
Algo que sorprende es que a pesar del foco en Goku indicado en el nombre del juego, el t¨ªtulo es muy coral y de hecho, el protagonismo que tiene Gohan es casi mayor que el resto de personajes. La realidad es que la estructura del mundo libre y sus opciones parece pensada para ese Gohan que aprende a sobrevivir antes de que lleguen los Saiyans o ese adolescente que combate las injusticias como Great Saiyaman. Son dos perfiles que encajan perfectamente en el tipo de mundo que nos encontramos, pero no los ¨²nicos protagonistas. Contamos con otros personajes disponibles como Piccolo, Vegeta, Goten, Trunks, Gotenks y Vegetto entre otros, a los que se suman un sinf¨ªn de personajes de apoyo (Ten Shin Han, Kril¨ªn, Yamcha¡), todos ellos vestidos y equipados con la ropa que toca en cada momento, y todos ellos con las transformaciones y cambios que se van dando en la trama. Eso s¨ª, algo que deber¨ªamos empezar a entender en algunos videojuegos es que transformaciones como el SSJ2 o el Super Vegeta no se gastan cuando no tenemos Ki y, en el caso de Gohan, el poder desatado va inerte al personaje, no es una transformaci¨®n de quita y pon. Pero entendemos que son concesiones en el esquema videojuego.
A todos ellos, como dec¨ªamos al principio, se suman un elenco de personajes tanto de atrezzo como NPC o protagonistas de historias secundarias que completa el elenco m¨¢s grande de personajes recreados en un Dragon Ball. Chichi, Videl, Bulma, Dende, Popo, Kami, Yemma, Nam, Kaito, Sat¨¢n, el presentador del Torneo, Lanch, Mutenroshi¡ Podr¨ªamos estar as¨ª con decenas de l¨ªneas de texto con algunos m¨¢s importantes y otros tan secundarios que hasta asusta.
Kakarot: el parque tem¨¢tico de Dragon Ball
Kakarot ofrece un mundo vivo y que respira Dragon Ball por todos lados. No solo por el elenco de personajes y NPC ya mencionado, o por las localizaciones que referencian constantemente a la obra de Toriyama. Tenemos m¨¢s de 20 localizaciones con un tama?o medio que est¨¢n pensadas para equilibrar algo que parece dif¨ªci: como volar a toda velocidad por un mundo que sea lo suficientemente grande para que no te lo acabes en 10 segundos y, adem¨¢s, tenga suficientos elementos para que no sea un mundo vac¨ªo.
Para qu¨¦ enga?arnos, el cambio entre lo que pudimos probar por primera vez en el E3 y lo que nos encontramos en el juego final es enorme. La navegaci¨®n se hace algo m¨¢s llevadera por la presencia de orbes, que son necesarios para ampliar nuestro ¨¢rbol de habilidades aunque donde realmente se consiguen recompensas es en los combates. Y el mundo tiene muchas tareas que realizar. Si nos vamos a lo m¨¢s explorador, hay fruta, animales y peces que nos permiten crear nuevos y mejores platos, de los cu¨¢les necesitaremos recetas que nos van a dar los NPC que vamos encontrando repartidos por los escenarios. El hecho de que no haya el mismo tipo de animales, frutas y materiales (tecnol¨®gicos o minerales) hace que en muchas secundarias tengamos que explorar d¨®nde podemos dar con dichos ¨ªtems.
Las secundarias beben mucho de conseguir elementos que solo obtendremos explorando nuestro alrededor en zonas concretas, y eso aporta dinamismo y variedad. Pero hay m¨¢s. Muchas secundarias est¨¢n entrelazadas, y si no solucionamos un problema con Bulma, no podremos acceder a otras que le suceden. Aunque algunas se basan solo en combates -algunos m¨¢s duros que ciertos jefes- otras nos invitan a realizar diversos pasos, como buscar las bolas de drag¨®n o responder a preguntas como si fuera un quiz de Dragon Ball. Eso s¨ª, en el c¨®mputo global no hay una gran variedad entre ellas y algunas mec¨¢nicas pecan de simplonas, como matar dinosaurios donde solo tenemos que disparar ki desde lo alto para que no nos alcancen.
Tambi¨¦n iremos viendo que cada localizaci¨®n cuenta con nuevos villanos, marcados con una corona roja, de nivel elevado a los que hay que eliminar. Una subtrama exigente, conectada con otros juegos de la saga -no diremos m¨¢s- y con una dificultad creciente ideal para el endgame. Como lo es tambi¨¦n el hecho que algunas secundarias nos permiten a posteriori revivir a los grandes jefes finales con m¨¢s nivel del que nos enfrentamos en la historia. Si a esto a?adimos minijuegos como el b¨¦isbol, carreras con veh¨ªculos (que podemos construir y mejorar con Bulma), las bolas de drag¨®n con varios deseos disponibles, las zonas de entrenamiento para aprender nuevas habilidades y otros detalles, como una misteriosa cient¨ªfica que nos permite entrenar con rivales exclusivos y niveles de fuerza enormes, completan un elenco de opciones para perderse en un parque tem¨¢tico de Dragon Ball como ning¨²n otro. Hay mucho que hacer cuando acaba la historia.
En recuerdo de Dragon Ball y Goku ni?o
La gracia de la exploraci¨®n y ser completista en el juego es que las recompensas son coherentes con el leit motiv del juego. Una de las mec¨¢nicas son los paneles de comunidad: a medida que avanzamos en la historia, solventamos misiones secundarias u otros extras, conseguimos medallas de personajes de Dragon Ball que se pueden ubicar en distintos paneles. Los paneles conectan dichas medallas y nos dan bonificaciones. El sistema tiene poca incidencia en los combates, o al menos no nos ha parecido decisivo de momento, pero acaba siendo una excusa para completar medallas de personajes Dragon Ball. No es lo ¨²nico, ya que iremos desbloqueando entradas, relaciones de personajes, melod¨ªas y biograf¨ªas de todo tipo en una enciclopedia virtual que es, simple y llanamente, una maravilla. Y por el camino, una serie de postales que son im¨¢genes sacada del anime Dragon Ball, la historia de Goku de peque?o, que multiplican la ya de por s¨ª desbordante nostalgia de la que se nutre el juego. De hecho, la selecci¨®n de NPC tambi¨¦n est¨¢ constantemente evocando a las primeras aventuras de Goku, y se agradece.
Anime y m¨²sica
A nivel audiovisual, Kakarot es un juego de contrastes. Es evidente que no estamos ante un juego puntero a nivel t¨¦cnico y eso se ve en los detalles de los escenarios, en las texturas y en ciertas f¨ªsicas y destrucciones. Pero tambi¨¦n que los modelados de personajes y localizaciones son fieles al trabajo original y que las escenas de v¨ªdeo son espectaculares, tanto en puesta en escena como en animaci¨®n. Eso s¨ª, un trabajo m¨¢s pulido y m¨¢s detallado habr¨ªa dejado mejores sensaciones generales.El juego cuenta con una banda sonora potente, con muchas de las melod¨ªas del anime y con otras que acompa?an a la perfecci¨®n. Por desgracia, en lo que BSO se refiere seguimos sin entender la toma de decisiones en los ¨²ltimos juegos. Faltan canciones m¨ªticas que rompen momentos ¨¢lgidos, como pasa con Gohan en la transformaci¨®n SSJ2. No est¨¢ ¡®Unmei no hi: tamashi tai tamashi¡¯, como no est¨¢n otras que s¨ª vemos en Xenoverse y FighterZ. Y en algunos momentos descuadra que suenen melod¨ªas licenciadas que no son en ese contexto. En todo caso, la presencia de una gran cantidad de canciones originales -aunque solo una cantada y hay momento que se prestar¨ªa a m¨¢s- es de celebrar. Ahora solo falta que est¨¦n todas.
Conclusi¨®n
Dragon Ball Z Kakarot desprende un cari?o especial hacia la obra de Akira Toriyama que pocas veces hemos visto con tanto mimo y meticulosidad. El desarrollo de la historia, explorando detalles olvidados en los juegos, profundizando en momentos importantes, recre¨¢ndolos con fidelidad extrema e imaginando muchos otros que nunca vimos pero s¨ª so?amos, es digno de menci¨®n. El t¨ªtulo, sin reinventar nada, narra los acontecimientos de siempre como mejor que en otro Dragon Ball (y llevamos m¨¢s de 150) y ofrece al fan del manga un constante degoteo de nostalgia en forma de lugares, personajes, di¨¢logos, im¨¢genes, escenas o simplemente peque?¨ªsimos detalles que hacen esbozar una sonrisa. <br><br> Es la recreaci¨®n de la historia de Dragon Ball Z m¨¢s completa, aunque no sea perfecta porque cuenta con algunas decisiones cuestionables sobre ciertas omisiones. A esto se le une un mundo repleto de tareas por realizar en forma de secundarias, minijuegos, exploraci¨®n y un endgame con nuevos retos y combates de nivel todo siempre enfocado a lo mismo: respirar Dragon Ball por los cuatro costados. Aunque, y hay que se?alarlo, muchas de las misiones no sean el adalid de la variedad. <br><br> El sistema de combate, piedra angular del juego, es seguramente su punto menos convincente. Ofrece variables, pero tambi¨¦n evidencia que es algo m¨¢s simple que juegos anteriores y que podr¨ªa dar m¨¢s de s¨ª, sobre todo en lo que patrones y acciones de enemigos se refiere, tanto los b¨¢sicos -se repiten en exceso en el mundo libre- como en los grandes jefes. Es lo que m¨¢s dudas genera, porque sin ser un mal sistema, no explota las posibilidades como se podr¨ªa esperar. Con todo, Kakarot hace un acercamiento al mundo Dragon Ball distinto a lo que est¨¢bamos acostumbrados, y abre la v¨ªa a un futuro con m¨¢s juegos que promuevan el sentido de la aventura con el que nos cautiv¨®, hace mucho tiempo, ese peque?o ni?o con cola de mono.
Lo mejor
- La mejor recreaci¨®n de la historia de Dragon Ball Z
- Repleto de detalles, personajes, lugares y situaciones que profundizan como nunca antes en la obra de Toriyama
- Una gran cantidad de cosas por hacer, incluido endgame con sorpresas de todo tipo
- El buen encaje de aventura y exploraci¨®n en un mundo Dragon Ball
- Algunas escenas, tan espectaculares que ponen la piel de gallina como en el anime
- Que por fin tengamos varias melod¨ªas del anime (aunque falten algunas clave)
Lo peor
- El combate podr¨ªa dar m¨¢s de s¨ª, tanto en opciones como en los enemigos
- A nivel t¨¦cnico tiene varios frentes por pulir
- Algunas misiones secundarias pecan de simples
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del g¨¦nero. Est¨¢ bien cuidado a todos los niveles. C¨®mpralo.