A Place For The Unwilling, an¨¢lisis: la ciudad hambrienta

?rase una vez una ciudad que se mor¨ªa lentamente mientras se precipitaba a un fin tan inevitable como violento. Mientras los ¨²ltimos d¨ªas de la urbe se suceden hasta su condena, dos fuerzas antag¨®nicas fraguan una lucha interna en la que no hay conciliaci¨®n posible: los poderosos contra los oprimidos, la burgues¨ªa contra la clase obrera o, como se denominan en la propia urbe, los culotiesos contra los llaveinglesas.

Nuestro protagonista, ajeno a la debacle, recibe una carta con las ¨²ltimas palabras de su amigo Henry Allen antes de su suicido. La despedida de este compa?ero de la infancia es tan extra?a como inesperada, puesto que sus caminos se separaron al concluir la estancia en el orfanato que les uni¨®. Para colmo, Henry se aparece en nuestros sue?os, donde nos habla en oscuras met¨¢foras sobre los futuros acontecimientos. As¨ª empieza A Place Of The Unwilling, una aventura de exploraci¨®n para PC Windows y Mac que hace 3 a?os se lanz¨® a la b¨²squeda de mecenas por Kickstarter. Emplazado en el universo de Lovecraft, este t¨ªtulo se aleja del terror ¨ªntrinsecamente ligado a la obra de dicho autor. Tambi¨¦n ambientados en el horror c¨®smico, hemos obtenido dos t¨ªtulos en los pasados meses que nos dejaron un sabor agridulce: The Sinking City, castigado por su repetitividad; y Call of Cthluhu, poco favorecido por la superficialidad de sus variadas mec¨¢nicas. Por su lado, A Place For The Unwilling se convierte en una aventura con personalidad propia, que pone el acento en la melancol¨ªa que envuelve a la ciudad en lugar de explotar el imaginario lovecraftiano. No obstante, algunos fallos t¨¦cnicos deshacen la ilusi¨®n de estar en una urbe con vida propia, aunque agonizante.

AlPixel lleva a sus espaldas dos t¨ªtulos de exploraci¨®n: el surrealista Missing Translation (2015), galardonado en eventos como hoPlay, Japan Weekend y Big Indie Pitch; y Who The Hell Is Sarah? (2016), de corte muy intimista. Asimismo, el estudio ha creado diversos minijuegos llamados ¡°experimentos¡±, con los que coquetea con mec¨¢nicas originales que transmiten emociones bonitas en el jugador. A Place Of The Unwilling nace de uno de uno de estos peque?os proyectos: The night Henry Allen died.

Nuestro protagonista, amistad de Henry, hereda su negocio y llega a la ciudad ¡ªespejo del Londres victoriano¡ª con el prop¨®sito que el mismo jugador perfilar¨¢ con sus acciones: prosperar gracias a la herencia de Allen y/o investigar los motivos de su suicidio. Podremos escoger nuestro nombre, aspecto y pronombre, un detalle de personalizaci¨®n que comprende el g¨¦nero como un espectro, tema que se abordar¨¢ en un instante del juego. No obstante, dicha intenci¨®n palidece ante la escasa adaptaci¨®n de muchos de los textos, en los que contin¨²a asomando el masculino por defecto.

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En A Place For The Unwilling tenemos 21 d¨ªas antes de que la urbe sucumba a su destino, y deberemos exprimirlos para cumplir nuestro prop¨®sito. Teniendo en cuenta que cada minuto equivale a una hora del juego, deberemos meditar muy bien a qu¨¦ dedicar cada jornada. Conoceremos la ciudad, sus comercios y sus habitantes, as¨ª como la tensi¨®n creciente entre el barrio rico y el barrio obrero. Mientras, nosotros deberemos crear nuestra posici¨®n en la ciudad, forjada a trav¨¦s de cada decisi¨®n que tomemos. ?Mantener el negocio de Henry y centrarnos en la compraventa de bienes? ?Codearnos con la alta sociedad o m¨¢s bien arrimar el hombro por los oprimidos? Incluso la m¨¢s nimia elecci¨®n afectar¨¢ a nuestra imagen y, por consiguiente, a un ramificado desarrollo de acontecimientos.

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Los ciudadanos son uno de los pilares mejores conseguidos de A Place For The Unwilling: personajes muy bien definidos y con arcos argumentales propios, ideados por sendos escritores que han favorecido una diversidad sorprendente y enriquecedora. La profundizaci¨®n en dichas subtramas depender¨¢ de con qui¨¦n invirtamos nuestro tiempo. A diario, recibiremos cartas con encargos de los residentes, mientras que otras personas nos propondr¨¢n su misi¨®n s¨®lo si hablamos con ellas. Asimismo, otros detalles de nuestra vida cotidiana afectar¨¢n a la reputaci¨®n que nos granjeemos: a qui¨¦n compramos el diario, qu¨¦ establecimientos frecuentamos m¨¢s, con qui¨¦n pasamos m¨¢s tiempo, qu¨¦ hemos recopilado en nuestra investigaci¨®n. Las tareas deber¨¢n cumplirse en el mismo d¨ªa que han sido asignadas, con lo que deberemos asumir que no podremos abarcarlas todas, incluso si contratamos un carruaje para llegar antes a los sitios. As¨ª, deberemos meditar muy bien nuestras prioridades y, por supuesto, no nos abandonar¨¢ la sensaci¨®n de estar equivoc¨¢ndonos constantemente.

El sistema de guardado, adem¨¢s, impide el trampeo con deshacer decisiones insatisfactorias: podremos escoger entre grabar al finalizar cada jornada o en cualquier momento, tras lo cual saldremos del juego. Una vez alcanzado un final, s¨®lo podremos empezar un juego nuevo, sin posibilidad de recurrir a anteriores partidas.

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La jugabilidad en A Place For The Unwilling resulta extra?a con respecto a otros t¨ªtulos del g¨¦nero: WASD, en lugar de ser los comandos de desplazamiento, ser¨¢n los de interacci¨®n con nuestro inventario y objetos externos, mientras que nos moveremos con las flechas de direcci¨®n. Cabe decir que la zona de interacci¨®n de los elementos del escenario es demasiado milimetrada, con lo que la investigaci¨®n puede volverse un tanto frustrante. Adem¨¢s, desenvolverse por las calles de la ciudad requiere buena memoria y sentido de la orientaci¨®n, puesto que en el mapa s¨®lo se destacan los lugares m¨¢s prominentes.

La ciudad de A Place For The Unwilling es un lugar inquietante, poblada por sombras que s¨®lo toman forma corp¨®rea si se trata de un comerciante o personalidad con cargo. Dependiendo de nuestra reputaci¨®n y actividades, desmadejaremos el misterio oculto tras la moribunda urbe. Tras las 8-9 horas aproximadas que dura la partida, no resolveremos el enigma por completo, con lo que se nos despertar¨¢ la curiosidad de apostar por otras rutas que desemboquen a todo nudo y desenlace, comprendidos en 10 finales diferentes.

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A pesar de ser una ciudad agonizante, la vida bulle por las calles de A Place For The Unwilling: cada ciudadano sigue su propia rutina, las luces de los hogares se encienden y se apagan, los comercios se sujetan a sus horarios. Varios acontecimientos perturbar¨¢n la monoton¨ªa de una paz turbia, y se alternar¨¢n con gran naturalismo los d¨ªas m¨¢s ajetreados con los m¨¢s tranquilos, con el perjuicio de que estos ¨²ltimos pueden aburrir al jugador. No obstante, la ilusi¨®n de dinamismo se pierde con algunos fallos t¨¦cnicos, como los comerciantes que, en pleno domingo, mantienen las mismas l¨ªneas de di¨¢logo que en una jornada laboral.

La personalidad de A Place For The Unwilling radica en un apartado audiovisual esmerado y elegante. Con unos hermosos gr¨¢ficos a mano, la ciudad victoriana no escatima en detalles, ni en una ambientaci¨®n on¨ªrica que nos deja patente en cada momento que hay algo sobrenatural en el esqueleto de la urbe. El dise?o de los personajes, adem¨¢s, resulta adorable y propia de un cuento fant¨¢stico, lo cual sorprende en un t¨ªtulo inspirado en el horror c¨®smico. Cada personaje es irrepetible, no s¨®lo por su aspecto visual, sino por su propia forma de hablar y el sonido de escritura sobre papel que acompa?an a sus di¨¢logos. As¨ª, el comisario August es tosco y, al hablar, parece que alguien golpee un trozo de papel. En cambio, las palabras de Juliet Allen suenan como un suave trazo. La m¨²sica, a su vez, es una melod¨ªa dulce y l¨¢nguida, que cambia a temas diversos seg¨²n la situaci¨®n o la compa?¨ªa en la que estemos.

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A Place For The Unwilling es, sobre todo, un juego que luce un tipo de belleza delicada y sombr¨ªa. En lugar de infundir miedo en el jugador, apuesta por una tristeza sosegada que no es habitual en un videojuego lovecraftiano. A pesar de nuestras pesquisas, de nuestros esfuerzos labr¨¢ndonos un lugar dentro del pueblo, siempre nos sobrevolar¨¢ en nosotros la sensaci¨®n de estar luchando contra una fuerza superior e inevitable. Y, a pesar de todo, querremos intentar una vez m¨¢s luchar contra la condena de la ciudad.

Este juego ha sido analizado en su versi¨®n para PC Windows.

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