Wolfenstein: Youngblood, primeras horas. ?Vale la pena?

Arranca Youngblood mostrando a las dos protagonistas, Jes y Soph, primero aprendiendo a sobrevivir como hijas de Blazkowicz que son, y pocas escenas despu¨¦s vacilando sobre su capacidad de matar nazis cuando todav¨ªa no han matado a ninguno. De hecho, la primera vez que sucede es bastante divertida, porque muestra a las hermanas gemelas entre indispuestas y sobre todo euf¨®ricas, como debe ser cuando matas a nazis, algo que debe generar una alegr¨ªa tremenda. Es entonces cuando tras la primera cinem¨¢tica, tomamos el control del nuevo Wolfenstein y nos damos cuenta, a los pocos minutos, que no estamos ante una apuesta menor.

Porque aunque se haya seguido mucho o poco el desarrollo del juego desde su anuncio y se hayan conocido m¨¢s o menos visicitudes y caracter¨ªsticas del t¨ªtulo, Youngblood no se ha alejado de esa aura de juego de fondo de armario, de producto algo m¨¢s ligero tras el imponente Wolfenstein 2. La gran satisfacci¨®n que da saber que esto no es una suerte de The Old Blood -y no nos referimos a dicha entrega como si fuera mala- llega con la primera hora del t¨ªtulo. Cuando Jes y Soph muestran sus cartas. Que no son pocas.

Acci¨®n a raudales y tipo de enemigos

Es un Wolfenstein, y por lo tanto nuestra principal tarea es disparar a diestro y siniestro. No tardamos demasiado en estar en medio de una ensalada de balas cambiando de armas constantemente, recogiendo munici¨®n -porque se acaba pronto- y disparando mientras saltamos, rodeamos y corremos de un lado para otro. Es un juego din¨¢mico, que invita al sigilo en ciertos momentos pero sobre todo al cara a cara con una variedad de enemigos de potencia creciente. Francotiradores, soldados rasos, tanques armados con l¨¢seres, ca?ones o fuego ardiente, drones, c¨¢maras instaladas en la calle e incluso veh¨ªculos no tripulados son algunos de los elementos que nos vamos encontrando en las primeras horas de juego. Las opciones cuerpo a cuerpo, el doble salto o la posibilidad de deslizarnos a ras de suelo se a?aden a un ritmo elevado.

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Cada uno de ellos, adem¨¢s, con distintos niveles de potencia y con armaduras distintas identificadas en la vida que tienen encima de la cabeza: el rifle de asalto va mejor para los que llevan unos s¨ªmbolos tipo cuadros; la escopeta, para las que llevan rayas blancas. Si contamos que hay ciertos enemigos que recuperan la armadura de los rivales m¨¢s duros, vale la pena saber qu¨¦ arma funciona mejor en cada situaci¨®n.

Dise?o de niveles, misiones secundarias y cooperaci¨®n

Todo ello en niveles que tienen un desarrollo lineal, pero que brindan al jugador varias opciones para afrontar los combates. Desde caminos sigilosos hasta varios pasadizos para despistar y sorprender en cooperativo, porque el jugarlo con otro amigo multiplica la experiencia. Repartir zonas del mapa, rodear a jefes finales para que no nos machaquen y explorar cada uno por su lado hace que Youngblood sea mejor, aunque tambi¨¦n es cierto que no hay acciones cooperativas relevantes ni puzles que valgan la pena. En este sentido parecemos anclados al 2008, con personajes que tienen que usar dos palancas iguales o abrir a la vez un cofre de vidas para avanzar. Es en lo org¨¢nico del combate que el cooperativo sobresale de la experiencia single player.

Algo que se a?ade tras la primera hora y media de juego es la posibilidad de solventar tareas diversas m¨¢s all¨¢ de nuestro objetivo principal. Habr¨¢ un momento en el que desbloquearemos una base de operaciones y escogeremos las misiones que queremos realizar -no solo principales. Seg¨²n el nivel que exijan y el que tengamos. Pero dentro de las misiones, se nos podr¨¢n a?adir tareas diversas: ir a recuperar un prototipo antes que los nazis, colocar unos micros en un edificio donde hay una reuni¨®n enemiga o limpiar alguna zona concreta. Algo que ampl¨ªa la exploraci¨®n, nos permite descubrir y volver a zonas ya limpiadas y de paso obtener recompensas suculentas para mejorar nuestro personaje. Y matar m¨¢s nazis, claro est¨¢.

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Subir de niveles, personalizar armas...?

Hacer misiones y tareas secundarias dentro de las mismas nos permite ganar todo tipo de recompensas. Hay tres elementos claves. La subida de niveles para potenciar a nuestro personaje en tres ¨¢rboles de habilidades: inteligencia, m¨²sculo y poder. Cada una con sus ramas para mejorar elementos pasivos, conseguir nuevas habilidades o potenciar ataques concretos. Porque podremos asignarnos algunas habilidades especiales, como por ejemplo hacernos invisibles mientras estamos agachados. Y a la que seamos nivel 10, y tengamos puntos de habilidad suficiente, podremos ser invisibles y movernos sin estar agachados. Y luego, que dure m¨¢s tiempo. Y as¨ª con todo. Poder ir con dos armas a la vez es otro desbloqueable. O recoger armas pesadas del suelo. O recogerlas y qued¨¢rtelas en el inventario.

Luego est¨¢n las armas, que se pueden mejorar con varios gadgets y potenciadores gastando monedas que vamos encontrando para potenciar sus estad¨ªsticas. Tambi¨¦n desbloquearemos se?ales motivadoras. Son saludos entre hermanas a lo Fortnite, que aplican boosts a la pareja. Sumar 100 de armadura, ganar vida, mejorar da?o durante unos segundos... porque esa es otra. La vida se recupera con botiquines y la armadura, con armaduras. Como debe ser. Al final, la sensaci¨®n es que siempre tienes motivos para matar y hacer misiones a cambio de m¨¢s puntos, monedas y munici¨®n que sirva para mejorar y poder avanzar hacia misiones m¨¢s complicadas.

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En este sentido, destacar que hab¨ªa algunas zonas a las que no pod¨ªamos acceder por falta de la habilidad necesaria, algo que invitar¨¢ seguramente a una visita posterior en el futuro. Porque al menos en las primeras horas, esto no parece un juego de acabar en dos tardes.

Wolfenstein: Youngblood, ?vale la pena?

?Vale la pena Wolfenstein: Youngblood? Este texto se basa en las primeras horas de juego, pero decimos que s¨ª. Tiene un gunplay marca de la casa, ¨¢gil y din¨¢mico. La experiencia cooperativa funciona en los tiroteos y hay una gran cantidad de elementos de personalizaci¨®n y mejora que invitan a jugar y rejugar, trastear con nuevas misiones y desviarte con desaf¨ªos extras. Aunque nuestras primeras horas han sido muy positivas, el veredicto final llegar¨¢ con el juego terminado y todo el balance del juego encima de la mesa. Hay cosas que no nos han convencido: desde un acabado visual con algunos contratiempos a crasheos, o lo anecd¨®tico del concepto cooperativo en acciones colaborativas. Pero si esto mejora o no, lo sabremos con el an¨¢lisis de Motenai que estar¨¢ pronto en la web.

Wolfenstein: Youngblood demuestra que lo ¨²nico ligero aqu¨ª son estas primeras impresiones, pensadas para transmitiros nuestras sensaciones tras las horas iniciales del t¨ªtulo a la espera del veredicto final.