Heaven's Vault, an¨¢lisis: la aventura de escuchar y leer

Se denomin¨® al estilo art¨ªstico surgido en Italia de mediados a finales del siglo XVI manierismo debido a la tendencia de los artistas de limitarse a imitar los estilos (¡°manieras¡±) de otras ¨¦pocas y artistas. Podr¨ªa establecerse un paralelismo con aquel movimiento para definir el momento actual del videojuego, con ola tras ola de juegos hechos a la manera de otros anteriores, creadores conocidos o subg¨¦neros consolidados. Es por ello que cuando un juego propone algo completamente nuevo, independientemente de cu¨¢l sea su innovaci¨®n, resulta inmediatamente un soplo de aire fresco. Y ese es el caso de Heaven¡¯s Vault.

A diferencia de la mayor¨ªa de videojuegos, es dif¨ªcil hacerse una idea de la jugabilidad y de las caracter¨ªsticas que la definen viendo solo im¨¢genes de Heaven¡¯s Vault. El t¨ªtulo del estudio brit¨¢nico Inkle resulta tremendamente original, a pesar de que su premisa no lo sea: Interpretamos a una arque¨®loga que, junto a su robot intentan averiguar el paradero de una persona desconocida.

Pero aqu¨ª no damos saltos imposibles a lo uncharted, ni siquiera manejamos un avatar 3D sobre los entornos. Aliya, la protagonista, se representa, al igual que el resto de personajes como ilustraciones en 2D. Y aunque avanzamos por los escenarios y descubrimos pistas en ellos, no se trata aqu¨ª de inspeccionar el m¨¢s m¨ªnimo detalle, sino de hablar, preguntar, interrogarse a s¨ª misma y sobre todo escuchar las respuestas de los dem¨¢s.

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El poder de saber leer

Pr¨¢cticamente no hay un momento del juego que no podamos hablar con nuestro robot o con alg¨²n otro personaje, unas frases, preguntas y apostillas que definir¨¢n nuestra personalidad y tambi¨¦n nuestros avances. Se trata de un sistema abrumador por la cantidad ingente de conversaciones que podemos llegar a tener con nuestro robot, cada una llena de opciones.

Pero no se trata solo de leer y tomar decisiones cual aventura conversacional. La jugabilidad gira en buena parte en torno a la habilidad de Aliya de leer algunos t¨¦rminos de un viejo lenguaje. El reto es adivinar el significado de frases enteras a partir de las palabras que hemos descubierto. Estas est¨¢n escritas en un lenguaje inventado, pero que, al estilo de idiomas como el japon¨¦s, chino o el antiguo egipcio, usa una escritura basada en elementos que permiten deducir los significados.

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Esta mec¨¢nica, similar a un puzle, unida a la exploraci¨®n, la m¨²sica y el estilo gr¨¢fico elegido resultan muy originales, haciendo dif¨ªcil poder comparar Heaven¡¯s Vault con otros juegos. Pero la originalidad no significa diversi¨®n, y en muchos momentos el juego puede llegar a resultar ligeramente aburrido, precisamente por culpa de las abundantes y a veces largas conversaciones entre Aliya y Six, su robot.

Unas conversaciones que sirven para ir desvelando poco a poco otro de los aspectos m¨¢s interesantes de este t¨ªtulo: su enorme lore, con multitud de localizaciones que descubrir, y una larga historia que se remonta siglos atr¨¢s que desvelar. Un trabajo realmente meritorio para un t¨ªtulo de estas caracter¨ªsticas y que es uno de los pilares del juego. Para entenderlo mejor y no perdernos, el juego nos permite revisar tras cada nuevo lugar explorado revisar una l¨ªnea de tiempo en la que se incluyen todos los eventos desvelados hasta la fecha.

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El espacio, un r¨ªo infinito

Pero aparte de hablar, escuchar y desvelar un idioma antiguo, el juego nos tiene una sorpresa m¨¢s reservada: nos propone explorar el espacio navegando por r¨ªos que unen planetas. Unos viajes que hacemos a bordo de nuestra nave (cuyo aspecto recuerda m¨¢s a un barco antiguo que a una herramienta de alta tecnolog¨ªa). La interacci¨®n se centra en girar a derecha o izquierda en las m¨²ltiples intersecciones de acuerdo con el mapa que deberemos consultar antes de partir.

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A pesar de la gran belleza de algunos de los escenarios que podremos ver, esta es la mec¨¢nica m¨¢s d¨¦bil y desaprovechada del juego, y tras un rato se nos har¨¢ bastante repetitiva. No ayuda tampoco que un mal giro nos obligue a pulsar un bot¨®n para retroceder al punto anterior y tomar la salida adecuada. Por suerte en zonas ya exploradas podremos saltarnos estas partes.

Es probablemente importante remarcar que, como juego basado casi completamente en texto y autopublicado por una compa?¨ªa peque?a carezca de localizaci¨®n, aunque esto pueda echar para atr¨¢s a posibles jugadores debido a la cantidad y complejidad de algunas conversaciones.