Lovely Planet 2: April Skies: an¨¢lisis

De vez en cuando llega a nuestras manos un c¨®digo para un juego del que no hemos o¨ªdo hablar nunca, una peque?a joya adorada por sus pocos allegados ero desconocida para el resto. En este caso surgi¨® la posibilidad de analizar Lovely Planet 2, un peque?o juego con apariencia amigable desarrollado por un solo individuo en las lejanas tierras de India. Inmediatamente y atra¨ªdos por su atractivo precio compramos la primera entrega de la saga y lo que encontramos fue verdaderamente sorprendente. Esta peque?a saga desarrollada por Quicktequila y publicada por Tinybuild es m¨¢s de lo que parece a simple vista.

Lejos de lo que pueda insinuar su est¨¦tica, que oscila entre lo completamente abstracto y la alocada imaginaci¨®n de t¨ªtulos como Katamari Damacy, la saga Lovely Planet representa uno de los mayores desaf¨ªos monojugador de disparos en primera persona que existen en el mercado. Niveles cortos que requieren de una precisi¨®n extrema, amplias posibilidades para ¡°speedrunners¡± y una increible cantidad de contenido en el caso de la primera entrega, esto no es un juego para aquellos que no toleren un buen reto. La lastima es que Lovely Planet 2 no sea capaz de alcanzar las cotas de dificultad del original y sea bastante nimio en su cantidad de niveles.

Aspecto cari?oso

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Como ya hemos mencionado, Lovely Planet 2 se nos presenta como si fuera un juego para ni?os de tres a siete a?os. Una tem¨¢tica que trata sobre la uni¨®n de la humanidad para el bien com¨²n, gr¨¢ficos poligonales con colores pastel y enemigos cuya ¨²nica cualidad amenazante es su color rojo. Su banda sonora se parece a la de la ya mencionada saga Katamari, de la que Quicktequila (desarrollador de Lovely Planet) claramente toma inspiraci¨®n. Voces alegres e instrumentos extravagantes configuran una presencia sonora que nos llena de felicidad cada vez que entramos a jugar.

Es cuando nos ponemos a los mandos o teclado que notamos la maldad oculta que esconde Lovely Planet 2. Los primeros niveles son relativamente sencillos, con enemigos en posiciones relativamente f¨¢ciles de acertar, recorridos simples y relativamente pocos obst¨¢culos. Nos llama la atenci¨®n la ausencia total de ret¨ªcula que fuerza a reentrenar nuestra memoria muscular de forma inmediata tras decenas de a?os jugando juegos que s¨ª la incluyen. A cambio nuestros disparos son proyectiles c¨²bicos de tama?o considerable y podemos disparar de forma ilimitada (no hay munici¨®n) dependiendo de la velocidad con que presionemos el gatillo. Los enemigos mueren de un solo tiro lo que hace que amaestrar un nivel sea m¨¢s cuesti¨®n de memorizar donde est¨¢n que ser precisos con el rat¨®n.

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Realidad abrumadora

La cosa tarda poco en calentarse y en el segundo mundo la curva de dificultad comienza a empinarse. Determinadas plataformas est¨¢n cubiertas de una viscosa sustancia que debemos disparar antes de posarnos en ellas, hay NPCs a los que no debemos disparar como si de un campo de pr¨¢ctica de tiro policial se tratar¨¢ y unas endiabladas esferas nos matan inmediatamente al tocar el juego, forz¨¢ndonos a dispararlas mientras est¨¢n en el aire o repetir el nivel. Todo esto fuerza al jugador a amaestrar cada nivel, a dominar cada segundo y recoveco del mismo y fomenta la experimentaci¨®n y repetici¨®n para alcanzar esas mejores puntuaciones globales.

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Esta secuela introduce algunas mec¨¢nicas que no exist¨ªan en el juego original. Algunos enemigos nos teletransportar¨¢n hacia los mismos tras dispararlos, lo que da algo m¨¢s de complejidad al movimiento del t¨ªtulo. Por desgracia la otra gran mec¨¢nica a?adida es un mundo entero donde la niebla cubre cada nivel. Esta adici¨®n no es tan divertida como la otra, al contrario, en un juego donde ya se requiere la memorizaci¨®n precisa de cada elemento resulta redundante y simplemente har¨¢ m¨¢s molestas las siguientes veces que juguemos al t¨ªtulo, algo nefasto en un juego que pide ser jugado una y otra vez.

Y ese es el problema de Lovely Planet 2. No a?ade mucho a lo que ya presentaba el original, no llega a sus cotas de dificultad ni a su maestr¨ªa en el dise?o de los niveles tard¨ªos y en algunos aspectos resulta m¨¢s molesto. Se abusa m¨¢s de la muerte sorpresa, con enemigos que aparecen de la nada u obst¨¢culos posicionados donde no los ver¨ªa, despreciando en el proceso la precisi¨®n mec¨¢nica exacta que ped¨ªa y exig¨ªa el original. El resultado es un t¨ªtulo que parece m¨¢s un tutorial para su primera parte que una secuela.