Dragon Quest XI S; la magia se acerca a Switch

Dragon Quest. Solo pronunciando estas palabras se vislumbra la epicidad, la sensaci¨®n de aventura y exploraci¨®n como paradigma del JRPG cl¨¢sico. Lejos de lo que ha sucedido con otras sagas pertenecientes a este afamado g¨¦nero, la franquicia comandada por Yuji Horii siempre se ha mantenido dentro de su vertiente numerada ¡ªcon mayor o menor ¨¦xito¡ª fiel a su esencia primera.

Cuando nos pusimos en la piel del Luminario muchos sentimos algo realmente especial, hecho que relatamos con todo lujo de detalles en el an¨¢lisis de Dragon Quest XI. Pero el ¨¦xito de Ecos de un pasado Perdido ¡ªcatalogado como una de las iteraciones m¨¢s sobresalientes de la serie¡ª se quedaba algo hu¨¦rfano: la versi¨®n de Nintendo 3DS no pisar¨ªa nuestras tierras y, desafortunadamente, la de Switch se retrasaba m¨¢s de lo previsto.

No tardaron en saltar las alarmas, pues parec¨ªa harto dif¨ªcil hacer funcionar ese mundo de ensue?o, esos amplios parajes que invitaban a la f¨¢bula interactiva por su ¡ªvalga la redundancia¡ª fabulosa representaci¨®n est¨¦tica, en los circuitos de la consola h¨ªbrida de Nintendo.

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Volviendo a nuestra querida Erdrea

Tras el primer trailer y las altas dosis de Dragon Quest XI S durante el E3 2019, muchas de nuestras dudas han sido despejadas, novedades de gran poder nost¨¢lgico han copado toda nuestra atenci¨®n y, por fin, podemos marcar en el calendario el d¨ªa 27 de septiembre como la indicada para iniciar (o volver a revivir) uno de los periplos m¨¢s fascinantes de los ¨²ltimos a?os.

Gr¨¢ficamente, el juego que nos ocupa generaba bastantes dudas. Si bien es cierto que la versi¨®n S de Nintendo Switch queda por debajo que la de PS4 y PC, el aspecto general del juego ¡ªas¨ª como su rendimiento¡ª nos ha sorprendido para bien.

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El particular cel shading de Ecos de un Pasado Perdido se traduce en belleza dentro de la pantalla port¨¢til de Switch cortes¨ªa de Toriyama. La carga poligonal ha disminuido (aunque no sea tan evidente como hubi¨¦semos imaginado), el sistema de iluminaci¨®n no genera ni unos contrastes ni una representaci¨®n de determinados shaders tan efectivos en los escenarios, y la distancia de dibujado y la interpretaci¨®n de las sombras se han llevado la peor parte.

Por otro lado, el rendimiento nos asegura una experiencia muy gratificante, los enemigos en pantalla todav¨ªa se pueden vislumbrar a una distancia decente, y en las escenas de v¨ªdeo disfrutaremos de todo el poder de la historia de Dragon Quest XI, plena de sorpresas y colmada de personajes para el recuerdo (especial menci¨®n para la inteligent¨ªsima Ver¨®nica o el imprevisible Servando). Hay m¨¢s jaggies, es cierto, menos densidad en la vegetaci¨®n, y una representaci¨®n del agua no tan vistosa.

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La nostalgia como arma

Pero tenemos un a?adido bastante interesante, sobre todo para los nost¨¢lgicos de los JRPG de la d¨¦cada de los 90: la posibilidad de alternar entre los gr¨¢ficos en 3D habituales del juego y un modo bidimensional totalmente nuevo. Resulta una grata sorpresa que la caracter¨ªstica m¨¢s llamativa de Dragon Quest XI para Nintendo 3DS, se haya sometido a un trabajo art¨ªstico tit¨¢nico para la ocasi¨®n.

Causa sorpresa ver la grandeza de Puerto Valor en todo su esplendor tridimensional en la TV, para luego indagar en la versi¨®n bidimensional del mismo lugar, plagada de encanto y realmente colmada de detalles acogedores. La puerta de madera de la posada, engalanada con refuerzos de metal, adquiere una c¨¢lida apariencia al ser ba?ada por el peque?o farolillo colocado en la fachado, junto al cl¨¢sico cartel que reza ¡°Inn¡±.

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Los NPC envueltos en sus quehaceres, las distintas superficies que se encargan de diferenciar suelos de madera, de tierra o de piedra a¨²n por enlucir, esa brisa marina que pr¨¢cticamente nos transporta a South Cape de Illusion of Time¡­ Si ya el poder de la nostalgia emanada con la versi¨®n inicial de Dragon Quest XI, en esta ocasi¨®n Square Enix no solo toca, sino que estruja el peque?o corazoncito del amante del JRPG m¨¢s a?ejo.

Novedades de ensue?o

Lo mejor de todo es que este trabajo viene acompa?ado por otro a?adido de altura: la posibilidad de disfrutar de sub-historias exclusivas, ambientadas en otros cap¨ªtulos de la saga, que nos llevar¨¢n a trav¨¦s de los m¨¢s imprevisibles periplos (recordemos que siempre en 2D) como premio al jugador m¨¢s avezado.

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Es de celebrar que no acaban aqu¨ª las novedades: para hacer la experiencia m¨¢s din¨¢mica, esta vez se ha mejorado la c¨¢mara del juego, tendremos la posibilidad de forjar objetos en cualquier momento, accederemos a un buen n¨²mero de monturas nuevas (bastante divertido cabalgar a lomos de un limo o un dientes de sable, as¨ª como volar encima de diversos monstruos extra) y llamarlas en cualquier momento, haciendo de los desplazamientos largos algo m¨¢s divertido. Adem¨¢s, ahora embestir a los monstruos mientras avanzamos a lomos de nuestra montura otorgar¨¢ algo de EXP al grupo.

Tambi¨¦n se han ajustado muchos detalles menores, a?adido modo foto, establecido acciones nuevas en combate de nuestros acompa?antes, dise?ado alg¨²n que otro NPC carism¨¢tico (como Madame Cherie de la Academia Notre Maitre les Medailles), y permitido revivir momentos pasados de la aventura en cualquier momento. Y todo esto, como hemos comentado, junto a un buen listado de ajustes y mejoras. Esperemos que muchas de ellas est¨¦n disponibles para anteriores versiones por medio de descarga digital, pues es algo que deber¨ªa disfrutar cualquier fan de la franquicia Dragon Quest.

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Como conjunto, es posible que Dragon Quest XI S pueda parecer una opci¨®n menos interesante ¡ªfundamentalmente por su no tan avanzado apartado t¨¦cnico¡ª que sus versiones originales. No obstante, cuenta con un trabajo muy loable tras de s¨ª, pues el equipo de Horii ha dotado de un buen c¨²mulo de novedades a la ya de por s¨ª tit¨¢nica aventura, a?adiendo tambi¨¦n la posibilidad de disfrutar con un curioso DLC basado fundamentalmente en historias cortas no jugables (de pago, todo hay que decirlo) para ahondar m¨¢s en la personalidad de unos protagonistas que, desde hace tiempo, forma parte de nuestros corazoncitos de jugadores.