Fade to Silence, an¨¢lisis: muerte sobre el hielo

Nacimos para morir. Es una realidad con la que lidiamos durante toda nuestra existencia. Y sin embargo la supervivencia es el instinto m¨¢s b¨¢sico de los seres humanos. Ese impulso que nos lleva a sacar energ¨ªa de donde no la hay para superar retos imposibles en momentos clave si nuestra vida est¨¢ en riesgo. Y precisamente supervivencia y muerte son los dos elementos que se dan la mano en Fade to Silence. Este t¨ªtulo de THQNordic desarrollado por Black Forest nos sumerge en un mundo de ventiscas, monstruosidades y muchas inc¨®gnitas por resolver en el que morir se convierte en parte la supervivencia.

Un mundo cubierto de hielo y de una extra?a corrupci¨®n es el marco en el que se desarrolla este t¨ªtulo, a medio camino entre un juego AA y el desarrollo independiente, que ha estado en acceso anticipado desde 2017.

El juego nos presenta dos modalidades a elegir al iniciar nuestra partida: supervivencia y exploraci¨®n. La diferencia principal es la posibilidad de resucitar ilimitadas veces manteniendo nuestros recursos en el segundo, mientras que en el primero estaremos limitados en nuestro n¨²mero de regresos a la vida por unos fragmentos que deberemos encontrar en el mundo del juego. Tambi¨¦n el acceso a los recursos es distinto en cada uno.

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La muerte es inevitable

Lo m¨¢s recomendable es iniciar en el modo exploraci¨®n para hacerse con la idea del mundo antes de sumergirnos en el reto de sobrevivir los peligros que nos acechan. Empezamos la partida con lo m¨ªnimo absoluto, una antorcha que hace las veces de arma, obligados a recoger le?a para poder prender la hoguera con la que recuperarnos de las bajas temperaturas (que pueden llegar a matarnos si nos descuidamos o si nos sorprende una ventisca a descubierto).

Nuestros objetivos son tres b¨¢sicamente: recolectar recursos, purificar el entorno y reclutar supervivientes. Gracias a ello podremos ir poco a poco descubriendo otra cara de Fade to Silence: la de juego de gesti¨®n de recursos. Nuestros compa?eros podr¨¢n construir edificios, proveernos de recursos y usar sus habilidades para hacer nuestro d¨ªa a d¨ªa m¨¢s habitable.

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No significa esto, sin embargo, que todo sea sota, caballo y rey. M¨¢s bien al contrario, el ritmo de Fade to Silence es lento. Un ritmo que encaja con los sonidos de esta naturaleza inh¨®spita y las burlas constantes de esa voz que hace a la vez de narrador y enemigo, pero que puede llegar a ser exasperante. Si bien una vez seamos capaz de conquistar nuevas bases podremos avanzar m¨¢s r¨¢pido, todo est¨¢ relativamente lejos para la distancia que podemos recorrer a pie. Se nota que la idea de los desarrolladores es que todo sea dif¨ªcil, complicado, que tengamos la constante sensaci¨®n de que nada est¨¢ a nuestro alcance sin esfuerzo.

A la propia exploraci¨®n se le a?ade un componente de narrativa intentando descubrir por qu¨¦ este mundo se ha convertido en lo que vemos y qu¨¦ son las criaturas a las que nos enfrentamos. Distintos elementos nos recordar¨¢n que probablemente el entorno que vemos fue un d¨ªa muy distinto. Y al parecer si seguimos vivos es por nuestra capacidad de absorber la maldad que inunda el mundo y purificarla, habilidad a la que deberemos sacar el m¨¢ximo provecho para extender nuestros dominios.

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Cada golpe cuenta

Nunca habr¨¢, salvo momentos especiales, m¨¢s de uno o acaso dos enemigos en pantalla, a los que deberemos despachar bien con un ataque d¨¦bil que nos permitir¨¢ ahorrar energ¨ªa para evitar los ataques rivales con una voltereta o poder salir corriendo. Si por el contrario optamos por el ataque fuerte, a un momento de preparaci¨®n le suceder¨¢ otro en el que estaremos vendidos ante las represalias rivales.

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Y precisamente quedarse vendidos y recibir un golpe, por peque?o que sea, cobra una especial importancia porque, aunque podremos crear cataplasmas y ung¨¹entos para recuperar ligeramente nuestra salud, estos tienen un efecto m¨ªnimo. Cada trozo de nuestra barra de vida es un bien muy caro de recuperar.

Pero el enemigo m¨¢s peligroso suele ser el propio tiempo. Una ventisca apenas tardar¨¢ un minuto en acabar con nosotros si no logramos ponernos a cubierto y calentarnos ante el fuego hasta que pase. Nuestra propia barra de vida se ir¨¢, adem¨¢s, congelando si no dedicamos tiempo a descansar al fuego. Pero eso tambi¨¦n abrir¨¢ nuestro apetito, por lo que no deberemos olvidar contar con suficiente comida encima cuando salgamos a explorar.

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Pero al final, hagamos lo que hagamos, la muerte ser¨¢ imposible de evitar, por lo que volveremos una y otra vez al punto de partida. Si lo hacemos en el modo exploraci¨®n, la muerte acabar¨¢ siendo solo un tr¨¢nsito, un reseteo de nuestra barra de vida que nos obligar¨¢ a volver al punto en el que est¨¢bamos explorando. Si es en el modo supervivencia, sin embargo, significa una oportunidad menos de intentar conquistar para nosotros y nuestros seguidores este mundo helado ante nuestros ojos.