Eastshade, an¨¢lisis. El viaje del pintor

A las afueras de Lyndow, Eastshade, apoyado en el tronco de un frondoso ¨¢rbol, un poeta escribe su obra. Utiliza las plumas que los p¨¢jaros dejan atr¨¢s cuando baten sus alas hacia horizontes lejanos, un regalo de la naturaleza que se torna en la herramienta del escritor. El joven artista pregunta a nuestro personaje si tambi¨¦n escribe, pero ¨¦l niega con la cabeza: lo suyo es la pintura, no las letras.

De poes¨ªa y pintura

En el siglo I a.c., el poeta romano Quinto Horacio Flaco formul¨® la locuci¨®n latina que se ha empleado a lo largo de la historia para se?alar el profundo v¨ªnculo entre la pintura y la poes¨ªa: Ut pictura poesis, que se traduce como ¡°La poes¨ªa es como la pintura¡±. Esta relaci¨®n entre ambas disciplinas se contemplaba desde mucho antes. ¡°La pintura es poes¨ªa silenciosa, la poes¨ªa es pintura que habla¡±, dec¨ªa Sim¨®nides de Ceos en el siglo V a.c., o al menos as¨ª lo recoge Plutarco.

El hombre que esculpe letras bajo la sombra del ¨¢rbol es un esp¨ªritu despistado. Olvida con frecuencia d¨®nde ha dejado sus plumas. Tal vez por ser demasiado perezoso, o quiz¨¢ para no perder la concentraci¨®n, nos pide que las busquemos entre la hierba, pues no le importa pagar unas cuantas monedas por ellas. Nos internamos en la maleza y le proporcionamos el material de trabajo, que con trazo vigoroso, convierte en arte.

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Poes¨ªa y pintura, pintura y poes¨ªa, dos caras de una misma moneda. Puede que el personaje no sea un maestro de la literatura, pero en sus lienzos se plasma su poes¨ªa visual, el arte que nace de su mente y que no se traduce en letras, sino en composiciones de color. La met¨¢fora del ut pictura poesis se traslada a Eastshade, un juego que narra su historia a trav¨¦s de la palabra, la poes¨ªa, pero que despliega su mundo de fantas¨ªa en im¨¢genes, la pintura.

El videojuego est¨¢ repleto de escenarios evocadores, lugares fant¨¢sticos de enorme belleza y riqueza contemplativa. La obra de Eastshade Studios no solo nos pone en la piel de un pintor, sino que nos permite visualizar a trav¨¦s de sus ojos el mundo esplendoroso que se abre ante ¨¦l. Bosques, ruinas, playas, entornos nevados y estampas de postal nos aguardan en nuestro periplo. Despu¨¦s de todo, el protagonista es un pintor viajero, por lo que tiene ante s¨ª los lugares id¨®neos para canalizar su talento a trav¨¦s de los pinceles.

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RPG sin mec¨¢nicas de combate

¡°Nos comprometemos a construir mundos que se sientan como lugares reales que se puedan explorar a trav¨¦s de mec¨¢nicas no violentas¡±. Este es el objetivo que se marca el estudio en sus obras, tal y como subrayan en la p¨¢gina oficial del proyecto. A primera vista, Eastshade recuerda irremediablemente a un The Elder Scrolls, sobre todo a nivel est¨¦tico y sonoro (la m¨²sica). Sin embargo, la particularidad es que no dispone de un sistema de combate. Se trata de una experiencia pac¨ªfica en primera persona, contemplativa, que consiste en disfrutar de las peque?as historias que nos brinda su universo.

Todo comienza con un naufragio, el del barco del protagonista, que se ve anegado por el agua marina. Cuando despierta, se halla en una cueva iluminada por la luz solar, cuyos rayos electrizantes se introducen desde la playa, A un lado, una de las supervivientes lee un libro con tranquilidad. El pintor intercambia unas palabras ¡ªen ingl¨¦s, el juego no est¨¢ ni traducido ni doblado¡ª y emprende su camino hacia Lyndow, una encantadora aldea a las afueras de Nava. All¨ª descubre que todos los viajeros han sobrevivido y que s¨®lo se han tenido que lamentar da?os materiales.

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Pudiera decirse que no ahogarse es motivo suficiente para mostrar alegr¨ªa, pero la capitana del barco llora la p¨¦rdida de la nave como si una hija amada hubiera finado. El pintor, en cambio, ha llegado a estas tierras para dibujar, representar algunos de los lugares so?ados por su madre, charlar con gente y resolver sus problemas. Eastshade est¨¢ poblado por personajes antropom¨®rficos, seres con cara de oso, ciervo y mono dispuestos a charlar un rato con nosotros.

En Final Fantasy XV hay un personaje muy extravagante que trabaja como periodista, pero que vende piezas de bisuter¨ªa como afici¨®n. Los caminos de este reportero deslenguado se encuentran con los del pr¨ªncipe Noctis y compa?¨ªa, un grupo variopinto que trata de recomponerse despu¨¦s de que el Imperio de Niflheim haya invadido Insomnia, su tierra. Tras aceptar uno de esos encargos, los personajes lamentan que les tomen por meros recaderos, una conversaci¨®n curiosa porque el propio juego se burla de un recurso que utiliza con asiduidad. En ese punto, cabe preguntarse por este rasgo tan habitual de los juegos de rol: las tareas de recadero. Que si atrapa cinco ranas, que si recoge unas cuantas ra¨ªces de ¨¢rbol, que si esto, que si aquello. La nueva producci¨®n de Eastshade Studios convierte al protagonista en el chico de los recados, para bien y para mal.

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El concepto nuclear de este videojuego gira en torno a la exploraci¨®n y al descubrimiento. De desarrollo extremadamente pausado, el t¨ªtulo est¨¢ dise?ado para disfrutar de las peque?as historias de los personajes y de los bellos parajes que visitaremos durante la traves¨ªa. Conversar con los distintos habitantes nos da la posibilidad de aprender sobre el mundo y de obtener conocimientos sobre la vida de los ciudadanos mientras resolvemos sus inquietudes. Aunque las tareas no sean demasiado interesantes, el hecho de profundizar en su d¨ªa a d¨ªa sirve como punto de enganche.

Su naturaleza rolera se mezcla con la del walking simulator de manera exitosa. No disponemos de niveles ni de habilidades especiales, a menos que consideremos la pintura como uno de esos atributos. Representar la realidad en los cuadros es uno de los objetivos principales de Eastshade. Por eso, no nos ha convencido del todo el modo en que esto se ha representado en el videojuego: encuadrar y pulsar un bot¨®n, como si estuvi¨¦ramos tomando una fotograf¨ªa. Con todo, la sencillez mec¨¢nica no enturbia el conjunto, como tampoco lo hace la simpleza de su sistema de crafting. Eso s¨ª, todo viajero deber¨¢ resguardarse del fr¨ªo de la noche. Ya sea bajo el techo de una posada, vistiendo un abrigo grueso o tomando una buena taza de t¨¦, la exploraci¨®n nocturna est¨¢ reservada exclusivamente a los m¨¢s aventureros.

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El que desee pasar por el puente que lleva a Nava deber¨¢ pagar 60 monedas y acudir a pie, puesto que es la ¨²nica manera de gozar del paisaje. Despu¨¦s, habr¨¢ de tener en cuenta que solo se permite la entrada todo aqu¨¦l que muestre sus credenciales, tres notas de recomendaci¨®n escritas de pu?o y letra por habitantes de la urbe. De este modo, el juego nos invita al quid pro quo constante.

Eastshade no est¨¢ exento de problemas en lo t¨¦cnico, pero sus peque?os tirones y fallos en la carga de texturas no impiden el disfrute de la aventura, una aventura de poco m¨¢s de diez horas que nos embarca hacia otras realidades. Abre bien los ojos y recuerda: ut pictura poesis.