Kingdom Hearts 3 y su alto valor contemplativo

Este art¨ªculo est¨¢ libre de spoilers argumentales de Kingdom Hearts 3.

Ahora que han pasado unos d¨ªas desde el lanzamiento del esperado Kingdom Hearts 3, son ya millones los jugadores que est¨¢n calmando sus ansias con la ¨²ltima iteraci¨®n de la saga de Nomura, un videojuego con sus filias y sus fobias, como no pod¨ªa ser de otra manera, pero que entre todas sus virtudes se encuentra tambi¨¦n aquella que puede apelar a los que nunca hayan dado una oportunidad a la franquicia: su valor meramente contemplativo.

Ver con los ojos de un ni?o

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Porque s¨ª, hemos hablado largo y tenido en art¨ªculos, podcast y conversaciones en foros sobre cu¨¢l es el orden correcto para jugar la franquicia¡­ sin llegar a un consenso claro. Quiz¨¢ el problema no es tanto de los usuarios como de la propia Square Enix, que no se cas¨® con una plataforma concreta sino que desglos¨® el rico universo de la franquicia en diferentes t¨ªtulos aparentemente spin-off¡­ que al final del d¨ªa se antojan imprescindibles para entenderlo todo.

Pero Square Enix tambi¨¦n es consciente de que jugarlo todo ¡ªtodo¡ª en 2019 puede llevarnos decenas, quiz¨¢ un par de cientos, de horas¡­ y eso es un riesgo que no todo el mundo est¨¢ dispuesto a pasar. Por ello han incluido cinco v¨ªdeos de cinco minutos cada uno en el propio Kingdom Hearts 3 para resumir la historia hasta ahora; por eso la historia de esta tercera parte numerada se narra como lo hace, con tantas explicaciones y redundancia en algunos aspectos. Todo ello con la voluntad de no dejar flecos en el camino, que todo el mundo pueda por encima de todo disfrutar del viaje.

Y qu¨¦ viaje.

Permitidnos decir que no, no es necesario ni tampoco tan recomendable haber jugado todas las entregas previas de la serie para disfrutar Kingdom Hearts 3, y eso es un m¨¦rito may¨²sculo para la compa?¨ªa japonesa al haber logrado congeniar una historia que se ha contado de manera posiblemente mejorable con un mundo bello que entra por los ojos. La ¨²ltima aventura de Sora hasta ahora es tambi¨¦n el videojuego que todos quisimos tener en nuestra infancia de Toy Story; es la pel¨ªcula de Piratas del Caribe que muchos so?aron poder jugar de esta manera; es la oportunidad de revivir pel¨ªculas como Frozen o Big Hero 6 sin poder pesta?ear.

Mezcla de estilos art¨ªsticos, constante sorpresa

Existen videojuegos bonitos, existen videojuegos con un apartado art¨ªstico preciosista, otros que abogan por rozar el fotorrealismo gracias a su alto presupuesto. Kingdom Hearts 3 lo hace absolutamente todo¡­ y lo hace de manera acertada. No bastaba con tener las licencias, hab¨ªa que ejecutarlas. Nomura reconoci¨® en una entrevista que le llev¨® 10 a?os conseguir la aprobaci¨®n de Pixar, por eso ha sido imposible hacer lo propio con franquicias como Star Wars. Pero una vez supieron lo que iban a tener sobre la mesa, el camino a seguir era muy claro: exprimir al m¨¢ximo cada licencia.

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Kingdom Hearts trata de emocionar a trav¨¦s de sus peque?as historias autoconclusivas; esta entrega lo hace tambi¨¦n por el componente de simplemente sentarte y mirar, observar c¨®mo se presentan instant¨¢neas una detr¨¢s de otra con la firme candidatura de ser el fondo de escritorio de tu ordenador.

Adem¨¢s, lo l¨®gico hubiese sido pensar que esa casi decena de mundos de Disney fuese a compartir ciertos aspectos art¨ªsticos y gr¨¢ficos, pero no. Poco o nada tiene que ver la construcci¨®n tridimensional de Piratas del Caribe con la de Toy Story; ni qu¨¦ decir tiene la de Monstruos S.A.

Al final, cuando pasan las horas, te das cuenta de que no se ha adaptado cada mundo de Disney a Kingdom Hearts 3; es al rev¨¦s, es el propio t¨ªtulo el que ha sabido ser flexible y adaptarse en lo visual y en lo jugable para que parezca que jugamos esa pel¨ªcula. Por eso, cualquier seguidor de estos cl¨¢sicos de la factor¨ªa cinematogr¨¢fica podr¨¢ sentarse y disfrutar de esas historias mientras el t¨ªtulo se molesta en ir haci¨¦ndonos entrar en materia, poco a poco.

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Un videojuego sin prisa, pero sin pausa; que se juega, pero que tambi¨¦n se contempla.