Wargroove
- PlataformaPC8NSW8XBO8PS48
- G¨¦neroEstrategia
- DesarrolladorChucklefish
- Lanzamiento01/02/2019 (PC, NSW, XBO)23/07/2019 (PS4)
- TextoEspa?ol
- VocesIngl¨¦s
- EditorChucklefish
WarGroove, An¨¢lisis: La mejor alternativa a Advance Wars
Chucklefish da respuesta a la ausencia de nuevas entregas de la saga Advance Wars con un notable t¨ªtulo de estrategia con sus virtudes y defectos.
Pueden ser muchos los motivos que han llevado a Nintendo a dejar de lado la franquicia Advance Wars, de Intelligent Systems, que en realidad naci¨® mucho antes en la ¨¦poca de Famicom. Sea como fuere, desde Chucklefish consideraron que era el momento de dar luz verde a un proyecto que rescatase esa esencia, un sucesor espiritual con todas las de la ley capaz de hacerse hueco en todas las plataformas y ser un referente dentro de la escena independiente. WarGoove lo ha conseguido; pero lo ha hecho por saberse a s¨ª mismo como un videojuego con identidad propia.
No lo oculta: es un homenaje declarado
No hace falta m¨¢s que ver un par de im¨¢genes para entender ante qu¨¦ nos encontramos: un RPG t¨¢ctico por turnos donde la estrategia lo es pr¨¢cticamente todo. M¨¢s all¨¢ de lo superficial, lo que iba a determinar si WarGroove es tan interesante como parec¨ªa era su oferta de contenido y la complejidad del mismo, ya que sin reto este tipo de experiencias terminan dej¨¢ndose de lado. Aqu¨ª tenemos tres grandes modos individuales, que son el gran grueso de contenido para lo que pueden ser m¨¢s de cincuenta horas de contenido: campa?a, arcade y puzle. En nuestro caso son sumergimos de lleno en la campa?a para ver hasta qu¨¦ punto el estudio brit¨¢nico era capaz de construir una buena narrativa, y lo cierto es que en este sentido deja mucho que desear.
Es justo decir que la gran diferencia entre Fire Emblem y Advance Wars es que la primera da m¨¢s importancia a la historia y los entresijos argumentales, mientras que la segunda se centra m¨¢s en hacer de las mec¨¢nicas una dif¨ªcil partida de ajedrez donde la variedad de posibilidades y situaciones pueden ser un aut¨¦ntico quebradero de cabeza. En este caso estamos en un t¨¦rmino medio: si bien se intenta que este universo fant¨¢stico habitado por diferentes facciones se sostenga por lo que se cuenta, al final es el gameplay lo que termina haciendo que continuemos hasta el final de la aventura.
M¨¢s de 30 misiones para la campa?a ¡ªcontando secundarias¡ª divididos en varios actos con una curva de aprendizaje excelentemente planteada, haciendo que el jugador vaya aprendiendo poco a poco los diferentes tipos de unidades y c¨®mo manejarlos al tiempo que conocemos dichas facciones. Para no entrar en spoilers innecesarios, el rey es asesinado y su hija Marcia, protagonista del juego, viajar¨¢ por todo el continente en busca de sellar amistades y alianzas con los que confluir de cara a enfrentarse al enemigo final. Al hacer que algunas facciones tengan unidades ¨²nicas, se hace sencillo y org¨¢nico familiarizarse con conceptos como que no todo es movimiento sobre tierra, sino que deberemos tener siempre en mente las unidades acu¨¢ticas y voladoras. El problema es que WarGroove tarda en entrar en materia, se demora hasta el ¨²ltimo tercio de la aventura para ser un aut¨¦ntico desaf¨ªo para el m¨¢s adherido a este tipo de t¨ªtulos.
Si bien es cierto que existe un modulador de dificultad a nivel porcentual ¡ªpodemos graduar la recompensa econ¨®mica que nos llevamos por cada turno a trav¨¦s de las bases aliadas, el da?o que nos inflingen los enemigos y la velocidad en que se llena el Groove¡ª se echan en falta m¨¢s tipos de unidades y algo m¨¢s de profundidad para sentirse verdaderamente un sucesor a la altura de Advance Wars, especialmente en las dos entregas lanzadas en Nintendo DS (Dual Strike y Days of Ruin), donde la variedad era tal que parec¨ªa complicado ofrecer algo m¨¢s sin variar de lleno la f¨®rmula. La delgada l¨ªnea entre parecer un clon y un sucesor espiritual.
El caso que nos concierne termina sinti¨¦ndose como una versi¨®n ligera, como una puerta de entrada para quienes quieran aficionarse al g¨¦nero¡ pero no un paso m¨¢s all¨¢ de lo que ya hemos visto. ?Es esto malo o negativo? No, en absoluto; simplemente es que no aporta demasiado al g¨¦nero, y eso es algo que tenemos que dejar claro.
Pero lo que propone lo ejecuta con acierto
Donde s¨ª aporta algo WarGroove es en su magia, a nivel literal y figurado. Es un videojuego que entra por los ojos y los o¨ªdos por motivos que comentaremos a continuaci¨®n; pero tambi¨¦n lo hace por el aspecto que dota de m¨¢s idiosincrasia al t¨ªtulo: los Groove. Estas habilidades son ¨²nicas para cada personaje protagonista de cada facci¨®n. Por ejemplo, la protagonista podr¨¢ curar a todas las unidades aliadas y a ella misma en un radio determinado de casillas cuando tenga esta energ¨ªa preparada. El Groove se va rellenando autom¨¢ticamente con el paso de los turnos. Se antoja imperativo aprender a manejarlo en el momento justo y en el lugar adecuado porque puede marcar la diferencia especialmente en el ¨²ltimo tramo de la aventura, donde las partidas pueden alargarse por m¨¢s de media hora si somos cautos y pensamos bien qu¨¦ unidad mover y hacia d¨®nde. Insistimos que ese ¨²ltimo tramo es puro disfrute, una maravilla; l¨¢stima no ser as¨ª en todas las horas previas.
Gracias a esta diferenciaci¨®n de Grooves el modo arcade se hace muy interesante ya que, aunque sean simplemente cadenas de partidas cortas 1v1, dependiendo del personaje elegido ¡ªtenemos que ir desbloque¨¢ndonos pas¨¢ndonos todos los modos¡ª, la experiencia puede variar mucho. Pero volviendo a esa chispa especial que transmite lo nuevo de Chucklefish Games, hay que decir que la ambientaci¨®n encaja como anillo al dedo con lo que vemos en pantalla y lo que escuchamos: es un t¨ªtulo llamativo. M¨¢s que decir que se trata de un juego de 16 bit muy colorido y result¨®n, con animaciones simp¨¢ticas y agradables, es m¨¢s bien como uno de esos proyectos de la ¨²ltima era 3D de los 32 bit.
Bien sea jugado en modo port¨¢til o en sobremesa, WarGroove destaca visualmente por su apartado art¨ªstico y la paleta de colores utilizada, que contrasta muy bien la saturaci¨®n con el matiz de los fondos. De hecho, algunos colores primarios y secundarios se utilizan m¨¢s para ceder protagonismo a los personajes, mientras que la presencia de otros como los verdes y azules quedar¨¢n normalmente m¨¢s vinculados a los bosques y agua, respectivamente.
Puede parecer una tonter¨ªa, pero estos peque?os detalles ayudan mucho para dibujar una imagen mental de la estrategia; es m¨¢s, no queremos olvidar mencionar que el juego cuenta con adaptaci¨®n tonal para discapacitados visuales, incluyendo daltonismo. Y c¨®mo no, lo bien que se ha resuelto trasladar la experiencia a una pantalla grande. Al contrario que en modo port¨¢til ¡ªhemos jugado un 50% del tiempo en una modalidad y el otro 50% en la otra a prop¨®sito¡ª al poner la consola en el dock el tablero de las partidas no se ver¨¢ a pantalla completa, sino que habr¨¢ un estampado con la pantalla sobre ¨¦l, de forma que no veremos el contenido de manera maximizada: se ve lo suficientemente grande (o peque?o) como para no tener ni una sola pega. No en vano, existen diferentes grados de zoom.
El corte medieval del juego no solo se ve, sino que tambi¨¦n se escucha. Encontramos una enorme mezcla instrumental, con presencia de numerosos instrumentos de viento y cuerda, que aderezados por ciertos efectos sonoros especiales hacen que las partidas sean muy din¨¢micas. Otros peque?os detalles que los anglosajones denominan quality of life se sienten en todo momento. Nos hubiese gustado algo m¨¢s de empe?o en algunas transiciones, pero es cumplidor en ese sentido. Permitidnos poner un ejemplo: cuando en Advance Wars entr¨¢bamos en una animaci¨®n de batalla hab¨ªa una transici¨®n muy vistosa. Aqu¨ª sucede al rev¨¦s, las transiciones son m¨¢s b¨¢sicas y repetitivas, con la salvedad de los sprites de los personajes, que s¨ª cuentan con algo m¨¢s de empe?o y viveza en sus animaciones. No nos malinterpret¨¦is: parecen estar vivos, solo que ese maquillaje puede terminar haci¨¦ndose algo repetitivo cuando llevamos muchas horas de partida.
Antes coment¨¢bamos que la historia no es nada del otro mundo, y as¨ª es. Se trata de una historia sencilla, que se resume en ir cerrando alianzas y avanzar por los diferentes tipos de escenarios mientras se a?aden m¨¢s elementos a la ecuaci¨®n. Sin embargo, el final es un aut¨¦ntico cliffhanger, un giro de guion inesperado cuyo final verdadero no veremos a no ser que hayamos conseguido el n¨²mero necesario de estrellas. Chucklefish logra as¨ª que, queramos o no, juguemos a los tres principales modos de juego disponibles, ya que si no ser¨¢ casi imposible tener esas 200 estrellas necesarias para jugar la fase del verdadero final. Cada misi¨®n de la campa?a se puede terminar con una, dos o tres estrellas; conseguirlas todas es dif¨ªcil porque hay que ganar con mucha holgura¡ y no sirve poner la dificultad m¨¢s baja porque autom¨¢ticamente el juego te castigar¨¢ obsequi¨¢ndote con un m¨¢ximo de una estrella. Dicho de otro modo: o ganas con rotundidad y esfuerzo o te va a tocar completar todos los modos de juego. Dicho final, no en vano, merece la pena y da sentido a una historia que no adopta un cariz ¨¦pico y memorable hasta el final, lo cual es una aut¨¦ntica l¨¢stima.
Respecto al modo puzle, el ¨²ltimo de la vertiente individual, es el que m¨¢s enganchados nos tiene ahora mismo porque se basa en peque?os retos donde tenemos que conseguir acabar con el enemigo en un ¨²nico turno. Se nos deja en medio de partidas ya comenzadas, en pleno desenlace de batalla, y debemos acabar con el rey de estas particulares partidas de ajedrez, ya que absolutamente todas las misiones deciden su ganador cuando acabamos con la fortaleza o derribamos al comandante. Algunas de las fases de este modo requieren de mucho ensayo-error, un aut¨¦ntico reto.
La creatividad da sentido a WarGroove
Y llegamos al punto ¨¢lgido de WarGroove, lo que seguramente determine la salud del videojuego a largo plazo cuando vea la luz en el resto de plataformas ¡ªespecialmente Xbox One y PC, donde habr¨¢ crossplay, no as¨ª con PS4¡ª, que es el modo multijugador. Aqu¨ª no se reinventa la rueda, pero su ejecuci¨®n es satisfactoria: por un lado, modo local con la posibilidad de jugar no solo en una ¨²nica consola sino con un ¨²nico mando si lo hacemos en el televisor (ventajas de ser por turnos); por otro, el modo en l¨ªnea. Actualmente hay muy pocos jugadores dado que en el proceso de an¨¢lisis no estaba a¨²n a la venta, pero el matchmaking cumpl¨ªa con lo prometido y no nos ha presentado ning¨²n tipo de lag o problema a reportar. A eso tenemos que a?adir la opci¨®n de crear mapas y campa?as; o lo que es mejor, descargar los mapas y campa?as que cree la comunidad. Habr¨¢ quienes sean m¨¢s creativos y quieran compartir sus mapas, mientras que otros simplemente disfrutar¨¢n de lo que d¨¦ de s¨ª esta herramienta, que ya avisamos cuenta con multitud de opciones y posibilidades tanto en terrenos como en entornos, climas y unidades.
Lo mejor de todo es que todos los mapas dise?ados por Chucklefish en la campa?a los podemos crear de cero con el editor: no hay ning¨²n tipo de restricci¨®n a este respecto. El problema ¡ªy que sirva como peque?o tir¨®n de orejas¡ª es que no hay un solo dise?o elaborado por el equipo de desarrollo lo suficientemente grande ni memorable como para recordarlo mucho tiempo. Salvo una de las ¨²ltimas misiones, donde tenemos una gran porci¨®n de mar, tierra y unidades a¨¦reas, el resto suelen ser mapas m¨¢s bien peque?os y algo simples. Creemos, no obstante, que con el paso de las semanas todos esos mapas ser¨¢n objetivamente superados por lo que sea que pueda dise?ar la comunidad. Esperamos grandes cosas, sin duda.
Para finalizar, mencionar que hay un apartado m¨¢s enciclop¨¦dico para empaparnos del lore del t¨ªtulo, un c¨®dice con informaci¨®n de todas las facciones, personajes, habilidades e incluso tutoriales para que los menos experimentados no tengan dificultades para jugar. Para m¨¢s inri, todo est¨¢ totalmente localizado al castellano.
Hemos analizado WarGroove con una copia digital suministrada por Chuckefish Games en su versi¨®n para Nintendo Switch.
Conclusi¨®n
Con todo, a WarGroove no le falta de nada, es un videojuego notable en todos y cada uno de sus apartados, pero no termina de tocar la excelencia en casi ninguno de ellos. Somos exigentes con el g¨¦nero, pero es que ellos mismos elevaron mucho el list¨®n con esta larga espera de m¨¢s de dos a?os (se anunci¨® a comienzos de 2017 y estaba planeado para dicho a?o). ?Ha merecido la pena esperar? Por supuesto que lo ha hecho: es ya uno de los juegos importantes de la escena independiente de este a?o y un obligatorio del g¨¦nero, pero ni el dise?o de sus mapas ni la variedad de unidades disponibles, ni siquiera el aprovechamiento de sus herramientas en la campa?a, nos dan la sensaci¨®n de haber alcanzado un nivel excelso. Perdonando esa superficialidad, es su historia, la magia que transmite su mundo, su apartado art¨ªstico y el sinf¨ªn de horas que nos ofrecer lo que hacen que WarGroove sea una de esas obras que recomendar durante mucho, mucho tiempo. No supera a Advance Wars, pero es un sucesor leg¨ªtimo.
Lo mejor
- Cubre con acierto la larga ausencia de Advance Wars.
- Editor de campa?as y mapas muy variado
- Posibilidades online y contenido single player
- Banda sonora y apartado art¨ªstico, excelso
Lo peor
- No alcanza la profundidad deseada
- Se echan en falta m¨¢s tipos de unidades
- El dise?o de los mapas es muy b¨¢sico
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del g¨¦nero. Est¨¢ bien cuidado a todos los niveles. C¨®mpralo.