Super Mario Party y el esp¨ªritu de los juegos de tablero
La saga Mario Party fusiona el juego de tablero tradicional y los videojuegos en un producto para toda la familia cuyo objetivo es provocar carcajadas y divertir.

No importa si eres milenial, has nacido en los sesenta o viviste la juventud en los psicod¨¦licos ochenta. Hay cosas que nunca cambian, por mucho que pasen los a?os y la tecnolog¨ªa evolucione. ?Qui¨¦n no ha consumido sus minutos de recreo d¨¢ndole a las chapas o haciendo bailar la peonza? ?Record¨¢is aquellas partidas de cartas a media tarde? ?Os suena de algo el parch¨ªs o el juego de la oca? Muchos de esos divertimentos exist¨ªan miles de a?os atr¨¢s, en culturas muy diferentes a la nuestra. Porque en efecto, el ser humano siempre ser¨¢ humano, con las mismas fortalezas y debilidades. Y s¨ª, nos encanta jugar, est¨¢ en nuestra naturaleza.
¡°El primer juego de mesa tiene cinco mil a?os de antig¨¹edad. Se encontr¨® en una excavaci¨®n en Turqu¨ªa y arroj¨® luz sobre uno de los conceptos que no se tiene claro desde cu¨¢ndo el ser humano maneja: el ocio. El af¨¢n por jugar, distraerse y unir lazos con los compa?eros¡±, destaca Jot Down. Cinco milenios. Eso es lo que separa a este juego de tablero y a Super Mario Party, pero probablemente el objetivo era el mismo: divertir. Y aun as¨ª, el ocio y los peque?os placeres a a menudo esconden ense?anzas, la gamificaci¨®n: ¡°En Homo ludens, obra dedicada al estudio del juego como fen¨®meno cultural, nos explica c¨®mo el juego en s¨ª mismo tiene su funci¨®n y sentido: 'El juego existi¨® antes de toda cultura y la cultura surge en forma de juego'¡±, publica el Instituto Cervantes.
Nintendo, una longeva tradici¨®n juguetera
La vertiente educativa no ha sido nunca la finalidad de los videojuegos de Nintendo, pero s¨ª que han fomentado la participaci¨®n familiar en productos que generalmente van dirigidos a todos los p¨²blicos. No hay que olvidar que los de Kioto son una empresa centenaria que a lo largo de los a?os se han diversificado y han terminado centr¨¢ndose en los videojuegos, pero sin perder la identidad ni la perspectiva que mantienen desde su fundaci¨®n, su compromiso con el ocio.
Desde sus comienzos como fabricantes de cartas hanafuda, naipes tradicionales que los japoneses adaptaron de los portugueses, han pasado por muy diversas etapas. Lo cierto es que hoy d¨ªa siguen produciendo estas cartas, aunque su evoluci¨®n derivase finalmente hacia los productos jugueteros y los videojuegos. Por eso, que Nintendo haya adaptado una franquicia como Mario a los juegos de tablero se siente como algo muy natural. Adem¨¢s, a pesar de que los modos en l¨ªnea est¨¢n desplazando paulatinamente a las partidas locales, la compa?¨ªa nipona contin¨²a apostando por unir a los jugadores en una misma sala.

Casi hemos perdido la cuenta. La saga Mario Party naci¨® en Nintendo 64, y desde entonces, se han sucedido multitud de entregas comercializadas en todas las plataformas Nintendo habidas y por haber. En lugar de adaptar juegos de tablero como tal, como el Monopoly o el parch¨ªs, los de Mario han unido los conceptos, el de juego de mesa y el de videojuego. El producto resultante queda bien refleja en su t¨ªtulo, ¡°Party/Fiesta¡±. De este modo, los personajes del Reino Champi?¨®n compiten entre s¨ª para conseguir el mayor n¨²mero de estrellas.
Que Mario Party es competici¨®n no es ninguna sorpresa. Uno de sus atractivos es fastidiar al rival, entorpecer su avance y ganar los minijuegos. Como en el parch¨ªs cuando comemos la ficha de un contrincante, la desgracia ajena nos llena de gozo. Sin embargo, la franquicia tambi¨¦n exige colaboraci¨®n. Este aspecto se ha reforzado en Super Mario Party, que introduce un nuevo modo de juego en el que es crucial trabajar codo con codo con los compa?eros, tal y como recogimos recientemente en nuestro avance. Aqu¨ª, poner la zancadilla al de al lado penaliza. Nunca mejor dicho, es necesario remar en la misma direcci¨®n (nos desplazamos en barca) y coordinarse como es debido si no queremos comer roca y dejar escapar los globos que debemos coger para realizar los minijuegos en los que, de nuevo, la colaboraci¨®n es esencial.

Poco antes de Navidades, Nintendo Espa?a nos invit¨® al Showroom, el lugar donde muestran todos sus juegos a la prensa. Entre pizza y cervezas, nos las ingeniamos para echar unas partidas a Mario Pary: The Top 100, que como su subt¨ªtulo deja entrever, es una obra que recoge un centenar de minijuegos m¨ªticos. La diversi¨®n y los piques estuvieron asegurados, pero nos falt¨® algo importante: el tablero. Mario Party es puro minijuego, pero tambi¨¦n una experiencia que mejora con un tablero de por medio.
Por eso, cuando probamos Super Mario Party, enseguida nos dimos cuenta de que la serie va a regresar por todo lo alto. De vuelta a un estilo tradicional, pero sin olvidar las opciones del presente¡ªel online, por ejemplo, que se estrena en este cap¨ªtulo¡ª, Nintendo nos invita a una fiesta de entra?ables carcajadas, insultos inocentes¡ªo no¡ªy alg¨²n que otro lamento. Adem¨¢s, en esta ocasi¨®n, todos los minijuegos se han creado desde cero, por lo que los que encontremos ser¨¢n completamente nuevos, todos ellos dise?ados con las particularidades de Nintendo Switch en mente.

La tradici¨®n se funde con lo nuevo, lo que hab¨ªa antes cobra una nueva vida. El concepto de homo ludens que se ha nombrado unos p¨¢rrafos m¨¢s arriba refleja una realidad del ser humano: nunca dejamos de jugar, y si es con videojuegos, ?qu¨¦ m¨¢s podemos pedir?
- Acci¨®n
Super Mario Party, desarrollado y editado por Nintendo para Switch, es una nueva entrega de la popular saga de acci¨®n y minijuegos protagonizada por los personajes m¨¢s carism¨¢ticos del universo Super Mario, ahora con posibilidades multijugador mediante varios Joy-Con y consolas Switch.