Wreckfest, an¨¢lisis

Jugar a destruir no deber¨ªa pasar de moda, y Bugbear mantiene viva esa tradici¨®n desde que tom¨® el testigo de los cl¨¢sicos Destruction Derby con su fant¨¢stica saga FlatOut, dos nombres que bien se han ganado un puesto en el olimpo de la conducci¨®n arcade. Y es que todo juego necesita normas para tener alg¨²n sentido, pero si reducimos las reglas al m¨ªnimo y damos total libertad de acci¨®n para alcanzar los objetivos, el resultado puede ser extremadamente divertido, sobre todo si la ejecuci¨®n t¨¦cnica ofrece un resultado tan satisfactorio.

Wreckfest se dio a conocer en 2013 bajo el nombre Next Car Game, una campa?a kickstarter que fracas¨® estrepitosamente y tuvo que dar el salto al modelo early access de Steam, donde cobr¨® forma y fue encandilando a numerosos jugadores que prestaron su apoyo al proyecto. Destrucci¨®n con unas f¨ªsicas de ¨²ltima generaci¨®n era la atracci¨®n principal, una promesa cumplida y llevada a muy buen puerto por el experimentado estudio finland¨¦s.

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Propuesta cl¨¢sica, nuevas sensaciones

Tardamos muy poco en explicar de qu¨¦ va Wreckfest porque es algo que ya hemos visto antes: competiciones de coches alocadas que pueden consistir en carreras por la primera plaza o batallas a muerte en las que intentar ser el ¨²ltimo en pie. Estos objetivos quedan aderezados por el ritmo fren¨¦tico, los choques brutales y los desaf¨ªos secundarios que mezclan ambas cosas (consistentes en pruebas como destrozar un n¨²mero determinado de rivales, marcar vuelta r¨¢pida, sacar cierta distancia al segundo, etc.). Sin embargo, tanto el apartado t¨¦cnico y visual como las sensaciones al volante ofrecen experiencias renovadas en el subg¨¦nero.

En el primer aspecto destaca un acabado visual muy bueno, con efectos realmente sorprendentes y una recreaci¨®n de da?os totalmente brutal. Nuestros coches no durar¨¢n enteros m¨¢s de unos segundos en la mayor¨ªa de ocasiones, pero lo verdaderamente importante es que llegaremos a recrearnos en sus impactantes destrozos. Como ya hemos dicho, el plato fuerte en el apartado t¨¦cnico son las f¨ªsicas, ofreciendo bastante realismo en muchas ocasiones y siendo espectaculares pr¨¢cticamente siempre. El modo de volar, girar, rodar, embestir, salir despedido, volcar¡­ todo es de una contundencia tal que emociona al verlo. A todo lo anterior debemos a?adir escenarios bien detallados y un mont¨®n de elementos destruibles y desplazables, todo ello con un rendimiento bastante cuidado. Los puntos m¨¢s flojos a este respecto son las personas en general, desde los pilotos (totalmente petrificados, ni siquiera mueven los brazos cuando vemos girar el volante) al p¨²blico, lo menos detallado.

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En lo referente al control, el estilo arcade que todos esperamos se ve complementado con opciones de conducci¨®n muy presentes en la mayor¨ªa de juegos actuales, pudiendo activar y desactivar ayudas que pondr¨¢n a¨²n m¨¢s a prueba nuestra habilidad y permiti¨¦ndonos ajustar par¨¢metros t¨¦cnicos del coche para dejarlo totalmente a nuestro gusto. No es una personalizaci¨®n exhaustiva, no es un simulador con semejantes pretensiones, pero las diferencias entre unas configuraciones y otras son verdaderamente notorias y, aun siendo un juego muy macarra, puede llegar a ofrecer una conducci¨®n m¨¢s dura de lo habitual si nos atrevemos con ello. Y si queremos ampliar la emoci¨®n un poquito m¨¢s, podemos seleccionar el sistema de da?os realista, que har¨¢ que nuestro coche quede inservible con una rapidez y facilidad pasmosa, haciendo que cada fallo pueda costarnos la carrera de forma irremediable.

Sistema y modos de juego

Aunque Wreckfest nos permite dar rienda suelta a nuestra mala leche, los modos de juego no siempre invitan a la acci¨®n descerebrada. En las carreras, por mucho que se nos d¨¦ experiencia extra al golpear a los rivales, el verdadero objetivo sigue siendo quedar primero, y para ello es mejor alejarse de los accidentes multitudinarios y aprovecharse de peque?as tretas como cerrar el paso contra las paredes o apoyarse en otros coches al tomar las curvas, en lugar de embestir como un animal a todo lo que se mueve buscando crear el caos. Esto resta sentido a muchos de los objetivos secundarios que se nos proponen, pues el beneficio es insignificante al lado del tiempo perdido y el riesgo de romper el coche. Se echa en falta un tipo de carrera por puntos en el que los accidentes y la conducci¨®n temeraria se vean recompensados debidamente. Los escenarios de destrucci¨®n, por otra parte, tienen dos modalidades: ¨²ltimo superviviente y combate a puntos. En el primero hay que tener mucho cuidado con lo que hacemos, por lo que tampoco podremos dar rienda suelta a nuestras ansias asesinas. Al igual que ocurriera en los cl¨¢sicos Destruction Derby, es tan importante que los dem¨¢s mueran como no morir uno mismo, as¨ª que mejor estar a salvo en la medida de lo posible (no chocar a nadie durante un tiempo prolongado significar¨¢ descalificaci¨®n). En la modalidad por puntos reapareceremos siempre que nos destrocen, por lo que aqu¨ª s¨ª podemos centrarnos en aplastar todo lo que se ponga por delante y verlo convertido en puntos a nuestro favor.

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Dentro de la informaci¨®n ¨²til del hud, llama la atenci¨®n el nost¨¢lgico esquema de las partes del coche que nos indica el estado de la carrocer¨ªa. Sin embargo, en este caso le acompa?a una barra con el porcentaje de salud global, que cobra todo el protagonismo por ser lo que realmente marcar¨¢ que podamos seguir sobre la pista o no. Hemos de prestar atenci¨®n a ambos elementos, ya que el maltrato de las partes externas dejar¨¢ al descubierto el coraz¨®n de nuestro veh¨ªculo, haci¨¦ndolo mucho m¨¢s vulnerable.

El modo principal de juego guarda grandes similitudes con otros t¨ªtulos actuales de conducci¨®n, siendo una campa?a con diferentes niveles (cinco en este caso), dentro de los cuales hay una serie de entradas con un n¨²mero de eventos determinado cada una. Nuestros resultados nos permitir¨¢n ir acumulando puntos para desbloquear los sucesivos niveles, que tambi¨¦n nos exigir¨¢n diferentes veh¨ªculos que iremos adquiriendo sobre la marcha, ya que las entradas imponen sus propios requisitos de clase, tipo y origen de los coches. Encontraremos, adem¨¢s, eventos especiales en los que podremos ganar veh¨ªculos singulares como autobuses, cosechadoras o cortac¨¦sped. Las inusuales situaciones en las que este tipo de competiciones nos colocar¨¢n nos brindar¨¢n algunas de las mejores y m¨¢s divertidas experiencias del juego. El n¨²mero de eventos es suficiente para acercarnos a las 20 horas si queremos completarlo, m¨¢s si nos empe?amos en sacar todos los puntos, estrellas de desaf¨ªo y nos empe?amos en hacerlo en un nivel de dificultad elevado. Sus 22 localizaciones con diversas disposiciones completan unos n¨²meros bastante generosos.