Ikaruga
Ikaruga: An¨¢lisis para Switch
Convertido en juego de culto, uno de los ¨²ltimos videojuegos que salieron para Dreamcast ha ido saltando de generaci¨®n en generaci¨®n. Analizamos la ¨²ltima versi¨®n en aparecer, en un sistema impensable cuando este juego fue dise?ado.
Por m¨¢s que cada cual pueda tener un ranking personal con sus shoot em up favoritos de siempre, hay t¨ªtulos en este g¨¦nero que han alcanzado el escal¨®n de mito por aclamaci¨®n. Adem¨¢s, si dejamos de lado los cl¨¢sicos m¨¢s a?ejos, lo cierto es que existen t¨ªtulos mucho m¨¢s recientes que han cambiado por completo toda la mitolog¨ªa de este tipo de juegos. Este es el caso de Ikaruga, una monstruosidad que ya a su salida tomaba al asalto el pante¨®n del g¨¦nero, aunque erraba el tiro por completo en cuanto al momento y a la m¨¢quina. El heredero espiritual de Radiant Silvergun fue un proyecto que ahora catalogar¨ªamos como poco m¨¢s que un indie, desarrollado por un equipo reducid¨ªsimo para la recreativa Sega Naomi y luego para Dreamcast, pero ha terminado por convertirse en un juego de culto con todas las letras. Su llegada a Switch viene, por tanto, a completar una oferta que empieza a ser sobresaliente dentro del g¨¦nero de las navecitas que, como ya sabemos, se adapta como pocos a la consola h¨ªbrida.
Hay que plantearse, antes que nada, si los a?os que han pasado desde 2001 han sentado bien o mal a un juego con una personalidad tan acusada. La respuesta no se hace esperar m¨¢s de unas cuantas partidas con la nueva versi¨®n. Lo que era una obra maestra en su d¨ªa a¨²n se muestra capaz de competir, o incluso de superar, a lo mejor que el g¨¦nero nos ha dado ¨²ltimamente. No es tonter¨ªa, ya que estamos en un momento muy bueno en este tipo de juegos (Super Hydorah, DariusBurst Chronicles, Sine Mora EX, Pawarumi, Steredenn), pero la conclusi¨®n que sacar¨¢ cualquiera que lo juegue ahora es que Ikaruga a¨²n destacar¨ªa con claridad si saliese al mercado hoy d¨ªa. Un paseo r¨¢pido por el primer nivel basta para susurrar al o¨ªdo la buena nueva a quienes ya conozcan el juego: lo que hizo grande a Ikaruga sigue a¨²n a la vanguardia de su g¨¦nero.
Ikaruga se ha convertido por m¨¦ritos propios en la leyenda que ahora es, a pesar de un historial bastante lamentable de lanzamientos en Europa. No llegamos ni a oler la versi¨®n para Dreamcast, que no sali¨® de Jap¨®n, y para colmo fuimos maldecidos con una conversi¨®n para GameCube que nos lleg¨® limitada a 50hz en pleno 2003 -en lo que fue una de las mayores verg¨¹enzas del sistema en territorio europeo-. Hubo que esperar a unas versiones para Xbox 360 y Steam que repararon el da?o, y de ellas bebe directamente la que ahora aparece en la e-shop de Nintendo, que funciona con la fluidez y solvencia que esperamos. Es cierto que Ikaruga y Switch forman un binomio al que todo le viene de cara; una fusi¨®n tan l¨®gica que es complicado hacerla descarrilar. Sabi¨¦ndolo, en Nicalis no se han metido en l¨ªos, y la nueva versi¨®n no es mucho m¨¢s que lo mismo que ahora tenemos en Steam, lo cual son muy buenas noticias para la consola h¨ªbrida.
Una versi¨®n definitiva
Switch e Ikaruga se gustan, se respetan, y se sacan partido mutuo. La vibraci¨®n 3D que tanto sorprend¨ªa al comienzo del ciclo vital de la consola se ha utilizado aqu¨ª con bastante acierto, pero en realidad son las dem¨¢s caracter¨ªsticas propias del sistema las que hacen que el maridaje funcione tan bien como lo hace. La posibilidad de rotar la pantalla est¨¢ mandada y es un a?adido importante para Switch, pero no vienen por aqu¨ª las mejores sensaciones, sino m¨¢s bien por la parte del control, muy vers¨¢til. Ya sea en modo port¨¢til o en el televisor, la posibilidad de partidas en cooperativo con un Joy-Con por jugador proporciona un extra muy especial que se adue?a de todo el conjunto. Seguramente son pocos los que van a rotar su televisor para jugarlo en vertical, y no es tampoco una opci¨®n que nos haya parecido imprescindible en modo port¨¢til. Por el contrario, esta posibilidad de jugar en cooperativo de inmediato usando Joy-Con separados es la caracter¨ªstica de m¨¢s peso que nos deja esta versi¨®n, ya que el control no se resiente para nada esta vez, como sucede en otros juegos. La portabilidad hace lo dem¨¢s.
Desde las versiones m¨¢s recientes, Ikaruga se ha modernizado con algunas posibilidades online que ampl¨ªan el espectro del original para Naomi y Dreamcast. Tanto para quien pretenda emular esas barbaridades dual play de los jugadores asi¨¢ticos como para los que tengan objetivos m¨¢s modestos, la nueva versi¨®n trae la experiencia definitiva. Galer¨ªas, rankings online si jugamos sin continuar, grabaci¨®n de repeticiones, entrenamientos para conocer a fondo los cinco niveles o el modo prototipo (descartado durante el desarrollo original), garantizan diversi¨®n para rato. Son buenos a?adidos, pero no nos enga?emos: casi todo se f¨ªa a la sensacional materia prima de Ikaruga. Un t¨ªtulo que bien puede ser el shoot em up vertical m¨¢s innovador que el g¨¦nero contempl¨® nunca, imitado hasta la saciedad y con herederos recientes tan bien dise?ados como Pawarumi. Viene que ni pintada la visita de Ikaruga a Switch para plantearse si esos homenajes han conseguido capturar la esencia, el esp¨ªritu de un juego dominado de arriba abajo por esa idea f¨¢cil de entender pero desarrollada hasta sus ¨²ltimas consecuencias, en torno a dos colores que lo cambiaron todo.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del g¨¦nero. Est¨¢ bien cuidado a todos los niveles. C¨®mpralo.